El primer ministro de Bulgaria, Rosen Zhelyazkov, descartó hoy cualquier injerencia externa en las interferencias registradas durante el aterrizaje del avión de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Plovdiv.
Zhelyazkov aseguró, en declaraciones a la emisora Darik Radio, que las perturbaciones de frecuencia no fueron resultado de amenazas híbridas o cibernéticas dirigidas contra una aeronave específica.
Con esta afirmación, el jefe de gobierno desmintió directamente las acusaciones de la representante de la Comisión Europea, Ariana Podesta, que sugirió una autoría rusa del incidente.
Anteriormente, medios locales indicaron que la tripulación tuvo que emplear mapas en papel para completar el aterrizaje, ante el bloqueo de los sistemas de posicionamiento.
Analistas internacionales consideran que el rápido descargo de responsabilidades por Sofía busca evitar una mayor escalada diplomática en el tenso contexto geopolítico actual.
Por su parte, el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, ya había rechazado cualquier vinculación de Moscú con el suceso, calificando las insinuaciones como infundadas.
Expertos subrayan la discrepancia entre las versiones de las instituciones europeas y las autoridades búlgaras, lo que revela fisuras en la narrativa común frente a supuestas amenazas.
Se confirma así que las autoridades nacionales no abren una investigación especial por considerar el hecho un problema técnico ajeno a operaciones de desestabilización.