Tribuna Popular.- Los días sábado 22 y domingo 23 de noviembre se celebró en Atenas, Grecia, un acto internacionalista por el 108° aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, bajo el tema: “Mensajes actuales de la Revolución de Octubre en nuestra lucha contemporánea por el socialismo y en condiciones de guerra imperialista”.
La iniciativa organizada por el Partido Comunista de Grecia (KKE) contó con la participación de 26 partidos comunistas y obreros: Partido Comunista (Alemania), Partido Argelino por la Democracia y el Socialismo (PADS), Partido Comunista Argentino, Partido del Trabajo de Austria, Partido Comunista de Dinamarca, Partido Comunista de los Trabajadores de España, Plataforma de Trabajadores Comunistas de EE. UU., Partido Comunista Obrero – por la Paz y el Socialismo (Finlandia), Partido Comunista Revolucionario de Francia, Partido Revolucionario Comunistas (Francia),Partido Comunista de Grecia, Partido de los Trabajadores de Irlanda, Frente Comunista (Italia), Movimiento Socialista de Kazajistán, Partido Comunista de México, Nuevo Partido Comunista de los Países Bajos, Partido Comunista Palestino, Partido Comunista de Pakistán, Partido Comunista Paraguayo, Organización de Comunistas (Rusia), Partido Comunista Sirio, Partido Comunista de Suecia, Partido Comunista Suizo, Partido Comunista de Turquía, Unión de Comunistas de Ucrania, Partido Comunista de Venezuela.
El discurso introductorio fue pronunciado por Dimitris Koutsoumpas, Secretario General del Comité Central del KKE. Por el Partido Comunista de Venezuela intervino en esta gran jornada, Pedro Eusse, miembro de su Buró Político y Secretario para el Movimiento Obrero y Sindical.
A continuación, reproducimos integralmente la intervención del PCV en el Acto Internacionalista por el 108° aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre:
Estimados camaradas participantes en este histórico acto, reciban un fraterno saludo revolucionario del Partido Comunista de Venezuela. Saludamos de manera particular a nuestro anfitrión, el Partido Comunista de Grecia y su pertinente iniciativa que constituye un aporte extraordinario en momentos de agudización de la lucha de clases a escala mundial, poniéndose de relieve el papel de la lucha ideológica, fundamental para combatir y derrotar la ideología burguesa y sus distintas mascaradas, presentes en el seno del movimiento obrero y popular.
Entre los poderosos lazos que unen a nuestros partidos comunistas y obreros, está el reconocimiento de la vigorosa vigencia de la Gran Revolución Socialista de Octubre y su formidable legado, que por su eficacia para las luchas presentes y futuras de la clase obrera en el mundo, siempre pretende ser borrado y tergiversado por el enemigo de clase y sus lacayos.
Desde el proceso de construcción del partido y la precisión de sus tareas revolucionarias en la Rusia autocrática, en la definición de la táctica para la toma del poder por los soviets y luego con el establecimiento de la dictadura del proletariado y la construcción del Estado de obreros y campesinos, la contribución del genio creador de Lenin y los bolcheviques son una fuente inagotable de enseñanzas para la clase obrera y los partidos comunistas. Las tesis marxistas sobre la lucha de clases y el papel revolucionario del proletariado, fueron confirmadas bajo la dirección de Lenin y la vanguardia bolchevique, no solo en el plano nacional sino también en el internacional, cumpliendo la lucha teórica, junto a las otras expresiones de la lucha de clases -la lucha económica y la política-, un papel realmente determinante.
En la actualidad, con un capitalismo global en su fase imperialista inmerso en una profunda crisis estructural, donde el desarrollo bajo control monopolista de las fuerzas productivas -apuntalado por la generación incesante de nuevas tecnologías-, produce una feroz competencia intracapitalista, se ponen en boga concepciones acientíficas sobre el fin o la postergación de la lucha de clases y su sustitución por las pretendidas soluciones geopolíticas.
Incluso hay quienes se aventuran a sostener que, ante el avance de la automatización y los procesos digitales, la clase obrera está en franca extinción, por lo que según ellos pierde sentido la lucha revolucionaria contra las relaciones capitalistas de producción.
Tales concepciones fundamentan las posiciones de la actual socialdemocracia internacional y, paradógicamente, se han hecho dominantes en numerosos partidos que se dicen marxistas-leninistas, en un grotesco abandono de principios, obviando que las nuevas realidades presentes en el mundo objetivamente agudizan las contradicciones capital-trabajo y capital-naturaleza, reafirmándose la necesidad objetiva de la superación revolucionaria de tales contradicciones.
Los contrabandos ideológicos promovidos desde el autodenominado progresismo socialdemócrata y abrazados por tendencias oportunistas y revisionistas presentes en organizaciones que se reivindican comunistas y socialistas, hacen gran daño al proceso de formación de la conciencia revolucionaria en la clase obrera y deben ser combatidos sin tregua, por los marxistas-leninistas consecuentes.
