Hasta enterrarlos en el mar

“Las tierras, las tierras, las tierras de España
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna”

Y si un día de diciembre un caballo cuatralbo empezara a galopar de urna en urna  y produjera el tsunami de la matanza del cerdo, el fin de los chorizos, que se sobrepusiera a la mentira, la corrupción y la manipulación de bienes e ideas  y alterara  el poder de tal manera que mandara a la partía de bandoleros del trabuco pepero a la serranía de su casa, a los embaucadores  de la falsa socialdemocracia al panteón de las ideas podridas y muertas y a los  filo falangistas del IBEX a su puesto en los luceros.

Entonces nos daríamos cuenta que enfrente no había nadie, que eran “solo” las banqueros  parapetados tras su cornamenta de rajoys, felipes y aznares. Los antropófagos de la democracia “transicionada” a su gusto, para aprisionar a la ciudadanía, expoliar con incienso sus bienes, y reducir a esclavos a los trabajadores y clases populares con las cadenas de las reformas penales y laborales.

“Galopa jinete del pueblo, caballo de espuma.”

Imaginad que la petulancia queda reducida a anécdota y pierde la categoría de lo omnívoro. Imaginad que, deslumbrados por una serie de acontecimientos democráticos que tendrán lugar a partir de esa fecha fabulosa, comprendemos lo que hemos retrocedido a lo largo de los últimos años, la mucha calidad de vida que hemos perdido, tanto en lo material como en lo moral, tanto en lo laboral como en lo legal. Imaginad que, poseídos por la belleza de la verdadera democracia, del ejercicio real de la ciudadanía, nos conjuramos a plena luz para que nunca más, nunca never jamás de los jamases, permitamos a nadie que nos recorte las libertades que forman la gran libertad que, dentro de lo posible, los seres que tenemos la suerte de vivir en esta parte en paz del planeta hemos podido conquistar. “  Maruja Torres dixit.

“A corazón suenan, resuenan, resuenan

las tierras de España, en las herraduras.”

Tiramos el corazón y las herraduras.  Y que a partir de ese día asemos al vino a todos los chorizos, echamos en manada de ratas a generadores de gurteles, eres, púnicas y casta de enchufados y embaucadores de papeleta y candidatura.  Que los que gobiernen representen al pueblo soberano, al que está en paro, desahucian y no puede pagar sus hipotecas.

Enterrar en el mar, en la tierra y en el cielo a los que nos han dañado, mentido, expoliado, desahuciado y recortado.

En la geografía del placer está el imaginar, imaginad ese galope barriendo hasta el mar a la jauría que nos gobierna y nos ha gobernado.  Y notar el olor del mar que los arrastra, purifica y entierra.

A galopar.

Lucas Leon Simon


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Tremenda promesa

… ¿qué fue de aquella otra promesa de Renta Básica para todos?

Sin títuloooooo

Nicaragua: La constitución de 1987: garante de los intereses de la burguesía nacional; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

«Es aquí cuando nos encontramos de frente, con la institucionalización de todas las sucesivas traiciones del FSLN como dirigencia que prometía el «fin de la explotación» y la «construcción del socialismo»: o dicho sin rodeos, nos encontramos de frente con la constitución burguesa de 1987. Constitución sin la cual no se puede comprender bien todo el desarrollo de Nicaragua, esta constitución es la prueba de que el FSLN en 1987 se constituía como una organización, como un partido, que defendía el orden burgués, el capitalismo. Hay que añadir que las reformas que se fueron añadiendo a la constitución: como las de 1995 –bajo el gobierno de Violeta Chamorro y la Unión Nacional Opositora– se conservaron en gran medida hasta la vuelta al poder del FSLN y Ortega en 2006, y de hecho se siguen conservando en la actualidad con el añadido de que las reformas efectuadas por el gobierno sandinista desde el 2006 tienen un contenido más reaccionarios si cabe.

En el artículo 5 de la Constitución de 1987, se dejaba claro, que la constitución sería la oficialización de los pilares ideológicos del FSLN:

«El Estado garantiza la existencia del pluralismo político, la economía mixta y el no alineamiento. El pluralismo político asegura la existencia y participación de todas las organizaciones políticas en los asuntos económicos, políticos y sociales del país, sin restricciones ideológicas, excepto aquellas que pretendan el retorno al pasado o propugnen por establecer un sistema político similar. La economía mixta asegura la existencia de distintas formas de propiedad; pública, privada, asociativa, cooperativa y comunitaria; todas deben estar en función de los intereses superiores de la nación y contribuir a la creación de riquezas para satisfacción de las necesidades del país y sus habitantes. Nicaragua fundamenta sus relaciones internacionales en el principio del no alineamiento, en la búsqueda de la paz y en el respeto a la soberanía de todas las naciones; por esto, se opone a cualquier forma de discriminación, es anticolonialista, antiimperialista, antirracista y rechaza toda subordinación de un Estado a otro Estado». (Constitución política de la República de Nicaragua, 1987)

Como se ve: los principios burgueses que regían el FSLN se introducirían en los correspondientes artículos de la constitución de 1987, y esta sigue vigente hasta nuestros días: con sus reformas. En el mismo sentido, cualquier marxista es consciente de que acorde a lo enunciado en el artículo 5 de la constitución de 1987, en Nicaragua existían clases explotadas y explotadoras, debido precisamente a que el «pluralismo político»: que dejaba el poder político de la burguesía intacta; y la «economía mixta»: que permitía expandir el poder económico de la burguesía y reforzar su influencia en el poder político. En base a ello no podemos hablar ya de una constitución de un régimen socialista, y podríamos dar carpetazo final a la refutación, pero aún así continuemos y analicémosla un poco más, para ver que no se diferenció de otras cartas magnas de otros países capitalistas.

Pese a tal evidencia se siguió apostando por afirmar en el artículo 2 de la reforma de 1995, impulsada por el Movimiento Renovador Sandinista: antiguos miembros del Frente Sandinista, que en Nicaragua el «pueblo» –noción en la que incluían también a la burguesía nacional «patriota» proFSLN– ejercía su poder a través de la «democracia» donde participaba todo el «pueblo» –explotadores y explotados–, a esta «democracia» algunos del FSLN la llamaron durante años y hoy también, como ejemplo de democracia de un país «socialista»:

«La soberanía nacional reside en el pueblo, fuente de todo poder y forjador de su propio destino. El pueblo ejerce la democracia decidiendo y participando libremente en la construcción del sistema económico, político y social que más conviene a sus intereses. El poder lo ejerce el pueblo directamente y por medio de sus representantes libremente elegidos de acuerdo al sufragio universal, igual, directo, libre y secreto». (Constitución política de la República de Nicaragua y sus reformas, 1987)

En el artículo número 7, de la Constitución de 1987 podemos leer el concepto de régimen político, donde se alude a una «república democrática, participativa y representativa», y donde como ya vimos y explicamos, se mantienen la separación de poderes acorde a la noción de democracia de un Estado burgués clasista:

«Nicaragua es una república democrática, participativa y representativa son órganos del gobierno: el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y el Poder Electoral». (Constitución política de la República de Nicaragua, 1987)

Lenin ya criticó severamente a este tipo de charlatanes que se decían marxistas y hablaban de democracia sin analizar el carácter de clase de dicha «democracia», sin analizar que todavía en esa democracia de la que se hablaba existían los explotados y los explotadores:

«Si no es para mofarse del sentido común y de la historia, claro está que no puede hablarse de «democracia pura» mientras existan diferentes clases, y sólo puede hablarse de democracia de clase. (…) La «democracia pura» es un embuste de liberal que embauca a los obreros». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La revolución proletaria y el renegado Kautsky, 1918)

Además estigmatizó de igual forma a los que renegaban de la dictadura del proletariado y la democracia proletaria; como hacían los revisionistas del FSLN y como ahora hacen los renegados «socialistas del siglo XXI» incluyendo a los nicaragüenses:

«La defensa que hoy hacen de la democracia burguesa, encubriéndose con sus discursos sobre la «democracia en general», y los alaridos y voces que hoy lanzan contra la dictadura del proletariado, encubriéndose con sus gritos sobre la «dictadura en general», son una traición descarada al socialismo, el paso efectivo al lado de la burguesía, la negación del derecho del proletariado a su revolución, a la revolución proletaria, la defensa del reformismo burgués». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado, 1919)

En los artículos 93 y 95 de la Constitución de 1987 que nombraban al ejército, era una alusión donde como en cualquier otra constitución de democracia burguesa se exigía al ejército la defensa del orden constitucional; en tal sociedad «socialista» no existía en su constitución ninguna referencia hacia el papel dirigente del partido comunista sobre el ejército. En el artículo 93 vemos:

«El pueblo nicaragüense tiene derecho de armarse para defender su soberanía, su independencia y sus conquistas revolucionarias. Es deber del Estado dirigir, organizar y armar al pueblo para garantizar este derecho». (Constitución política de la República de Nicaragua, 1987)

Y en el artículo 95, se leía:

