Los Estados Unidos y el «capitalismo fascista»

Maurizio Lazzarato.— Este es el eje central, el significado político del nuevo Gobierno estadounidense, cuyas decisiones políticas, arbitrarias y unilaterales, tienen como objetivo expropiar la riqueza de aliados y enemigos.

 

Trump está imponiendo las relaciones de poder por la fuerza; una vez establecida la división entre quienes mandan y quienes obedecen, se pueden reconstruir las normas económicas y jurídicas, los automatismos de la economía, las instituciones nacionales e internacionales, expresión de un nuevo “orden”.

En cierto sentido, Trump politiza lo que el neoliberalismo había intentado despolitizar: ya no es la “objetividad” del sistema de mercado, de las leyes financieras, la que manda, sino la acción de un ‘señor’ que decide de forma arbitraria la cantidad de riqueza que tiene derecho a extraer de la producción de sus ‘siervos’.

Así, hoy en día, el capitalismo ya no necesita, como antes, confiar el poder a los fascismos históricos, porque la democracia se utiliza para sus propios fines, hasta el punto de producir y reproducir la guerra, la guerra civil y el genocidio.

Los nuevos fascismos son marginales en comparación con los fascismos históricos y, cuando acceden al poder, se alinean inmediatamente con el capital y el Estado, limitándose a intensificar la legislación autoritaria y represiva y actuando sobre el aspecto simbólico-cultural.

Un artículo importante, que hay que debatir en profundidad.

“La acumulación originaria, el estado natural del capital,

es el prototipo de la crisis capitalista”. Hans Junger Krahl

El capitalismo no se reduce a un ciclo de acumulación, ya que siempre va precedido, acompañado y seguido de un ciclo estratégico definido por el conflicto, la guerra, la guerra civil y, eventualmente, la revolución.

El ciclo estratégico incluye, sí, la acumulación originaria tal y como la explica Marx, pero solo como su primera fase; a esta le sigue el ejercicio de la violencia incorporada en la “producción” y su despliegue en forma de guerra y guerra civil cuando el ciclo económico se agota.

Para obtener una descripción exhaustiva del ciclo estratégico, hay que esperar al siglo XX, con su transformación en el ciclo de la revolución soviética y china, que corrige y completa a Marx desde varios puntos de vista.

Los dos ciclos funcionan juntos, encadenan sus dinámicas, pero también pueden separarse: desde 2008, el ciclo del conflicto, la guerra y la guerra civil (y la eventual e improbable revolución) se ha separado progresivamente del ciclo de la acumulación en sentido estricto.

El bloqueo, los impasses de la acumulación de capital requieren la intervención del ciclo estratégico, que funciona a partir de las relaciones de fuerza y de la relación no económica amigo-enemigo.

Desde que se afirmó el imperialismo, la importancia del ciclo estratégico no ha hecho más que aumentar. Los ciclos de la guerra, de la gran violencia, del uso arbitrario de la fuerza se suceden rápidamente. Estados Unidos impuso en tres ocasiones (1945, 1971 y 1991) las normas económicas y jurídicas del mercado mundial y del Nomos de la Tierra (orden mundial).

En tres ocasiones las eliminó porque ya no eran funcionales, sustituyéndolas por nuevas normas: el fordismo de 1945 fue desmantelado en los años 70; el llamado “neoliberalismo”, elegido en su lugar y extendido por todo el mundo en 1991 tras el fin de la URSS, se derrumbó en 2008. La actual acumulación primitiva cambia una vez más las reglas del juego, para un más que improbable “Make America Great Again”.

El análisis del ciclo estratégico en el capitalismo contemporáneo debe partir de los Estados Unidos, porque es allí donde se concentran los dispositivos de poder, las instituciones militares, financieras y monetarias de las que los propios Estados Unidos tienen el monopolio, prohibiendo el acceso a los “aliados” europeos o de Asia oriental, es decir, a los países sometidos o por la guerra (Alemania, Japón, Italia), o por el poder económico y financiero (Francia, Inglaterra), y sobre todo negado al Sur del mundo.

A partir de la crisis de 2008, el ciclo estratégico pasó a primer plano hasta desplazar al “mercado”, las reglas económicas, el derecho internacional, las relaciones diplomáticas entre Estados, etc., a pesar de tener como objetivo relanzar la economía estadounidense en graves dificultades e impedir su implosión.

La nueva acumulación primitiva y el ciclo estratégico se desarrollan ante nuestros ojos. El “estado de excepción” fue desencadenado por Trump y se desarrolla de manera muy diferente a la definición canónica dada por Carl Schmitt o retomada por Giorgio Agamben: en lugar de afectar al derecho público y a la constitución formal del Estado-nación, afecta en primer lugar a las reglas de la constitución material del mercado mundial y a las normas del derecho internacional propias del orden mundial.

Con el estado de excepción global, el espacio en el que se dibuja el Nomos de la tierra, con sus líneas de amistad y hostilidad, es el de la guerra civil mundial.

En lugar de centrarse en el derecho, el estado de excepción global integra profundamente la economía, la política, el ejército y el derecho.

La guerra civil mundial se refleja en la guerra civil interna de los Estados Unidos, intensificando el racismo y el sexismo, la militarización del territorio, la deportación de migrantes, atacando universidades, museos, demonizando palabras, conceptos, etc.: la población de los Estados Unidos está profundamente dividida: y no (solo) entre el 1 % y el 99 %, como se dice desde el movimiento Occupy Wall Street en adelante, sino entre el 20 % que garantiza la mayor parte del consumo del enorme mercado interno (que representa las tres cuartas partes del PIB estadounidense) y el 80 % cuya capacidad de consumo se estanca o retrocede. Las políticas fiscales se aplican para garantizar la propiedad y el hiperconsumo de la parte más rica.

Trump politiza lo que el llamado neoliberalismo intentaba obstinadamente despolitizar, sin conseguirlo. Una vez suspendidas todas las reglas, el uso de la fuerza extraeconómica se convierte en la condición previa para la producción económica, la constitución del derecho y la creación de cualquier institución.

Primero se imponen las relaciones de poder por la fuerza. Luego, una vez establecida la división entre quienes mandan y quienes obedecen (y la situación se ha estabilizado porque los vencidos la han aceptado), se pueden reconstruir las normas económicas y jurídicas, los automatismos de la economía, las instituciones nacionales e internacionales, expresión de un nuevo “orden”.

El funcionamiento del ciclo estratégico durante el “estado de excepción global” está garantizado por decisiones políticas arbitrarias y unilaterales de la administración estadounidense, que pretenden imponer una serie de “apoderamientos” (apropiaciones, expropiaciones, saqueos) de la riqueza ajena, extorsionados directamente, sin la mediación ni de la explotación industrial, ni de la depredación operada por la deuda o la financiarización.

¿Cuál es el significado de esta larga (y aquí parcial[1]) lista de decisiones políticas tomadas a partir del poder coercitivo del Estado imperial?

El cambio en las relaciones “económicas” no es inmanente a la producción, no es el resultado de las “leyes” de las finanzas, la industria y el comercio establecidas por la teoría económica.

Los “automatismos” de la economía, impuestos políticamente entre los años 70 y 80 por los Estados Unidos, no pueden sino reproducir los fines para los que fueron instituidos políticamente (financiarización, dólar como única moneda de cambio y de reserva, economía de la deuda, deslocalización industrial, etc.) y, por lo tanto, reproducir la crisis.

Estos dispositivos no tienen la capacidad de innovar, de distribuir el poder de otra manera, de producir nuevas relaciones entre Estados y entre clases, condiciones para una ‘nueva’ producción. La configuración de poderes que se busca requiere una ruptura. No se deduce de la situación que condujo a la crisis, sino que requiere un salto fuera de ella.

Para comprender lo “político” que siempre ha gestionado estas fases de acumulación primitiva, no hay que crear una contraposición con lo “económico” ni reducirlo al conjunto de la clase y las instituciones políticas.

Se entiende mejor si se piensa en ello como la coordinación de diferentes centros de poder (administrativo, financiero, militar, monetario, industrial, mediático) que se dotan de una estrategia.

Los intereses heterogéneos que los caracterizan encuentran una mediación en la necesidad de derrotar a un “enemigo común”: el resto del mundo, pero sobre todo los BRICS, en particular Rusia y China.

La administración Trump asume la función de capitalista colectivo, de líder capaz de negociar una estrategia con los demás poderes (financieros, militares, monetarios, etc.) que siguen actuando según sus propios intereses, pero que deben encontrar una convergencia porque lo que está en juego no es solo la salud de la economía estadounidense, sino la posibilidad del colapso de toda la maquinaria económico-política del capitalismo financiero y de la deuda, ya agotada.

Se movilizan simultáneamente intimidaciones y chantajes económicos, intimidaciones y chantajes de carácter militar, guerras y genocidios.

Estados Unidos presta especial atención a su “patio trasero” (América Latina): amenaza con intervenir militarmente, con el pretexto del narcotráfico, en Colombia, México, Haití y El Salvador, mientras despliega cañoneras contra Venezuela.

