En una seguida intervención durante la segunda jornada del festival político-cultural con sede en la Región Parisina, la principal figura de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, evocó el éxito de la movilización del 10 de septiembre, en la que salieron a las calles del país alrededor de 200 mil personas.
A juicio del varias veces candidato presidencial, la amenaza de “bloquearlo todo”, la consigna de las manifestaciones del pasado miércoles, puso un grano en la caída del primer ministro François Bayrou, quien renunció el martes después de que la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, le negara la confianza.
Necesitamos un tiempo de refundación, y el 18 de septiembre todos deberían unirse a la huelga general, que podría mostrar el camino, estimó Mélenchon.
También la secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, llamó en la Fête de l’Humanité a participar en la protesta promovida por los principales sindicatos, la cual consideró la oportunidad de enterrar el presupuesto de austeridad del derrocado Bayrou.
Para algunos sectores, la nueva movilización podría aportar un mensaje al flamante primer ministro, Sébastien Lecornu, nombrado por el presidente de la República, Emmanuel Macron, el mismo día que dimitió su predecesor en Matignon
En ese sentido, Binet argumentó: “Macron puede cambiar de primer ministro cuantas veces quiera, pero no detendrá nuestro movimiento”.
Algunos sindicatos poderosos, como la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), no formaron parte de las manifestaciones del 10 de septiembre, y optaron por organizar una diferente, el jueves de la próxima semana.