«El Ejército Popular Sandinista tiene carácter nacional y debe guardar protección, respeto y obediencia a la presente Constitución Política. El Ejército Popular Sandinista es el brazo armado del pueblo y heredero directo del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. El Estado prepara, organiza y dirige la participación popular en la defensa armada de la patria, por medio del Ejército Popular Sandinista. No pueden existir más cuerpos armados en el territorio nacional que los establecidos por la ley, la cual regulará las bases de la organización militar». (Constitución política de la República de Nicaragua, 1987)

Con las sucesivas reformas de 1995, en el nuevo artículo 93 se puede leer:

«El ejército de Nicaragua es una institución nacional, de carácter profesional, apartidista, apolítica, obediente y no deliberante. Los miembros del ejército deberán recibir capacitación cívica y en materia de derechos humanos». (Constitución política de la República de Nicaragua y sus reformas, 1987)

Como vemos hay una evolución en la constitución, donde actualmente se remarca todavía más, que el ejército no es tratado de forma marxista-leninista acorde a una democracia proletaria, sino acorde a como se trata en cualquier democracia burguesa y en cualquier constitución burguesa, expliquemos esto. Por supuesto, en un Estado democrático-burgués, donde el gobierno reconoce la existencia de los tipos de propiedad económica que sustentan la explotación, y reconoce a las clases explotadoras como parte del sistema, y por tanto a sus partidos; no puede existir partidismo en el ejército. Pero en un Estado socialista, regido por un único partido del proletariado, el ejército nunca sería apolítico, ya que los marxista-leninistas reconocen que el ejército, la cultura, la educación, la economía, y todo lo demás, están dentro de los planes de los restos de las clases explotadoras para restablecer su control sobre las diferentes instituciones de Estado, en tanto, el proletariado tampoco puede dejar de primar sobre ellos debido a la lucha de clases en desarrollo; y no sólo eso, sino que el hecho de dejar un sólo de estos campos sin llevar allí las transformaciones revolucionarias significa poner en peligro el resto de campos a causa de que este será una base desde donde los contrarrevolucionarios intentarán extenderse hacia los otros campos:

«La lucha de clases se libra en todos los frentes, no sólo porque los enemigos externos aplican su lucha en todas las direcciones, sino porque, en primer lugar, estamos desarrollando la revolución en todos los campos y direcciones. Lo que hace que el ejecutar la lucha de clases en esas tres direcciones fundamentales –ideológica, política y económica– sean puntos muy importantes. Si la lucha se debilita en una dirección, toda la lucha de clases se debilitará y se condenara a un mayor castigo inmediato en el futuro». (Nexhmije Hoxha; Algunas cuestiones fundamentales de la política revolucionaria el Partido del Trabajo de Albania sobre el desarrollo de la lucha de clases, 27 de junio de 1977)

Toda ilusión sobre la neutralidad de estas instituciones conduce a la ilusión reformista que por desgracia sufrían los revisionistas nicaragüenses de los 80 y actualmente sufren los revisionistas nicaragüenses de «socialistas del siglo XXI». El ejército en un Estado socialista debe ser partidista, debe ser partidario del partido de la clase obrera, es decir, del partido comunista, y debe de estar pertrechado con su misma ideología, el marxismo-leninismo:

«La constitución señala que a la cabeza de la defensa de la Patria y las conquistas de la revolución está el Partido del Trabajo de Albania. Conduce las fuerzas armadas de todo el país, que siguen fielmente su línea política y militar. El papel dirigente del partido en las fuerzas armadas es una cuestión de importancia de principio a fin de no permitir nunca que «el ejército mande al partido», o «que las armas se coloquen por encima de la política». La dirección del partido en las fuerzas armadas es una garantía fundamental para que estas fuerzas estén siempre al servicio del pueblo y de la revolución y asegurar la victoria sobre cualquier posible agresor. La falta de reconocimiento de la dirección del partido, su ideología proletaria y la política allana el camino para muchas enfermedades, de manifestaciones tales como la tecnocracia y la burocracia, la arrogancia y la prepotencia, que conducen a la creación de estratos o castas militares privilegiadas con tendencias golpistas y que van tan lejos como la degeneración del ejército del Estado socialista de un ejército de la revolución en un ejército de la contrarrevolución, como fue el caso de la Unión Soviética y otros países». (Foto Cami y Gramo Hysi; La constitución del socialismo triunfante, 1980)

En cuanto a la economía, la Constitución de 1987 reflejaba la economía mixta. Se dice en el artículo 44 de la reforma de 1995:

«Se garantiza el derecho de propiedad privada de los bienes muebles e inmuebles, y de los instrumentos y medios de producción. En virtud de la función social de la propiedad, este derecho está sujeto, por causa de utilidad pública o de interés social, a las limitaciones y obligaciones que en cuanto a su ejercicio le impongan las leyes. Los bienes inmuebles mencionados en el párrafo primero pueden ser objeto de expropiación de acuerdo a la ley, previo pago en efectivo de justa indemnización. Tratándose de la expropiación de latifundios incultivados, para fines de reforma agraria, la ley determinará la forma, cuantificación, plazos de pagos e intereses que se reconozcan en concepto de indemnización. Se prohíbe la confiscación de bienes. Los funcionarios que infrinjan esta disposición, responderán con sus bienes en todo tiempo por los daños inferidos». (Constitución política de la República de Nicaragua y sus reformas, 1987)

En el artículo 99 de la reforma de 1995 se dice de nuevo:

«El Estado es responsable de promover el desarrollo integral del país, y como gestor del bien común deberá garantizar los intereses y las necesidades particulares, sociales, sectoriales y regionales de la nación. Es responsabilidad del Estado proteger, fomentar y promover las formas de propiedad y de gestión económica y empresarial privada, estatal, cooperativa, asociativa, comunitaria y mixta, para garantizar la democracia económica y social. El ejercicio de las actividades económicas corresponde primordialmente a los particulares. Se reconoce el rol protagónico de la iniciativa privada, la cual comprende en un sentido amplio, a grandes, medianas y pequeñas empresas, micro empresas, empresas cooperativas, asociativas y otras. El Banco Central es el ente estatal regulador del sistema monetario. Los bancos estatales y otras instituciones financieras del Estado serán instrumentos financieros de fomento, inversión y desarrollo, y diversificarán sus créditos con énfasis en los pequeños y medianos productores. Le corresponde al Estado garantizar su existencia y funcionamiento de manera irrenunciable. El Estado garantiza la libertad de empresa y el establecimiento de bancos y otras instituciones financieras, privadas y estatales que se regirán conforme las leyes de la materia. Las actividades de comercio exterior, seguros y reaseguros estatales y privados serán regulados por la ley». (Constitución política de la República de Nicaragua y sus reformas, 1987)

El artículo 100 de la reforma de 1995 dice sobre la propiedad privada extranjera:

«El Estado promulgará la Ley de Inversiones Extranjeras, a fin de que contribuya al desarrollo económico social del país, sin detrimento de la soberanía nacional». (Constitución política de la República de Nicaragua y sus reformas, 1987)

En el artículo 103 se vuelve a insistir para dejar claro el papel de la economía mixta:

«El Estado garantiza la coexistencia democrática de las formas de propiedad pública, privada, cooperativa, asociativa y comunitaria; todas ellas forman parte de la economía mixta, están supeditadas a los intereses superiores de la nación y cumplen una función social». (Constitución política de la República de Nicaragua, 1987)

¡E insistimos: estos artículos siguen presentes en la actual Constitución del pretendido Estado nicaragüense integrado en el «socialismo del siglo XXI» liderado por el FSLN!

Por supuesto, como hemos visto, no sólo se niega que vaya a desaparecer la propiedad privada sino que la aseguran en la Constitución; en cuanto, como hemos comprobado, lejos de que la propiedad privada suponga «algún perjuicio» o «inconveniente» para ellos es hasta beneficiosa, de ahí el crecimiento y protección de la propiedad privada dentro de su economía.

La cuestión reside en que los dirigentes del FSLN, tanto los de los 80 como los actuales «socialistas del siglo XXI», proclaman que la constitución burguesa que defiende la propiedad privada en su país es inalterable y que es el puente para ir al socialismo, que sólo en base a ella se podrá ir al socialismo, ya que consideran la toma de poder, el establecimiento de la dictadura del proletariado y la confiscación de los medios de producción a la burguesía, como «métodos obsoletos» para construir el socialismo.

Esta «inocencia» nace en el cariz reformista de dichos gobernantes, que piensan en la «neutralidad» del Estado –en que es superior a las clases–, la «herencia democrática» del ejército, la «transformación pacífica» del burgués, etc. Estas ideas se hicieron un denominador común entre los revisionistas eurocomunistas del siglo pasado.