Han convocado a los ministros de Defensa de la región en Buenos Aires (19-21 de agosto) para pedir una alineación total contra China e imponer un refuerzo de la presencia del ejército estadounidense en los “estrechos” (Magallanes, Panamá, etc.), cuellos de botella del comercio mundial, “que podrían ser utilizados por el Partido Comunista Chino para proyectar su poder, interrumpir el comercio y desafiar la soberanía de nuestras naciones y la neutralidad de la Antártida”.

En estas condiciones, es incluso difícil hablar de capitalismo, de “modo de producción”, porque nos enfrentamos a la acción de un ‘señor’ que decide de forma arbitraria las cantidades de riqueza que tiene derecho a extraer de la producción de sus ‘siervos’.

El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, declaró sin el menor pudor que Estados Unidos tratará la riqueza de sus ‘aliados’ como si fuera suya: Japón, Corea, los Emiratos y, sobre todo, Europa se han comprometido a invertir “según los deseos del presidente”. Se trata de un “fondo soberano, gestionado a discreción del presidente, para financiar una nueva industrialización”. El presentador de Fox News, atónito, lo define como un “fondo de apropiación offshore”. Bessent: “Oh, es un fondo soberano estadounidense, pero con el dinero de otros”.

Las relaciones impersonales del mercado vuelven a ser personales, oponiéndose “el amo a sus esclavos”, el colonizador a los colonizados; no es ni el fetichismo de las mercancías, ni los automatismos de la moneda, del mercado, de la deuda, etc., lo que manda y decide, sino la fuerza, expresión de una voluntad política.

Estados Unidos ya no define a un “competidor”, sino que declara a un “enemigo”, identificado con el resto del mundo, incluidos los aliados (ante todo los aliados, porque forman parte de la misma clase dominante y están aterrorizados por la idea del colapso del centro del sistema, que también supondría su caída; para salvar el capitalismo, están dispuestos a despojar a sus propios pueblos, en particular a Europa que, como Japón en los años 80, tendrá que hacerse cargo de pagar la crisis estadounidense, sacrificando su propia economía y las clases populares, exponiéndose al riesgo de una guerra civil).

La ley del valor o de la utilidad marginal, es decir, el conjunto de categorías de la economía clásica o neoclásica, son completamente inútiles: no explican nada de lo que está sucediendo.

En lugar de modelos econométricos muy complicados, basta con una operación matemática aprendida en la escuela primaria para calcular los aranceles que se deben aplicar al resto del mundo. La llamada complejidad de las sociedades contemporáneas cede fácilmente al dualismo político amigo/enemigoLa “destrucción creativa” no es prerrogativa del empresario, sino obra de los responsables políticos, económicos y militares.

Para explicar lo que está sucediendo, ni siquiera El capital de Marx (a menos que se parta de la acumulación primitiva y no del análisis de la mercancía) resulta muy útil.

Pierre Clastres, a partir de una lectura de Nietzsche muy diferente a la de Foucault y centrada en el concepto de voluntad de poder, puede proporcionarnos algunos puntos de reflexión: las relaciones económicas son relaciones de poder que nunca podemos separar de la guerra.

Su descripción del funcionamiento del “poder” cuando se afirma a expensas de las antiguas “sociedades contra el Estado” sigue siendo hoy en día el comentario más adecuado al funcionamiento actual de la maquinaria Estado/Capital de la administración estadounidense.

El orden económico, es decir, la división de la sociedad entre ricos y pobres, explotadores y explotados es el resultado de una división más fundamental de la sociedad: la división entre quienes mandan y quienes obedecen, entre quienes detentan el poder y quienes lo sufren.

Por lo tanto, es esencial comprender cuándo y cómo surge, en una sociedad, la relación de poder, de mando y obediencia.

¿De qué manera quienes detentan el poder se convierten en explotadores, y cómo quienes lo sufren o lo reconocen —poco importa— se convierten en explotados?

El punto de partida, sencillamente, es el tributo. Es fundamental. No olvidemos nunca que el poder solo existe en su ejercicio: un poder que no se ejerce no es poder.

La señal del poder, la señal de que realmente existe, es, para quienes lo reconocen, la obligación de pagar un tributo. La esencia de la relación de poder es la relación de deuda. Cuando la sociedad está dividida entre quienes mandan y quienes obedecen, el primer acto de quienes mandan es decir a los demás: “Nosotros mandamos, y os lo demostramos obligándoos a pagar un tributo”.

Podemos interpretar fácilmente la relación entre mando y obediencia como determinada por la violencia de la acumulación primitiva que no deja de repetirse; y la relación explotador/explotado como ejercicio del poder de mandar integrado en la producción una vez que se ha establecido el “orden” y se ha “normalizado” la situación.

Las dos relaciones son acciones complementarias, ejercidas por la misma máquina Estado-Capital.

La crítica de Clastres a lo “económico”, capaz de determinar en última instancia lo “político”, nos parece pertinente, siempre que se considere la voluntad de poder y la voluntad de acumulación como dos caras de la misma moneda.

El tributo que hay que pagar a la administración estadounidense debería ser el signo de una nueva redistribución del poder, capaz de diseñar un nuevo Nomos de la tierraes decir, una relación de subordinación colonial de los aliados y los BRICS —aunque esta sea una operación más difícil— a los Estados Unidos.

Dentro de cada Estado, el tributo debe ser el signo de la sumisión de las clases dominadas, las únicas que pagarán la crisis del imperio.

La arrogancia de Trump oculta su debilidad: quiere imponer un nuevo orden mundial, mientras que es el ejecutor de la derrota estratégica de la OTAN en Ucrania, de una crisis económica colosal que choca con el Sur global, que no se somete como los europeos.

El nuevo orden no puede establecerse sino a través del imperialismo, caracterizado, desde su nacimiento, por la complementariedad de la economía y la política, de la guerra y la producción. El imperialismo colectivo, definido por Samir Amin en los años 70, en el que el papel central estaba reservado a los Estados Unidosse ha transformado en una verdadera subordinación colonial de los aliados: Europa, Corea, Japón, Canadá, etc.

Europa se encuentra hoy en una situación de subordinación colonial similar a la que Inglaterra impuso a la India en el siglo XIX. Al igual que la India de entonces, debe pagar un tributo al país “ocupante”, construir y financiar ejércitos europeos con material adquirido a los Estados Unidos, para librar guerras contra enemigos definidos por la potencia imperial (la guerra en Ucrania es el laboratorio y la prueba general de este tipo de guerra).

Neoliberalismo o la reversibilidad del fascismo y el capitalismo

La nueva fase del ciclo estratégico, iniciada en 2008 y que conduce a la guerra abierta, trae consigo una gran novedad. La maquinaria Estado-Capital ya no delega en los fascistas el uso de la gran violencia: la organiza por su cuenta, quizás escarmentada por la autonomía que se había tomado el nazismo en la primera mitad del siglo XX. El genocidio arroja una luz inquietante sobre la naturaleza del capitalismo y la democracia, obligándonos a verlos como quizás nunca los habíamos visto antes.

El capitalismo y las democracias organizan juntos un genocidio como si fuera lo más normal y natural del mundo. Un gran número de empresas (logística, armamento, comunicación, control, etc.) han participado en la economía de ocupación de Palestina y ahora organizan, sin ningún escrúpulo, la economía del genocidio.

Al igual que las empresas alemanas en los años 30 y 40, garantizan enormes beneficios mediante la limpieza étnica de los palestinos. El índice principal de la Bolsa de Tel Aviv ha subido un 200 % durante el genocidio, lo que garantiza un flujo continuo de capitales, sobre todo estadounidenses y europeos, hacia Israel.

Con el genocidio, las democracias liberales retoman los hilos de su genealogía, que, una vez suprimida, vuelve con fuerza: la estadounidense tiene sus fundamentos en el genocidio de los indígenas, en el establecimiento de la esclavitud y el racismo, mientras que las democracias europeas hacían lo mismo, pero en colonias lejanas. La cuestión colonial, racial y la esclavitud están en el centro de ambas revoluciones liberales de finales del siglo XVIII.

El racismo estructural que caracteriza al capitalismo —hoy concentrado contra los musulmanes— ha sido aceptado de manera indecente por los israelíes y por todos los medios de comunicación y las clases políticas occidentales. Aquí tampoco hay realmente necesidad de nuevos fascistas, porque son los Estados, sobre todo los europeos, los que lo han alimentado desde los años 80 (mientras que en Estados Unidos es endémico, eje del ejercicio del poder).

El racismo está profundamente arraigado en la democracia y el capitalismo desde la conquista de América, ya que en este sistema reina la desigualdad, y una de las principales formas de legitimarla es precisamente el racismo.

El debate sobre los fascismos contemporáneos va por detrás de la realidad (véase también el libro de Alberto Toscano sobre el tema), ya que ninguno de estos “nuevos fascismos” es capaz de ejercer tal violencia o practicar una destrucción a esta escala. No son como sus predecesores, al frente de una contrarrevolución masiva contra el socialismo, por varias razones. La principal: hoy en día no existe ningún enemigo real que se parezca, ni siquiera remotamente, a los bolcheviques. Los movimientos políticos contemporáneos no representan ningún peligro real, son absolutamente inofensivos.

