
Las protestas se registraron en las provincias de Homs, Tartus, Latakia y Hama, donde las Fuerzas de Seguridad Interna procedieron al cierre de carreteras para proteger a los participantes y controlar la afluencia de personas.
En Latakia, la situación se tornó tensa, donde se reportaron heridos luego de que efectivos de Seguridad dispararan para dispersar a los manifestantes. Incidentes similares se produjeron en la plaza Al-Zahraa de Homs.

El portavoz del Ministerio del Interior, Noureddin Al-Baba, llamó a la población a no dejarse influenciar por “convocatorias externas” que, aseguró, buscan provocar sedición y alterar la cohesión social.
Subrayó que las fuerzas internas aseguraron varias concentraciones para impedir que grupos promotores del caos aprovecharan la situación.
El funcionario reiteró que la libertad de expresión está garantizada, siempre que se ejerza dentro de la ley y sin comprometer la paz civil.
Denunció que quienes incitan el caos en las zonas costeras “residen fuera del país” y están desconectados de la realidad local.
Las manifestaciones respondieron a un llamamiento del jeque Ghazal Ghazal, presidente del Consejo Supremo Islámico Alauita, quien denunció en un video lo que calificó de “ajustes de cuentas sectarios” y propuso soluciones como el federalismo y la descentralización política para proteger los derechos de todas las comunidades, en particular la alauita.
El líder religioso convocó a realizar “sentadas pacíficas” en todo el país, negó la existencia de una confrontación entre alauitas y sunitas, criticó a grupos “takfiríes y extremistas” y acusó al gobierno de alimentar tensiones sectarias.
La región costera fue escenario en marzo pasado de graves enfrentamientos entre grupos armados leales al régimen derrocado y fuerzas gubernamentales, hechos que dejaron más de mil 600 muertos, además de saqueos e incendios, según organizaciones de derechos humanos.