Enver Hoxha, al que ciertamente estamos citando ampliamente por el extenso y valioso material de sus obras contra todo tipo de renegados, nos dejo un análisis muy preciso de esta «manía», haciendo referencia a la idea de los eurocomunistas italianos y su «vía italiana al socialismo» a través de la constitución burguesa de la posguerra. Para ello analizo nítidamente dicha constitución y su naturaleza:

«El que la constitución italiana difiera, por ejemplo, de la constitución de los tiempos de la monarquía y el fascismo, y que en ella figuren una serie de principios democráticos, esto es comprensible, estos principios han sido impuestos por la lucha de la clase obrera y del pueblo italianos contra el fascismo. Pero no sólo la constitución italiana contiene tales principios. Después de la Segunda Guerra Mundial, la burguesía de todos los países capitalistas de Europa se esforzó en una que otra medida por cortarle los vuelos a la clase obrera, reconociéndole algunos derechos sobre el papel y negándoselos en la práctica». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

A esto se refería el autor cuando hablaba de los derechos clásicos de una constitución burguesa como la italiana, que parecía a simple vista más progresista bajo papel, pero de igual forma en la práctica dichos derechos eran mínimos:

«Las libertades y derechos que prevé la constitución italiana son libertades y derechos puramente formales, que son violados diariamente por la burguesía. Prevé por ejemplo una cierta limitación de la propiedad privada, lo que no ha impedido que los Fiat y los Montedison se enriquezcan cada vez más y los obreros se empobrezcan cada vez más. La constitución prevé el derecho al trabajo, pero esto no constituye un obstáculo para que la patronal capitalista y su Estado arrojen a la calle a unos dos millones de obreros. La constitución garantiza una serie de derechos democráticos, pero no impide que el Estado italiano, los carabineros y la policía actúen casi abiertamente, en base a los derechos reconocidos por la constitución». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

Esto es una verdad que habrá abierto los ojos a más de un lector sobre el carácter netamente capitalista de la Constitución nicaragüense, y el país envuelto en dicho camino «socialista». ¿No siguió y sigue inflándose el patrimonio de las grandes familias en Nicaragua durante los mandatos del FSLN? ¿No sigue existiendo la propiedad privada e incluso se ha extendido? ¿Acaso se ha eliminado la lacra del desempleo o el absentismo laboral sino que incluso en algunos países como Nicaragua suponen todavía un gran problema? ¿No sigue siendo el ejército una institución que por más que digan no puede ser ajeno al poder político ni neutral? ¿No ha lanzado los cuerpos del Estado dominado por el «socialismo» a reprimir más de una y de dos veces las justas demandas de las masas en materia de educación, vivienda, salud, medioambiente, étnicas, o precisamente empleo?

Es por ello que debemos ser tan sagaces con las limitaciones de esta «vía alternativa» sino queremos caer en el mero reformismo de los revisionistas modernos:

«Los revisionistas pueden quedarse a predicar día y noche, pueden quedarse con la boca seca de tanto hablar en todas las plazas y rezar en todas las iglesias de Italia, pero jamás podrán realizar su sueño reformista de pasar al socialismo a través del parlamento, de la constitución y del propio Estado burgués». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

En ese sentido, y conforme con la constitución burguesa, estas organizaciones entienden que su táctica-estrategia para alcanzar el poder ha de ser siempre la vía electoral democrático burguesa, o lo que es lo mismo, toda su fuerza militante se dedica en exclusiva para crear las condiciones sociales que le permita alcanzar el poder, administrarlo y retenerlo mediante elecciones democrático-burguesas. Exactamente como lo han hecho históricamente las organizaciones de estirpe socialdemócrata.

Como confiesan ellos mismos, la sociedad de este presunto nuevo socialismo, no se sale de los marcos del pluralismo democrático y de las elecciones de varios partidos en la democracia burguesa, por tanto, la revolución se puede ir rápido a pico como en otras ocasiones cuando se pierden las elecciones burguesas frente a otros partidos burgueses. El conocido revisionista Carlos Fonseca Terán, hijo de Carlos Fonseca Amador, habla orgulloso de la experiencia del FSLN a este respecto en los 80. En una ocasión confesó que en cuanto a las críticas de la burguesía con nexos con el imperialismo estadounidense que acusaba a la revolución sandinista de socialista, su sociedad mantenía pleno respeto de la propiedad privada en la economía y del pluralismo político en las elecciones políticas:

«En aquella ocasión [las críticas de la burguesía proestadounidense a la revolución sandinista – Anotación de Bitácora (M-L)], este discurso se refería a los compromisos políticos asumidos por el Frente Sandinista de Liberación Nacional producto de sus alianzas con la oposición antisomocista de derecha, encabezada por los conservadores; tales compromisos se referían sobre todo al pluralismo político, la economía mixta y el no alineamiento, en el sentido de promover un sistema político pluripartidista, la no supresión de la propiedad privada. (…) Todo esto fue mantenido por el FSLN en sus políticas de gobierno. (…) El pluralismo político, sin embargo, fue tan auténtico que el FSLN perdió las segundas elecciones pluripartidistas que él mismo organizó en el marco del modelo político por él establecido». (Carlos Fonseca Terán; ¿Es neoliberal el gobierno del FSLN? Si los perros ladran es que cabalgamos, 2010)

Curiosamente, y de forma que evidencia la estupidez de dicho pensamiento, a día de hoy, los dirigentes del FSLN tras volver al poder vía electoral en 2006 todavía no saben explicar estos pseudorevolucionarios de una forma clara y seria a sus seguidores cuál será el destino de la revolución si el «juego democrático» da a la «revolución socialista» una nueva derrota en las elecciones burguesas como en las «segundas elecciones multipartidistas» nicaragüenses de 1990. ¿Quizás vagar por el desierto de la oposición parlamentaria durante décadas hasta retomar el poder como el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua? ¿Y así cíclicamente?

En cuanto a la religión y la constitución, las últimas reformas de la misma han hecho que se abandonen el viejo programa FSLN de 1969 en lo relativo a la laicidad del Estado; si bien en otras décadas se hacía más o menos apología de esta postura, y en la primera Constitución de 1987 se reflejaba claramente, ahora se desviven por dejar claro que en su constitución burguesa quede bien subrayado el papel del cristianismo para contentar al clero reaccionario y contentarse a sí mismos como «neo socialistas-cristianos». A la constitución nicaragüense de 1987, de la que hemos hablado, se han hecho «miles» de reformas, una de las últimas ha sido, sorpresa, constatar lo que decimos, el carácter «cristiano y socialista» de Nicaragua. El nuevo artículo 4 de la reforma de 2014 se dice aquello de que «el Estado nicaragüense reconoce a la persona, la familia y la comunidad como el origen y el fin de su actividad, y está organizado para asegurar el bien común, asumiendo la tarea de promover el desarrollo humano de todos y cada uno de los nicaragüenses, bajo la inspiración de valores cristianos, ideales socialistas, prácticas solidarias, democráticas y humanísticas, como valores universales y generales, así como los valores e ideales de la cultura e identidad nicaragüense». Eso lo veremos en el capítulo relativo a la religión.

¡Con razón los revolucionarios marxista-leninistas del MAP-ML afirmaban en los 80 que esta constitución era la garante de la protección del poder político, de las riquezas y crecimiento económico, y el mantenimiento de la cultura de la burguesía nacional ya integrada en el FSLN!» (Equipo de Bitácora (M-L); ¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

La «autogestión» y los puntos de vista anarquistas del Estado. La cuestión nacional en Yugoslavia; Enver Hoxha, 1978

«En Yugoslavia los órganos del poder estatal no ejercen como genuinos órganos representativos del poder popular. Allí sólo existe el sistema burocrático llamado «sistema de delegados»: que se presenta como el supuesto portador del sistema de poder para el Estado, y es por eso que bajo ese «nuevo sistema democrático» no se llevan a cabo las elecciones a diputados para los órganos de poder del Estado. Los titoistas quieren justificar este hecho con el argumento de que los órganos representativos del Estado son supuestamente expresiones del parlamentarismo burgués y del modelo soviético que, según ellos, Stalin habría convertido en una institución de la burocracia y la tecnocracia. La experiencia de los soviets de los diputados obreros y campesinos creada por Lenin sobre la base de la inmensa experiencia de la Comuna de París fue ignorada los revisionistas yugoslavos, que creen que esas «formas de organización estatal crean poder personal».

Esa idea de «democracia», parte del desarrollo de la idea revisionista de este «socialismo específico», los titoistas en los años cincuenta declararon ante el mundo entero que en última instancia se renunciaba al sistema estatal socialista y que lo habían sustituido por un nuevo sistema, el sistema de «autogestión socialista», en el que el socialismo y el Estado son ajenos el uno al otro. Este «descubrimiento» revisionista no era otra cosa que una copia de las teorías anarquistas de Proudhon y Bakunin sobre las infames ideas de la «autogestión de los trabajadores» y «la autogestión de las fábricas de los trabajadores», que han sido expuestas y condenadas varias veces a lo largo de la historia por Marx y Lenin sobre la base del Estado de la dictadura del proletariado. Karl Marx escribe:

«Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado». (Karl Marx; Crítica al programa de Gotha, 1875)

El sistema político de la «autogestión socialista» no sólo tiene nada en común con la dictadura del proletariado sino que incluso es opuesta a ella. Este sistema según sus creadores está construido según el modelo de la administración de los Estados Unidos. Kardelj mismo escribió acerca del «sistema de autogestión» yugoslavo reconociendo este hecho:

«Podríamos decir que este sistema es más similar a la organización del poder ejecutivo en los Estados Unidos que al de la Europa Occidental». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

De esto se desprende claramente que el hecho de que la organización del gobierno yugoslavo es una copia de la organización de los gobiernos capitalistas no es negado ni por ellos, pero lo que podría ser discutido es la duda: ¿qué gobierno capitalista ha sido imitado más, el americano o un de los gobiernos europeos occidentales? Y para esta discusión Kardelj proporciona la solución cuando dice: la organización del poder ejecutivo de los Estados Unidos ha sido elegido como modelo.

