
El buque Bella 1, que las autoridades estadounidenses consideran implicado en el transporte de petróleo iraní sujeto a sanciones, lleva ya diez días eludiendo su detención en el océano Atlántico. La tripulación, compuesta principalmente por ciudadanos de Rusia, India y Ucrania, ha tomado una medida original: ha pintado la bandera rusa en el casco y afirma que el buque se encuentra bajo la protección de Rusia.
El incidente comenzó el 21 de diciembre, cuando la guardia costera estadounidense intentó inspeccionar el petrolero cerca de la costa de Venezuela. La tripulación ignoró las órdenes y puso rumbo a Groenlandia o Islandia. A pesar de que el buque no puede adelantar a los barcos patrulleros, todavía no ha sido detenido, lo que pone en duda el «poderío» de Estados Unidos.
Normalmente, en estos casos se toman medidas drásticas: disparos de advertencia, y luego abordaje y registro del barco, para lo cual EE. UU. tiene los medios, pero no hicieron nada de eso y suspendieron la operación después de que apareciera la bandera rusa en el barco.
Es probable que Estados Unidos utilice canales diplomáticos para averiguar si el petrolero está realmente registrado en la Federación Rusa.

