Israel

La impunidad de Israel es tan brutal que, observar a los gobiernos de los distintos países emitiendo comunicados o dando una rueda de prensa para manifestar su teatral enojo, resulta patético.. Es fácil imaginar que pasaría si cualquier otro país cometiera un genocidio y atacase a las propias tropas de la ONU. La presencia todo poderosa de EE.UU apoyando el sionismo explica casi todo. El imperialismo es la causa primera, combatirlo es la causa más justa.

El estadounidense Scott Ritter, ex inspector de armamentos de la ONU, afirma que Israel está a punto de bombardear las instalaciones nucleares civiles de Irán. De ser cierto, Israel estaría arriesgándose a ver su propia instalación nuclear militar de Dimona, convertida en blanco de un bombardeo convencional iraní. Eso sería además una grave escalada hacia la guerra mundial. A menos que ya haya algún tipo de arreglo en fase de negociación.

En un reportaje detallado, el periódico israelí Jerusalem Post insiste en el gran número de israelíes que abandonan el país debido a la escalada de la guerra en curso, subrayando que desde su creación no se alcanzaban cifras tan elevadas de emigrantes.

La estrategia, que busca aumentar la presión sobre el movimiento palestino Hamás, ha sido criticada por EE.UU., la ONU y organizaciones humanitarias.

Todo lo que Israel está haciendo a los palestinos en Gaza y en otras partes de Israel fue iniciado en Vietnam… El comportamiento amable no cambiará el paradigma. El fracaso sí.

Hay un adagio en español que dice: “tan culpable el quien hace el mal como el cómplice”, el que se adapta perfectamente al genocidio que comete desde hace un año Israel contra poblaciones civiles de Palestina y del Líbano con el abrumador apoyo económico, militar y político de Estados Unidos.

Ayer Hezbollah atacó un campamento de élite de la Brigada Golani con un escuadrón de drones que superaron con éxito las defensas aéreas israelíes en Haifa. Los primeros informes confirman la muerte de Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del ejército israelí.

Los combatientes de Hezbolá frustran heroicamente los intentos de infiltración israelíes e infligen graves pérdidas entre las fuerzas enemigas, al tiempo que mantienen las ciudades y asentamientos sionistas bajo el fuego de cohetes.