Las «deficiencias estructurales» del Estado español

Parafraseando a Wright Mills en su libro “The Power Elite (1.956), el establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial,política, militar, jerarquía católica,universitaria y mass media del Estado español,herederos naturales del legado del General Franco que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se desprende de la lectura del libro “Oligarquía financiera y poder político en España” escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet), e iniciado asimismo una deriva totalitaria que habría ya convertido a la seudodemocracia española en rehén del establishment y que tendría como objetivo último la implementación del “Estado Tardofranquista”.
Recordar que el bipartidismo establecido en el acuerdo tácito entre los partidos políticos tras el simulacro de golpe de mano de Tejero (23-F del 1981), tuvo su culminación con la llegada al poder del PSOE y el nombramiento como Presidente del Gobierno de Felipe González ( 1.982), con quien asistimos al finiquito de la idílica Transición y al inicio de la deriva totalitaria del sistema, mediante la implementación del llamado “terrorismo de Estado” o “guerra sucia” contra ETA y su entorno, del que serían paradigma los Grupos Armados de Liberación (GAL) y la implementación de la Ley Antiterrorista.

La “perfección negativa” del Tardofranquismo

Tras el Tejerazo del 1.981, en el que los líderes políticos confinados en el Congreso fueron “invitados” a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el status quo (establishment) asociado al sistema monárquico (Juancarlismo) , al sistema político bipartidista ( implantación de las listas cerradas y de la Ley D´Hont) y a la defensa de la “unidad indisoluble de la nación española” (pasando Navarra desde entonces a ser considerada “cuestión de Estado”), asistimos a la aparición en el Estado español de un escenario distópico. El término distopía fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill en contraposición al término eutopía o utopía, empleado por Tomas Moro para designar a un lugar o sociedad ideal. Así, distopía sería “ una utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal”.Las distopías se ubican en ambientes cerrados o claustrofóbicos enmarcados en sistemas antidemocráticos, donde la élite gobernante se cree investida del derecho a invadir todos los ámbitos de la realidad en sus planos físico y virtual e incluso , en nombre de la sacro-santa seguridad del Estado, a eliminar el principio de inviolabilidad ( habeas corpus) de las personas, síntomas todos ellos de una posterior deriva totalitaria del sistema plasmada en la instauración de la Ley Antiterrorista y la práctica consentida de la tortura, elementos constituyentes de la llamada “la perfección negativa”, término empleado por el novelista Martín Amis para designar “la obscena justificación del uso de la crueldad extrema, masiva y premeditada por un supuesto Estado ideal”.

La “espiral de silencio” de los medios de comunicación

José Manuel Bandrés en el artículo “La Ley antiterrorista: un estado de excepción encubierto”, publicado en el diario “El País”, afirma que “con la entrada en vigor el 4 de enero del 1985 de la llamada Ley antiterrorista asistimos a la aplicación de facto del estado de excepción encubierto, al servirse del artículo 55.2 de la Constitución (que sirve de precepto habilitante para que el legislador estatal pueda entrar a restringir los derechos fundamentales en casos relacionados con elementos terroristas). Dicha Ley (todavía vigente a pesar de la declaración del abandono de la lucha armada por parte de ETA aunque con síntomas de resquebrajamiento en sus paredes), sería un anacronismo propio de la dictadura franquista, un limbo jurídico que habría convertido los sótanos de cuartelillos y comisarías en escenarios distópicos de naturaleza real (no ficitica) y en Guantánamos virtuales refractarios al control de jueces, fiscales y abogados y que facilitarían la labor de los Cuerpos de Seguridad del Estado para obtener evidencias delictivas mediante prácticas inadecuadas (léase tortura), prácticas confirmadas por las declaraciones de Luis Roldán, Director General de la Guardia Civil con Felipe González. Dicha Ley Antiterrorista habría sido blanco de las críticas de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos como el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, al denunciar que “la mayoría de los detenidos no puedan identificar a los presuntos autores de los abusos al serles vendados los ojos durante los interrogatorios”; de Amnistía Internacional( AI) al denunciar “el escaso número de denuncias de torturas que terminan en condenas” y de la Defensora del Pueblo al señalar que “ los agentes implicados en los interrogatorios se dirigen en ocasiones a los abogados de los detenidos portando capuchas”.
La deriva totalitaria del Estado español habría sido reiteradamente denunciada tanto por Amnistía Internacional como por el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, organismo que se pronunció específicamente sobre el indulto a los torturadores de Kepa Urra, señalando que “ dicha medida tendría el efecto práctico de otorgar impunidad a la tortura y alentar su repetición” denunciado además al Estado español por “haber infringido sus obligaciones de prevenir y sancionar los actos de tortura”. Todo lo anterior sería un reflejo nítido de la deriva totalitaria del Estado distópico amparado por la “espiral del silencio” de los medios de comunicación de masas del establishment. teoría formulada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” (1977) y que simbolizaría “la fórmula de solapamiento cognitivo que instaura la censura a través de una deliberada y sofocante acumulación de mensajes de un solo signo”, (
la tortura es denunciada sistemáticamente por los presuntos etarras siguiendo instrucciones de ETA), con lo que se produciría un proceso en espiral o bucle de retroalimentación positiva.

Así, según un informe de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura (CPDT) , entre los años 2004-2014 se habrían producido 7.582 denuncias por torturas en España pero tan sólo en 752 casos la Justicia habría emitido sentencias condenatorias (en su inmensa mayoría por faltas y no por lesiones) mientras el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado al Estado español en 6 ocasiones por “no investigar suficientemente dichas denuncias”, siendo el caso conocido como “Aztnugal-Laguntza” el penúltimo episodio de denuncia de “las deficiencias estructurales “ persistentes en varios sectores de las Fuerzas de Seguridad del Estado español, deficiencias señaladas en el informe sobre la situación de los Derechos Humanos en España realizado por un comité de expertos a petición del Gobierno de Rajoy al que tuvo acceso Publico.es y en el que los citados expertos recomiendan ”mejorar las garantías de los detenidos sometidos al régimen de incomunicación” así como “la introducción de videocámaras de circuito cerrado en todas las zonas de las comisarías”, quedando en manos del nuevo Gobierno que surgirá tras las próximas elecciones de Junio finiquitar la distopía de la tortura o mantener intactas las citadas “deficiencias estructurales “ de los aparatos de Seguridad del Estado.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista

Donald Trump y la OTAN

El padre de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi en su libro “El Crimen de la Guerra “ escrito en 1872 afirma que “las guerras serán más raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y las incitan”, con lo que se anticipa en casi un siglo al final de la escalada nuclear que tuvo su punto de inflexión en la Crisis de los Misiles de Cuba y que culminó con la firma por Kennedy y Jrushchov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares (1962) y la implementación de la Doctrina de la Coexistencia Pacífica. Sin embargo, tras la anexión de Crimea a Rusia mediante referéndum, asistiremos a la división de Ucrania en dos mitades casi simétricas y separadas por el meridiano 32 Este, quedando el Sur y Este del país (incluida Crimea) bajo la órbita rusa mientras el Centro y Oeste de la actual Ucrania navegarán tras la estela de la UE, división que quedará refrendado en un nuevo Acuerdo de Ginebra y significará “de facto” el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría Rusia-EEUU, la reactivación de la carrera armamentista mundial y a una posible escisión de la actual OTAN.

Nueva carrera armamentística mundial

Desde el principio de su mandato Presidencial en el 2000, la obsesión de Putin ha sido la renovación de sus obsoletos arsenales armamentísticos con el reto de lograr en el 2020 la equiparación de su potencial militar con el de EEUU. Así, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), Rusia destinó 45.300 millones de dólares para la defensa en 2012 que comprende el contrato entre el Mindef y la empresa Astilleros Unidos Sevmarch, para la construcción de siete submarinos nucleares de quinta generación destinados a portar los novísimos cohetes balísticos intercontinentales de ojivas nucleares múltiples Liner que serán la espina dorsal de la estrategia nuclear rusa para la próxima década.. Además Moscú tiene presupuestado más de 550.000 millones $ para el próximo quinquenio (el 25% para arsenal nuclear), destacando el nuevo caza de quinta generación Sukhoi T 50 (operativo en el 2015), el nuevo misil balístico intercontinental de 100 Tm (“el asesino del escudo antimisiles de EEUU” en palabras del viceprimer ministro ruso Dmitri Rogozin y operativo en el 2017), el nuevo sistema de misiles antiaéreo S-400, (lo más avanzado en tecnología de interceptación de aeronaves) con el objetivo inequívoco de equipararse a EEUU como superpotencia mundial en el horizonte del 2020.Por su parte, EEUU tendría planificado un programa nuclear con una duración de treinta años y un coste de un Billón $ así como un sistema diseñado para detectar misiles de crucero en territorio estadounidense (JLENS), carrera armamentística que por mimetismo se extenderá al espacio geográfico que se extiende desde Israel hasta Corea del Norte (incluyendo a países como Irán, Paquistán, India y China), quedando América Latina y el Caribe libres de armas nucleares tras la firma del Tratado de Tlatelolco (1.967) a pesar del riesgo potencial de la presencia de submarinos nucleares británicos en las Malvinas.

