Israel

El Instituto de Investigación Aplicada de Jerusalén acusa al Gobierno de Netanyahu de impulsar una estrategia colonial mediante la apropiación de tierras y el desplazamiento de familias palestinas.

Organizaciones de derechos humanos exigen su liberación y advierten sobre el colapso del sistema sanitario en los territorios ocupados.

Los ataques aéreos y la demolición de viviendas desafían el alto el fuego

Agencias de la ONU urgen acción inmediata para evitar la hambruna generalizada, con Palestina y Sudán en la lista de máxima preocupación.

Las fuerzas israelíes realizaron una ola de demoliciones de edificios residenciales en la ciudad de Gaza desde que se anunció el alto el fuego, el 10 de octubre, al tiempo que Amnistía Internacional pidió a Israel que no apruebe la ley que impondría la pena capital a presos palestinos acusados de “terrorismo”.

La “línea amarilla” recorre Gaza de norte a sur, dividiendo la Franja en dos. Al oeste de la línea se encuentra la zona de la que se retiró el ejército israelí, incluyendo los principales centros urbanos destruidos donde se concentra la mayor parte de la población desplazada de Gaza. Es también en esta zona donde los militantes de Hamás han reaparecido públicamente e intentan restablecer el orden y el estado de derecho en la Franja de Gaza. Al este de la línea se encuentra la zona controlada por el ejército israelí, que abarca la mayor parte del norte de Gaza, toda Rafah y la parte oriental de todo el territorio.

Desde el inicio del cese de hostilidades el 10 de octubre de 2025, las autoridades israelíes han impedido el ingreso del 76% de la ayuda humanitaria acordada.

El antiguo embajador israelí en Washington, Michael Herzog, ha revelado que el gobierno de Tel Aviv llegó a acuerdos informales con Washington para continuar bombardeando objetivos en Líbano, a pesar del alto el fuego negociado por Estados Unidos y Francia a finales de 2019.