
Organizaciones sociales y ciudadanos de Trinidad y Tobago se manifestaron este viernes ante la embajada de EE.UU. en rechazo al asesinato de dos pescadores trinitenses a manos de buques militares estadounidenses, un hecho que fue calificado como un ataque de «agresión injustificado».
La tragedia, ocurrida bajo la excusa de un operativo «antinarcóticos», forzó un debate sobre el apoyo del gobierno trinitense a la escalada militar de Washington en el Caribe. La ejecución extrajudicial se confirmó tras un ataque de buques militares de Estados Unidos contra una lancha cerca de las costas de Venezuela, en el marco de una campaña naval que, según denuncias locales, resulto en más de 27 ejecuciones extrajudiciales de pescadores bajo la acusación de presuntos vínculos con el narcotráfico.
El ex ministro de Asuntos Exteriores de Trinidad y Tobago, Amery Browne, condenó la postura del gobierno de Trinidad y Tobago, señalando su «arrogante y beligerante» asociación con la ofensiva estadounidense. Browne advirtió que la inacción del gobierno, cuya primera ministra presuntamente había evitado condenar el incidente, ponía a Trinidad y Tobago en una posición «desafortunada dentro de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y el hemisferio».
El ex canciller recordó una polémica previa donde la Primera Ministra había respondido «de manera muy despectiva» al Presidente de Colombia ante un incidente similar que afectó a ciudadanos de ese país. «Esto no representa lo que es Trinidad y Tobago. Creemos en el derecho interno, el derecho internacional y el derecho marítimo», afirmó Browne.
Este es el quinto ataque registrado desde el inicio del despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, el pasado 2 de septiembre. En total, más de veinte personas han perdido la vida en estas operaciones que generan fuertes críticas por el uso excesivo de fuerza y las violaciones a los derechos humanos, obligando al Gobierno de Trinidad y Tobago a iniciar una investigación oficial.
Trinidad y Tobago había «coqueteado con dar apoyo a EE. UU. en caso de una invasión a Venezuela». La muerte de sus propios ciudadanos en operativos militares estadounidenses en el Caribe genera un sentimiento de malestar social que podría cambiar la posición geopolítica del país.