La rusofobia de Brzezinski

Zbigniew Brzezinski, ex-consejero de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter, declaró en una conferencia en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins que “la dominación de Estados Unidos que tras la Guerra Fría determinaba la agenda internacional, ha terminado y no podrá restablecerse durante la vida de la próxima generación”, añadiendo que “ninguna de las potencias mundiales puede alcanzar la hegemonía mundial en las condiciones actuales, por lo que Estados Unidos debe elegir mejor los conflictos en los que va a participar ya que las consecuencias de un error podrían ser devastadoras”. Según explicaba Brzezinski en la revista National Interest en el año 2.000, “los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa”, con lo que esbozó un plan que pasaría por la expansión de la OTAN hasta límites insospechados en la década de los 90 y la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles,( European Phased Adaptative Approach (EPAA). Dicho sistema en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico) , con el fin maquiavélico de tras un primer ataque sorpresa de EEUU que destruiría el potencial nuclear ruso en su propio territorio, neutralizar posteriormente la réplica rusa por medio de los misiles estacionados en Polonia, siendo previsible que EEUU utilice las peticiones de Polonia como excusa para completar la quinta fase del despliegue del escudo antimisiles en Europa (Euro DAM), lo que tendría como réplica por parte rusa la instalación en Kaliningrado del “ asesino del escudo antimisiles de EEUU”.

Donald Trump y la  OTAN

El presidente estadounidense, Barack Obama tras su reunión con el mandatario electo en Ucrania, Piotr Poroshenko como parte de su gira por Europa para asistir en Bruselas a la cumbre del G7 ( Rusia fue excluida como parte de la política asumida por Occidente ante el conflicto ucraniano), insistió en la política de su Gobierno de fortalecer su presencia militar en Europa al tiempo que anunció que solicitará al Congreso estadounidense la aprobación de un presupuesto de cerca de mil millones de dólares para tal propósito e instó a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a incrementar los recursos destinados al desarrollo militar además de informar de sus proyectos de colaborar en esa área con países como Ucrania, Georgia y Moldova (EEUU habría enviado ya a Polonia 12 F-16 y 200 soldados de refuerzo tras la crisis ucraniana y el contingente total de sus tropas en Europa ascendería a unos 70.000 miembros). Ello en la práctica significará la vulneración del Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997 por la cual la OTAN descartaba “el estacionamiento permanente de un contingente sustancial y adicional de tropas de combate en el Este de Europa”.

Por otra parte, en una reciente entrevista a la cadena estadounidense ABC, el futurible candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump expresó sin ambages la idea de que la “OTAN está obsoleta, no sirve para combatir el terrorismo y cuesta demasiado a EEUU”, por lo que exigió a los países europeos integrantes de la OTAN “ pasar por caja” , por lo que en la prevista Cumbre de la NATO a celebrar en Varsovia el próximo mes de Julio, se analizará el “refuerzo del flanco occidental de la OAN” y se espera la asunción por la OTAN de la nueva doctrina ‘Smart Defense” (Defensa Inteligente), nuevo concepto operativo que implicará la cesión parcial de la soberanía de los países miembros a la coordinación de defensa con la OTAN así como el incremento de las partidas de gasto de los países europeo, .pues la aportación económica de dichos países europeos sería de un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos de EEUU.(el 70% de cerca del Billón $ del total del presupuesto).

¿Escisión en la OTAN?

Aparcado de momento la quinta fase del despliegue del Euro DAMN, asistimos a unas sorprendentes declaraciones del ministro británico de Exteriores, Philip Hammond recogidas por el diario “The Telegrah” en las que afirma que “Londres podría acoger misiles nucleares estadounidenses en suelo británico en medio de las tensiones con Rusia”, lo que podría entenderse como el retorno a una carrera armamentista como la mantenida durante la Guerra Fría con la URSS ( reviviendo el proyecto Partnership entre los EE.UU y Europa para proveer al Reino Unido de misiles Polaris de julio de 1962) podría ser visto por Francia como una pérdida de su soberanía y traducirse en una salida provisional de Francia de las estructuras militares de la OTAN.Caso de consumarse la escisión, surgirá una nueva estructura militar con el objetivo inequívoco de ser bloque de contención de los ideales expansionistas de Putin y que estaría integrada por Gran Bretaña, Países Bálticos, Polonia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia, Chequia, Rumania, España, Italia, Malta, Chipre, Grecia y Turquía, lo que supondrá de facto el retorno a la Doctrina de la Contención, cuyas bases fueron expuestas por George F. Kennan en su ensayo “Las fuentes del comportamiento soviético “ publicado en la revista Foreign Affairs en 1.947 y cuyas ideas principales se resumen en la cita “ el poder soviético es impermeable a la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza”.

De otro lado, se procederá al robustecimiento del Eje Berlín-París, liderado por Francia y Alemania y que tendrá gravitando en su órbita de influencia a los países de su área de influencia primigenia (Holanda,Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo y Austria), fruto de la reafirmación de las soberanías nacionales francesa y alemana como estrategia defensiva ante la deriva del otrora “socio americano”, (reviviendo el Tratado del Elíseo entre De Gaulle y Adenauer (1.963). Así, desde De Gaulle, la resistencia al liderazgo estadounidense ha sido un factor de la política exterior de todos los presidentes franceses, (aunque la discrepancia fundamental será en las formas teniendo como paradigma el apoyo de De Gaulle a Estados Unidos en la Crisis de los Misiles de Cuba (1.962) se traducirá en una salida provisional de Francia de las estructuras militares de la OTAN, (emulando el desmantelamiento de treinta bases estadounidenses en suelo francés por De Gaulle (1.966) y teniendo nuevo como columna vertebral la “Force de Frappe”.La “Force de Frappe” nació en 1960 como consecuencia de la proclamación de la V República Francesa por el General De Gaulle. y fue concebida como uno de los elementos clave de la independencia económica, diplomática y militar del país frente a las dos grandes potencias EEUU-URSS enfrentadas en la Guerra Fría y en la actualidad basa la mayor parte de su poder en la utilización de submarinos nucleares balísticos (SSBN) clase Redoutable y Triomphant I y aunque la responsabilidad de las fuerzas armadas esté compartida por el Presidente y el Primer Ministro según la Constitución Francesa de 1958, un decreto de 1962 atribuye en exclusiva al Presidente la capacidad de autorizar el uso de armamento nuclear,.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ- Analista

¿Es posible retornar del capitalismo monopolista al régimen de libre concurrencia, al liberalismo económico?

«¿Es posible retornar del capitalismo monopolista al régimen de libre concurrencia, al liberalismo económico? No, camaradas. El viejo capitalismo murió al dar nacimiento al imperialismo, al capitalismo monopolista. Como decía Lenin:

«Encontrar «principios firmes y fines concretos» para la «conciliación» del monopolio con la libre concurrencia, es, naturalmente, imposible». (Vladimir Ilich Uliánov; Lenin; El imperialismo, fase superior del capitalismo, 1916)

El capitalismo monopolista es la fase superior al capitalismo liberal. Por tanto, la libre concurrencia se ha transformado en un ideal reaccionario. En el seno de un sistema económico actual va creándose los elementos del sistema por el que ha de sustituirse. Y el sistema que se va forjando en el interior condena al actual a la caducidad, a la muerte, porque el nuevo es siempre superior. Los modos de producción y las relaciones de producción provocan un salto cualitativo de un viejo sistema a un sistema nuevo.  Por lo demás, la historia humana no es una repetición de círculos concéntricos de retorno constante a un punto de partida constante:  es una ascensión progresiva, saltos de etapas inferiores a etapas superiores. Por eso nunca se ha producido un retorno a sistema económicos históricamente superados.  De la esclavitud no se volvió a la economía patriarcal. De la servidumbre no se volvió a la esclavitud. Del asalariado no se puede volver a la servidumbre, como de la libre concurrencia no se puede volver a la manufactura y los gremios. Del mismo modo, del capitalismo monopolista no se volverá a la libre concurrencia. La lógica de la Historia es de acero.