Las opiniones de los revisionistas yugoslavos sobre el Estado son a través y por medio del anarquismo. Como es bien conocido el anarquismo exige la inmediata eliminación de toda forma de Estado, por lo que la dictadura del proletariado también. Los revisionistas yugoslavos también suprimieron la dictadura del proletariado y, para justificar su traición, evocan dos fases del socialismo: el «socialismo estatal» y el «socialismo verdadero y humanitario». Según su opinión la primera fase comprende a los primeros años que siguen la victoria de la revolución, cuando la dictadura del proletariado existe y se traduce por el Estado partidario del «estatismo-burocrático» al igual que en el capitalismo –según su opinión–. La segunda fase es la fase de la superación del Estado partidario del «estatismo burocrático» y su sustitución a través de la «democracia directa». Con estos puntos de vista no sólo los titoistas están negando la necesidad de la dictadura del proletariado en el socialismo, sino que oponen entre ellas las nociones de Estado socialista, de dictadura del proletariado y de la democracia socialista.

No le prestan atención a los clásicos del marxismo-leninismo que enseñan que el Estado socialista se consolida continuamente durante todo el período histórico de transición del capitalismo al comunismo. Por lo tanto Edvard Kardelj escribe que la sociedad en Yugoslavia está cada vez menos basada en el papel del aparato estatal, y según él, en Yugoslavia, el Estado actualmente va supuestamente hacía su extinción.

¿Pero que es con lo que Kardelj sustituye el papel del aparato estatal? ¡Se sustituye por la «iniciativa de los trabajadores»! Él lo expresa de esta manera:

«El funcionamiento ulterior de nuestra sociedad se basa cada vez menos en el papel del aparato del Estado y cada vez más en el poder y la iniciativa de los trabajadores». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)


¡Un juicio absurdo! Para hablar de la iniciativa de los trabajadores significa que los trabajadores, sobre todo, tienen que ser libres y organizados, y deben estar inspirados en directrices claras, así como tienen que tomar medidas para poner en práctica esas iniciativas. ¿Quién se preocupa en Yugoslavia a organizar e inspirar a los trabajadores a través de instrucciones claras? La «comunidad autogestionada», dice Kardelj a su juicio abstracto. En esta comunidad pretendida le atribuye el papel principal al individuo «en el trabajo asociado autogestor de sus propios intereses». ¿Qué se quiere decir con esto de trabajo asociado autogestor de sus propios intereses? Que se encuentran en el centro de la sociedad yugoslava, pero en ninguna parte se explica claramente. Lo que surge de esta idea es el individualismo burgués que pone los derechos absolutos de los individuos en la sociedad y su total independencia de esta misma sociedad, y que pone como prioridad los intereses personales por encima de los intereses de la sociedad en primer lugar.

Según este «teórico», se permite a tal juicio decir que la consolidación del Estado y su aparato son características para las formas:

«De las relaciones socialistas de producción basadas en la propiedad estatal». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Aclarando que eso no pasa en Yugoslavia, donde al contrario él dice, el proceso de consolidación del papel «autogestionado» de la clase obrera se desarrolla en contraste con el Estado. Según este «filósofo» el hombre no puede ser libre y dueño de su destino en un verdadero Estado socialista donde se aplican la ciencia marxista-leninista y la práctica revolucionaria leninista, sino que se transforma en una máquina. En la Yugoslavia de la «autogestión», sin embargo, el trabajador presuntamente adquiere gran importancia, y precisamente en esta «autogestión» es el «mecanismo democrático de la delegación de la sociedad yugoslava», ¿Qué clases tienen estos órganos estatales representantes que los guían en cuanto a ideología, en qué principios han construido su actividad y en qué foro se rinden cuentas? Por supuesto que hay una respuesta clara a todas estas preguntas y se pueden encontrar, pero no se registran en este libro ya que cualquier respuesta precisa arrojaría luz sobre el sistema político capitalista de Yugoslavia.

Kardelj se pega a sus posiciones anarquistas cuando escribe sin hacer distinción en absoluto acerca de qué Estado, partido o sistema al cual él se refiere, ataca al Estado en general por ser inhumano:

«Ni el Estado, ni el sistema, ni un partido político pueden darle la felicidad a la persona. La felicidad es algo que sólo la persona puede crear para sí misma». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Aquí, las tendencias para la espontaneidad en la teoría antimarxista del «socialismo autogestionado» se llevan a la superficie con toda claridad, según él cuales sean las necesidades de la clase trabajadora no se pueden organizar en el Partido Proletario o en el Estado para lograr sus aspiraciones, pero parece que encontrará la felicidad incluso mientras deambula en la oscuridad mientras pasa el tiempo.

Para anticiparse a la pregunta: «¿Si el Estado es innecesario por qué no se elimina en Yugoslavia?», Kardelj ya respondió:

«El Estado debe interponerse en el papel de árbitro sólo en aquellas situaciones en las que el acuerdo de autogobierno no se pueda lograr, siendo esencial desde el aspecto de los intereses sociales que se tome una decisión». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Y para demostrar que la necesidad de arbitraje estatal para colocar desacuerdos es rara, Kardelj dice:

«El libre intercambio de mano de obra tiene una influencia esencial en la reducción de los antagonismos entre el trabajo físico y mental. En estas relaciones el trabajo mental ya no es superior a un trabajo físico, sino que es sólo uno de los componentes del trabajo libre y unido del libre intercambio de las diferentes formas de los resultados del trabajo». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Al leer estas frases, la pregunta surge en la mente de todos: ¿es posible que el autor hable aquí del orden social en Yugoslavia? ¿Desde cuándo los antagonismos entre el trabajo mental y físico han sido reducidos en Yugoslavia?

La realidad del desarrollo en Yugoslavia demuestra lo contrario. Hay diferencias esenciales entre el trabajo mental y físico que no pueden ser reducidos por las palabras. Es realmente asombroso que se hable de la reducción de los antagonismos entre el trabajo mental y físico en el Estado yugoslavo, cuando se sabe que en este país por ejemplo de las diferencias salariales entre un trabajador y un intelectual, por no hablar de otras distinciones que han alcanzado una proporción de uno a veinte, si no más.

Kardelj considera la «autogestión en el trabajo asociado» como:

«La verdadera base material para la autogestión de la sociedad, es decir, en las comunidades socio-políticas que ejercen el poder del Estado desde la comuna hasta la federación, así como para la realización de los derechos democráticos de los trabajadores y de los ciudadanos en el funcionamiento del Estado, o, respectivamente, de la sociedad. El autogobierno es también la base material para el desarrollo del trabajador como un individuo creativo en la utilización de todo tipo de medios sociales». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Y añade muchas otras frases con el mismo espíritu.

Tratando de presentar la llamada «autogestión» como la base material de la felicidad del hombre que las grandes mentes de Yugoslavia supuestamente han «descubierto» para nosotros, Kardelj, recurre a frases retorcidas y al lenguaje eclesiástico predicando un sermón largo pero esencialmente sin decir nada. Él alinea ideas contradictorias sobre el «socialismo científico» y utiliza expresiones extensas a fin de dar a sus palabras un supuesto significado filosófico profundo.

Pero, ¿cómo es el que el sistema político yugoslavo se lleva a cabo en la práctica? Cuando se trata de responder a esta pregunta, Kardelj se ve obligado a admitir:

«En este sentido hay excesivos puntos débiles en el sistema. Toda una serie de debilidades en el funcionamiento de las organizaciones e instituciones de nuestro sistema político legítimo dan la impresión de que las fuentes potentes de la burocracia y la tecnocracia siguen funcionando, que nuestra administración es complicada y que por lo tanto está cubierta por la burocracia, que algunos órganos y las organizaciones se están recluyendo, que hay muchas lagunas y casos de duplicación de trabajo, que las formas de comunicación democrática entre los órganos de autogestión y estatal y la estructura social en su conjunto están poco desarrolladas, que llevamos a cabo muchas reuniones inútiles y estériles, que las reuniones y decisiones son con frecuencia insuficientemente preparadas desde el punto de vista profesional, que en la lucha por sus derechos, el ciudadano tiene a menudo dificultades para superar los obstáculos administrativos, etc.». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Así que si el sistema de «autogestión» se ahoga en la burocracia, si los órganos estatales y administrativos están aislados, toman decisiones sin valor, excluyendo a los ciudadanos que quieren que hagan algo acerca de sus muchos problemas, ¿quién, aparte de la camarilla de Tito, necesita este sistema? ¿Cómo se pueden gobernar los ciudadanos yugoslavos ellos mismos cuando como reconocen sus gobernantes no pueden superar los «obstáculos administrativos»? A pesar de la preocupación del diablo de esconder su pie ahorquillado, a pesar de todas las reservas y los esfuerzos para redondear la ideología titoista con el fin de cubrir los lados oscuros de su sistema, lo que él admite es suficiente para darse cuenta de la verdad.

