
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se prepara para votar el próximo 30 de octubre una nueva resolución sobre el Sáhara Occidental, en coincidencia con la expiración, al día siguiente, del mandato de la Misión de la ONU para el Referéndum (MINURSO), creada en 1991 para organizar una consulta de autodeterminación en el territorio.
El borrador actual, presentado por Estados Unidos, ha generado divisiones profundas ya que limita las negociaciones al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007, omite toda referencia al referéndum de autodeterminación y promueve un papel directo de Washington en el proceso, desplazando el liderazgo tradicional de Naciones Unidas.
Esta versión, conocida como “versión cero”, ha sido cuestionada por varios países miembros por alejarse del marco legal establecido para la descolonización del Sáhara Occidental.
Rusia, China y Argelia han manifestado su rechazo al contenido del proyecto. Argelia propuso incluir una mención explícita al derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro bajo supervisión internacional. Moscú solicitó restaurar el mandato original de la MINURSO y modificar el párrafo 4 del borrador. Pese a estas objeciones, la redacción se ha mantenido sin cambios y será remitida a la presidencia del Consejo para su votación.

En paralelo, el Frente POLISARIO ha reiterado su oposición a participar en cualquier proceso político basado en este borrador. En una carta enviada el 23 de octubre al presidente del Consejo de Seguridad, el representante saharaui ante la ONU, Dr. Sidi Mohamed Omar, denunció que el texto constituye una desviación grave de los principios del derecho internacional. Reafirmó que la soberanía sobre el territorio pertenece exclusivamente al pueblo saharaui y que cualquier solución debe incluir el referéndum de autodeterminación.
La tensión también se ha trasladado al terreno político y social. Cientos de ciudadanos saharauis han salido a manifestarse en distintas dairas y wilayas para rechazar el contenido del proyecto en discusión. Las protestas, que incluyen marchas, mítines y concentraciones, han contado con la participación de mujeres, ancianos y personas con discapacidad. En las ciudades ocupadas por Marruecos, también se han registrado movilizaciones en rechazo al borrador.
El Frente POLISARIO, reconocido por Naciones Unidas y la Unión Africana como representante legítimo del pueblo saharaui, ha reiterado que no aceptará soluciones impuestas ni limitaciones a su derecho a la autodeterminación. El 20 de octubre presentó una propuesta ampliada al Secretario General para reactivar las negociaciones directas con Marruecos, sin condiciones previas y bajo los marcos establecidos por la ONU.
El informe más reciente del Secretario General de Naciones Unidas, presentado el 30 de septiembre, confirma el deterioro progresivo de la situación. El documento registra enfrentamientos armados de baja intensidad, la construcción de infraestructuras por parte del ejército marroquí y restricciones impuestas a la labor de la MINURSO. También menciona el bloqueo al Alto Comisionado para los Derechos Humanos y la represión en los territorios ocupados, aunque evita formular conclusiones políticas.
Las consultas extraordinarias del Consejo de Seguridad, celebradas los días 24 y 27 de octubre, concluyeron sin consenso. Solo Estados Unidos y Francia respaldan el texto en su forma actual, mientras otros países exploran fórmulas alternativas. La falta de acuerdo podría derivar en abstenciones o en el uso del veto, lo que pondría en entredicho la aprobación de la resolución en la votación prevista para el día 30.
El mandato de la MINURSO expira el 31 de octubre. El Consejo deberá decidir si lo renueva en los términos actuales del borrador o si restablece el marco jurídico e institucional que ha guiado la cuestión del Sáhara Occidental como territorio no autónomo pendiente de descolonización.

