Miguel Ángel Rojas (Unidad y Lucha).— Bertolt Brecht es el más grande dramaturgo, junto a Shakespeare, de todos los tiempos. Vivió inmerso en lo que denominó como malos tiempos para la lírica. Brecht es uno de los más grandes cerebros de la Historia. Escribió en 1948 El pequeño órganon para el teatro, toda la teorización sobre el teatro. Brecht impulsó el denominado Teatro Épico o Teatro Dialéctico. Su genialidad reside en trasladar el materialismo dialéctico y el materialismo histórico al mundo literario, mundo literario que arrastraba el lastre del entramado ideológico pequeñoburgués.
En este opúsculo Brecht compila todo un compendio a la hora de teorizar sobre el teatro, en un momento de enormes complejidades; por un lado, crisis de las vanguardias y, por otro, refugio en el monólogo interior, la entronización del yo o la búsqueda compleja y contradictoria de vincular marxismo y campo literario.
Desde el peso de Diderot y su influencia en el teatro decimonónico, como mercancía complaciente del gusto un tanto kitsch de la pequeña burguesía, los intentos de renovación teatral a través de la vanguardias, cambios formales como las aportaciones de Artaud o Pirandello. Recordemos La bofetada al gusto del público de Mayakovski, el método de Stanislavski, la influencia de Teatro Político de Erwin Piscator, que dejó huella en García Lorca. Ante las insuficiencias teóricas en torno al teatro y la literatura, el pequeño órganon supone una ruptura en el marco teórico del materialismo y la dialéctica. Brecht es el gran orfebre del materialismo y la dialéctica. La aportación de la noción de Verfremdungseffekt como distanciamiento entre actor y personaje, frente al viejo Einfühlung como identificación, marca las pautas y categoría brechtianas más innovadoras.
Brecht considera que el teatro debiera ser una cosa completamente superflua, siempre y cuando se dé por entendido que se vive para lo superfluo. Al igual que debemos entender que hemos de aspirar a trabajar para vivir y no vivir para trabajar, como es el caso de la sociedad capitalista.