«Con ello queda ya determinado el lugar histórico del imperialismo, pues el monopolio, que nace única y precisamente de la libre concurrencia, es el tránsito del capitalismo a un orden social-económico más elevado». (Vladimir Ilich Uliánov; Lenin; El imperialismo, fase superior del capitalismo, 1916)

¿Es posible devolver del capitalismo monopolista en la economía «pastoral agraria», en la manufactura de antes de la Revolución francesa, a los gremios, a las ciudades «libres» y en las regiones feudales de la Edad Media, a fin de salvar las clases medias del sistema de opresión colonial y estrangulamiento financiero , de una proletarización que se ha acelerado desde la advertencia del monopolismo? La respuesta, la encontraremos en la conducta del nazi-fascismo-falangista. Este «ideal» era la médula –teórica– del fascismo de Mussolini, del nacional-socialismo de Hitler, del nacional-sindicalismo de Franco. ¿Qué ha quedado de tanta pamplina llamativa? Conquistado el poder, hicieron exactamente una política contraria: reforzaron los monopolios, es decir, el capitalismo monopolista, hicieron de esto una política oficial y la impusieron con la brutalidad característica del régimen». (Joan Comorera; La nación en una nueva etapa histórica, 15 de junio de 1944)

bitacoramarxistaleninista.blogspot.com

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Venezuela pedirá ayuda a las Naciones Unidas ante situación de emergencia eléctrica

“Vamos a pedir ayuda internacional de emergencia para atender el tema de la sequía del  embalse del Guri, este tema que es muy grave, vamos a pedir ayuda técnica científica de las Naciones Unidas para las obras que se van a hacer, para que esta situación sea superada como debe ser”, dijo en su programa semanal, En Contacto con Maduro.

El Guri es el embalse más grande del país, la segunda central hidroeléctrica de mayor tamaño de América y según expertos el tope de 240 metros sobre el nivel del mar es considerado como el inicio de la zona crítica, sin embargo el gobierno bolivariano advirtió que está a solo 1,60 metros de su zona de colapso.

A través del canal de televisión del Estado, Maduro reconoció que “evidentemente dos años de sequía extrema, de calor extremo, han llevado a una situación que sólo un gobierno revolucionario, responsable y humanista ha podido llevar de esta forma: atendiendo la emergencia, la situación, llevando las cosas para salvar al Guri”.

Además ratificó que el próximo 1 de mayo se modificara el huso horario como parte de las medidas de ahorro energético, el cual “nos permitirá ahorrar 30 minutos de la luz por la tarde, deben adelantar su reloj 30 minutos”.

En otro momento hizo hincapié a las condiciones del clima en el mundo, que  está en condiciones delicada, y que el acuerdo de Cambio Climático firmado recientemente en Estados Unidos por varios países no son suficientes para solventar el problema.

“Ya nosotros firmamos ese acuerdo para que no dijeran: Venezuela otra vez, sin embargo ese acuerdo nosotros lo firmamos casi bajo protesta, porque sabemos que las medidas que ellos proponen ahí no son suficientes para solventar la situación de las condiciones del clima”, reflexionó Maduro.

Por su parte, el presidente del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMEH), José Gregorio Sottolano, expresó que las temporadas de lluvias comiencen el próximo  15 de mayo, fecha en la que se espera que decline completamente los efectos del fenómeno climático El Niño.

Durante una interacción con el jefe de Estado, el experto hidrometeorológico, quien lleva siete años al frente del INAMEH,  detalló que “los modelos indican que para mayo ya deberían comenzarse a establecer, retardíamente, la temporada de lluvia en Venezuela. Ya para el 15 de mayo que se establezca formalmente. No van a ser las que estábamos esperando como un inicio formal de la temporada de lluvia, las cuales se van a ir gradualmente incrementando y se prevé  ya para junio y julio deberíamos tener buenas precipitaciones”.

Señaló que este año, se registraron las más altas temperaturas en el planeta, lo que ha generado drásticos efectos en los países del sur.

Aunado a ello, Sottolano explicó que para octubre, noviembre y diciembre se podría registrar en el país un 70% de los efectos de La Niña, fenómeno climatológico caracterizado por fuertes lluvias y que en el 2010 dejó un gran número de familias sin hogar a escala nacional.

Un criminal de guerra y corrupto español anda suelto por Latinoamérica

Invitado por una empresa privada, Aznar visita por estos días El Salvador, donde su presencia ha sido repudiada por diferentes organizaciones políticas y sociales, y el presidente de esa nación centroamericana, Salvador Sánchez Cerén, declinó asistir al evento en el cual participa el exjefe del derechista Partido Popular (PP) de España.

El “palanganero”, como fue bautizado por sus propios paisanos por su sumisión extrema a la administración estadounidense de George W. Bush, tiene numerosas cuentas pendientes con la justicia por escándalos de corrupción y crímenes de guerra.

Precisamente Aznar fue multado recientemente por cometer una infracción tributaria de gravedad en su país, y posee un abultado expediente de delitos similares por enriquecimiento ilícito.

Cuenta además con el record de que 22 de los 34 ministros que pasaron por sus dos administraciones (1996-2004) han estado implicados en contravenciones parecidas para llenarse los bolsillos de dinero a costa del pueblo español.

Entonces las interrogantes son: ¿qué hace Aznar en El Salvador brindando “conferencias acerca de corrupción”, y por qué razón se le permitió la entrada en ese estado centroamericano?

Es necesario recordar, que el “palanganero” fue muy “amiguete” del expresidente salvadoreño, Francisco Flores, otro malhechor de cuello blanco fallecido recientemente, después de ser condenado por idénticas causas que su “pareja de hecho” española en la política.

AZNAR DIOS LOS HACEIgual no se puede olvidar que Aznar viajó a San Salvador, por orden de W. Bush, con el objetivo de reclutar soldados carne de cañón para la sangrienta invasión de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Iraq, en marzo de 2003.

El exgobernante español es uno de los protagonistas, junto al expremier Tony Blair y al entonces inquilino de la Casa Blanca, de la famosa foto de Azores, Portugal, donde se pactó y ordenó el inicio de la agresión castrense a Iraq, violando todas las leyes internacionales.

Por su participación activa en esa guerra criminal, el “palanganero” ha sido denunciado por crímenes de lesa humanidad, y a pesar de ello anda libremente por el mundo, sin ser sentado en el banquillo de los inculpados, como ocurre con terroristas de la talla de Luis Posada Carriles, conocido como el Bin Laden de Latinoamérica.

Aznar fue asimismo uno de los actores principales del frustrado golpe de Estado en Venezuela, en 2002, contra el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, y sigue siendo actualmente un conspirador pagado y utilizado por Washington para subvertir los procesos progresistas en Nuestra América.

Su lugar está en la cárcel, y debe ser declarado persona no grata en la Patria Grande.

Keynesianismo y las teorías económicas del fascismo: la defensa de la propiedad privada contra el marxismo; Rafael Martínez, 2015

«Las obras de Keynes cubrieron la literatura económica de la Alemania Nazi, independientemente de la actitud personal de Keynes hacia las formas políticas que el nacional-socialismo [nazismo] adoptó en su momento, que entendemos que él no apoyó. De hecho, no hay que confundir la forma política con la estructura económica que sustenta esta última. La crítica burguesa del nacional-socialismo y sus diferentes formas políticas ignoran en gran medida el pensamiento económico que vincula el capital monopolista, los grandes terratenientes y la militarización de la economía. En general, en la crítica burguesa sobre el fascismo se pasa por alto la relación respecto a la propiedad privada y la socialización. Esto demuestra que el argumento expuesto por muchos historiadores y economistas respecto a Keynes y su «éxito no deseado» en la Alemania Nazi. Se puede argumentar además, que la mayor parte de la crítica burguesa del fascismo es ajena al hecho de que éste último es un defensor de la propiedad privada y desea promover la reforma sobre la base del modo de reproducción capitalista. Al abogar por la necesidad de la propiedad privada, el fascismo rechaza totalmente al marxismo. Si ello se realiza bajo el disfraz del antisemitismo o en la forma de un lenguaje académico burgués no cambia fundamentalmente la esencia de dicha crítica económica. Tanto el keynesianismo como el fascismo sugieren que la forma del sistema capitalista sobre la base de la santidad del carácter privado de la propiedad de los medios de producción a través de mecanismos contemplados por el intervencionismo de Estado [20]. La simpatía generada en la Alemania Nazi por las obras de Keynes se basa en la lógica interior que sustentan sus postulados y cómo encaja en el papel histórico que el fascismo tiene la intención de jugar. En este sentido, no es casual que el prominente fascista británico y entusiasta de Mussolini, James Barnes, se refiriese positivamente sobre Keynes [21]:

«El fascismo está totalmente de acuerdo con el Sr. Maynard Keynes, a pesar de la posición prominente de este último como liberal. De hecho, una excelente librito de Keynes: «El fin del Liberalismo de 1926, podría, en lo que cabe, servir como una útil introducción a la economía fascista. Apenas hay nada que objetar a él y hay muchos aspectos positivos». (James Barnes; Aspectos universales del fascismo, 1929)

Muchos en Occidente han disputado las similitudes de la Teoría General de Keynes con el pensamiento económico nazi. Los defensores del keynesianismo han sostenido y continúan argumentando que tales alegaciones en relación con la simpatía de Keynes, son sin embargo pragmáticas y neutrales, que están basadas en una mala lectura de su famoso prefacio a la edición alemana de su obra Teoría General de 1936:

«Debo confesar que gran parte del contenido de este libro está ilustrado y expuesto principalmente en referencia a las condiciones existentes en los países anglo-sajones. No obstante, la teoría del producto en su totalidad que este libro tratará de ofrecer es, por mucho, más fácilmente adaptable a las condiciones de un Estado totalitario que la teoría de producción y distribución de un producto dado bajo las condiciones de libre competencia y en buena medida de laissez faire». (John Maynard Keynes; Teoría General del empleo, el interés y el dinero; Prefacio a la edición alemana, 1936)

Los historiadores y economistas en el campo keynesiano han sostenido de manera sistemática sobre la base de la especulación y, en ocasiones, la conjetura, en cuanto a lo que Keynes pudo o quiso haber dicho. Las alegaciones del keynesianismo, y por lo general, las teorías que promueven la intervención estatal bajo el capitalismo, no pueden estar basadas en un par de párrafos. Sería falso y poco profundo fabricar una crítica de Keynes basándonos en esta sola aserción. Ya fueran estas palabras una desafortunada selección de palabras o lo fueran de forma intencionada, no es algo esencial para la crítica marxista de las tesis económicas de Keynes. Estos párrafos no son suficientes para llegar a las conclusiones antes expuestas, aunque no estamos de acuerdo con los defensores del keynesianismo; dichas palabras de Keynes no fueron desafortunadas ni insustanciales. Muy por el contrario, este párrafo es coherente con la esencia de la Teoría General y su relación con el capital monopolista. Como se señalo anteriormente, el fascismo, como una forma de reformismo, tiene fuertes similitudes con el reformista en general. Con esto nos referimos a la relación del reformismo al capitalismo monopolista, en lugar de centrarse en las formas intrínsecas a la superestructura política del capitalismo. Lo que es de interés para el marxismo en Keynes es su defensa del capital monopolista y el uso del Estado como mero subsidiario. El socialismo plantea la nacionalización del capital monopolista bajo los auspicios del Estado, como una necesidad económica e histórica. Por el contrario, el reformismo se opone tenazmente a cualquier forma de expropiación o nacionalización a largo plazo en favor de las masas trabajadoras [22].

Keynes fue claro acerca de la esencia de su Teoría General con respecto a las ideas socialistas, por lo que las alegaciones formuladas por algunos economistas neoliberales son están manifiestamente fuera de lugar. El párrafo siguiente es un excelente resumen de las opiniones de Keynes sobre el papel del Estado, y lo que queda del concepto de socialización en su teoría económica:

«En algunos otros respectos la teoría precedente es moderadamente conservadora en sus implicaciones. Puesto que, aunque señala la vital importancia de que se establezcan ciertos controles centrales en asuntos que ahora se dejan fundamentalmente a la iniciativa individual, hay amplios ámbitos de actividad a los que no les afecta. El Estado tendrá que ejercer una influencia que guíe la propensión a consumir, en parte a través de sus planes impositivos, en parte fijando el tipo de interés, y en parte, puede que de otras formas. Además, parece poco probable que la influencia de la política bancaria en el tipo de interés sea suficiente por sí propia para determinar una tasa óptima de inversión. Por lo tanto, entiendo que una hasta cierto punto completa socialización de la inversión sea el único medio de asegurar algo aproximando al pleno empleo; aunque no tenga que excluir todo tipo de compromisos y mecanismos por los cuales la autoridad pública coopere con la iniciativa privada. Pero, más allá de esto, no se aboga sin reservas por un sistema de Socialismo de Estado que incluya la mayor parte de la vida económica de la comunidad. No es la propiedad de los instrumentos de producción lo que es importante que asuma el Estado. Si el Estado es capaz de determinar la cantidad agregada de los recursos dedicados a que aumenten los instrumentos y la tasa básica de remuneración de quienes los poseen, habrá logrado todo cuanto es preciso. Además, las necesarias medidas de socialización pueden introducirse gradualmente y sin romper las tradiciones generales de la sociedad». (John Maynard Keynes; Teoría General del empleo, el interés y el dinero, 1936)

Este párrafo es particularmente valioso para ilustrar los principios fundamentales de las teorías económicas del reformismo y de su conexión objetiva de las teorías económicas del fascismo. Keynes siempre fue explícito sobre su defensa del capitalismo y la santidad de la propiedad privada. Dicho esto, es muy importante hacer hincapié en las sutilezas detrás de las nociones de socialización y el control del Estado en el sistema keynesiano y cómo éstas se relacionan bien con la visión fascista. Keynes considera la «socialización de la inversión». Con ello Keynes se refería a la prerrogativa del Estado para intervenir en el mercado con el fin de cerrar la brecha entre la demanda y la producción. En este sentido, «estatización» y «socialización» se confunden. El Estado que proporciona esta inversión no está en las manos de los explotados; muy por el contrario, sirve a los intereses de la acumulación capitalista. Por lo tanto, uno tiene que tener mucho cuidado con la noción de socialización. Este último está íntimamente relacionado con la noción de dominio a favor de la sociedad en su conjunto, como base para la producción socialista. La concepción de socialización de Keynes es muy diferente de la del marxismo. Esto se hace explícito cuando Keynes no tiene en cuenta la propiedad de los medios de producción como una prerrogativa necesaria del Estado. Estos últimos según él deben estar en las manos de los capitalistas, no en propiedad de la sociedad a través del Estado. En esto radica la diferencia fundamental entre la noción de socialización en el reformismo y el marxismo y con ella la noción de plan económico. [23] La noción de socialización Keynes parece bastante similar a la defendida por la corriente principal ideología nazi. Alfred Rosenberg, ideólogo del régimen nazi, escribió en su célebre obra: «El Mito del Siglo 20» [24]:

«Al igual que el nacionalismo del siglo XIX había sido emponzoñado por fuerzas liberal-marxistas, también así le sucedió al socialismo. Hemos determinado ya precedentemente como socialista una medida realizada por el Estado para la protección de su totalidad del pueblo ante toda explotación, y además una medida estatal para la protección del individuo ante la avidez privada. Por lo que importa también aquí es no solamente una acción formal en sí, sino que una acción se hace socialista sólo con referencia a su resultado. Por eso es posible que acción socialista, no involucre en absoluto, como igualmente ya ha sido consignado, una estatización formal, ella puede, por el contrario, hasta significar una personificación». (Alfred Rosenberg; El mito del siglo XX, 1930)

Algunos neoliberales condenan a Keynes como un partidario del nazismo y otros tantos lo condenan como un defensor de las ideas socialistas. Por alguna razón los pensadores neoliberales ponen al nazismo y al socialismo en un solo campo, sin darse cuenta de que mientras el primero no pone en peligro las relaciones económicas que el capitalismo monopolista, el segundo las liquida. Es probablemente demasiado pedir a los economistas vulgares examinar la naturaleza de relaciones económicas, en particular, aquellas pertenecientes a la propiedad, clarificando el juicio con respeto al papel del Estado en la economía.

