CARAVANA CONTRA EL GENOCIDIO EN GAZA. Jerez, 23 de septiembre de 2025
La sociedad española despierta en su condena del genocidio sionista en Gaza. Pero es necesario mucho, mucho más.
La sociedad española, en una gran mayoría, despierta del control mediático informativo de las élites que gobiernan en Occidente, y ha roto el falso discurso de que Israel ejerce el derecho a defenderse, por lo que tiene carta blanca para la destrucción de Gaza y la anexión de Cisjordania. Esta circunstancia permite a Israel la ejecución del sueño de acabar con la Palestina histórica, eliminar de raíz la esperanza de los palestinos de volver a su tierra y de constituir su propio Estado.
Pero tanto la forma en que se ha desarrollado la Vuelta Ciclista a España, como las recientes movilizaciones contra el genocidio y el exterminio del pueblo palestino en diversas ciudades de España y del resto del mundo, evidencian un cambio radical en la narrativa y en la comprensión de los acontecimientos.
Primero, como parece obvio, han aparecido en esas movilizaciones un conjunto de exigencias para poner fin a la matanza perpetrada por los asesinos de niños y de gente indefensa y hambrienta. Se exige, repetidamente:
- el embargo total de armas a Israel
- la ruptura de todo tipo de relaciones, incluidas las diplomáticas, con el ente sionista de Israel – el final del bloqueo israelí en Gaza que permita la apertura de un corredor humanitario para atender las necesidades más perentorias de la población gazatí
- y también, más recientemente, la protección de la Global Sumud Flotilla, para que pueda concluir su llegada a Gaza.
Pero también, en segundo lugar, nos parece oportuno aclarar algunas cuestiones básicas que nos ayuden a comprender mejor la naturaleza de los fenómenos que están pasando ante nosotros, con un objetivo: la resolución de los conflictos por la vía de la paz.
Israel, como ha demostrado la reciente guerra de agresión contra Irán, llamada “de los doce días”, es poco menos que un tigre de papel, un fantoche cobarde incapaz de sostener cualquier conflicto con una potencia seria. Es un especialista en matar gente inocente, población civil desprotegida, países sin defensa antiaérea. Esa es su especialidad: sembrar el terror ante gente indefensa. Sin el apoyo de Estados Unidos, de Alemania, Francia o Inglaterra, de la OTAN y la Unión Europea, el ente sionista no es nada. Como bien afirmaba recientemente el canciller alemán, Israel es un enclave colonial necesario porque “hace el trabajo sucio” de las potencias occidentales frente a los vecinos del Medio Oriente, frente a los pueblos del Sur Global y frente a las nuevas potencias emergentes que impulsan otro tipo de relaciones internacionales, que respete la soberanía de los pueblos, independientemente del tamaño de sus países. Y protegen a Israel, también, de cualquier resolución que condene la conducta de Israel en Naciones Unidas, vetando cualquier resolución del Consejo de Seguridad.
Por tanto, la responsabilidad última de lo que acontece en Palestina no es sola de Israel, es responsabilidad de todo Occidente, principalmente Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea. Decir que vamos a reconocer al Estado palestino es importante, pero puede convertirse en una medida de simple postureo, cuando sabemos que nuestro principal aliado, el imperio americano, va a vetar cualquier solución que afecte a los intereses del sionismo israelí y angloamericano. No deja de ser una triste paradoja, que enviemos aviones y tropas inmediatamente al flanco oriental de la OTAN, en Polonia, ante supuestos y posiblemente falsos drones que invaden el espacio aéreo en Europa oriental, se dice que “por solidaridad atlántica” con los miembros de la OTAN, mientras que no se propone una rápida intervención, amparada por la ONU, para poner fin al exterminio del pueblo palestino.
Doble moral occidental de la que miles de millones de habitantes del planeta ven, conocen, observan y están más que hartos, y de la que los pocos cientos de millones que habitamos en Occidente no parecemos darnos cuenta. Recordando a uno de los genios gloriosos de nuestra pintura, los sueños de grandeza de Occidente están produciendo unos monstruos que nos puede conducir a la tercera guerra mundial, a una guerra nuclear y a la más que probable extinción de la vida humana en la Tierra.