Camaradas, la actual ofensiva reaccionaria, estructural y generalizada del capital a nivel mundial se dirige simultáneamente contra los derechos y conquistas históricas de la clase trabajadora, las corrientes auténticamente populares, democráticas y revolucionarias, y muy especialmente contra la cohesión y fortaleza ideopolítica del movimiento comunista internacional. Por su parte, las guerras y las agresiones imperialistas (Ucrania, Palestina, el Caribe sur y otros puntos de conflicto bélico en el mundo) hacen parte del negocio transnacional del complejo militar-industrial y son una herramienta geopolítica para reconfigurar el dominio imperialista, desviando la atención de las crisis internas.
En el contexto de la agudización de las confrontaciones interimperialistas (económicas, tecnológicas y militares), la clase trabajadora y los movimientos populares cumplen un papel histórico dual: por una parte son las principales víctimas de las guerras, las sanciones, la precarización y la represión y por otra, bajo el liderazgo del proletariado revolucionario, son las únicas fuerzas sociales con capacidad para combatir la guerra imperialista, la explotación y la opresión, convirtiendo la crisis capitalista en una oportunidad revolucionaria. Su papel debe ser la independencia de clase, negándose a ser carne de cañón de cualquier bloque imperialista y dirigiendo su lucha contra el capital y sus gobiernos.
La clase trabajadora mundial ha crecido y se ha transformado bajo la denominada globalización capitalista. Es una clase trabajadora inmensamente más numerosa y global (especialmente en Asia, África y América Latina), pero a la vez profundamente fragmentada por las cadenas globales de valor, la tercerización, la migración forzada y la división entre el proletariado tradicional y los nuevos contingentes de trabajadores de servicios, así como las diversas formas de trabajo flexible que imponen condiciones de sobre-explotación, particularmente contra los jóvenes trabajadores a través de plataformas digitales. Se experimenta una creciente feminización y participación juvenil en el mercado de trabajo, lo que implica nuevas demandas y formas de lucha. Hay una prevalencia de la ideología burguesa y el reformismo en amplios sectores, lo que dificulta la toma de conciencia de clase y la unidad proletaria.
El Movimiento Comunista Internacional (MCI) o más precisamente, la comunidad de partidos comunistas y obreros, se encuentra en una fase de reconstrucción ideológica y orgánica. La caída de la URSS y el campo socialista, producto de la victoria históricamente transitoria de la contrarrevolución, provocó una profunda crisis y fragmentación. Luego el avance del diversionismo ideológico, bajo las premisas del colaboracionismo internacional y nacional de clase, en sustitución de la lucha revolucionaria de clase, ha erosionado profundamente la cohesión y la integridad del movimiento.
Como es sabido, el Partido Comunista de Venezuela ha sido objeto de un ataque brutal desde la élite gobernante reaccionaria, debido a sus posiciones consecuentes en defensa de los intereses de la clase obrera y el pueblo trabajador, golpeados por los dos bandos que se disputan el poder en Venezuela y que responden a los bloques imperialistas que se disputan la hegemonía capitalista mundial, situación que se complejiza ante el peligroso despliegue bélico de Estados Unidos en el Caribe sur, frente a las costas de Venezuela. En tales circunstancias, el PCV reafirma su condición de partido revolucionario de la clase obrera venezolana, que fundamenta su acción internacional en los principios del internacionalismo proletario, la solidaridad antiimperialista, la lucha por la paz y por la victoria histórica del socialismo-comunismo. Sus propuestas concretas se enfocan en tres ejes principales: la consolidación de la vanguardia comunista, la articulación de la lucha obrera y sindical clasista y la defensa activa de la soberanía nacional frente a la agresión imperialista.
El PCV se compromete a jugar un papel activo en la reconstitución ideológica y política del Movimiento Comunista Internacional, contribuyendo a derrotar el oportunismo y superar las divisiones que favorecen al capital y sus agentes. En tal sentido, apoyamos y promovemos encuentros y debates bilaterales y multilaterales para unificar criterios de clase respecto a temas candentes, tales como las actuales características del imperialismo hoy, el papel de las potencias emergentes (como China y Rusia), y la línea de acción contra las guerras imperialistas, creando condiciones para que la clase obrera lidere al conjunto de los explotados y oprimidos, planteándose el objetivo del poder, en lucha por una solución revolucionaria a las crisis capitalistas.
Queridos camaradas, en momentos de agresión y amenaza militar estadounidense contra el pueblo venezolano y ante el creciente autoritarismo antiobrero y antipopular del gobierno de Maduro, solicitamos la mayor solidaridad y acompañamiento en nuestras luchas por una solución democrática, popular, soberana y revolucionaria a la crisis venezolana.
¡Viva el internacionalismo proletario y comunista!
¡Viva la Gran Revolución Socialista de Octubre y su perenne legado de luchas y victorias para la clase obrera y su vanguardia marxista-leninista!