De hecho es un mito que el partido nazi redujera con su práctica económica la resistencia económica de los industriales alemanes como muchos en Occidente se han empeñado en afirmar. En su llegada al poder, el gobierno nazi reprivatizó [25] sistemáticamente muchos activos que habían sido nacionalizados por el anterior gobierno a la luz de la recesión económica de 1928-1933. Estas privatizaciones reforzaron la posición del capital en gran medida que, dicho sea de paso, fue esencial para catapultar a Hitler al poder. El nazismo, como una forma de reformismo, junto con el keynesianismo y las ideas reformistas de la regulación estatal del capitalismo, comparten la opinión de que el Estado no tiene que poseer los medios de producción con el fin de cumplir su misión. Uno siempre puede volver a la defensa de que Keynes no parece abogar abiertamente la ideología fascista, y que él era un defensor de las ideas liberales burguesas clásicas de la democracia burguesa. Algunos argumentan que el objetivo del nazismo fue la militarización de la economía, mientras que Keynes era un defensor de la mejora de la demanda en tiempos de paz para impulsar la producción. Sin embargo, si aceptáramos esto, estaríamos tomando el problema de una forma superficial y no estaríamos afrontando las cuestiones fundamentales de la economía política que relacionan el papel del Estado en la teoría económica del reformismo en general, y del keynesianismo en particular. Lo cierto es que tanto el keynesianismo como el nazismo conciben el Estado como un medio para preservar el papel principal del capital monopolista respecto a la clase obrera y las masas trabajadoras. También se puede volver al argumento y especular con que el keynesianismo es una versión más artificiosa del reformismo en comparación con el nazismo, en la que el primero se aferra a la ilusión de que las crisis económicas y las recesiones se pueden evitar mediante la intervención del Estado, y que el último sin embargo es brutal y megalómano, mostrando una visión más explícita y más abierta respecto a lo que concierne el objetivo último en el desarrollo del capital monopolista: un militarismo que conduce a la guerra y la esclavitud de pueblos enteros con la intención de servir a las necesidades de la extensión del capital monopolista. El keynesianismo y el reformismo moderno, ya que se niegan a socavar la base económica del capital monopolista, inevitablemente se convierten en instrumentos fundamentales para facilitar la tendencia hacia el militarismo y la intervención extranjera. Es un hecho que el imperialismo occidental de hoy está constantemente ocupado en varias formas de agresión, incluida la intervención militar abierta. Se puede ver como los imperialismos occidentales se dedican a la destrucción sistemática, siempre que sea posible, de la capacidad de las naciones enteras para controlar su propia riqueza, ya sea por la explotación de sus propios recursos como el petróleo o para evitar que con el tiempo se hubieran convertido en una especie de competidor en el mercado mundial. En última instancia, con el apoyo y la intervención directa en los conflictos locales, una ola de conflictos armados ha barrido países enteros. Con estos, la infraestructura es destruida sin posibilidad de reparación, los de vida se quedan arruinados y un gran número fallecen. Con ello países enteros son obligados a retroceder no décadas, sino siglos. Las tácticas parecen haber evolucionado: mientras que en la primera mitad del siglo XX los conflictos armados masivos condujeron a la eliminación física de millones de las masas trabajadoras europeas, lo que redujo drásticamente el desempleo, parece ahora que la generación de conflictos armados en el extranjero es la opción preferida. El fomento de los conflictos armados en el extranjero efectivamente destruye la capacidad de las naciones dependientes de competir, dejando que las grandes corporaciones adquieran nuevos mercados sin trabas. El problema del exceso de mano de obra o de una población con ingresos insuficientes se resuelve, en parte, por medio de conflictos armados. El militarismo y los conflictos armados se convierten en una tendencia natural, que es una expresión directa del hecho de que el reformismo es incapaz de resolver las contradicciones antagónicas inherentes al capitalismo. Como se ha dicho muchas veces sin rodeos, la socialización marxista o la barbarie.

El reformismo moderno no parece estar dispuesto o es incapaz de ver, la conexión entre la inevitabilidad del militarismo y los conflictos armados, con la evolución de las contradicciones antagónicas que sustentan al capital monopolista. Tomemos de ejemplo al senador del Estado de  Vermont Bernie Sanders. Actualmente, Sanders es sin duda el más progresista de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Dicho esto, ¿su progresismo es una realidad? Sanders, después de Krugman, Stiglitz y otros, no escatimó comentarios mordaces hacia Wall Street, hacia el gran capital responsable del hecho de que los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres, y el papel cada vez menor de la clase media en el ingreso nacional. Dicho esto, Sanders siempre ha evitado abordar el principio por el cual los Estados Unidos se encuentran en una posición de constante patrocinio de la guerra o participación directa en ella. Sanders apoyó la invasión de Afganistán y puede haber estado en desacuerdo con la Administración con respecto a la presencia continuada de las tropas estadounidenses, pero no sobre la base de una posición de principios contra la guerra, sino sobre la base de que dichas tropas allí le sale demasiado caro al país. En este sentido Sanders no suena tan diferente de Barack Obama durante su primera campaña presidencial. El resto es historia». (Rafael Martínez;  Podemos; Renacimiento del keynesianismo y el reformismo, 2015)

Anotaciones de Rafael Martínez:

[20] Un buen artículo de los estudiosos burgueses sobre el tema de la relación entre el régimen nazi y el gran capital se puede encontrar en la obra de C. Buchheim y Schemer: «El papel de la propiedad privada en la economía nazi: El caso de la industria», en el The journal of Economic History Vol. 66, No. 2 (2006). Allí uno puede leer:

«Una cuestión importante tratada en este artículo es por eso que el Estado nazi, a diferencia de la Unión Soviética a la que a veces se compara, se abstuvo de una estatización generalizada de la industria. En vista de la violencia desplegada por el régimen por el contrario se puede dar por sentado que la razón no era ningún respeto a la propiedad privada como un derecho fundamental humano y civil». (C. Buchheim y Schemer; El papel de la propiedad privada en la economía nazi: El caso de la industria, 2006)

[21]  Keynes escribe en su folleto: «El fin del laissez-faire» de 1926:

«Estas reflexiones se han dirigido hacia las mejoras posibles en la técnica del capitalismo moderno por medio de la agencia de la acción colectiva. No hay nada en ellas seriamente incompatible con lo que me parece es la característica esencial del capitalismo, es decir, la dependencia de un intenso atractivo por hacer dinero y por los instintos de amor al dinero de los individuos como principal estímulo de la máquina económica». (John Maynard Keynes; El fin del laissez-faire, 1926)

[22] La nacionalización de los activos privados no es desconocida durante las crisis económicas. La gran depresión en los Estados Unidos es un ejemplo emblemático de cómo el Estado se hace cargo de algunas industrias y bancos, para finalmente volver a vender los activos de nuevo a manos privadas. En los últimos tiempos el Estado capitalista prefiere rescatar, en lugar de nacionalizar.

[23] La Alemania Nazi estableció planes económicos de cuatro años. Muchos economistas burgueses y los historiadores han utilizado este hecho para establecer analogías entre la Alemania nazi y la Unión Soviética. Pero la naturaleza económica, la estructura y la composición orgánica de estos planes son radicalmente diferentes.

[24] Es interesante ver que la llamada «izquierda» del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, fue una tendencia más idealista del nacional-socialismo [nazismo], el cual implementó en su día una retórica anticapitalista. Es bien sabido que Hitler luchó enérgicamente contra esta tendencia en la década de 1920, como lo había hecho a los intereses del gran capital en mente. Otto Strasser, que llegó a ser perseguidos por las autoridades nazis, escribió:

«Nuestro segundo paso consistió en elaborar un programa económico, político y cultural. En el ámbito económico se opone al marxismo y el capitalismo. Preveíamos un nuevo equilibrio sobre una base del feudalismo de Estado. El Estado iba a ser el único propietario de la tierra, que se podría alquilar a los ciudadanos privados. Todos eran de ser libre de hacer lo que le gustase, pero nadie podía vender o subarrendar la propiedad estatal. De esta manera lo que esperábamos para combatir la nación proletaria y para restaurar un sentido de libertad para nuestros conciudadanos. Ningún hombre es libre sino es económicamente independiente». (Otto Strasser; Hitler y yo, 1940) 

Hay poca necesidad de abordar este concepto de «feudalismo de Estado», ya que se ve privado de cualquier justificación científica. Lo que es relevante aquí es que la llamada «izquierda» en el movimiento nacional-socialista es también un enemigo acérrimo de la socialización marxista. La burguesía y la propaganda reformista han hecho y continúa haciendo intentos de establecer analogías entre las variaciones de la ideología del nacional-socialismo y el marxismo. Esto carece de fundamento y es calumnioso dicho sutilmente. De hecho todo lo contrario con respecto a la alegación de la burguesía, la naturaleza pro-empresarial del nacional-socialismo se aplica.