Kardelj continúa y escribe:

«Tanto la estructura de las asambleas de los delegados y las decisiones se toman de forma organizada de tal manera que, en principio, puedan garantizar el protagonismo de los trabajadores unidos en todo el sistema de toma de decisiones del Estado». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Con estas palabras, se trata de enfocar para intentar demostrar que las «asambleas de delegados» –que en realidad son muy similares a las asambleas creadas por los sindicatos capitalistas donde los miembros del sindicato se entregan a habladurías– podrían cumplir funciones del Estado. Es por eso, según él, el Estado de la dictadura del proletariado es superfluo teniendo estas asambleas sindicales y esta «democracia de la producción» como decía Lenin.

Aquí, por supuesto, no se trata es un simple cambio de nombre; de la dictadura del proletariado –que aterroriza a la burguesía y los revisionistas–, por otro nombre menos ofensivo; «asambleas de los delegados». No, aquí se trata de cambiar el carácter de clase del Estado socialista, de modo que no es la clase obrera, sino la nueva burguesía la que está en el poder. No es difícil ver que estas posiciones tienen por objeto justificar el curso de regresar al capitalismo y, en la medida de lo posible, la traición titoista.

Con el fin de presentar su sistema notorio de «autogestión socialista» como correcto y aceptable, los titoistas se oponen a la dictadura de la burguesía y la dictadura del proletariado. Para los titoistas todos los sistemas políticos distintos, sin hacer distinción entre el capitalismo y el socialismo, son «dogmáticos». Después de haber cualificado sus sueños de «sistema socialista de autogestión», intentan demostrar la superioridad de su sistema comparándolo con el orden social capitalista.

Por supuesto, los revisionistas yugoslavos no puede dejar de «criticar» al sistema político parlamentario de la sociedad burguesa al que Kardelj define como un «sistema multipartidista», pues de lo contrario se expondrían como defensores del parlamentarismo burgués, algo que tanto Marx como Lenin criticaron severamente en su tiempo –aunque de igual forma que sus concepciones anarco-sindicalistas–. También declaran que es erróneo considerar esta forma política del Estado burgués como un carácter universal y eterno. El mundo entero sabe que Kardelj no fue el primero en «criticar» la tesis de los ideólogos burgueses «sobre el notorio carácter universal y eterno del capitalismo». Al refutar los puntos de vista de la socialdemocracia, los clásicos del marxismo-leninismo demostraron científicamente que el sistema capitalista no es de ninguna manera universal y eterno, que está condenado a morir, que el Estado capitalista que es la descendencia y fundamento de este sistema hostil a la gente, debe ser destruido hasta sus cimientos, y en su lugar el sistema socialista debe ser establecido, y no un sistema bastardo como el sistema político yugoslavo de «autogestión», que parte del capitalismo para volver al capitalismo en su praxis.

Kardelj «critica» el sistema parlamentario burgués, pero a la ligera y suavemente porque le duele hacerlo, y por lo tanto, inmediatamente después de criticarlo, elogia su contribución al desarrollo democrático de la humanidad hacia el cielo y hace un fetiche de la misma. Con el fin de exagerar la contribución de tal manera que hace que el carácter reaccionario del parlamento burgués de hoy se palideciese hasta la insignificancia y, en particular para mostrar la «relación orgánica entre el parlamentarismo y la democracia los derechos humanos», por primera vez, cita –o más bien mutila– a Marx:

«El régimen parlamentario vive de la discusión, ¿cómo, pues, va a prohibir que se discuta? Todo interés, toda institución social se convierten aquí en ideas generales, se ventilan bajo forma de ideas; ¿cómo, pues, algún interés, alguna institución van a situarse por encima del pensamiento e imponerse como artículo de fe?» (Karl Marx; El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, 1852)

En el contexto del libro esta citación de Marx está fuera de intención y es por eso que puede difícilmente servir para demostrar lo que desea Kardelj. La idea de Marx, truncada y suelta de modo inadmisible de su contexto, tal como ella es citada diabólicamente por este revisionista, pone en duda el hecho innegable de que Marx absolutamente fue siempre contra el parlamentarismo vendido y podrido de la burguesía.

Este intento por parte del autor no tiene éxito porque todo el mundo sabe de la postura de Marx, quien nunca al criticar el parlamento burgués y la teoría burguesa de la división de poderes, dijo que las instituciones representativas del Estado no deben ser eliminadas ni que el principio de elecciones debe ser abandonado como se hizo en Yugoslavia. De hecho, escribió que en los órganos del Estado proletario dicho representante deberá estar configurado y funcionar no como «tertulias», sino como verdaderas instituciones que trabajan, construyen y actúan como:

«Un cuerpo de trabajo, ejecutivo y legislativo al mismo tiempo». (Karl Marx; La guerra civil en Francia, 1871)

Kardelj afirma que el parlamentarismo burgués se ha alzado como una «gran fortaleza», porque, según el autor de este libro, la práctica socialista, salvo en Yugoslavia, fue incapaz de desarrollar más rápidamente y ampliamente nuevas formas de vida democrática correspondiente a las relaciones socialistas de producción. La nueva forma de vida democrática, de acuerdo con Kardelj, presuntamente ha sido realizada bajo la «autogestión socialista» que «cruzó el Rubicón» y superó el poder de clase del Estado de los propietarios y de los gerentes tecnocrático-monopólicos de capital. Asombrosamente, a sus ojos, todos los esfuerzos de las fuerzas democráticas para encontrar las formas apropiadas de democracia resultaron «construcciones artificiales» del parlamento burgués, tentativas para unir «cosas que no pueden ser unidas», mientras que considera originales y socialistas a las bastardas estructuras del «socialismo autogestionado». Desde luego si hay que citar algún fraude en la estructura de gestionar y gobernar desde luego se encuentra en el primer lugar de las teorías antimarxistas y antidemocráticos el titoismo y su «autogestión». A pesar de las numerosas declaraciones engañosas hechas al respecto; la «autogestión» yugoslava sí que es una copia del parlamentarismo burgués y de las relaciones capitalistas de producción, ya que es un apéndice caótico del sistema capitalista mundial, de la estructura y de la superestructura de este propio sistema.

Continuando con la tan polémica cuestión nacional:

«Nuestra democracia socialista no sería un sistema global de relaciones democráticas sin la correspondiente solución de los problemas de las relaciones entre las naciones y nacionalidades de Yugoslavia». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Aunque el ideólogo revisionista habría tenido que explicar en esta ocasión cómo el sistema político de «autogestión socialista» ha resuelto el problema de las naciones y nacionalidades en Yugoslavia, aunque sea por las ansias del lector, pero renuncio a hablar en torno a este importante, serio y grave problema su Federación, y después de leer su libro de 323 páginas uno apenas puede recordar si hubo alguna charla sobre las naciones y nacionalidades.

¿Y cómo es el problema de las naciones y nacionalidades en Yugoslavia? La Federación Yugoslava ha heredado conflictos profundamente arraigados en este campo. De cuando las políticas de los grandes reyes serbios y círculos reaccionarios chovinistas en Yugoslavia excitaban conflictos y enemistades entre las naciones y las nacionalidades.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la República Federal de Yugoslavia lanzó la consigna de «unidad-fraternidad», pero esta consigna resultó totalmente insuficiente para resolver las diferencias heredadas del pasado, por lo que los viejos conflictos, el ansia desenfrenada por el dominio sobre los demás no desapareció. Tito y la camarilla de renegados que le rodea no llevó a cabo una política nacional marxista-leninista en cuanto a las tendencias de las repúblicas y regiones para separarse de la Federación. Por el contrario, las relaciones entre las nacionalidades fue la misma que en la época de los reyes y en lo que se refiere a ciudadanos de algunos países, su genocidio continuó como antes. Esta política sirve para alimentar el odio y los conflictos entre las naciones y nacionalidades de Yugoslavia. La «unidad» y «fraternidad» de los pueblos sobre los que hay una gran cantidad de publicidad en Yugoslavia, nunca ha sido presentado sobre la base correcta de la igualdad económica, política, social y cultural de las naciones y nacionalidades.

Sin realizar la igualdad en estos campos, es imposible resolver de modo justo la cuestión nacional Yugoslavia. Tres décadas de «autogestión socialista» tiene además su demagogia sobre la «comunidad autónoma de las naciones y nacionalidades de nuevo tipo», donde no se ha hecho nada sobre el ejercicio de los derechos soberanos de estas naciones y nacionalidades en las repúblicas y regiones de Yugoslavia. [Según los datos de la prensa yugoslava, las rentas per cápita en Kosovo son respectivamente 6, cerca de 5 y 3,5 veces más baja que en Eslovenia, Croacia y Serbia – Anotación de E. H.]

