Las imágenes de palestinos de Gaza siendo llevados a los hospitales en carros destartalados o en alguna de las pocas ambulancias que han sobrevivido a los ataques israelíes ya deberían haber cesado, como deberían cesar el genocidio que ya lleva dos años en curso.
Pero en el terreno, detrás de las afirmaciones del Gobierno de Netanyahu de violaciones de la resistencia palestina, de las cuales no tienen pruebas, las evidencias sí indican que su Ejército continúa atacando directamente a civiles mediante bombardeos, disparos de francotiradores y bloqueando el cruce por Rafah, al sur, que posibilitaría salvar las vidas de miles de gazatíes que necesitan ser atendidos fuera del enclave, cuyo sistema hospitalario fue destruido por Israel.
Este domingo Israel lanzó una serie de ataques aéreos letales contra el centro y el sur de la Franja, que han dejado al menos 44 palestinos asesinados desde el amanecer, según confirman fuentes médicas de Gaza. Cuatro de las víctimas fueron trasladadas al Hospital Al-Shifa, 23 al Hospital Al-Awda, 12 al Hospital Al-Aqsa y cinco al Hospital Nasser, reportó la agencia WAFA.
Desde Gaza, los palestinos temen que el cese el fuego se deshaga demasiado pronto. Abdullah Abu Hasanin, de 29 años, del campamento de al-Bureij —centro de Gaza—, atacado por el Ejército esta jornada, afirmó a Al Jazeera: “Teníamos la esperanza de que el acuerdo se mantuviera, pero la ocupación no respeta nada: ni un acuerdo, ni nada”. «la escena es indescriptible. La sangre ha vuelto«, dijo al llegar al lugar bombardeado para socorrer a los sobrevivientes.
Un comunicado de la Oficina de Medios confirma que el ente de colonización cometió 80 violaciones desde que se acordó poner fin a la guerra en Gaza, lo que ha ocasionado 97 muertos y 230 heridos, lo cual representa otra grave violación de Israel del derecho internacional humanitario.
«Estas violaciones variaron entre los delitos de disparar directamente contra ciudadanos, los delitos de bombardeo deliberado y apuntar, la aplicación de cinturones de fuego y la detención de varios ciudadanos civiles, en prácticas que reflejan el enfoque agresivo continuo de la ocupación, su claro deseo de escalada sobre el terreno, y su constante sed de sangre y muerte», afirma el Gobierno gazatí en su comunicado.
El Gobierno del enclave denuncia que estas violaciones son cometidas con los vehículos militares y tanques que Israel ha estacionado en las afueras de barrios residenciales, así como con grúas electrónicas equipadas con dispositivos de teledetección y puntería, aviones de combate y aviones no tripulados que siguen sobrevolando a diario zonas residenciales que disparan directamente contra los civiles desarmados.

Como aseguran, son muestran de que Israel no se ha comprometido con lo acordado: «Estas violaciones han sido vigiladas en todas las gobernaciones de la Franja de Gaza sin excepción, lo que confirma que la ocupación no se ha comprometido a poner fin a la agresión y continúa su política de matar y aterrorizar a nuestro pueblo palestino».
Desde Gaza responsabilizan completamente al ente ocupante por el asesinato calculado de los palestinos, y exigen a las Naciones Unidas y a los garantes del acuerdo de alto el fuego a que intervengan para obligar a Israel a poner fin a sus bombardeos, así como pidió el fin del del silencio internacional que ha permitido que estas violaciones se extiendan por más de dos años en el enclave.
Mientras el Ejército continúa sus asesinatos, la resistencia palestina lleva a cabo esfuerzos para desenterrar de los escombros los cuerpos de los rehenes israelíes asesinados por los propios ataques de Israel.