[25] Para una revisión de la reprivatización alemana implementada por el gobierno nazi puede verse en la obra de Germa Bel: «Contra la corriente principal: la privatización nazi en la década de 1930 Alemania» publicada en The Economic History Review, en 2009.

Los ahogados de La Laja

“Los ahogados de La Laja”, son tan solo una cifra más en el archivo de inhumaciones del cementerio de Las Palmas, unos números y letras que son parte de la ocultación premeditada de los republicanos y anarquistas que yacen en la fosa común del campo santo, hombres y mujeres atados de pies y manos, arrojados desde los riscos de la Mar Fea al encrespado océano, a las corrientes inmensas, metidos en los sacos donados por los terratenientes agrícolas, los cómplices del genocidio fascista en Canarias, que contribuyeron a que más de 5.000 personas fueran asesinadas por defender la legalidad constitucional.

Los tiraban de madrugada, venían los camiones de las “Brigadas del amanecer” cargados de cada pueblo de la isla, de norte a sur, de este a oeste, para desaparecerlos en pozos, simas, chimeneas, agujeros volcánicos, fosas comunes en fincas privadas de una oligarquía criminal, muertos y muertas, republicanos, anarquistas, comunistas enterrados al lado del campo de golf, de la piscina, del chalé de lujo del spa, de haciendas cuyos propietarios de apellidos vinculados al genocidio fascista isleño actualmente son constructores, diputados, concejales, alcaldes, jueces, “gentes de bien”, como dicen en el corrupto partido de la Gürtel.

Una de estas fosas está en una finca privada del sureste de la isla que se alquila para la celebración de bodas y fiestas, a pocos metros del banquete, del cotillón, de las borracheras colectivas, están enterrados en dos pozos más de cincuenta demócratas asesinados sin que ninguna institución pública haga nada. Todo tapado y bien tapado, una flagrante complicidad con el holocausto franquista en Canarias, lo mismo que con los ahogados, las vergüenzas de un estado miembro de la Unión Europea, el que presume de país moderno, que se permite desde su gobierno el lujo, la exigencia del cumplimiento de los derechos humanos en otros países, por supuesto siempre a miles de kilómetros del escenario de sus corruptelas y vergonzosos abusos de poder.

No es casualidad que España sea el segundo país del mundo con mayor número de fosas comunes de personas asesinadas por el estado después de Camboya, por eso “los ahogados de La Laja” son un símbolo más, cientos de motivos para seguir luchando hasta el final, desenmascarar a quienes pretenden evitar que esta fosa común del cementerio de Las Palmas pueda ser exhumada, que siguiendo órdenes de los herederos de los criminales traten por todos los medios de colocar un monolito, un monumento a la vergüenza sobre los cientos de restos, para que jamás se conozca lo que realmente sucedió. No lo vamos a permitir.

http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/

Imagen: Escultura submarina de Jason de Caires Taylor

Obama, Merkel y la panacea universal del TTIP

El fenómeno de la globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la economía estén inter-relacionados entre sí debido a la consolidación de los oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos, instaurando de facto la doctrina del consumismo compulsivo en los países desarrollados, favorecido por el bombardeo incesante de la publicidad, el uso irracional de las tarjetas de plástico, la concesión de créditos instantáneos con sangrantes intereses y la invasión de una marea de productos manufacturados de calidad dudosa y precios sin competencia, provenientes de los países emergentes. Fruto de la globalización económica, las multinacionales apátridas o corporaciones transnacionales se habrían transmutado en el verdadero poder en la sombra que ejercerían el poder político en los diferentes países mediante la presión de los lobbies pero su obsesión paranoica por maximizar los beneficios, (debido al apetito insaciable de sus accionistas, al exigir incrementos constantes en los dividendos), les habría inducido a endeudarse peligrosamente en aras del gigantismo, mediante OPAS hostiles y a intensificar la política de deslocalización de empresas a países emergentes en aras de reducir los costes de producción (dado el enorme diferencial en salarios y la ausencia de derechos laborales de los trabajadores), tarea que se completaría con la implementación de los llamados TLC o Tratados de Libre Comercio entre EEUU y el resto del mundo (TTIP y TPP).

El TTIP como panacea universal

A comienzos del 2.013 comenzó su singladura el llamado Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés) con el objetivo de “relanzar el intercambio de bienes, servicios e inversiones entre EEUU y la Unión Europea” y que podría atracar en puerto en el 2.017 tras culminar recientemente la UE y EEUU la últimas ronda de conversaciones. Sin embargo, aunque todos los países apoyan políticamente unas negociaciones que deberían finalizar para principios del 2017 y que en teoría tan sólo implican la eliminación de aranceles, la normativa innecesaria y las barreras burocráticas, en la práctica estarían plagada de escollos, como la normativa alimentaria y fitosanitaria. Así, entre los principales escollos para conseguir un acuerdo satisfactorio para las dos partes, estaría la normativa de la UE que prohíbe la utilización de hormonas y limita las autorizaciones de organismos genéticamente modificados (OMG) amén de las reglas de trazabilidad y etiquetado, las tarifas agrícolas y las denominaciones de origen en el sector agroalimentario.A ello se sumaría el sector financiero ( la FED ha pedido expresamente que no se incluya dicho sector en la ronda de negociaciones), el gas natural ( la UE quiere eliminar todo tipo de restricciones a su libre exportación) y finalmente el escollo del ‘Buy American Act’ , barrera proteccionista impuesta en 1933 en EEUU que blinda “de facto” los mercados públicos estadounidenses a los inversores extranjeros para las contrataciones públicas (se estima que los mercados de EE.UU. únicamente están abiertos en un 32%, mientras que en Europa lo están en un 85%).

Las trampas del TISA y el ISDS

En la letra pequeña de dicho Tratado aparece la introducción de la claúsula ISDS de resolución de conflictos entre Inversor y Estado en los acuerdos, cláusula que limita seriamente la capacidad de los Estados para luchar contra la crisis financiera y económica (las multinacionales estadounidenses podrían utilizar el ISDS para desafiar las regulaciones de la UE destinadas a proteger al público y al medio ambiente y demandar a los gobiernos europeos y así maximizar sus beneficios) así como del llamado Consejo de Cooperación Regulatoria, lo que supondría según Sol Sánchez, coordinadora general de ATTAC España que “estos tratados estarían para siempre en crecimiento y no sólo se interpondrían con las leyes futuras sino que además podrían reformar las ya existentes en los Estados firmantes, en suma, un verdadero gobierno directo de las Corporaciones”. La Eurocámara no puede negociar ni incorporar enmiendas al tratado pero habría elaborado su propia opinión, reflejada en el Informe Lange que habría sido aprobado por liberales,socialistas y populares tras pactar una enmienda que dice que el arbitraje incluido en el TTIP será un sistema “no discriminatorio” con las empresas locales o extranjeras del que formen parte “jueces independientes” y que “no anteponga los intereses privados a los públicos”. Asimismo, habría introducido otra resolución para mantener los niveles de protección existentes para los trabajadores europeos basada en una resolución que obliga a Estados Unidos a respetar los estándares laborales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), resolución que sólo sería papel mojado pues en breve la Eurocámara podría aprobar el TISA (el llamado TTIP de servicios) que apuesta por abrir los mercados nacionales europeos a países como Taiwan, Hong Kong , Corea del Sur y posiblemente China que no han suscrito los 8 Convenios fundamentales con la OIT ( entre ellos los relativos a libertad sindical, defensa del trabajo digno o convenios colectivos), lo que podría tener como efecto colateral el finiquito de las normas laborales reconocidas individualmente por los 28 países de la UE.

Obama presiona a Merkel para aprobar el TTIP

Francia y Alemania ya expresaron serias reservas a la Comisión ante algunos precedentes en los que las multinacionales han impuesto sus criterios frente a los legisladores gracias a estos sistemas de resolución de conflicto inversor-Estado (en inglés, ISDS) y dado que el euro-Parlamento tiene potestad para tumbar todo el TTIP una vez hayan concluido las negociaciones, no sería descartable en el 2017 el rechazo de la mayoría europarlamentaria a la aprobación de dicho Tratado debido a una tardía reafirmación de la soberanía europeísta por parte franco-alemana coadyuvada por los efectos colaterales de la imposición de sanciones a Rusia. Así, el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría entre EEUU-Rusia tras la crisis de Ucrania y la mutua imposición de sanciones entre UE-Japón-EEUU por un lado y Rusia por el otro, marcarían el inicio del ocaso de la economía global y del libre comercio, máxime al haberse demostrado inoperante la Ronda Doha (organismo que tenía como objetivo principal de liberalizar el comercio mundial por medio de una gran negociación entre los 153 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y haber fracasado en todos sus intentos desde su creación en el 2011.