Los nuevos fascismos son marginales en comparación con los fascismos históricos y, cuando acceden al poder, se alinean inmediatamente con el capital y el Estado, limitándose a intensificar la legislación autoritaria y represiva y actuando en el ámbito simbólico-cultural.

Trump (o Milei) representa la imagen adecuada del “capitalista fascista” porque encarna una parte de la clase capitalista y actúa en consecuencia. La acción de Trump no tiene nada, salvo marginalmente, del folclore fascista histórico cuando actúa a nivel geopolítico, con el objetivo de salvar al capitalismo estadounidense de la implosión, mientras que, por el contrario, impone un devenir fascista a todos los aspectos de la sociedad estadounidenseTrump combina perfectamente el capitalismo y el fascismo.

El capitalismo ya no necesita, como antes, confiar el poder a los fascismos históricos, porque la democracia se ha vaciado desde dentro a partir de los años 70 (al menos desde la época de la Comisión Trilateral). Es una cáscara vacía que puede utilizarse de todas las maneras posibles.

Produce, desde el interior de sus propias instituciones —al igual que el capitalismo desde el interior de las finanzas y el Estado desde el interior de su propia administración y su propio ejército— la guerra, la guerra civil, el genocidio.

Los “nuevos fascismos” o el “posfascismo” son actores secundarios. No pueden intervenir en modo alguno en las decisiones tomadas por los centros de poder financiero, militar, monetario, estatal, etc.; solo deben aceptarlas. El primero de ellos es el “fascismo italiano”.

¿Cómo comprender esta situación sin precedentes? Sus raíces se hunden en la fase anterior de acumulación primitiva que organizó la transición del fordismo al llamado “neoliberalismo”. El ciclo estratégico organizado por la administración Nixon —para hacer pagar, como hoy, la crisis acumulada en los años 60 al resto del mundo— fue incluso más violento que la acción de Trump: decisión unilateral de inconvertibilidad del dólar en oro, aranceles del 10 % para todos, capitales japoneses puestos a disposición de EE. UU., el «acuerdo» del Plaza que saqueó a Japón, la China de la época, sacrificando su economía para salvar el capitalismo estadounidense; la decisión política de construir un “superimperialismo” del dólar; el restablecimiento político de las relaciones con China, que será decisivo para la globalización contrarrevolucionaria, etc.

Uno de los episodios más dramáticos de este ciclo estratégico fueron las guerras civiles desatadas en toda América Latina que, al mismo tiempo, decretaron el fin de la revolución mundial e iniciaron los primeros experimentos denominados neoliberales. A este respecto, es interesante retomar el análisis del premio Nobel de Economía Paul Samuelson sobre el neoliberalismo naciente, siempre marginado.

Se ha convertido el análisis de El nacimiento de la biopolítica de Foucault en  una formidable anticipación del neoliberalismo, mientras que, en el mismo período, la interpretación de Paul Samuelson corta de raíz la ambigua admiración por el mercado, las libertades, la tolerancia hacia las minorías, la crítica de los monopolios y la soberanía, la gubernamentalidad, etc., describiendo en cambio la economía neoliberal como un “fascismo capitalista”, en el sentido de que con el mercado de los neoliberales los dos términos se vuelven reversibles. Esta categoría, eliminada, podría quizás ayudarnos a comprender la genealogía del genocidio democrático-capitalista.

Me refiero, por supuesto, a la solución fascista. Si las leyes del mercado conllevan inestabilidad política, los simpatizantes del fascismo sacarán la siguiente conclusión:

¡Acabad con la democracia e imponed un régimen de mercado a la sociedad civil! Poco importa si para ello hay que acabar con los sindicatos o encarcelar a los intelectuales incómodos, o incluso obligarlos al exilio[2].

A partir de los años setenta, el “mercado” destruyó progresivamente la democracia de la posguerra, la única que se parecía vagamente a su propio concepto, ya que había nacido de las guerras civiles mundiales contra el nazismo.

Una vez agotada esta energía política, el capitalismo fascista comenzó a afianzarse. La lógica del “mercado”, en lugar de representar una alternativa a la guerra y a la gran violencia, las contiene, las alimenta y, finalmente, las practica en primera persona, hasta el genocidio.

En la era de los monopolios, el mercado —mediación que se suponía automática— representa, en realidad, el fin de toda mediación, ya que hace emerger la fuerza como actor decisivo: la fuerza de los monopolios, la fuerza de las finanzas, la fuerza del Estado, la fuerza de los ejércitos, etc.

No solo fue necesaria la guerra civil para imponer el “neoliberalismo”, sino que su funcionamiento se basa en la integración de la violencia. El mercado es ya, en este sentido, una economía fascista.

Samuelson subvierte las creencias más arraigadas: la economía de los Chicago Boys, de Hayek, de Friedman, etc., es una forma de fascismo y constituye un paradigma para la economía en general. La experiencia neoliberal es la de una “economía impuesta”, exactamente lo que la administración Trump intenta llevar a cabo: un “capitalismo impuesto” (otra acertada definición de Samuelson) mediante la fuerza.

La undécima edición de 1980 de “Economía” incluye un capítulo dedicado a este detestable problema del fascismo capitalista. Por así decirlo, si Chile y los “Chicago Boys” no hubieran existido, habría sido necesario inventarlos para erigirlos en paradigma. Es interesante recordar lo que decía al respecto, sobre todo porque los conservadores, que soportan mal la evolución de las democracias, son sin embargo incapaces de llevar hasta el final su propio razonamiento. Huyen ante la conclusión a la que llegarían, es decir, el fascismo, y se contentan con proponer un límite constitucional a la imposición. Esta es su versión del capitalismo impuesto.

Hemos aceptado la narrativa liberal, en lugar de preguntarnos por qué su gobernanza desemboca, como en la primera mitad del siglo XX, en la guerra, el fascismo y el genocidio.

No hemos sido capaces de sacar las consecuencias que se derivan de ello, y sin embargo hemos pasado de las “libertades” del llamado neoliberalismo al genocidio democrático-capitalista, sin golpes de Estado, sin “marchas sobre Roma”, sin contrarrevoluciones masivas, como si se tratara de una evolución natural.

Nadie en el establishment, y sobre todo las clases políticas o los medios de comunicación, se ha sentido incómodo. Al contrario: estos últimos se han alineado con impresionante rapidez con un discurso que contradice de arriba abajo la ideología profesada durante décadas sobre los derechos humanos, el derecho internacional, la democracia contra las dictaduras, etc.

Para que todo esto se desarrollara sin el menor problema, era necesario que los horrores físicos y mediáticos del genocidio estuvieran ya inscritos en las estructuras del sistema, que, una vez surgidos, no los consideró una aberración, sino su normalidad.

Todo sucedió como si fuera algo natural. El capitalismo “liberal” se expresó y se realizó de forma natural y completa en el genocidio, sin la mediación de los fascistas, sin que estos se constituyeran en una fuerza política “autónoma”, como en los años veinte del siglo XX.

No vemos lo que tenemos ante nuestros ojos porque hemos interiorizado demasiados filtros “democráticos”, una idea pacificada del capitalismo que nos impide leer correctamente lo que ha sucedido con la construcción del neoliberalismo a partir de América Latina.

Releemos a Samuelson teniendo en cuenta todos los comentarios de los pensadores “críticos” que, incluso después de 2008, siguen hablando de neoliberalismo. Las dictaduras sudamericanas, con miles de asesinados, torturados y exiliados, son solo una variante del fascismo de mercado que prospera en la democracia.

Les dejo descubrir mi descripción del fascismo capitalista: los generales y almirantes toman el poder. Eliminan a sus predecesores de izquierda, exilian a los opositores, encarcelan a los disidentes intelectuales, limitan los sindicatos, controlan la prensa y toda actividad política.

Sin embargo, en esta variante del fascismo de mercado, los líderes militares no intervienen en la economía (…) Los opositores al régimen chileno llamaron a este grupo, con cierta injusticia, los Chicago Boys, para subrayar el hecho de que muchos de ellos habían recibido su formación económica en la Universidad de Chicago o habían sufrido su influencia.

Estos economistas son partidarios de los mercados libres. Entonces, el reloj de la historia da marcha atrás. El mercado es libre, la oferta monetaria está estrictamente controlada. Sin transferencias de asistencia, los trabajadores se ven obligados a trabajar o morir de hambre. Los desempleados mantienen ahora baja la tasa de crecimiento salarial. La inflación puede reducirse drásticamente, si no eliminarse por completo.

En realidad, el mercado “fascista” nunca tuvo una función económica, sino ante todo represiva, luego disciplinaria, de individualización del proletariado y de ruptura de toda acción colectiva y solidaria.

El mercado ha sido una gigantesca construcción ideológica bajo la cual se desarrollaba tranquilamente la depredación operada por el monopolio del “dólar” y las “finanzas”el ejercicio de la violencia por parte de los ejércitos estadounidenses, los verdaderos actores económico-políticos del “neoliberalismo” que nunca han sido regulados ni gobernados por el mercado.

