
El Gobierno de Venezuela agradeció este domingo 16 de noviembre, la valiente manifestación del pueblo estadounidense frente a la Casa Blanca que exige el cese del intervencionismo y de las guerras contra otros países. El ministro para Relaciones Exteriores, Yván Gil, declaró en nombre del presidente Nicolás Maduro que el mismo pueblo estadounidense denuncia que la maquinaria de guerra de su Gobierno desvía fondos que deberían ir a programas sociales destinados a su propia población.
Subrayó Gil que estos recursos se utilizan para financiar el envío de tropas y buques de guerra al Caribe, con el objetivo de amenazar la soberanía territorial de Venezuela y apoderarse de sus recursos naturales. Mientras se financian estas operaciones, el pueblo estadounidense «aún enfrenta la falta de acceso a servicios de salud gratuitos y otros derechos fundamentales», agregó.
El despliegue militar de Estados Unidos (EE. UU.) en el mar Caribe recrudeció con la incorporación del USS Gerald Ford, el portaaviones más grande del mundo. Esta acción, ordenada por el presidente Donald Trump, fue criticada por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos por representar una amenaza a la región.
El USS Gerald Ford, con reactor nuclear y capacidad para más de 75 aeronaves militares, se sumó a buques, un submarino y tropas movilizadas frente a las costas de Venezuela, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. Esta operación generó críticas por los bombardeos contra embarcaciones sospechosas que causaron decenas de víctimas mortales.
El apoyo del Gobierno venezolano a la protesta de los ciudadanos estadounidenses refuerza la estrategia de solidaridad entre pueblos para denunciar la política de agresión e injerencia de la Administración de Donald Trump. Esta postura enfatiza que la política exterior belicista de Washington sacrifica el bienestar social de su propia población para tratar de obtener control hegemónico sobre los recursos del Sur Global que no les pertenecen.

