
La llamada, solicitada por el mandatario ruso, según un comunicado de la presidencia sudafricana, sirvió para que Putin informara a Ramaphosa sobre los avances más recientes en las negociaciones hacia un acuerdo de paz con Ucrania.
De acuerdo con Vincent Magwenya, portavoz presidencial sudafricano, el jefe del Kremlin expresó reconocimiento al papel activo de Sudáfrica en impulsar iniciativas africanas para la resolución del conflicto, mientras Ramaphosa reiteró el pleno apoyo de su país a todos los esfuerzos diplomáticos que contribuyan a poner fin a la guerra y lograr una paz duradera.
Ambos dirigentes coincidieron en fortalecer un diálogo estratégico que permita avanzar en la cooperación mutuamente beneficiosa entre Pretoria y Moscú.
Los temas abordados incluyeron tanto la crisis ucraniana —con énfasis en el respaldo a propuestas sin condiciones previas y en la importancia de una diplomacia inclusiva— como aspectos del vínculo bilateral reflejados en el marco del BRICS, bloque que busca redefinir el equilibrio global y reducir la dominancia occidental.
La relación entre Sudáfrica y Rusia, anclada en una historia de solidaridad desde la época de la lucha antiapartheid, ha evolucionado en las últimas décadas hacia una colaboración pragmática en foros multilaterales.
Aunque las cifras de intercambio económico son modestas, ambos países han apostado por incrementar el diálogo político y avanzar sobre retos globales como la seguridad energética y la reforma del sistema internacional de gobernanza.
Analistas consideran que la llamada confirma el perfil activo de Sudáfrica en asuntos de paz y seguridad global.