La región de Kosovo, por ejemplo, con una población albanesa casi tres veces mayor que la población de la República de Montenegro, tiene un claro atraso económico, político, social y cultural en comparación con las demás regiones de Yugoslavia. En las repúblicas más grandes, también existen diferencias inaceptables en todos los campos en comparación con las otras Repúblicas. Esperanzas piadosas sobre una solución con las viejas y nuevas diferencias entre las naciones de Yugoslavia son vanas.

A partir de un análisis objetivo y científico de esta situación tan difícil y conflictiva, la conclusión indiscutible de manifiesto sobre la cuestión nacional en Yugoslavia no se resolverá a menos que el marxismo-leninismo se lleve a cabo allí, a menos que el capitalismo disfrazado al amparo de la «autogestión» sea al fin derrocado.

Los renegados titoistas sienten este peligro y por lo tanto, si tienen que hablar de los problemas de las naciones y nacionalidades, tratan de llenar el vacío con declaraciones pomposas sin llegar al meollo de los problemas, o buscando un falso testimonio de otros revisionistas como hicieron cuando se dio gran publicidad a las declaraciones de los revisionistas chinos sobre la solución marxista-leninista de la cuestión nacional en Yugoslavia.

En palabras de los revisionistas pueden presentar las relaciones entre las naciones y nacionalidades de Yugoslavia como quieran, pero la amarga verdad de este problema seguirá persiguiéndoles más allá de la muerte.

La cuestión nacional en Yugoslavia será resuelto por los pueblos de la Federación presente por sí mismos y no por los que, a pesar de lo que dicen, de hecho, todavía persisten en la política reaccionaria y chovinista de sus predecesores.

Continuando con sus explicaciones sobre la política del Estado yugoslavo, la astucia del revisionista Kardelj sostiene que esta política:

«Ya no es el monopolio de los políticos profesionales y los carteles políticos detrás de la escena, sino que se convierte en una cuestión de actividad directa, y directamente organizado por la toma de decisiones por parte de los autogobiernos y de sus órganos». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

He aquí, Kardelj quiere decir que a partir de ahora no nos critican por haber traicionado los intereses de la clase obrera más, porque el trabajador yugoslavo es el amo de la política del país y de la defensa de sus intereses que son «autogestionados», a diferencia de los otros Estados en los que los políticos profesionales son los maestros. Y aquí también, de mala fe que no hace ninguna diferencia entre los países capitalistas y socialistas, pero agrupa a todos juntos, porque de esta manera es más fácil presentar el negro como blanco.

Kardelj sabe que para realizar los objetivos deshonestos él tiene en mente que tiene que trivializar las manifestaciones que exponen la realidad «autogestionada» a cada paso. Por lo tanto, menosprecia el hecho de que el trabajador yugoslavo no tiene posibilidades de realizar sus derechos en el ámbito político y económico, y lo explica con que:

«Se debe a una serie de razones objetivas y subjetivas –entre los que, sin duda, el nivel relativamente bajo de educación y la cultura y el nivel de la aplicación de la ciencia pertenece– que el trabajador aún no es capaz de dominar, orientar, controlar o totalmente de una manera consciente y creativa de todos los procesos que la suposición social y económica le impone». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Es obvio que esto fue escrito para defender posiciones antiobreras y antisocialistas. Actualmente, el obrero yugoslavo no comprende nada de esta teoría ilusoria y no ve aplicar en la práctica ninguna de estas ideas absurdas y fariseas que para él son inaceptables.

Dado el bajo nivel cultural y científico de los trabajadores –pese a las tortuosas décadas de «autogestión»– es un obstáculo comenta Kardelj, y por tanto el papel principal en la «autogestión» de la sociedad es interpretado por la gente educada y cualificada, que son la élite gobernante en esta «comunidad socialista». En estas circunstancias, las decisiones se adoptarán en la mayoría de los casos, precisamente por esa élite, por el elemento de culto de la nueva burguesía que hace la ley en Yugoslavia. ¿Quién tiene la culpa de que la élite está adquiriendo un papel protagonista y que el papel de los trabajadores esté disminuyendo? No hay duda de que la culpa es en el propio sistema social que genera la nueva clase capitalista y le proporciona la posibilidad de fortalecerse económicamente e instruirse a expensas de los trabajadores, mientras que la clase trabajadora se queda en un nivel económico bajo y nunca aprende a manejar nada. Kardelj no puede evitar mencionar el hecho de que en la práctica las decisiones son tomadas por un porcentaje relativamente pequeño de personas en Yugoslavia. Pero lo que no dice, es que es justamente así como se crea el monopolio político de la élite sobre la toma de las decisiones y el reparto de las rentas en las empresas de «autogestión socialista». Este monopolio político, que los revisionistas yugoslavos supuestamente ellos mismos evitaban y combatían, es particularmente notable en su denominado sistema político de «socialismo autogestionado». Avanzando en sus teorizaciones anarquistas sobre el Estado y las clases sociales puntualiza:

«En la «autogestión» de la sociedad en lugar de las viejas relaciones del trabajador, el Estado y las actividades sociales, una nueva relación inevitablemente debe constituirse entre los trabajadores de la producción directa y los trabajadores de las actividades sociales». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Según él, la construcción de relaciones sociales por la vía de un régimen socialista donde se aplica el socialismo científico, donde hay unidad entre los trabajadores directamente involucrados en la producción y los trabajadores que participan en actividades sociales, donde hay fuerte actividad socio-política y una organización de la economía en la que juega el principal papel los trabajadores organizados en el Estado socialista, esto no es el camino correcto, ya no sirve, o nunca ha servido. La forma correcta, de acuerdo con Kardelj, es el de la construcción de «nuevas» relaciones sociales sin la participación del Estado.

Todas estas frases son emitidas para empañar totalmente los beneficios del sistema verdadero y socialista y para hacer creer mentirosamente que en Yugoslavia se va hacia la unidad entre los obreros y los intelectuales a través de las técnicas capitalistas de «libre intercambio de mano de obra», como si estas prácticas lograran atenuar, como por arte de magia los problemas y diferencias entre estos dos extractos de la sociedad, cuando en verdad agrandan dichas diferencias más en Yugoslavia, donde a diferencia de un país libre de clases explotadas, el extracto social de la intelectualidad esta corrompida y sirve para las clases explotadoras.

En la teoría de Kardelj no hay ninguna mención a la destrucción violenta del Estado capitalista, de la toma del poder por la clase obrera y el establecimiento de la dictadura del proletariado, ni puede existir. Aunque él cita las palabras de Marx de que «en determinados momentos tenemos que recurrir a la violencia que finalmente constituirán el poder del proletariado» lo hace sólo para demostrar que Marx supuestamente se inclinó más hacia el triunfo de la revolución proletaria por medios pacíficos, teniendo en cuenta la violencia como una excepción y algo que era condicional a algunas circunstancias sociales particulares. Y con tales sofismas Kardelj busca crear la impresión de que la clase obrera hoy en día puede lograr sus intereses históricos no a través de la revolución, sino en alianza con los diversos partidos políticos de los países capitalistas. Kardelj ha copiado conjurado esta manera astuta para enfrentar a Marx contra Marx en cuanto a la posibilidad de la transición pacífica al socialismo de igual forma que ya intentaron sus predecesores revisionistas, contra quien escribió Lenin:

«El argumento de que Marx en los años setenta permitió la posibilidad de una transición pacífica al socialismo en Inglaterra y Estados Unidos es completamente falaz, o, para decirlo sin rodeos, deshonesto, ya que está haciendo juegos malabares con citas y referencias». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La revolución proletaria y el renegado Kautsky, 1918)

Kardelj necesita estas falsificaciones con el fin de echar una mano a los «eurocomunistas», con los que está en completo acuerdo. Los partidos revisionistas de Italia, Francia y España han declarado que van a alcanzar el socialismo a través del desarrollo de la democracia burguesa y la libertad, a través de la fuerza del voto en las elecciones parlamentarias. De acuerdo con los «eurocomunistas» la capacidad de la clase obrera se expresa en la cuestión de en qué medida se va a ganar los puestos clave en la estructura de la sociedad capitalista y el Estado, así como en el funcionamiento de la sociedad. De esta manera, dicen, la transformación del carácter de las relaciones capitalistas de producción a las relaciones «autogestionadas» o «socialistas» de producción se harán posibles. Es precisamente en esta cuestión que la teoría titoista y la teoría del «eurocomunista» están en plena concordancia. Los «eurocomunistas» son obligados a aceptar el pluralismo político burgués europeo y la unidad entre los partidos burgueses, para llegar, supuestamente a través de reformas a poder adquirir los numerosos derechos de la clase obrera y, por esta vía, hasta incluso pasar a la sociedad «socialista». Kardelj llama a estos esfuerzos de sus amigos «cambios estructurales» llamados a promover infaliblemente el desarrollo de este proceso y a modificar la posición y el papel del mismo parlamento.