Caso de fracasar las negociaciones para implementar el TTIP, asistiremos a la imposición por parte de EEUU y la UE de medidas proteccionistas (Fomento del Consumo de Productos nacionales) en forma de ayudas para evitar la deslocalización de empresas, subvenciones a la industria agroalimentaria para la Instauración de la etiqueta BIO a todos sus productos manufacturados, Elevación de los Parámetros de calidad exigidos a los productos manufacturados del exterior y la imposición de medidas fitosanitarias adicionales a los productos de países emergentes, lo que obligará a China, México, Brasil e India a realizar costosísimas inversiones para reducir sus niveles de contaminación y mejorar los parámetros de calidad, dibujándose un escenario a cinco años en el que se pasaría de las guerras comerciales al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial, posterior finiquito a la globalización económica y ulterior regreso a los compartimentos estancos en la economía mundial.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ- Analista

La situación mundial después de la Guerra; Andréi Zhdánov, 1947

«El fin de la Segunda Guerra Mundial ha traído cambios considerables en la situación internacional en su conjunto. La derrota militar del bloque de países fascistas, el carácter de la guerra como guerra de liberación antifascista y el papel decisivo de la Unión Soviética en la victoria sobre los agresores fascistas, han modificado sustancialmente la correlación de fuerzas entre los dos sistemas –socialista y capitalista– a favor del socialismo.

¿Cuál es la naturaleza de estos cambios?

La consecuencia principal de la Segunda Guerra Mundial fue la derrota militar de Alemania y Japón, los dos países más agresivos y militaristas del capitalismo. Los elementos imperialistas y reaccionarios del mundo –particularmente en Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia– pusieron grandes esperanzas en Alemania y Japón, y principalmente en la Alemania de Hitler: en primer lugar, como la fuerza más capacitada para asestar un golpe contra la Unión Soviética, con el fin de destruirla o por lo menos debilitarla y socavar su influencia; y en segundo lugar, como la fuerza capaz de aplastar a la clase obrera revolucionaria y al movimiento democrático en Alemania y los países víctimas de la agresión hitleriana, para así fortalecer la posición general del capitalismo.

Esta fue la razón principal de la política de «apaciguamiento» e incitación a la agresión fascista –la «política de Múnich»–, seguida de manera persistente por los círculos imperialistas gobernantes de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, antes de la guerra. Pero las esperanzas depositadas en los hitleristas, por parte de los imperialistas ingleses, franceses y estadounidenses, fueron vanas. Quedó demostrado que los hitleristas eran más débiles, en tanto que la Unión Soviética y los pueblos amantes de la libertad eran más fuertes de lo que pensaban los munichistas. Y como resultado de la Segunda Guerra Mundial, las principales fuerzas belicosas de la reacción fascista internacional han sido aplastadas y puestas fuera de acción por un largo tiempo por venir.

Esto fue acompañado por otra pérdida grave del sistema capitalista mundial en su conjunto. La Primera Guerra Mundial tuvo como consecuencia principal la apertura de una brecha en el frente único imperialista y la separación de Rusia del sistema capitalista mundial. Luego, como producto de la victoria del sistema socialista en la Unión Soviética, el capitalismo dejó de ser el único sistema en la economía mundial. Por su parte, la Segunda Guerra Mundial y la derrota del fascismo, el debilitamiento de la posición internacional del capitalismo y el fortalecimiento del movimiento antifascista, permitieron que un grupo de países del centro y el sudeste de Europa se separara del sistema imperialista. En esos países se han establecido nuevos regímenes democrático-populares. El admirable ejemplo de la Guerra Patria de la Unión Soviética y el rol liberador del Ejército Rojo fueron acompañados por la lucha de las masas de los países amantes de la libertad, por la liberación nacional de la invasión fascista y sus cómplices. En el curso de esa lucha, los elementos profascistas y los colaboracionistas –lo más influyente de los grandes capitalistas, terratenientes, altos funcionarios y oficiales monárquicos–, fueron desenmascarados como traidores a los intereses nacionales. La liberación de la esclavitud fascista alemana en los países del Danubio fue acompañada por la remoción del poder de la gran burguesía y los terratenientes involucrados en la colaboración con el fascismo alemán, y por el ascenso al poder de nuevas fuerzas del pueblo que demostraron valor en la lucha contra los invasores nazis. En esos países, los representantes de la clase obrera, el campesinado y la intelectualidad progresista han tomado el poder. La autoridad de la clase obrera y su influencia en el pueblo han crecido de forma considerable, porque demostró, en todo momento y lugar, el mayor heroísmo y la mayor consecuencia y combatividad en la guerra antifascista.

El nuevo poder democrático en Yugoslavia, Bulgaria, Rumania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Albania, respaldado por las masas populares, ha demostrado que tiene la capacidad para llevar a cabo, en el tiempo más corto posible, reformas democráticas y progresistas que la democracia burguesa ya no es capaz de realizar.

La reforma agraria ha entregado la tierra a los campesinos y ha dado lugar a la eliminación de la clase de los terratenientes. La nacionalización de la gran industria y los bancos y la confiscación de la propiedad de los traidores que colaboraron con los alemanes, han socavado radicalmente la posición del capital monopolista en esos países y han liberado a las masas del yugo imperialista. Además de eso, se han sentado las bases para la propiedad nacional estatal y se ha creado un nuevo tipo de Estado –la República Popular– donde el poder pertenece al pueblo, donde la gran industria, el transporte y los bancos son propiedad del Estado, y donde el bloque de las clases trabajadoras de la población, encabezado por la clase obrera, constituye la fuerza principal. De esa forma, los pueblos de esos países no sólo se han liberado del dominio imperialista también están preparando el camino para ingresar a la vía del desarrollo socialista.

Como consecuencia de la guerra, la importancia internacional y la autoridad de la Unión Soviética han crecido de forma inconmensurable. La Unión Soviética fue la fuerza principal y el espíritu guía de la victoria militar sobre Alemania y Japón. Las fuerzas democráticas progresistas de todo el mundo se unieron en torno a la Unión Soviética. El Estado socialista resistió exitosamente las pruebas más duras de la guerra y salió victorioso de la lucha a muerte contra su enemigo más poderoso. En lugar de debilitarse, la Unión Soviética se ha hecho más fuerte.

En el mundo capitalista ha habido cambios sustanciales. De las seis «grandes potencias imperialistas» –Alemania, Japón, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia e Italia–, tres han sido eliminadas como resultado de su derrota militar: Alemania, Japón e Italia. Francia se ha debilitado y ha perdido su condición de gran potencia. Sólo quedan dos potencias imperialistas: Estados Unidos y Gran Bretaña. Pero la posición de una de ellas –Gran Bretaña– ha sido socavada. La guerra puso en evidencia que el imperialismo británico no era tan fuerte –militar y políticamente– como antes. En Europa, Gran Bretaña estuvo indefensa ante la agresión alemana. Y en Asia, Gran Bretaña –el poder imperialista más extenso– fue incapaz de mantener sus posesiones coloniales por sí sola. Al perder temporalmente el contacto con sus colonias que la proveían de alimentos y materia primas y que absorbían una gran parte de sus productos industriales, Gran Bretaña se hizo dependiente militar y económicamente de los suministros de alimentos y bienes industriales estadounidenses. Después de la guerra, empezó a acentuarse su dependencia económica y financiera con respecto de Estados Unidos. Y aunque Gran Bretaña logró recuperar sus colonias, después de la guerra, lo hizo enfrentada con la creciente influencia en ellas del imperialismo estadounidense, que durante la guerra ocupó todas las regiones que antes eran consideradas esferas de influencia del capital británico –el oriente árabe, el sudeste asiático–. Estados Unidos ha aumentado también su influencia en los dominios del Imperio británico y en Sudamérica, donde la posición de Gran Bretaña está pasando considerable y aceleradamente a Estados Unidos.

La Segunda Guerra Mundial agudizó la crisis del sistema colonial, tal como lo demuestra el auge del poderoso movimiento de liberación nacional en los países coloniales y dependientes. Esto ha puesto en peligro la retaguardia del sistema capitalista. Los pueblos de las colonias se rehúsan a seguir viviendo como antes, mientras que las clases dirigentes de los países colonialistas no pueden seguir gobernando sus colonias a la vieja usanza. Los intentos de aplastar el movimiento de liberación nacional, mediante la fuerza militar, ahora chocan de manera frecuente con la resistencia armada de los pueblos coloniales y dan lugar a guerras coloniales prolongadas –Países Bajos en Indonesia, Francia en Vietnam–.