¿Dónde podemos verificar la pertinencia del concepto de Samuelson que implica el aparente oxímoron de “democracia fascista”?

Nos cuesta captar la realidad, porque la gran violencia que une la democracia y el capitalismo borra, con una facilidad desconcertante, los valores de Occidente, custodios de sus constituciones.

El joven Marx nos recuerda que el alma de las constituciones liberales no es la libertad, ni la igualdad, ni la fraternidad, sino la propiedad privada burguesa. Una verdad ineludible, tanto más cuanto que es el “derecho más sagrado del hombre”, como afirmó la Revolución Francesa. En realidad, el único valor verdadero del Occidente capitalista. La propiedad es sin duda el medio más pertinente para definir la situación de los oprimidos.

La acumulación original puesta en marcha en los años 70 por Nixon impuso políticamente una apropiación y una distribución primarias, estableciendo una división de la propiedad inédita con respecto a Marx: su distribución no se produce, en primer lugar, entre capitalistas, propietarios de los medios de producción, y obreros, desprovistos de toda propiedad, sino entre los propietarios de acciones y obligaciones, es decir, entre los titulares de valores financieros y los que no los poseen.

Esta “economía” funciona como los aranceles aduaneros de Trumpun gravamen de la riqueza sobre la sociedad de los “sirvientes”, con la única diferencia de que la depredación pasa por el “automatismo”, mantenido de forma continua y política, de las finanzas y la deuda.

La sociedad está más dividida que nunca: en la parte superior se concentran los propietarios de títulos, en la parte inferior la gran mayoría de la población, que en realidad ya no está compuesta por sujetos políticos, sino por “excluidos”.

Al igual que para los siervos del antiguo régimen, la “función” económica no implica un reconocimiento político.

La integración del movimiento obrero, reconocido como actor político de la economía y la democracia, en los años de la posguerra, se ha transformado en la exclusión de las clases populares de toda instancia de decisión política.

La financiarización ha permitido a las élites practicar la secesión, que reduce las relaciones con los “sirvientes” exclusivamente a la explotación y el dominio.  No solo han sido expropiados económicamente, sino que también se les ha privado de toda identidad política, hasta el punto de adoptar la cultura/identidad del enemigo: individualismo, consumo, ethos de la televisión y la publicidad. Hoy en día, quieren imponer una identidad fascista y belicista.

Los nuevos siervos están fragmentados, dispersos, individualizados, divididos de mil maneras (por género, raza, ingresos, patrimonio, etc.), pero todos participan en diferentes grados en la sociedad de segregación establecida por la maquinaria Estado-Capital, que ya ni siquiera necesita legitimación, tanto le favorecen las relaciones de fuerza. Se decide sobre el genocidio, el rearme, la guerra, las políticas económicas sin tener que rendir cuentas a los subordinados.

El consenso ya no es necesario porque los proletarios son demasiado débiles para pretender contar para algo. Está claro que en esta situación la democracia no tiene ningún sentidoLa condición de los oprimidos se asemeja más a la de los colonizados (colonización generalizada) que a la de los «ciudadanos».

Walter Benjamin nos había advertido:

Sorprenderse de que las cosas que vivimos sean “todavía” posibles en el siglo XX no tiene nada de filosófico. No es el comienzo de ningún conocimiento, salvo el de que la idea de historia que lo ha generado es insostenible.

Lo que no es sostenible es también una cierta idea del capitalismo, cultivada por el economicismo del marxismo occidental. Lenin definía el capitalismo imperialista como reaccionario, a diferencia del capitalismo competitivo, en el que Marx aún veía aspectos “progresistas”.

La financiarización y la economía de la deuda han construido un monstruo que combina capitalismo/democracia/fascismo, lo que no plantea ningún problema a las clases dominantes.

Debemos interrogarnos sobre la naturaleza del ciclo estratégico del enemigo e imponernos un único objetivo: transformarlo en ciclo estratégico de la revolución.

* Notas

[1– Los aranceles aduaneros varían entre el 15 % y el 50 %. Su reducción estará condicionada a corto plazo a la compra de títulos estadounidenses que tienen dificultades para encontrar compradores en los mercados.

– Los aranceles aduaneros tienen un doble objetivo: económico (Estados Unidos necesita dinero fresco para cubrir su déficit) y/o político (la India comercia libremente con Rusia, etc., y Brasil “apunta” a Bolsonaro).

– Obligación de comprar energía estadounidense cuatro veces más cara que el precio pagado a los rusos: Europa ha prometido comprar 750 000 millones de dólares en energía a Estados Unidos, que no posee esa cantidad.

– Obligación de invertir miles de millones de dólares en la reindustrialización estadounidense (Japón, Europa, Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos han prometido cifras astronómicas; Europa, 600 000 millones de dólares, considerados un “regalo” por Trump). Inversiones que quedarán a discreción de Estados Unidos.

– Obligación de comprar armas al sistema militar-industrial-académico estadounidense, bajo la amenaza de un aumento de los aranceles aduaneros.

– La Ley Genius autoriza a los bancos a mantener stablecoins como moneda de reserva para hacer frente a las dificultades de inversión de la enorme deuda pública. La condición política de estas stablecoins es que estén indexadas al dólar y se utilicen para la compra de deuda estadounidense.

– El arancel aduanero del 39 % impuesto a Suiza afecta al oro, del que es un importante exportador a Estados Unidos, porque los bancos (especialmente en el sur) prefieren comprar y mantener oro en lugar de dólares.

– Obligación para los fabricantes de chips de hacer trazables sus exportaciones y, si es necesario, poder destruirlas a distancia (ley en fase de aprobación).

– Exportaciones de tecnología basadas en criterios políticos.

– Obligación de abrir los mercados a los productos estadounidenses exentos de cualquier impuesto, en particular, los beneficios de las empresas tecnológicas estadounidenses no deben tributar.

– Libertad para exportar cualquier producto estadounidense, incluso si la legislación europea lo prohíbe.

[2] Samuelson Paul A. L’économie mondiale à la fin du siècle. En: «Revue française d’économie», volumen 1, n.º 1, 1986. pp. 21-49.

Publicado originalmente por  Machina Rivista

Traducción:  Observatorio de trabajadores en lucha

Rusia está terminando la limpieza en los alrededores de una localidad clave: ¿cuán importante es?

La agrupación de tropas rusas Oeste (Západ) está llevando a cabo una operación de limpieza en los alrededores de la ciudad de Kírovsk, situada en la República Popular de Donetsk (Rusia), informó este domingo el Ministerio de Defensa del país euroasiático.

De acuerdo con la cartera, fuerzas rusas han mejorado su posición táctica y ahora están realizando trabajos de limpieza cerca de la ciudad, que es una importante localidad estratégica que abre el camino hacia Krasny Limán.

Medios, citando fuentes de Defensa, reportaron que un grupo de las fuerzas de Kiev que huía de Kírovsk en dirección a Krasny Limán expulsaba y disparaba contra civiles que permanecían en sus casas, destruyendo toda la infraestructura de la localidad a su paso.

Concentración de fuerzas enemigas «considerables»

A mediados de septiembre, el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas y primer viceministro de Defensa de Rusia, general Valeri Guerásimov, evaluando la situación actual en el frente, declaró que la agrupación de tropas Oeste estaba a punto de completar la liberación de Kírovsk.

Luego, desde el Ministerio de Defensa detallaron que el régimen de Kiev concentró en esta dirección «fuerzas considerables«, en total tres brigadas con hasta 19 batallones desplegados que utilizaron una táctica de convertir en fortines de combate bien reforzados casas y sótanos. Agregaron que el hecho de que Kírovsk esté rodeado de áreas boscosas y elevaciones permitía al Ejército ucraniano camuflar sus posiciones y dificultaba las acciones de tropas rusas. Además, las FF.AA. ucranianas habían preparado posiciones defensivas a lo largo del río Zherebets, que es una barrera natural para llevar a cabo operaciones.

No obstante, las unidades de la agrupación de tropas Oeste tomaron por sorpresa a los militares ucranianos y, tras vadear el río de manera inmediata, se adentraron en profundidad en las defensas enemiga.

¿Cuán importante es Kírovsk?

Kírovsk se ubica en la dirección clave de Krasny Limán, por lo que la liberación de la urbe ofrecerá ventajas tácticas para consolidar avances y logros en la zona controlada por fuerzas rusas. La geografía de Kírovsk, con sus ríos, bosques y zonas elevadas, también puede permitir disponer de barreras naturales que favorecen la defensa.

Al liberar la ciudad y controlarla, las fuerzas rusas también serán capaces de desarticular parte de la defensa enemiga, obstaculizar su movilidad y líneas de abastecimiento y refuerzo a las puertas de Krasny Limán.

