
El líder del Movimiento Ansarulá de Yemen, Sayyed Abdul Malik Badreddine Al-Huzí, enfatizó el elevado estatus que Allah ha concedido a quienes mueren en Su camino y a quienes siguen el camino que Él les ha trazado. Subrayó que con Allah no hay pérdida, y que lo que Él ha otorgado a los mártires es mejor que la vida de este mundo.
Explicó que el elevado estatus del que gozan los mártires es un consuelo para sus familiares y una motivación para continuar la yihad en el camino de Allah, sin importar los grandes riesgos. Aclaró que el martirio es un alto grado de fe que se alcanza cuando una persona está dispuesta a sacrificarse en el camino de Allah.
Sayyed Al-Huzí señaló que el martirio en el camino de Allah no es lo opuesto a la cultura de la vida, como algunos afirman, sino que, por el contrario, es la verdadera cultura de la vida. Subrayó que la nación que se mueve con el espíritu de la yihad y el martirio se enorgullece y defiende su dignidad, mientras que el martirio representa la vida para la nación y la protección contra la aniquilación y la humillación.
Afirmó que la cultura del martirio es lo opuesto a la cultura de la subyugación y la cobardía, que en última instancia conduce a la aniquilación. Explicó que algunas etapas de la historia de la nación presenciaron un abandono de la yihad y una profundización del odio hacia el martirio, lo que resultó en grandes desastres y pérdidas humanas debido a la rendición.
Sayyed Al-Huzí señaló que la nación ha sufrido enormemente a lo largo de su historia, desde épocas pasadas hasta el presente, y ha perdido millones de personas que fueron asesinadas sin luchar ni oponer resistencia. Indicó que los estadounidenses han admitido haber matado a casi tres millones de personas en los últimos veinte años, la mayoría de ellas musulmanas, que fueron asesinadas sin haber librado una verdadera batalla.
Añadió que el martirio se opone a la cultura de la sumisión a los enemigos y a la oferta de sacrificios para servirles. Consideró que lo que se observa en los movimientos de los takfiríes y otras formaciones refleja una desviación en la brújula de la enemistad hacia los intereses de EEUU e Israel.
Sayyed Al-Huzí explicó que el martirio en el camino de Allah es una inversión en la inevitable muerte de los seres humanos, ya que está vinculado a una postura y una causa por la que lucha el mártir, y brinda protección a la gente y confrontación con la tiranía y los criminales.
Señaló que las fuerzas de la falsedad, la injusticia y la tiranía se mueven con objetivos satánicos y prácticas criminales, como es el caso de EEUU, Israel y quienes los rodean. Subrayó que los objetivos de los enemigos son esclavizar a los pueblos, saquear sus riquezas, ocupar sus tierras y subyugar sus sociedades.
Sayyed Al-Huzí afirmó que los mártires defienden la verdad y defienden principios, y su contribución se engrandece porque están libres de las ataduras que limitan a los demás. Explicó que muchas personas no actúan en situaciones cruciales por temor al martirio, y su impacto es limitado.
Indicó que quienes encarnan el espíritu del martirio son los que más contribuyen y tienen mayor impacto, y que los mártires están presentes en el campo de batalla como símbolos que representan los valores islámicos y de fe en su máxima expresión. Se convirtieron en motivo de orgullo para su nación y en modelos inspiradores para generaciones, cuyas voluntades, biografías y posturas sirvieron de ejemplo de firmeza y fe.
Sayyed Al-Huzí recalcó que los mártires fueron quienes, con su contribución y sacrificio, hicieron posible la victoria y el honor de su nación. Señaló que las sociedades libres, con una moral elevada y una voluntad férrea, no se doblegan ante el miedo, mientras que las sociedades que temen el martirio se rinden ante sus enemigos y debilitan su voluntad.
Añadió que las sociedades que se someten a sus enemigos y temen el martirio pagan un alto precio por su rendición, mientras que la construcción basada en la fe, vinculada a Allah, es lo que fortalece a una nación y le otorga una moral elevada, permitiéndole afrontar desafíos y riesgos con firmeza y resiliencia.
Sayyed Al-Huzí subrayó que los frutos del sacrificio en el camino de Allah se manifiestan en la victoria, el honor y el empoderamiento en este mundo, y en la dicha y la felicidad eternas en el más allá. Afirmó que cuando una nación avanza con sinceridad por el camino de Allah, Él la apoya, la ayuda y no la abandona.
Consideró que la realidad atestigua que el movimiento coránico ha crecido en honor, poder y victorias frente a sus enemigos, quienes pretendían doblegar su voluntad. Señaló que existen numerosas muestras de las victorias de los creyentes y los muyahidines a lo largo de la historia y en todas las épocas.
Sayyed Al-Huzí recalcó que la yihad en el camino de Allah es la vía más elevada para afrontar el conflicto actual en la realidad humana, porque las fuerzas del mal carecen de misericordia y justicia, y se mueven en la vida para la opresión y la esclavitud, mientras que Allah ha trazado el camino para que la humanidad establezca los valores del bien, la justicia y la benevolencia mediante la yihad en Su camino.

