
Catherine será una presidenta para todos nosotros, será mi presidenta, y me gustaría desearle todo lo mejor, afirmó Humphreys al trascender los resultados preliminares, que serán divulgados en detalles más avanzada la jornada.
La mayoría de los partidos de izquierda, incluidos el Sinn Féin, el Partido Laborista y los socialdemócratas, expresaron su apoyo a la ganadora, quien desde 2016 es legisladora independiente.
Connolly, de 68 años, critica duramente tanto a la Unión Europea como a Estados Unidos, y ha denunciado los planes del bloque intwegracionista de aumentar el gasto militar.
También se opone abiertamente a Israel por su ofensiva en Gaza; es abogada y ganó apoyo entre los votantes jóvenes.
Tanto durant la campaña como en la jornada electoral, la víspera, ambos candidatos enfrentaron un electorado desmotivado, escéptico y distante de las propuestas que ofrecían los entonces aspirantes al cargo.
Ahora Catherine Connolly ocupará la presidencia de Irlanda por los próximos siete años con el reto de atraer a aquellos sectores aún desmotivados de la población.
Entre los motivos del descontento de los votantes está el tema de la vivienda y el coste de la vida, que afectan hoy a miles de personas y que están en las mentes de los más de 3,6 millones de personas habilitadas para votar en el país.

