El reporte “Fuera de foco. La visión de la proximidad”, publicado por el capítulo italiano de Cáritas, organización humanitaria de la Iglesia Católica, apunta que durante 2024 los Centros de Atención de esa entidad apoyaron en este país a 277 mil 775 familias en pobreza extrema, un 3,0 por ciento más que en 2023.
Esa cifra es además un 62,6 por ciento superior a la registrada en 2014, lo que evidencia un incremento acelerado de ese flagelo en esta nación europea durante la última década, con crecientes dificultades económicas, de vivienda, relacionales, educativas, de salud y psicológicas subraya el análisis.
La vigésimo novena edición de ese estudio anual de Cáritas Italia, destaca que la tercera parte de esas familias experimentan dificultades en tres o más ámbitos, y refiere entre las fragilidades a las desigualdades, la violencia contra las mujeres y la pobreza energética.
También se refiere a la carga que, para las familias más pobres del país, representa la denominada ludopatía, o adicción al juego, trastorno psicológico que se caracteriza por la incapacidad de resistir el impulso de asumir esa práctica a pesar de sus negativas consecuencias, al generar graves problemas financieros y sociales.
Los datos muestran que la pobreza extrema afecta actualmente a más de 5,7 millones de personas y 2,2 millones de familias, con un aumento superior al 40 por ciento en la última década, y entre los más afectados se encuentran los menores de edad.
De los 57 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Italia es el único con una variación negativa en los salarios promedio, al presentar una baja del 2,9 por ciento entre 1990 y 2020.
Mientras la pobreza crece, la riqueza promedio de las 50 mil personas más ricas de Italia se duplicó con creces en el mismo período, y las intervenciones puramente asistenciales para enfrentar esta desigualdad ya no son suficientes, refieren los analistas.
Ante tal situación, se requiere un cambio de paradigma hacia políticas integradas y vías de empoderamiento que restablezcan la autonomía, la dignidad y las perspectivas de futuro de las personas, agrega el documento.


