
Cuba ha dado un giro estratégico en su industria petrolera. Tras años de descenso en la producción, el país caribeño logra revertir la tendencia con la inclusión de innovaciones tecnológicas y a una sólida articulación con universidades y centros de investigación locales.
El resultado: una producción de dos millones de toneladas de petróleo equivalente que, aunque todavía no cubre toda la demanda energética, representa un ahorro sustancial de más de mil millones de dólares al reducir importaciones.
El ingeniero Luis Rolando Eres, especialista principal de la producción de petróleos de la zona occidental de la isla, explica en una entrevista a la televisión cubana “Dos millones de toneladas no van a resolver el déficit energético que enfrenta el país actualmente, pero están por arriba de los mil millones de dólares que dejó de invertir el país para generar electricidad y que ahora puede adquirir diésel con ese dinero para la generación distribuida”.
En palabras de Eres, se trata de un acto de soberanía, al estar dentro el país, “reduciendo los costes, sin tener que gastar en fletes y yendo directamente a las termoeléctricas por los propios cabotajes cubanos”. Según el ingeniero, Energás Cuba está generando prácticamente 400 MW diario, lo cual representa más del 10% de la demanda energética del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
En la franja norte del occidente del país, que es una zona clave en la extracción de hidrocarburos, se concentra el 98 % del crudo nacional. Mientras tanto, yacimientos en Ciego de Ávila aportan un petróleo de mayor calidad, útil para obtener aceites industriales y fabricar asfalto.
La apuesta del Estado cubano se articula con las universidades para desarrollos estratégicos en ciencia, tecnología y planificación.
Uno de los logros técnicos más notables ha sido la incorporación de la perforación horizontal, una técnica de alta precisión que permite extraer mayores volúmenes desde tierra firme, incluso de depósitos bajo el lecho marino. Este método se aplica en campos como el bloque Fraile, donde ya se perfora un nuevo pozo que podría añadir 120 metros cúbicos diarios antes de fin de año.
La producción de gas natural también ha registrado avances. La empresa Occidental ha potenciado su aporte energético, generando 400 megavatios diarios para la central termoeléctrica Energas, la más importante del país en este momento.
“Este es un petróleo indiscutiblemente de mucha mejor calidad, del cual se pueden obtener aceites básicos para transformadores. Y poder destinar el residuo de la refinación, a la fabricación de asfalto”, aclara el jefe de operaciones de los pozos de petróleo de occidente, el ingeniero Bienvenido Enrique Socarrás.
Al cierre de 2024, la industria petrolera cubana enfrentó limitaciones materiales y financieras que provocaron una reducción de más de 138 000 toneladas en la producción de crudo respecto a lo previsto, alcanzando un 98,5 % del plan estimado. Pero los nuevos desarrollos permiten al país proyectarse en positivo y alejarse del piso de producción de fines del año pasado, cuando el país producía cerca de 40 000 barriles diarios, lo que cubre solo una tercera parte de su demanda interna.
A pesar de estas restricciones, la Unión Cuba-Petróleo (Cupet) impulsa una política de exploración e innovación tecnológica orientada a mejorar el rendimiento de los yacimientos existentes y descubrir nuevas reservas. Para lograrlo, es clave aumentar el llamado factor de recobro (actualmente en solo un 6 %), y captar inversión extranjera que permita modernizar infraestructuras deterioradas por la salinidad y la alta presencia de azufre en el crudo cubano. El contexto internacional, marcado por el bloqueo económico de Estados Unidos, representa un obstáculo adicional para atraer capital y tecnología.
Con la mirada puesta en la sostenibilidad, las autoridades cubanas proyectan nuevas exploraciones en zonas como Canasí, en busca de reservas de gas que fortalezcan aún más la seguridad energética nacional. Esta estrategia no solo busca garantizar el abastecimiento interno, sino también consolidar un modelo propio, eficiente y menos dependiente de recursos externos.
La recuperación energética de Cuba no es solo una respuesta a las dificultades actuales, sino un paso firme hacia la soberanía energética, impulsado con ciencia nacional y visión de futuro.