Cabe recordar que para el Ejército ucraniano, Krasny Limán es un importante centro logístico y base de retaguardia, que permite controlar la ruta de Svátovo a Severodonetsk y llevar a cabo contraataques en esas direcciones. El control de la ciudad por parte de las FF.AA. rusas les permitirá ampliar la cabeza de puente en la orilla derecha del río Zherebets y abrir el camino para liberar Slaviansk y Kramatorsk desde el norte, posiciones defensivas clave para el Ejército ucraniano en Donbass, así como localidades en la provincia de Járkov.

Ataques de los nazis apuntan a desestabilizar la seguridad nuclear

La escalada de ataques con drones evidencia el recrudecimiento del conflicto en Ucrania. Foto: EFE.

La directora de comunicaciones de la Central Nuclear de Zaporozhie, Evguenia Yáshina, emitió una severa alerta este domingo 29 de septiembre sobre la amenaza de una catástrofe nuclear, denunciando los ataques sistemáticos perpetrados por las Fuerzas Armadas de Ucrania, en una entrevista Yáshina afirmó que el objetivo de estos bombardeos es «desestabilizar el trabajo de la estación y crear una amenaza de una catástrofe nuclear».

 

Yáshina señaló que la situación de seguridad es «extremadamente tensa», la especialista aclaró que, si bien los reactores de la central (tipo VVER-1000) están diseñados para ser extremadamente confiables y seguros, y cumplen con los requisitos más estrictos para resistir influencias externas y fenómenos naturales, ninguna planta nuclear en el mundo fue diseñada para soportar un impacto de fuego constante.

El riesgo clave, según Yáshina, no radica tanto en las carcasas de los reactores, sino en el equipo auxiliar crítico el cual posee un nivel de protección física más bajo. Este equipo es vital para el suministro de energía, la refrigeración y el control de la planta. Su daño por los bombardeos «puede conducir a una violación de la operación normal y, como resultado, a graves consecuencias», resumió la portavoz.

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La escalada de ataques con drones evidencia el recrudecimiento del conflicto en Ucrania, situación que lleva a Rusia a intensificar su respuesta utilizando armas de precisión aéreas, marítimas, terrestres y drones, dirigidas «exclusivamente contra instalaciones militares y empresas de la industria de defensa ucraniana». Este contexto de alta tensión se enmarca, según Moscú, en una peligrosa estrategia de guerra híbrida que utiliza el riesgo nuclear particularmente los ataques a la central de Zaporozhie como arma política, buscando la desestabilización a través de la amenaza de una catástrofe.

Filme Un poeta hace historia dentro de la cinematografía de Colombia

El largometraje, que fue recientemente seleccionado para representar al país neogranadino en los premios Goya y Oscar 2026, aventajó en el certamen de España a otras 11 cintas de probada calidad producidas por Argentina, Chile, Uruguay, Ecuador y Brasil.

Cuando tomó el reconocimiento, el creador de la película admitió que la idea partió de su frustración con la industria cinematográfica.

“Es duro hacer cine en Latinoamérica, son años y años para sacar una película adelante. Es más que natural que dedique este premio a todas las personas que están intentando hacer cine allí”, declaró.

Recientemente, el protagonista de Un poeta, Ubeimar Ríos, fue el ganador en la categoría Premio a la Interpretación en el Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz, entregado el pasado jueves 25 en el suroeste de Francia.

Esa última distinción se suma asimismo a la conferida a la cinta en junio pasado, con el Premio Especial del Jurado en el ciclo Un Certain Regard, en la edición 78 Festival de cine de Cannes, en Francia.

La cinta fue ambientada en la ciudad de Medellín, en el noroeste de Colombia, y relata un pasaje de la vida tragicómica de Óscar Restrepo, un escritor olvidado de mediana edad, sumido en la melancolía y el alcohol.

Su contenido alaba el poder redentor de la poesía mediante el descubrimiento del profesor del talento de Yurlady, una estudiante con la cual entabla una particular relación.

Además de Ríos como el poeta, el otro rol protagónico recae en la joven Rebeca Andrade, quien debutó como actriz en esta filmación.

El largometraje, coproducido por Colombia, Alemania y Suecia, recibió buena aceptación del público y favorables reseñas de la crítica especializada.

El experto turco Mehmet Basutcula lo describió como “una gran película que calienta el corazón. Una heredera noble del cine social y poético de los años 70”.

La misión principal de los CDR sigue siendo la defensa de la Revolución

El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, destacó hoy el papel de los Comités de Defensa de la Revolución(CDR) para impulsar la participación del pueblo en las tareas de la nación.

 

Al conmemorarse, este sábado, el aniversario 65 de la más numerosa organización de masas del país, el mandatario ratificó que la misión principal de los CDR sigue siendo la defensa de la Revolución en cada barrio.

«… Lo dice Gerardo (Hernández) a Cubadebate (sitio digital cubano) en el aniversario 65 de esa organización, fundada por Fidel (Castro), que sigue siendo esencial para la participación de nuestro pueblo».

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Durante las celebraciones por la fundación cederista en la central provincia de Ciego de Ávila- ganadora de la emulación nacional- se reconoció además a los afiliados de Santiago de Cuba, Las Tunas (oriente) y Matanzas (centro) por el cumplimiento exitoso de las tareas.

Desde su creación el 28 de septiembre de 1960, bajo la iniciativa del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, los CDR han mantenido viva su esencia revolucionaria mientras se adaptan a las nuevas realidades sociales y políticas del país.

Prensa Latina / Granma

Claves para saber como funciona el sionismo

David Miller*.— ¿Cuál es la función del movimiento sionista?

Comencemos con cuatro afirmaciones que, en conjunto, definen lo que hace el movimiento sionista sumando sus funciones.

El movimiento sionista crea y sostiene el «lobby israelí» para extender su alcance ideológico y político, moldeando la política exterior e interior de los países donde opera.

Proporciona apoyo material para la limpieza étnica y el genocidio, canalizando millones cada año a través de organizaciones benéficas que contribuyen al robo de tierras y a los crímenes de guerra.

Prepara a niños y jóvenes para que se conviertan en leales ideológicos mediante una vasta red de escuelas, sinagogas, grupos juveniles y programas de reclutamiento de colonos, como las giras Birthright, el viaje a Masa y el Programa del Soldado Solitario.

Además de todo esto, el movimiento envía sistemáticamente a sus seguidores a la sociedad en general como agentes vitalicios de la ideología sionista.

Esto no es una metáfora. Es infiltración.

Este concepto de infiltración va más allá del modelo tradicional de inteligencia de reclutar agentes para misiones encubiertas, aunque este también forma parte de él. Implica también la utilización de individuos que son, en cierto sentido, agentes encubiertos, listos para ser activados.

Pero es más que eso, en el sentido de que, en muchos casos, los durmientes no necesitan un toque de atención para participar en una misión específica. Ya están preparados para actuar cuando los intereses del llamado Estado judío se ven amenazados, o incluso cuando simplemente se imagina que lo están.

Están preparados por su experiencia, a menudo de décadas, de radicalización y preparación para convertirse en creyentes sionistas ideológicos. En otras palabras, se trata de un nivel multifacético y profundo de infiltración, cultivado desde la infancia y reforzado a lo largo de cada etapa de la vida.

Para entender cómo surgió un sistema así, debemos examinar los orígenes y la evolución del propio movimiento sionista.

El movimiento sionista

Incluso los sionistas más radicales y los socialistas más revolucionarios coinciden en un punto: antes de 1948, el movimiento sionista funcionaba como una fuerza política coordinada. Organizó y ejecutó la Nakba —la limpieza étnica y el desplazamiento masivo de palestinos— para establecer lo que llamó el Estado de Israel. Los sionistas, por supuesto, rechazan esta terminología, pero la historia es clara.

Tras alcanzar su objetivo principal en 1948, el movimiento consideró brevemente su disolución. Sin embargo, en el Congreso Sionista Mundial celebrado en Jerusalén en 1951, los delegados optaron por continuar y redefinir nuevas metas para el futuro.

Esto condujo a la creación del » Programa de Jerusalén «, que codificó formalmente los nuevos objetivos del movimiento. Junto con él, el parlamento israelí promulgó la Ley de la Organización Sionista Mundial-Agencia Judía (Estatuto) para regir la relación entre el «Estado de Israel» y el movimiento sionista.

Dicha ley sigue vigente hoy en día, configurando las operaciones y responsabilidades del movimiento sionista global.

Congreso de 1951

En el Congreso Sionista Mundial celebrado en Jerusalén el 24 de septiembre de 1951, el movimiento se encontraba en una encrucijada. Con la fundación del Estado de Israel tres años antes, los delegados debatieron si el movimiento sionista había cumplido su propósito y debía disolverse o reconstituirse con nuevos objetivos.

En la práctica, por 286 votos a favor y 0 en contra, con la abstención de los 438 delegados restantes, el Congreso decidió continuar sus trabajos. El evento adoptó un nuevo conjunto de objetivos para reorientar el movimiento. Estos se definieron como: el fortalecimiento del Estado de Israel, la reunificación de los exiliados en Eretz Israel y el fomento de la unidad del pueblo judío.

Este momento marcó la transformación del sionismo, que pasó de ser un movimiento colonial de asentamiento a una infraestructura ideológica global.

