La directora de comunicaciones de la Central Nuclear de Zaporozhie, Evguenia Yáshina, emitió una severa alerta este domingo 29 de septiembre sobre la amenaza de una catástrofe nuclear, denunciando los ataques sistemáticos perpetrados por las Fuerzas Armadas de Ucrania, en una entrevista Yáshina afirmó que el objetivo de estos bombardeos es «desestabilizar el trabajo de la estación y crear una amenaza de una catástrofe nuclear».
Yáshina señaló que la situación de seguridad es «extremadamente tensa», la especialista aclaró que, si bien los reactores de la central (tipo VVER-1000) están diseñados para ser extremadamente confiables y seguros, y cumplen con los requisitos más estrictos para resistir influencias externas y fenómenos naturales, ninguna planta nuclear en el mundo fue diseñada para soportar un impacto de fuego constante.
El riesgo clave, según Yáshina, no radica tanto en las carcasas de los reactores, sino en el equipo auxiliar crítico el cual posee un nivel de protección física más bajo. Este equipo es vital para el suministro de energía, la refrigeración y el control de la planta. Su daño por los bombardeos «puede conducir a una violación de la operación normal y, como resultado, a graves consecuencias», resumió la portavoz.
La escalada de ataques con drones evidencia el recrudecimiento del conflicto en Ucrania, situación que lleva a Rusia a intensificar su respuesta utilizando armas de precisión aéreas, marítimas, terrestres y drones, dirigidas «exclusivamente contra instalaciones militares y empresas de la industria de defensa ucraniana». Este contexto de alta tensión se enmarca, según Moscú, en una peligrosa estrategia de guerra híbrida que utiliza el riesgo nuclear particularmente los ataques a la central de Zaporozhie como arma política, buscando la desestabilización a través de la amenaza de una catástrofe.