
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, otorgó este viernes condecoraciones a los integrantes de la brigada que viajó al oriente de Cuba para apoyar en las tareas de recuperación de infraestructura tras la devastación causada por el paso del huracán Melissa. Durante el acto, Maduro subrayó que la solidaridad es el «idioma natural y perfecto» entre Cuba y Venezuela, una fuerza que impulsa la unión y la emancipación de los pueblos de América Latina y el Caribe.
Desde el Palacio de Miraflores, el jefe de Estado venezolano elogió el coraje y la dedicación de los brigadistas, a quienes otorgó la Orden al Mérito Constructores y Constructoras de la Patria «Antonio José de Sucre».
Los miembros de la brigada desplegaron sus esfuerzos en las zonas más golpeadas de la isla caribeña, trabajando incansablemente en la rehabilitación de infraestructuras críticas, como las vías terrestres y el servicio eléctrico.
Según el mandatario, esta acción concreta que incluyó a especialistas de Corpoelec y constructores, demuestra el compromiso de Venezuela en aportar un «granito de arena» junto a los linieros y obreros cubanos para restaurar la normalidad.
En este contexto, Maduro enfatizó la trayectoria histórica de Cuba como «campeona mundial de la solidaridad». Durante más de sesenta años, Cuba ha extendido su mano amiga a África, Asia, toda América Latina y el Caribe, demostrando que la solidaridad es el camino hacia el futuro de la humanidad. El mandatario recordó cómo millones de cubanos se han formado en este espíritu solidario, desde el «ejército de batas blancas» que ha llevado asistencia médica a diversos rincones del mundo, hasta los soldados que participaron en la liberación del sur de África.
El presidente venezolano hizo particular hincapié en la histórica batalla de Cuito Cuanavale, en 1987. Esta gesta fue decisiva para derrotar el apartheid, un régimen oprobioso de racismo, y facilitó la liberación de Nelson Mandela, gracias al apoyo de Fidel Castro, Cuba y su ejército. Esta herencia forja a Cuba como un pueblo profundamente arraigado en el espíritu de la solidaridad. Maduro afirmó que Venezuela también se está forjando en este mismo espíritu, reflejado en la misión de sus brigadistas.
Maduro destacó la importancia de la presencia venezolana en Cuba, a través de los técnicos de Corpoelec y los constructores, quienes trabajaron para recuperar postes, líneas eléctricas y reconstruir carreteras. Insistió en la necesidad de mantener una «solidaridad permanente y activa sin bajar nunca la guardia». Para el presidente, los pueblos de Cuba y Venezuela representan la base más sólida para la reunificación de toda América Latina y el Caribe.
El mandatario venezolano proyectó una visión para el futuro del hemisferio, donde el camino no sea la guerra, la amenaza militar, el colonialismo o el esclavismo. «El tiempo del colonialismo y del esclavismo, el tiempo del vasallaje, el tiempo de arrastrarse a las órdenes de los poderes imperiales, ese tiempo quedó muy lejos atrás», sentenció Maduro. Afirmó que ni venezolanos ni cubanos desean ser esclavos de nadie, subrayando la dignidad y soberanía de ambos pueblos.
Por ello, Maduro reafirmó que el camino a seguir es la solidaridad, la unión, la emancipación conjunta y la lucha permanente en todos los escenarios para la construcción de un mundo nuevo y, sobre todo, un continente libre. Felicitó a los brigadistas por las condecoraciones bien merecidas, incluyendo un botón especial otorgado en nombre de José Martí, reconociendo su labor como un testimonio viviente de estos principios fundamentales.
Durante su paso por el oriente cubano a finales de octubre, con fuertes vientos e intensas lluvias asociadas, el huracán Melissa provocó daños en 116.100 viviendas, según informaron las autoridades de la República de Cuba.