Ya no se trataba solo de construir un Estado, sino de arraigarlo en los corazones, las mentes y las instituciones de los judíos de todo el mundo.

El estatus del movimiento sionista

La ley aprobada por la Knéset para formalizar la relación entre el movimiento sionista y el Estado de Israel detalló las obligaciones de ambas partes. Designó a la Organización Sionista Mundial como el organismo autorizado responsable del desarrollo y la colonización del territorio, la absorción de inmigrantes de la diáspora y la coordinación de la labor de las instituciones judías que operan en Israel.

Fundamentalmente, la ley afirmó que el Estado de Israel “espera la cooperación de todos los judíos, como individuos y grupos, en la construcción del Estado”.

Además, estipuló que la Organización Sionista Mundial “requiere plena cooperación y coordinación de su parte con el Estado de Israel y su Gobierno, de conformidad con las leyes del Estado”. Para tal fin, la ley dispuso la creación de un comité formal para coordinar las actividades entre el gobierno israelí y la dirección ejecutiva del movimiento sionista.

En otras palabras, el Estado de Israel y la Organización Sionista Mundial, por ley, están obligados a colaborar y, como también lo establece la ley, ambos organismos esperan la cooperación de “todos los judíos”. Hasta qué punto se cumple esta expectativa sigue siendo una cuestión empírica.

Establecido inicialmente en el Congreso Sionista de 1951 y promulgado en 1953, el Programa de Jerusalén estableció los objetivos operativos de la Organización Sionista Mundial. Este documento fundacional fue revisado posteriormente en 1968 y nuevamente en 2004 para reflejar las prioridades cambiantes del movimiento. Estas revisiones formalizaron una serie de compromisos ideológicos aún vigentes, conocidos colectivamente como los «fundamentos del sionismo».

Entre estas se encuentran la preservación de la unidad judía y su vínculo duradero con Eretz Israel, así como la centralidad del Estado de Israel, específicamente Jerusalén, en la vida nacional judía.

El programa afirma el apoyo a la aliá masiva de todos los países y la integración de los inmigrantes judíos en la sociedad israelí. Exige fortalecer a Israel como un Estado judío, sionista y democrático; promover la educación judía, hebrea y sionista para preservar la identidad del pueblo judío; y defender los derechos de los judíos a nivel mundial, a la vez que se combate el antisemitismo. De manera más reveladora, afirma que la colonización del país sigue siendo una expresión esencial del sionismo práctico.

Estos principios pretenden guiar la actividad sionista tanto en Israel como en el resto del mundo. Para aclarar plenamente el papel de cada sionista en el extranjero, el movimiento publicó posteriormente una guía aparte que detalla sus responsabilidades personales fuera de la Palestina ocupada.

Deberes del sionista individual

Los deberes del sionista individua se codifica inicialmente en un documento de política de 1972, aprobado en el 28.º Congreso Sionista. Posteriormente, se adoptaron como parte integral de las resoluciones del 29.º Congreso en 1978. La resolución describía las obligaciones personales derivadas del Programa de Jerusalén y de la membresía formal en una organización sionista.

Entre estas obligaciones se encontraba el llamado a hacer aliá, es decir, a convertirse en colono en la Palestina ocupada. Otras incluían unirse a federaciones sionistas locales o grupos afiliados, promover activamente el programa ideológico del movimiento y garantizar que los niños recibieran educación sionista, hebrea y judía diseñada para reforzar la lealtad a Israel.

También se esperaba que los sionistas donaran económicamente a través de canales establecidos como Keren Hayesod, el Fondo Nacional Judío o sus filiales locales, para consolidar la economía de Israel y financiar sus objetivos expansionistas.

Con la excepción de convertirse físicamente en colono, todos estos deberes constituyen un llamado explícito a la infiltración en las sociedades de acogida. Sin embargo, quizás el deber más directo sea «fortalecer la influencia sionista en la comunidad». Esto probablemente se refiere a la «comunidad judía» y no a la sociedad en general. Aun así, sigue siendo un llamado a expandir la influencia del sionismo en la sociedad en su conjunto.

Cabría preguntarse cuánta atención prestan los sionistas comunes a tales llamamientos. ¿Son estas palabras secas y muertas, abandonadas a acumular polvo en los Archivos Sionistas Centrales de Al Quds?

¿O aún animan las actividades centrales del

movimiento hoy en día? Analicémoslo.

Aquí hay un informe de 1961 del Jewish Chronicle sobre una reunión sionista en Glasgow, que me llegó mientras escribía esto. Lo presento como un ejemplo del pensamiento y las actividades prácticas del movimiento. La reunión fue diseñada específicamente como un evento educativo sionista y expuso un conjunto particular de ideas.

Las medidas que deberían tomarse para que los niños de la diáspora siguieran siendo judíos fueron analizadas por el profesor Ernst Simon, de la Universidad Hebrea, durante su discurso en una reunión celebrada en el Hotel Central la semana pasada, en el marco de la Quincena Educativa de la Federación Sionista.

El Sr. Edward Woolfson , presidente de la Federación Sionista de Glasgow , presidió la reunión. Al esbozar un programa práctico para la crianza de los niños como judíos, el Dr. Simon declaró que este debería comenzar con la educación de las futuras madres y padres judíos en clínicas de orientación infantil.

Como resultado, los niños, desde sus primeros años, serían criados en un ambiente donde se observarían todos los símbolos y costumbres de la vida judía.

Posteriormente, los niños serían enviados a un jardín de infancia judío o hebreo, y posteriormente a una escuela judía diurna. Otro aspecto importante del programa, continuó el Dr. Simon, sería la creación de un resurgimiento judío…

Desde esta perspectiva, la educación sionista exigía que los niños permanecieran judíos, lo que hacía que la «educación judía» fuera crucial para el movimiento. Un informe de 1961 lo reflejó, un año antes de que la Federación Sionista Británica fundara la primera y única escuela judía de Escocia, Calderwood Lodge . ¿Sigue vigente hoy ese compromiso de inculcar el sionismo?

Un compromiso de por vida con la ideología genocida

Ciertamente lo es. Aunque la Logia Calderwood fue absorbida por las autoridades locales en 1982, sigue siendo una escuela sionista en la actualidad. Colabora con la United Jewish Israel Appeal (UJIA), Maccabi , Mitzvah Day , la Scottish Jewish Youth Alliance (SJYA) y otros grupos sionistas. (La SJYA es a su vez una colaboración entre Glasgow Maccabi y UJIA Scotland , ambas organizaciones sionistas). La escuela también conmemora el Día de la Independencia de Israel (Yom Ha’atzmaut) y la «liberación» de Jerusalén (Yom Yerushalayim), término con el que se refieren a la ocupación ilegal de Jerusalén Este en 1967.

Celebrando la creación de la entidad sionista en la Escuela Primaria Calderwood, 2025, con Shayna Conn (derecha), de la Alianza Juvenil Judía Escocesa. La UJIA es la sede en el Reino Unido de una de las cuatro «instituciones nacionales» de Israel, establecida para crear y sostener el Estado de Israel. Actúa como filial en el Reino Unido de Keren Hayesod, entidad que recauda fondos para financiar los asentamientos en Palestina.

En su informe anual 2018-2019, la UJIA describió su misión como el desarrollo de una «conexión permanente» entre Israel y la comunidad de la diáspora, comenzando con niños de tan solo cuatro años. De los 12 programas escolares que gestiona la UJIA, nueve se imparten en escuelas primarias y llegan a miles de alumnos.

De Toda una Vida de Conexión: Informe Anual de la UJIA 2018-19. Fuente: United Jewish Israel Appeal“Un pueblo judío británico fuerte con un compromiso de por vida con Israel”. Fuente | Llamamiento Judío Unido por Israel

¿Funciona?

Diversas estadísticas sugieren que entre el 60% y el 90% de los judíos británicos (o quizás más) se identifican como alguna forma de sionista.

Una investigación realizada por Pew en Estados Unidos en 2021 reveló que «ocho de cada diez judíos estadounidenses afirman que preocuparse por Israel es una parte esencial o importante de lo que significa para ellos ser judíos.

Casi seis de cada diez afirman sentir un apego emocional a Israel». En el Reino Unido, un estudio realizado en 2024 por el Instituto de Investigación de Políticas Judías informó que «el 73 % afirma sentirse muy o algo apegado al país. Sin embargo, la proporción de quienes se identifican como sionistas ha disminuido del 72 % al 63 % en la última década».

Los ultrasionistas suelen afirmar que aún más judíos se identifican como sionistas. Por ejemplo, la llamada Campaña contra el Antisemitismo realizó una encuesta a finales de 2023 que arrojó cifras aún más altas. Según se informa , «reveló que el 97 % de los judíos británicos se sienten ‘personalmente conectados’ con los acontecimientos que suceden en Israel… el 80 % de los encuestados se consideraba sionista».

Parece que las actividades de la UJIA y del movimiento sionista en general están dando sus frutos. Sin embargo, tras dos años de genocidio transmitido en directo, también crece el malestar y la disidencia dentro de la comunidad judía, especialmente entre los jóvenes.

