Mientras nos entretenemos en si los BRICS son buenos o malos o en todas las tonterías y estupideces de Trump, el nuevo mundo sigue avanzando. Nos centramos en lo otro y no en lo que importa. Y lo que importa es lo que no sale en los telediarios y, por lo tanto, en aquellos lugares donde se ven los telediarios para hablar de «falsimedia» y chorradas similares.
Ayer ocurrió algo que va a desembocar en un tsunami… financiero: Camboya ha sido el primer país del mundo en decidir que una parte de sus reservas de oro ya no estén en bancos occidentales (normalmente radicados en EEUU, Gran Bretaña y Suiza) sino en China, en Shenzen, para mayor información. A finales de septiembre os dije que China había lanzado una bomba económica al anunciar que la Bolsa de Oro de Shanghái, se convertía en el nuevo custodio de las reservas de oro extranjeras de aquellos países que quisiesen evitar que ocurriese lo mismo que ha pasado con las reservas rusas, que se las han robado. Ya había ocurrido con el oro de Venezuela y los fondos monetarios de Irán. Rusia no era la excepción, pero sí en cuanto a la cuantía. El paso de China crea un mundo financiero alternativo a Occidente y ya se está comenzando a ver. Y la decisión de Camboya es el primer paso tangible que lo visibiliza.
Camboya no tiene grandes reservas monetarias, se calcula que en torno a los 26.000 millones de dólares, y de ellas una cuarta parte están en oro. En el caso camboyano son 54 toneladas de oro de las que dispone. No es mucho si se compara con otros vecinos suyos como Indonesia (78 toneladas) o Tailandia (234 toneladas), pero sí tiene más que otros como Vietnam (10 toneladas). Pero el hecho de que se haya convertido en el primer país del mundo en trasladar sus reservas de oro a China indica que al menos en esa parte del mundo ya no hay confianza en Occidente y se busca una interdependencia financiera. Porque sin ser tan audaces como Camboya, otros países asiáticos están repatriando sus reservas de oro desde Occidente. Es el caso de India (desde Londres y Zúrich), de Indonesia o de Singapur.
El movimiento de Camboya no es el único. En Arabia Saudita los chinos están construyendo una bóveda para almacenar oro dependiente de la Bolsa de Oro de Shanghái con lo que se da un notorio empujón al acuerdo existente con los sauditas desde 2024 por el que el 15% del comercio -incluyendo el petróleo- se hace en yuanes. Con esta iniciativa Arabia Saudita va a convertir su superávit comercial en yuanes (equivalente a unos 30.000 millones de dólares) en oro. Pero ese oro quedará almacenado en una institución china.
Otra bóveda está en construcción en Malasia (que ha mostrado su disposición a unirse a los BRICS) y están previstas otras dos, una en Singapur y otra en los Emiratos Árabes Unidos (que ya es miembro de los BRICS). Además, China está en conversación con varios países africanos para construir una bóveda del oro en el continente africano.
Hasta el momento, los servicios de «custodia» del oro de los países no solo dan beneficios a quienes los tienen (EEUU, Gran Bretaña y Suiza) sino que permiten a las bolsas de estos países imponer los precios mundiales. En el caso de Gran Bretaña, se estima que tiene en «custodia» unas 5.000 toneladas de oro por un valor cercano a los 600.000 millones de dólares y es por eso que Londres es el principal mercado mundial del oro. De esa cantidad, 31 toneladas son venezolanas y han sido robadas argumentando que Maduro no es un «presidente legítimo». Esto es lo que acaba de evitar Camboya.
Hablando de los BRICS, también ayer se conoció que el comercio intra-BRICS ya supera el equivalente a los 500.000 millones de dólares, teniendo en cuenta que este comercio se hace en las monedas respectivas de cada país y no en dólares.
Y por si fuese poco, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo anunció el miércoles que incorporará el yuan como una de las monedas de liquidación disponibles para aerolíneas y otros proveedores a través de la Cámara de Compensación de esa asociación internacional que agrupa a 581 aerolíneas de todo el mundo.
El camino hacia la desdolarización es irreversible, lo que implica también la des-occidentalización de la economía mundial. Lento, pero seguro.
El Lince


