Este domingo, convocados por el Partido de los Trabajadores (PT), el Frente Brasil Popular, Pueblo Sin Miedo, sindicatos y otros movimientos sociales, miles de brasileños se movilizan para rechazar lo que catalogan como una ofensiva derechista desde el Congreso de la nación. Al frente de sus exigencias figura el rechazo al Proyecto de Ley de Dosimetría, que pretende reducir las penas de los condenados por los actos golpistas del 8 de enero de 2023 y beneficiar al expresidente Jair Bolsonaro.
Los manifestantes aseguran que la aprobación de dicho proyecto de ley durante la madrugada del pasado miércoles constituye un ataque contra el sistema democrático del país. Bajo el lema «Congreso enemigo del pueblo», y mediante caminatas, discursos, mítines y actos masivos que incluyeron la participación de importantes figuras de la música y la cultura brasileña, exigen el proyecto no sea discutido en el Senado por considerarlo una estrategia para amnistiar a Jair Bolsonaro y otros golpistas.
En la capital paulista, el acto central se concentró frente al Museo de Arte de São Paulo (MASP), donde los organizadores desplegaron una bandera con la inscripción «Bolsonaro a la cárcel». De igual forma, los manifestantes ocuparon la Avenida Paulista para protestar contra el Congreso Nacional por la aprobación del proyecto de ley.
Estas movilizaciones se enmarcan en un ciclo de renovadas protestas, que incluyó la movilización «Mujeres vivas» de la semana pasada, en que miles de personas denunciaron la nueva ola de feminicidios que ha acabado con la vida de 1.177 mujeres, una media de cuatro por día, de acuerdo con cifras del Gobierno.
Al respecto, Camila Moraes, de la coordinación nacional del Levantamiento Juvenil Popular y secretaria general de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), aseguró que deben responder a estas iniciativas derechistas desde las calles: «Necesitamos dar una respuesta en las calles, tal como lo hicimos con los actos del 21 de septiembre. Derrotamos a la PEC en el bandidaje porque salimos a las calles. Si queremos derrotar a la PEC en la sentencia, tenemos que movilizarnos de nuevo».
En las calles precisamente hicieron sentir su denuncia del accionar del Poder Legislativo, que ha priorizado una agenda lejana de las necesidades sociales más urgentes de los brasileños. Mientras, con este proyecto que se rechaza, se busca impedir la acumulación de penas por los delitos de intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho y de golpe de Estado.
De modo que, su avance implicaría la aplicación solamente de la pena más grave imputada a los procesados por la intentona golpista de 2023, eliminando la suma de la pena por intento de abolición violenta.
Respecto a la actitud de los legiladores con la medida tomada a espaldas del pueblo, Wadson Alonso, psicólogo y funcionario público, aseguró ante la prensa: “Nuestros legisladores nunca se han levantado de madrugada ni para limpiar a su hijo que se había orinado en la cama ni para cambiar un pañal. Pero para votar algo que va en contra de Brasil se levantaron de madrugada, se pusieron su traje y le hicieron este flaco favor a nuestra nación. Es absurdo”.
Con este ánimo de decepción ante la decisión del Poder Legislativo, los brasileños salen a exigir que los golpistas cumplan las condenas que les fueron imputadas y paguen por los crímenes que cometieron contra la democracia del país.