Una encuesta reciente citada en el Jewish Chronicle reveló que «solo» el 57% de los judíos veinteañeros «se identificaban con el sionismo».

Sin embargo, el grado de adhesión al sionismo sigue siendo demasiado elevado. Esto significa que hay sionistas en toda la estructura social de la mayoría de las naciones avanzadas, incluso cuando la población judía es muy pequeña, como en el Reino Unido, donde se ha reducido al 0,4 %. En Estados Unidos, los judíos representan aproximadamente el 2,4 % de la población.

La incómoda verdad es que el movimiento sionista insta a sus seguidores a infiltrarse en las sociedades donde viven y a mostrar su compromiso con su ideología racista a toda costa. Como muestran los ejemplos de la UJIA mencionados, fomentan un compromiso de por vida con Israel. Pero ¿es ese el llamado «tropo» de la doble lealtad, la supuesta afirmación racista de que los judíos son más leales al Estado de Israel que a los países donde residen?

Solo si lo decimos nosotros , si lo dicen ellos , está bien; no hay nada que ver aquí. Como comentó Pat Buchanan en un debate con Ralph Nader, «la doble lealtad sería una mejora».

El hecho es que el movimiento sionista promueve el compromiso tanto con la ideología como con la práctica del sionismo, incluso cuando esto contradice los intereses de la nación anfitriona. En el caso del Estado, esto es cierto en la mayoría de los casos. En el caso de la ciudadanía, es cierto en todos.

Conozca a los infiltrados sionistas

Algunos dentro del movimiento consideran obsoleto el término «infiltración», argumentando que implica una estrategia sionista deliberada. Sin embargo, este artículo ha demostrado que dicha estrategia existe. La pregunta, sin embargo, es cuán consciente o deliberada es. La evidencia sugiere que existen diferentes tipos de infiltración y diferentes tipos de infiltradores.

Podemos empezar con aquellos que participan directa o indirectamente en formas específicas de infiltración en nombre de las agencias de la entidad sionista. Sus actividades se ajustan más al sentido tradicional del término. A partir de ahí, nos centramos en aquellos con vínculos más laxos con el movimiento en su conjunto. A continuación, describo seis tipos de infiltración.

Servicio directo a la Entidad Sionista

La forma más obvia de infiltración es el servicio directo a la entidad sionista mediante la colaboración con sus agencias de inteligencia.

Un ejemplo es la familia Ofer, que violó las sanciones estadounidenses al entregar agentes y armas del Mossad para operaciones de subversión y asesinato en Irán. Otra implica actividades vinculadas a Jeffrey Epstein, quien recopilaba información sexual para la inteligencia israelí.

El Mossad también recurre a los Sayanim , sus colaboradores informales en el extranjero, entre los que destaca Robert Maxwell. Además, miles de sionistas colaboran con el Ministerio de Asuntos de la Diáspora de Israel y su predecesor, el Ministerio de Asuntos Estratégicos.

Sus operaciones abarcan desde la propaganda y el cabildeo hasta el troleo, la difusión de información confidencial y la guerra legal .

Una de estas redes es el Movimiento de Combate al Antisemitismo , que cuenta con casi 1000 miembros y opera en colaboración con Voces de Israel, una empresa del Ministerio de Asuntos de la Diáspora. En total, miles de grupos sionistas participan en esta actividad.

Las empresas tecnológicas emergentes como estrategia sionista

También se presta servicio directamente a la entidad sionista mediante la creación de empresas tecnológicas emergentes fundadas por ex-personal de inteligencia. Esta ha sido durante mucho tiempo una estrategia de la Unidad 8200, la agencia de inteligencia de señales de Israel. Hoy en día, existen cientos de empresas de este tipo en la industria tecnológica.

Algunas se han vuelto ampliamente conocidas y controvertidas, como  Cellebrite , NICE , Toka y NSO Group , fabricante del producto de vigilancia Pegasus. Un listado en línea de 28 empresas de este tipo registra un valor combinado de 208 000 millones de dólares.

El uso encubierto de este vasto aparato de vigilancia por parte del régimen sionista ha sido ampliamente conocido. Los informes de investigación también muestran que un número significativo de infiltrados sionistas —incluidos antiguos miembros de las fuerzas de ocupación, agentes de inteligencia y otros— han alcanzado altos cargos en los principales medios de comunicación y las grandes empresas tecnológicas , como Google , Apple , Facebook/Meta, Microsoft , TikTok y otras.

Emisarios del Proyecto Sionista

También existe un equivalente civil de los Sayanim, conocidos como Shlichim o emisarios. La Agencia Judía, uno de los cuatro pilares del movimiento sionista formal, envía Shlichim desde la Palestina ocupada para tender lo que denomina «puentes vivos hacia Israel». Estos emisarios se ubican en escuelas, sinagogas, centros comunitarios juveniles (JCC), campamentos, universidades, movimientos juveniles y federaciones de todo el mundo.

En 2021, la Unión de Estudiantes Judíos, el grupo estudiantil sionista del Reino Unido, informó haber acogido a dos Shlijim de la Agencia Judía.

El diario recientemente revelado de la embajadora de Israel en el Reino Unido incluso registra un «desayuno de despedida» que ofreció en julio de 2024 a los Shlijim que regresaban a la entidad sionista tras completar sus períodos de servicio.

Otros grupos sionistas también envían emisarios. El Movimiento Mundial Mizrachi, por ejemplo, envió unos 300 el año pasado. La secta haredí Jabad —descrita por los críticos como una secta genocida— utiliza el mismo término para su red global de emisarios. Según el propio Jabad , «hoy en día, 4.900 familias emisarias de Jabad-Lubavitch, o shlujim, operan 3.500 instituciones en 100 países y territorios, con actividades en muchos más».

Redes familiares sionistas

Otra forma de servicio al genocidio proviene de las redes familiares sionistas en Occidente, en particular mediante donaciones filantrópicas. Las fundaciones familiares canalizan fondos a organizaciones sionistas, todas las cuales incentivan eficazmente el genocidio.

Un ejemplo son los numerosos millones donados por

Sheldon y Miriam Adelson a candidatos políticos pro-sionistas. «Soy una persona con un solo tema. Ese tema es Israel», declaró Adelson en 2017. En el Reino Unido, la familia Lewis , propietaria de River Island, y la familia Wolfson , propietaria de Next, donan millones para apoyar el genocidio. Sus contribuciones financian directamente a las fuerzas de ocupación, así como la construcción de asentamientos y la limpieza étnica en Cisjordania.

Las fundaciones familiares sionistas gastan millones más en difundir la islamofobia (a través de Policy Exchange y la Henry Jackson Society en el Reino Unido y a través de la llamada red de islamofobia en los EE.UU.).

Fondos adicionales se destinan a adoctrinar a niños judíos a través de guarderías, escuelas, grupos de jóvenes, grupos de estudiantes y giras “Birthright”, que promueven la creencia racista de que los judíos tienen derecho de nacimiento a robar tierras palestinas y matar a niños palestinos.

Las familias multimillonarias sionistas dominan estas donaciones, pero miles de personas más también contribuyen a través de organizaciones benéficas y causas sionistas, grandes y pequeñas. Se estima que en el Reino Unido existen unas 3.000 organizaciones de este tipo, y en Estados Unidos probablemente más de 10.000. Una recopilación preliminar de datos sobre grupos sionistas estadounidenses está disponible aquí .

Defendiendo el sionismo a lo largo de la vida

La última forma de infiltración está directamente vinculada a la estrategia sionista de garantizar que todos los judíos asuman un compromiso duradero y de por vida con Israel. Como se ha demostrado en este artículo, esto ha sido fundamental para el movimiento sionista desde al menos 1951 y sigue siéndolo hoy en día.

Los sionistas esperan que todos los judíos actúen en nombre de Israel siempre que se les solicite o cuando perciban que sus intereses están amenazados.

En la práctica, esto significa servir al sionismo a través de actividades profesionales, políticas y sociales diarias, dondequiera que los sionistas se encuentren: en los medios de comunicación, los partidos políticos, las empresas, las finanzas, las escuelas, las universidades y la sociedad civil, incluidas las organizaciones de izquierda y las llamadas “antirracistas”.

En otras palabras, los sionistas en toda la estructura social participan en la subversión y la infiltración. Un ejemplo es la red judía dentro de la administración pública del Reino Unido. Aunque creada por la propia administración pública, en la práctica está dirigida por y para sionistas, no por judíos. Existen patrones similares en las universidades, los medios de comunicación, la abogacía, las finanzas, la industria y otras instituciones de la sociedad.

Cuando llegue el momento de la proverbial palmadita en la espalda, ¿cuántos de los que han pasado por el adoctrinamiento sionista no responderán «apropiadamente»? Hacer la pregunta es casi invitar a la incredulidad.

En muchos casos, ni siquiera se necesita una palmadita en la espalda. En la BBC, los medios de comunicación, el mundo del espectáculo, la administración pública, la política, las finanzas y otras esferas dominantes de la sociedad, hay sionistas comprometidos ideológicamente. Para ellos, tiene todo el sentido del mundo «hacer lo correcto» cuando llegue el momento.