Por lo tanto la teoría de Kardelj demanda que los partidos «comunistas» de Europa Occidental en las condiciones de la crisis del sistema capitalista deben conservar el sistema parlamentario cuyos logros democráticos –como él dice– no pueden ser negados, que se tiene que encontrar una forma adecuada para asegurar una alianza con las más amplias fuerzas «democráticas» de la clase obrera. A través de este tipo de alianza, acorde a la lógica revisionista, una situación favorable «democrática» puede ser creada en el sistema parlamentario, y a largo plazo este mimo sistema parlamentario –quién sabe cómo– será «transformado» en una potencia decisiva del pueblo. Este es el curso que el titoismo establece para los otros partidos revisionistas para llegar al poder de forma pacífica.

En los Estados burgueses, sin embargo, son los capitalistas, las empresas nacionales, los carteles nacionales y las sociedades multinacionales los que tienen bien amarrado el poder. Estas fuerzas del capital detentan las llaves principales de la dirección de la economía y del Estado, dictan la ley y, a través de un proceso democrático fraudulento, se designa un gobierno que estará a sus órdenes y actuará como un administrador oficial de la riqueza. La burguesía no salvaguarda su poder para entregarlo a los «eurocomunistas» sino para proteger sus intereses de clase, incluso con derramamiento de sangre si es necesario. Para dejar de ver esta realidad que la vida atestigua cada día necesitaríamos cerrar los ojos y disfrutar soñando despierto. Si los «eurocomunistas» conociéndoles en efecto, tienen éxito en la obtención de una o más posiciones en el gobierno burgués, será que de hecho, que llegaran allí como representantes y gendarmes del capitalismo, al igual que los otros partidos políticos burgueses y no como representantes del proletariado ni defensores de sus derechos allí.

En la pseudodemocracia burguesa, el parlamento, que supuestamente elige al gobierno, no es más que una marioneta en manos del poder del capital que opera «detrás de escena» y dicta todo en formas diferentes desde el exterior. Los partidos diversos representados en el parlamento, así como los sindicatos que pretenden luchar para defender a los obreros, sólo dan matices diversos a estas diferentes formas de realización del poder verdadero que emana «detrás de escena». En realidad, todos los partidos y los sindicatos burgueses-revisionistas en el Estado capitalista, independientemente de las denominaciones con las que se atavían, están bajo la dependencia del empresariado.

Kardelj dice que los «eurocomunistas» tienen razón al vincular su lucha política por el «socialismo» con la defensa de las instituciones y del pluralismo de las fuerzas políticas, porque, como él dice:

«En la situación actual de los países de Europa Occidental, este es el único camino realista a la unidad de las fuerzas de la clase obrera, así como para vincularla con las otras fuerzas democráticas de los pueblos. Sólo esta esencia puede fortalecer las posiciones sociales y políticas de la clase obrera, es decir, hacen que sea capaz no sólo de criticar a la sociedad, sino también cambiarla». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Expresando los enlaces, la solidaridad y la unidad de la Liga de los «comunistas» de Yugoslavia con los «eurocomunistas» y todos los partidos que son revisionistas que de una forma u otra defienden como sea el capitalismo, Kardelj dice orgullosísimo:

«Tenemos razones para defender el sistema parlamentario y el pluralismo político en contra de los ataques de las fuerzas reaccionarias de la sociedad burguesa». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Este «ideólogo» quiere decir que la clase obrera y los pseudocomunistas de Europa Occidental tienen razón para unirse con las instituciones capitalistas, el parlamento, y el gobierno burgués como están haciendo, porque a través de esta unión y sólo de esta manera la clase obrera será capaz de cambiar la sociedad.

De los hechos antes mencionados se hace evidente que la «autogestión» yugoslava para la sociedad es la estrecha alianza o fusión del capitalismo y el socialismo, porque los capitalistas de hoy en día al parecer no se oponen a la edificación de una nueva sociedad donde la clase obrera ganará la capacidad total de asumir sus derechos democráticos y derechos de «autogestión». Por eso no es difícil entender que el autor del libro recomienda una transición de la «sociedad de consumo»; en la que se alega que los tecnócratas han tomado el poder, por una «autogestión» de la sociedad; en la que «los individuos se asocian en un trabajo asociado» y a esta transición el llamado un triunfo del socialismo. No hay nada parecido al socialismo científico en estos juicios y se destaca la astucia de estos renegados. Como fieles servidores de la burguesía capitalista, los titoistas niegan la revolución proletaria y la lucha de clases con sus escritos. Al afirmar que la «sociedad de consumo» –el sistema capitalista– puede transformarse en socialismo gradualmente, sin una revolución violenta, realmente tratan de desarmar al proletariado y aplastar su partido marxista-leninista.

Finalizando este capítulo, añadimos esta demagógica cita:

«En los países capitalistas el poder ejecutivo está vinculado con las fuerzas políticas que actúan e imponen su política desde fuera del parlamento». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Una vez más Kardelj no está diciendo nada nuevo, sino que simplemente está repitiendo la idea de su propia observación que fue expresada por Lenin en su exposición magistral de la falsedad de la democracia burguesa. Esto es buen para asimilar y repetir las ideas de Lenin, pero no es ni la preocupación del leninismo ni la de la búsqueda del socialismo lo que afecta al Sr. Kardelj. En realidad tiene miedo del «politicismo» así como del «monopolio político» proletario del leninismo, aunque del mismo modo que no le gusta «adoctrinar», le agrada «politizar» a los demás y hacerles creer que, bajo el capitalismo, el poder ejecutivo está muy manipulado por fuerzas de fuera de los órganos del Estado, alegando de paso que en Yugoslavia en la Presidencia de la República Federativa Socialista de Yugoslavia y en el Consejo Ejecutivo Federal, que constituye el gobierno, obviamente han escapado a este peligro suponemos que a través de un milagro, ya que supuestamente:

«Se han dividido las competencias de manera precisa». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Dejando de lado esa falacia por un momento, vemos por eso las contradicciones de los yugoslavos son interminables, ya que dicen una cosa y hacen otra, se quejan de algo y lo practican. Pero volviendo al tema, la fuerza política en Yugoslavia, según Kardelj, se concentró en:

«La asamblea de delegados y, además, no sólo en esto, sino en la interconexión de la asamblea con toda la estructura social». (Edvard Kardelj; Direcciones del desarrollo del sistema político socialista de autogestión, 1977)

Esta «asamblea de delegados» en lo que se refiere a sus «plenos poderes y autoridad» y a su forma descentralizada y localista, recuerda a las asambleas de los llamados países burgueses sobre la autonomía local, a los que Lenin ridiculizó diciendo que:

«Si el gobierno central no es plenamente democrático, las autoridades locales pueden ser «autónomas» sólo en asuntos menores, pueden ser independientes sólo en cuestiones referentes a los lavabos; pueden ser de «democráticos» como por ejemplo, los zemstvos que estaban bajo Alejandro III». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Informe sobre el Congreso de Unificación del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, 1906)

En la «autogestión» obrera, se dice, que los «delegados» exponen libremente sus opiniones. En teoría, por supuesto, no sólo los «delegados», sino también los trabajadores tienen todos los derechos, pero en la práctica no disfrutan de ninguno. En el sistema político yugoslavo de «autogobierno» todo está decidido desde arriba y no desde abajo. Las protestas de los obreros y demás trabajadores yugoslavos contra el enriquecimiento y la corrupción de altos funcionarios, sus demandas por la eliminación de las diferencias económicas y sociales, la abolición de las empresas privadas, el aumento de la corrupción política y moral, las protestas en contra de la discriminación nacional, etc. son bien conocidos hoy día. El libro está lleno de largas e interminables frases que tienen por objeto hacer que el lector se canse y así hacerle creer que la idea abstracta de «socialismo autónomo» existe en Yugoslavia, y que «los trabajadores autónomos» reinan en la administración, mientras que los obreros realmente no tienen en realidad ninguna competencia. Las llaves para el gobierno del país están en manos de la nueva burguesía yugoslava que opera desde posiciones derechistas mientras que se disfraza con consignas de izquierda».(Enver Hoxha; La «autogestión» yugoslava: teoría y práctica capitalista, 1978)

Derrota estratégica estadounidense en Oriente Medio en una coyuntura de intensa carrera armamentista

Por Enrique Muñoz Gamarra |
Especial para Diario Octubre |

Ante todo es de advertir que el actual proceso de decadencia del prolongado posicionamiento hegemónico mundial estadounidense, cuyo origen data desde inicios del siglo XX, es muy acelerado. Esto en la actual fase de la Coyuntura Histórica que se vive desde 2008 es una constante. Y es que el devenir de los hechos es muy acelerado.