La guerra –que es producto del desarrollo desigual del capitalismo en los diferentes países– ha intensificado aún más este desarrollo desigual. De todas las potencias capitalistas, sólo una –Estados Unidos– ha salido de la guerra sin debilitarse; y no sólo eso, ha salido considerablemente más fuerte económica y militarmente. La guerra ha enriquecido enormemente a los capitalistas estadounidenses. Además, el pueblo estadounidense no experimentó las privaciones que acompañan a la guerra, la dureza de la ocupación extranjera o el bombardeo aéreo. Las pérdidas humanas de Estados Unidos –que, prácticamente, ingresó a la guerra en la fase final, cuando su resultado estaba ya decidido– fueron relativamente pequeñas. Para los Estados Unidos, la guerra fue ante todo y principalmente un impulso para el desarrollo extensivo de su producción industrial y el incremento sustancial de sus exportaciones –principalmente a Europa–.

Pero la finalización de la guerra enfrentó a Estados Unidos con una serie de nuevos problemas. Los monopolios capitalistas estaban ansiosos de preservar sus altos niveles de ganancia y, con ese propósito, presionaron fuertemente para impedir la reducción del volumen de contratos que tenían durante la guerra. Pero esto exigía que Estados Unidos conservara los mercados extranjeros que absorbieron sus productos durante la guerra, y que además conquistara nuevos mercados, dado que la guerra redujo la capacidad de compra de la mayoría de países. La dependencia económica y financiera de estos países, con respecto a Estados Unidos, también se ha incrementado. Estados Unidos ha colocado créditos en el extranjero por un valor de 19,000 millones de dólares, sin contar las inversiones en el Banco Internacional y el Fondo Monetario Internacional.

Los principales competidores de Estados Unidos –Alemania y Japón– han desaparecido del mercado mundial y esto ha creado nuevas y grandes oportunidades para Estados Unidos.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, los más influyentes círculos reaccionarios del imperialismo estadounidense siguieron una política de aislamiento y se abstuvieron de intervenir activamente en los asuntos de Europa y Asia. Sin embargo, bajo las nuevas condiciones de posguerra, los mandamases de Wall Street han adoptado una nueva política. Han puesto en marcha un programa para la utilización de todo el poderío económico y militar estadounidense, no sólo para preservar y consolidar las posiciones ganadas en el exterior durante la guerra, sino también para ampliarlas al máximo y lograr que Estados Unidos ocupe el lugar de Alemania, Japón e Italia en los mercados mundiales. El notable declive del poder económico de los otros países capitalistas ha creado la oportunidad para que se especule con sus dificultades económicas de posguerra, y en particular con las dificultades económicas de posguerra de Gran Bretaña, haciendo más fácil ponerlos bajo el control estadounidense. Estados Unidos ha proclamado una nueva orientación abiertamente depredadora y expansionista.

El objetivo de esta nueva orientación, abiertamente expansionista, es establecer la supremacía mundial del imperialismo estadounidense. A fin de consolidar la posición monopólica de Estados Unidos en los mercados mundiales, ganada como consecuencia de la desaparición de sus dos más grandes competidores –Alemania y Japón– y el debilitamiento de sus socios capitalistas –Gran Bretaña y Francia–, la nueva orientación de la política de Estados Unidos contempla un amplio programa de medidas políticas, económicas y militares, diseñado para establecer el dominio económico y político en todos los países que son objeto de la expansión estadounidense, reduciéndolos a la condición de satélites de Estados Unidos. Este programa también incluye el establecimiento, en esos países, de regímenes que puedan acabar con toda resistencia de la clase obrera y los movimientos democráticos a la explotación del capital estadounidense. Estados Unidos intenta aplicar esta nueva orientación política no sólo a sus enemigos de guerra y a los países neutrales, sino también en grado creciente a sus aliados de guerra.

Está poniendo especial atención a la explotación de las dificultades económicas de Gran Bretaña, que no sólo es aliado de Estados Unidos sino también su antiguo rival y competidor capitalista. La política expansionista estadounidense está diseñada no sólo  para evitar que Gran Bretaña escape de la dependencia económica de Estados Unidos, establecida durante la guerra, sino también para aumentar la presión sobre Gran Bretaña, con el fin de privarla gradualmente del control sobre sus colonias, desplazarla de sus esferas de influencia y reducirla a la condición de potencia vasalla.

De este modo, la nueva política de Estados Unidos está dirigida a consolidar su posición monopólica y a reducir a sus socios capitalistas a un estado de subordinación y dependencia de Estados Unidos.

Sin embargo, las aspiraciones de Estados Unidos a la supremacía mundial tienen un obstáculo en la Unión Soviética –el baluarte de la política antiimperialista y antifascista– y su creciente influencia internacional, en los países de nueva democracia que han escapado del control del imperialismo anglo-americano, y en los trabajadores de todos los países –incluyendo los de Estados Unidos– que no quieren nuevas guerras por la supremacía de sus opresores. Por eso, la nueva política expansionista y reaccionaria de Estados Unidos prevé la lucha contra la Unión Soviética, contra los países de nueva democracia, contra el movimiento de la clase obrera de todos los países, contra el movimiento de la clase obrera estadounidense, y contra las fuerzas antiimperialistas emancipadoras de todos los países del mundo.

Los reaccionarios estadounidenses –alarmados por los éxitos del socialismo en la Unión Soviética, los éxitos de los países de nueva democracia y el crecimiento de posguerra de la clase obrera y el movimiento democrático en todos los países del mundo– han decidido asumir el papel de «salvadores» del sistema capitalista del comunismo. Por esa razón, el programa francamente expansionista de Estados Unidos es bastante reminiscente del programa aventurerista de los agresores fascistas, programa que tuvo un deshonroso fracaso. Los agresores fascistas, como todo el mundo sabe, también reclamaban la supremacía mundial.

Mientras los hitleristas se preparaban para su agresión depredadora, adoptaron el ropaje del anticomunismo para poder lograr la opresión y esclavización de todos los pueblos, y ante todo y principalmente de su propio pueblo. Del mismo modo, en la actualidad, los círculos dirigentes de Estados Unidos disfrazan su política expansionista, e incluso su ofensiva contra los intereses vitales de su débil rival –Gran Bretaña–, alegando ficticias consideraciones de defensa contra el comunismo.

La frenética carrera armamentista, la construcción de nuevas bases militares y la creación de cabezas de puente para las fuerzas armadas estadounidenses en todas partes del mundo, son justificadas falsa e hipócritamente por motivos de «defensa» contra una imaginaria amenaza militar de parte de la Unión Soviética. Con la ayuda de la intimidación, el soborno y el chantaje, a la diplomacia estadounidense le es fácil arrancar a los otros países capitalistas, y, en primer lugar, a Gran Bretaña, el consentimiento para la consolidación legal de la posición superior de Estados Unidos en Europa y Asia –en las zonas occidentales de Alemania y Austria, en Italia, Grecia, Turquía, Egipto, Irán, Afganistán, China, Japón, etc.

Los imperialistas estadounidenses se consideran la principal fuerza opositora a la Unión Soviética, a los países de nueva democracia y a la clase obrera y movimientos democráticos de todos los países del mundo, y el baluarte de las fuerzas reaccionarias y antidemocráticas de todo el globo. En virtud de ello, literalmente, al día siguiente de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, empezaron a trabajar por la formación de un frente hostil a la Unión Soviética y a la democracia mundial, y a fomentar las fuerzas reaccionarias y antipopulares –colaboracionistas y antiguos cómplices capitalistas– en los países europeos recién liberados del yugo nazi, que empezaban a reorganizar su vida de acuerdo a sus propias decisiones.

Los más malévolos y desequilibrados políticos imperialistas, siguiendo el ejemplo de Churchill, abogaron por planes para la pronta realización de una guerra preventiva contra la Unión Soviética y llamaron abiertamente a que el monopolio temporal estadounidense de la bomba atómica sea usado contra el pueblo soviético. Los instigadores de una nueva guerra intentan atemorizar y chantajear no sólo a la Unión Soviética sino también a otros países –en particular a China e India–, presentando falsamente a la Unión Soviética como el posible agresor, mientras se presentan a sí mismos como «amigos» de China e India y «salvadores» del peligro comunista, llamados a «ayudar» a los países débiles. De este modo, buscan mantener a China e India bajo la dominación imperialista y continuar con su esclavización económica y política». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional;Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 1947)

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