El hecho es que el movimiento sionista fomenta la lealtad a su ideología y a su programa de acción incluso cuando éstos van en contra de los intereses del Estado anfitrión o, en todos los casos, de los intereses de su ciudadanía.

¿Podemos confiar en los sionistas?

Al final, no se puede confiar en ningún sionista. ¿Acaso no se imaginamos que también se están infiltrando en la izquierda? ¿En el movimiento de solidaridad con Palestina? ¿En el movimiento contra la guerra?

El sionismo es, en esencia, una ideología racista. Por mucho que los sionistas «liberales», «socialistas» o «izquierdistas» intenten disimularlo, ese racismo siempre se revela, ya sea al adoptar posturas sionistas en su vida profesional o al subvertir y sabotear el activismo pro-Palestina en la vida política.

Históricamente, esto ha significado que el movimiento antirracista y el movimiento de solidaridad con Palestina han sido débiles en la cuestión del sionismo . Fue un grave error para la izquierda, tanto en el Reino Unido como en otros lugares, no enfrentarse frontalmente al sionismo antes.

Hoy, nos enfrentamos a una lucha significativa para depurar la izquierda y el movimiento antiimperialista tanto de sionistas como de supuestos sionistas: ideas que se han filtrado del movimiento y han calado en la conciencia de muchos activistas socialistas no sionistas, o incluso antisionistas.

Este proceso lleva décadas en marcha. Sin embargo, este no es el lugar para un análisis detallado de la izquierda judía ni de la penetración sionista en la izquierda no judía. Se requerirá una exposición más completa en otro artículo. Por ahora, basta con señalar la necesidad de un antisionismo material y maximalista .

Infiltración hoy

Las formas tradicionales de infiltración utilizadas por los servicios de inteligencia continúan: espías encubiertos, informantes y, en el caso de los sionistas, la penetración generalizada de la industria tecnológica por parte de ex-alumnos de la Unidad 8200.

Además, el movimiento sionista hace un uso extensivo de emisarios, tanto a través del movimiento dominante como a través de elementos más marginales como el culto a Jabad-Lubavitch, como hemos visto.

Pero además de esto —como se argumenta en este artículo— existe un esfuerzo por reclutar a todos los judíos para una conexión permanente con Israel. En la práctica, el movimiento trata a todos los judíos como recursos potenciales.

Por eso se dedica tanto esfuerzo a la captación y radicalización a través de guarderías, escuelas, sinagogas, grupos juveniles y estudiantiles, y la amplia gama de grupos de presión y organizaciones benéficas sionistas.

Intentan radicalizar a los judíos para que prioricen a Israel dondequiera que se ubiquen en la estructura social. Y dado que los judíos gozan de una ventaja sistemática en la estructura social de Occidente , esto tiene el potencial de convertirse en un conjunto de relaciones muy poderoso.

Sostengo que la infiltración es un principio fundamental del movimiento sionista y ayuda a explicar cómo los individuos y las ideas sionistas están tan profundamente arraigados en la vida política, civil, económica y cultural de las naciones occidentales.

Conocer a tu enemigo es el primer paso para derrotarlo y para desalojar al sionismo de su estatus arraigado y de su papel en la sociedad.

* Profesor senior de la Universidad de Bristol

Paro en Ecuador: ONU presiona a Noboa por represión contra indígenas movilizados

En medio de la crisis, indígenas y campesinos mantienen el paro nacional que cumple una semana, desafiando la postura inamovible del Gobierno de Daniel Noboa sobre el subsidio al diésel. Foto: EFE.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) ratificó este domingo la continuidad del paro nacional que cumple siete días, manteniendo firme su exigencia al presidente Daniel Noboa de derogar el decreto 126, que eliminó el subsidio al diésel.

 

En respuesta al enfoque agresivo adoptado por la administración ecuatoriana, el Foro Permanente de la ONU para las Cuestiones Indígenas emitió una contundente declaración instando al Gobierno de Daniel Noboa a detener la represión y abrir un diálogo «genuino» ante la grave crisis social que vive el país.

Las manifestaciones, que han concentrado su fuerza en provincias como Imbabura, Pichincha y Cotopaxi, evidencian un pulso político intransigente, dado que el jefe de Estado se mantiene inamovible, aduciendo que dialogar con los manifestantes sería «atentar contra la democracia».

El Gobierno de Noboa, por su parte, endureció su discurso y su accionar, manteniendo a las fuerzas del orden desplegadas para evitar el bloqueo de vías, calificando cualquier intento de corte de circulación como inaceptable.

El presidente tomó la vocería directa de la crisis, marcando líneas discursivas fuertes que incluyen la aseveración de que prefiere «morir antes que retroceder» y vinculando a las movilizaciones con supuestos fondos de la minería ilegal e incluso con el grupo criminal transnacional «Tren de Aragua».

En el terreno de la protesta social, el líder de la Conaie, Marlon Vargas, exigió la liberación de alrededor de un centenar de detenidos reportados por el Gobierno, en un contexto donde el enfrentamiento escaló. La situación más violenta reportada ocurrió a inicios de semana en Otavalo, Imbabura, donde manifestantes atacaron un cuartel policial, resultando en daños de infraestructura y la quema de diez vehículos. Asimismo, en zonas comerciales se han generado fricciones entre los comerciantes que demandan tranquilidad y los manifestantes.

Como parte de una estrategia para desmovilizar la protesta, la Fiscalía General del Estado abrió una investigación por presunto enriquecimiento ilícito contra dirigentes de la Conaie, incluyendo a Vargas. A esta acción se suma la medida de la Superintendencia de Bancos, que sin orden judicial, congeló las cuentas de varios líderes y fundaciones vinculadas al movimiento indígena, un hecho que los afectados califican como una táctica de intimidación y criminalización.

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Las acciones contra la protesta también han alcanzado a la libertad de expresión, luego de que la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) suspendiera por quince días la señal de un medio de comunicación comunitario fundado por el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC). Dicha suspensión se basó en un informe «secreto» del Centro de Inteligencia Estratégica (CIE) que alegaba perjuicios a la «seguridad nacional» por las transmisiones emitidas.

Con ocho vías principales cerradas o parcialmente habilitadas este domingo en Imbabura, Pichincha y Zamora Chinchipe, la crisis se agudiza y la brecha entre el Gobierno y la Conaie parece insalvable. Mientras Noboa, apoyado por su equipo de seguridad y la portavoz de Carondelet, intenta desactivar la protesta con compensaciones y firmeza represiva, la Conaie mantiene la presión en las calles, advirtiendo que la escalada de la criminalización solo ahondará el conflicto social en el país andino.

Partido Comunista de Vietnam ratifica confianza en la Seguridad Pública Popular

La contribución de esta fuerza durante el mandato 2020-2025 de la VII Asamblea de la Seguridad Pública Central,
La contribución de esta fuerza durante el mandato 2020-2025 de la VII Asamblea de la Seguridad Pública Central,

El máximo dirigente partidista To Lam ratificó su confianza absoluta en la Seguridad Pública Popular, subrayando que la protección de la seguridad y el orden debe convertirse en el cimiento para lograr un desarrollo sostenible y de alta calidad. Así lo expresó en un artículo titulado “Seguridad Pública Popular por el Partido y el pueblo”, difundido por la agencia vietnamita de noticias VNA.

La contribución de esta fuerza durante el mandato 2020-2025 de la VII Asamblea de la Seguridad Pública Central, un período que pese a estar marcado por rápidas y complejas transformaciones mundiales se consolidó como exitoso. Gracias a la firme voluntad del país, el liderazgo del Comité Central del PCV y el respaldo unánime del pueblo, se cumplieron e incluso se superaron, las metas establecidas por el XIII Congreso Nacional del Partido.

To Lam remarcó que la Seguridad Pública Popular desempeñó un papel fundamental al lograr construir una fuerza «verdaderamente transparente, sólida, regular, de élite y moderna», capaz de responder a las exigencias de la nueva coyuntura. La imagen de sus militantes y combatientes, siempre presentes en los puntos críticos para proteger la vida y los bienes del pueblo, refleja la adhesión al pensamiento y el estilo de Ho Chi Minh.

To Lam delineó varias tareas esenciales. Subrayó la necesidad de anticipar y evaluar con precisión la situación, enfocándose en la defensa firme de la seguridad en los nuevos espacios y ámbitos. Es vital estrechar la coordinación con el Ejército Popular, la diplomacia y demás sectores para mantener un entorno pacífico y estable en cualquier circunstancia.

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Además, señala que la fuerza deberá enfocarse en reducir de manera sostenible la delincuencia, forjando una sociedad ordenada y saludable y consolidando el espíritu de “supremacía de la ley”. Finalmente, To Lam destacó la importancia de ampliar la cooperación internacional para crear cinturones de seguridad que permitan afrontar eficazmente las amenazas a los intereses nacionales desde la distancia y más allá de las fronteras territoriales.

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