Los pueblos del mundo, los pueblos del Sur Global quieren sacudirse del dominio imperial que Occidente impuso durante los últimos cinco siglos. El centro económico mundial, la innovación tecnológica y el desarrollo se desplaza aceleradamente hacia el sudeste asiático. No queremos reconocer, por citar un solo ejemplo, que Rusia, con menos de la mitad de la población de EE.UU., tiene casi el doble de ingenieros que esa potencia, o de que Irán tiene más ingenieros que Alemania. En este contexto, y teniendo en cuenta la sumisión de Europa a las políticas norteamericanas, la península europea occidental pierde relevancia mundial. Algunos analistas hablan ya del “siglo de la humillación” de Europa.
¿Tenemos algo que decir a los trabajadores y trabajadoras de Europa, algo relevante que sea capaz mínimamente de ofrecer una esperanza de emancipación a las jovenes generaciones que no encuentran ningún futuro medianamente decente en este contexto de violencia imperial, guerras por el dominio de los muchos privilegios que Occidente sigue gozando a nivel mundial?
Tenemos que plantearnos, todos, colectivamente, en nuestras organizaciones, en nuestros centros de trabajo, en nuestras casas, en nuestras charlas, en nuestras reflexiones, con nuestros hijos y nietos, qué tipo de instituciones debemos cambiar o abandonar, con más urgencia que nunca, sean la obsoleta OTAN, de la que ya sabemos que no es más que un apéndice necesario para que EE.UU. mantenga el control de Europa e impida que ésta pueda entablar unas relaciones decentes con el único universo al que estamos ligados, que no es otro que el del gran continente euroasiático.
Y para qué hablar del proyecto Unión Europea, un proyecto que afirmaba nacer para tener un continente de paz después de los desastres de las guerras mundiales, pero que con la actual dirección reinante en Bruselas ya es, también, el brazo político y militar de la OTAN. Todo por el bien del imperio estadounidense. Todo por la destrucción de los estándares de vida media de nuestra comunidad, todo por un rearme y una guerra que desean y preparan los que nunca van a la guerra.
Si no resolvemos con firmeza y determinación estos temas que planteamos de un modo muy simplificado, esto es OTAN, UE, rearme y guerra, difícilmente podremos ayudar de forma concluyente al fin del genocidio en Gaza y al exterminio del luchador y ejemplar pueblo palestino. Nuestra política y la del pueblo palestino, nuestra lucha y la del pueblo palestino están más relacionadas de lo que parece a primera vista, porque nuestros enemigos son el mismo y acabar con ellos, no sólo liberará a Palestina de la salvaje destrucción que implantan cruelmente los sionistas, sino que también nos liberará a nosotros de estas élites atlantistas, neoliberales, destructoras de pueblos y esperanzas, y ayuden a crear una forma de relacionarnos con el resto de mundo que no se fundamente en el supremacismo, en la supuestas superioridad occidental con respecto a los demás pueblos y tradiciones del mundo, que ponga fin, de verdad, al neocolonialismo y al neoimperialismo de los que imponen sanciones y reglas al resto del mundo, reglas contrarias al derecho internacional amparado en Naciones Unidas.
Ligar las defensas de Palestina en su lucha por la liberación del sionismo europeo y angloamericano a nuestra lucha contra las élites que nos gobiernan en EE.UU., Bruselas, la OTAN y frenan reivindicaciones que demanda nuestra sociedad en defensa de Gaza en nuestros respectivos países, es la clave para garantizar el éxito de la lucha del pueblo palestino, y crucial para abrir un horizonte emancipador, popular, democrático, para las futuras generaciones de los pueblos de Europa.
La causa palestina es la causa de los pueblos. La liberación de Palestina acelerará la liberación de los pueblos europeos de estas élites que no representan a nadie, salvo los intereses de los lobbies de las grandes empresas multinacionales.
¡Viva Palestina libre!
¡Viva la lucha del pueblo palestino!
¡Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá!