La Flotilla Global Sumud, compuesta por más de 50 embarcaciones y 500 activistas de 45 países, incluida la activista climática Greta Thunberg, anunció que se encuentra aproximadamente a 825 kilómetros de la Franja de Gaza, reafirmando su objetivo de romper el asedio israelí a pesar de los ataques y las amenazas.
Los ataques, que causaron explosiones e interrupciones en las comunicaciones a bordo, contra la flotilla no dejaron víctimas. Un vídeo difundido por un activista a bordo del barco Alma mostró al menos dos drones volando a baja altitud sobre las embarcaciones. Ante esta agresión, los gobiernos europeos decidieron intervenir militarmente para garantizar la seguridad de los tripulantes. Italia y España anunciaron el despliegue de buques de guerra para escoltar la flotilla, el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, condenó los ataques con drones y confirmó el envío de un segundo buque naval.
El primer ministro español, Pedro Sánchez, anunció que un buque naval de su país acompañará a los barcos para anticipar posibles ataques. Esta flotilla es un esfuerzo colectivo sin precedentes para desafiar el bloqueo, con convoyes que partieron desde Barcelona a finales de agosto y desde Génova (Italia), Marruecos y Túnez a principios de septiembre, transportando ayuda humanitaria y suministros médicos. Los activistas, entre los que se cuentan 54 franceses y 15 belgas, insisten en continuar su camino directo a Gaza.
En un contexto, donde el ejército de Israel asesinó este domingo 28 de septiembre al menos a ocho palestinos, entre ellos niños y mujeres al bombardear dos viviendas en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, lo que agrava una crisis que ya desplazó forzosamente a más de 750.000 palestinos y elevado la cifra de muertos a cerca de 66.000, incluyendo más de 19.000 niños. Se teme que miles de personas estén atrapadas, mientras que una comisión de la ONU y un número creciente de países siguen calificando de genocidio la ofensiva militar.
El arribo a territorio palestino de las 51 embarcaciones debe producirse entre los próximos cuatro y siete días. Los activistas están decididos a llegar, pese a las amenazas de Israel, cuyo ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, presentó una propuesta al gobierno para endurecer las respuestas militares ante la llegada de las embarcaciones, y exprsamente pidió tratarlos como «terroristas».
Los voluntarios buscan romper el bloqueo impuesto por el gobierno de Benjamín Netanyahu a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, mientras ejecuta bombardeos y operaciones militares terrestres. El gabinete de guerra sionista acusa a los integrantes de la Flotilla de «estar vinculados» al movimiento de resistencia islámica Hamás, de lo cual no han mostrado ninguna prueba.