Sobre esto (acelerado proceso de decadencia de Estados Unidos) hay tres hechos que gravitan fuertemente. Primero, la gran crisis económica (Gran Depresión Económica del 2008 que ha llevado al colapso a las economías, estadounidense y europea). Segundo, la ascensión económica de China. No olvidemos que la economía China, aun tras el actual enfriamiento de la economía mundial (ralentización), sigue constituyendo una gran fuerza que paulatinamente viene imponiéndose en la economía mundial. Y, tercero, el nuevo posicionamiento geoestrategico adoptado por Rusia en torno a Siria que ahora empieza a fluir al conjunto del planeta, en realidad, es una fuerza que de facto se orienta a certificar la equiparación de fuerzas existente en el mundo desde finales de 2011 entre las principales fuerzas militares imperialistas (armamentístico) de Rusia, Estados Unidos y China.

Ante esto la respuesta estadounidense ha sido la provocación a través de su viejo ejército. A no dudarlo el grupo de poder fascista de Washington está vivo y pertrechado de un inmenso arsenal militar (armas nucleares, artefactos supersónicos, fuerzas armadas y paramilitarismo). Esto, a excepción del paramilitarismo, también tiene pleno valor para el resto de países imperialistas, no olvidemos que están en un periodo de cruenta carrera armamentista.

Sus provocaciones están orientadas en dos direcciones: primero, contra las otras potencias imperialistas (Rusia y China), en este caso, para un golpe global con sus paraguas nucleares y sus portadores supersónicos, cuyos prototipos están en constantes ensayos. Y, segundo, dirigidas contra los países débiles ubicados en América Latina (Venezuela), Asia Central, sobre todo, Afganistán, también en África. Se sabe que en estas regiones han empezado a fortificarse las formaciones paramilitares del viejo ejército estadounidense. No olvidemos que esto es parte de la orientación fascista asumida por el estado estadounidense desde inicios del actual milenio.

Sin embargo sus propósitos por establecer nuevos dispositivos nucleares para neutralizar la capacidad ofensiva de Rusia y China han sufrido persistentes retrasos porque también estos países desarrollan aquellos dispositivos. La marcha de los acontecimientos en estos últimos meses ha conducido en el ámbito mundial, en medio de la cruenta carrera armamentista, al fortalecimiento de la equiparación de fuerzas, principal sustento del sistema multipolar en la superestructura actual del mundo. Esto para el grupo de poder fascista de Washington es una completa desesperación.

Y, en esas condiciones, es de constatar que las confrontaciones mayores (Tercera Guerra Mundial) entre los potencias imperialistas no están excluidas, son extremadamente latentes, sobre todo, por la tendencia guerrerista del sistema imperialista, la existencia de los bloques (en este caso, como bloques militares, tal como son, por una parte, el viejo ejército estadounidense y la OTAN y, por la otra, la alianza militar ruso-chino y la Organización de Cooperación de Shanghái) y por la catadura moral del siniestro grupo de poder fascista de Washington. Hay que tomar nota debida de esto.

Pero, en lo esencial, la característica principal de la actual situación mundial, vista desde el ámbito geopolítico, es la concreción del recambio geoestratégico que apunta al fortalecimiento del sistema multipolar en pleno vigor desde finales de 2011. Es un proceso que, como hemos dicho más arriba, ha empezado a acelerase tras los nuevos cambios habidos en la economía mundial, sobre todo, tras el nuevo posicionamiento geoestratégico de Rusia sobre Oriente Medio que está conduciendo, en este mismo momento, a la derrota estratégica del viejo ejército estadounidense en esta región (Oriente Medio). Esto es aun cuando se sabe que se está a la espera de una ofensiva militar mayor en zonas como Alepo (incluyendo contra el PYD kurdo aliado estratégico del Pentágono) y tras las bravuconadas del pentágono en el sentido de enviar fuerzas terrestres a este país (Siria). Y ocurre en una situación de dura confrontación (agudización de la contradicción inter-imperialista) con intensa carrera armamentista donde la paridad militar entre Rusia, China y Estados Unidos es muy clara.

Veamos esto en el siguiente apunte documentado:

I.- LAS LECCIONES DE ORIENTE MEDIO, EN PARTICULAR, DE SIRIA:

1.- Ante todo hay una nueva Siria que empieza a emerger aplastando a los más viles comandos de operaciones especiales de los estados agresores (más de 60 países encabezados por Estados Unidos):

Ciertamente en Siria han quedado sepultos los mejores comandos de operaciones especiales, en primer lugar, de los estados imperialistas como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Canadá, etc. También de los países del Golfo Pérsico, como Arabia Saudita, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait. Sin olvidarnos de Turquía e Israel. Todos, verdaderos puntas de lanza y carnes de cañón del viejo ejército estadounidense junto a los miles y miles de borregos que han llevado hasta este país (Siria) a cuenta de unos mendrugos como parte del paramilitarismo fascista provenientes de las criminales barras bravas, sectas religiosas y movimientos juveniles desclasados de América Latina, África, Asia, Europa Occidental y Oriental y del mismo Estados Unidos, bajo supervisión directa del Pentágono. Este es el Estado Islámico. No otra cosa.

Sobre esto algunas notas:

A.- El 07 de octubre de 2015 la Agencia de Información Internacional “Los Pueblos Hablan” dio cuenta  que en las operaciones aéreas rusa iniciadas el 30 de septiembre de 2015 sobre territorio sirio habrían muerto agentes encubiertos de la CIA (oficiales de la CIA o de las fuerzas especiales de Estados Unidos que operaban como comandos de dirección de su engranaje “Estado Islámico”, en realidad enlaces entre sus comandos centrales ubicados en territorio estadounidense y los grupos criminales de paramilitarismo que operan en Siria). Un hecho muy grave, pero, el presidente estadounidense, Barack Obama, se habría negado repatriar sus cuerpos.

Veamos:

“Un nuevo informe sombrío del Ministerio de Defensa (MoD) que circula hoy en el Kremlin afirma que el régimen de Obama se ha negado a repatriar los cuerpos de al menos 3 sospechosos de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos / Agencia Central de Inteligencia (CIA), soldados muertos por los devastadores ataque aéreos de las fuerzas aeroespaciales sobre un centro de comando y control de Al Qaeda en el pueblo sirio de Al-Latamneh que causó la muerte de más de 134 terroristas y forzó la huida estimada de 3000 de estas fuerzas enemigas hacia Jordania” (1).

B.- El 20 de octubre de 2015 se dio cuenta desde “Causa Infinita” que Comandos del SAS Británico, la unidad de operaciones especiales más famosa del Reino Unido, estaban combatiendo en Siria provistos de uniformes negros y ondeando banderas del “Estado Islámico”, junto a las formaciones de los sionistas israelíes y otros grupos de paramilitares que actúan en este país bajo dirección de las fuerzas especiales del viejo ejército estadounidense.

Veamos:

“En su información el “Sunday Express” asegura que los comandos del Reino Unido intervienen junto con fuerzas de operaciones especiales norteamericanas y posiblemente israelíes. Oficialmente ésta sería la respuesta del primer ministro, David Cameron, al asesinato de una treintena de británicos en la matanza de Susa, Túnez, el pasado 26 de junio, y cuya autoría fue reivindicada por el DAESH. Los SAS se mueven en pick-ups civiles, se han dejado crecer largas barbas para asemejarse a los takfiríes y cuentan con mini drones (vehículos aéreos no tripulados) dotados de cámaras para explorar el terreno y pasar la información a 250 especialistas en comunicaciones y analistas de inteligencia que les prestan apoyo desde la base de la OTAN en Incirlik (Turquía)” (2).

C.- Una última nota a este respecto está referida a la rendición y la entrega de armas al ejército sirio de una unidad de élite de mercenarios entrenados por el viejo ejército estadounidense ocurrida en la provincia de Qunteira. En realidad una unidad de operaciones especiales compuesto por efectivos mercenarios de diversos países pero disfrazados como “Estado Islámico”.

Veamos:

“Precisó (una fuente de inteligencia siria) que las tropas gubernamentales rodearon a los yihadistas y aniquilaron a su comandante. La mayoría de los yihadistas rendidos habían sido entrenados en los campos estadounidenses en la provincia de Deir ez-Zor, en el este de Siria», agregó un portavoz” (3).

D.- Pero, por regla general, Estados Unidos así como subvenciona ejércitos también los utiliza. El 19 de octubre de 2015 se tuvo conocimiento desde ANNCOL (Prensa colombiana) que militares colombianos habrían sido enviados hasta Yemen para reforzar tanto a las fuerzas del Estado Islámico como a las fuerzas del criminal ejército de Arabia Saudita que ahora desangran al pueblo yemenita.

Este es el apunte:

“La temperatura en Abu Dabi aumenta por estos días. El calor húmedo les recuerda a un puñado de militares colombianos lo difícil que era estar en las selvas de Caquetá, en medio de las operaciones contra las Farc…Él, un avezado capitán que hace cuatro años se enlistó en el grupo que decidió dejar la guerra en Colombia para ir a Emiratos Árabes, hace parte de la primera compañía de nacionales (92 hombres) que, portando el uniforme saudí, entrarán esta semana en la ciudad portuaria de Adén, la segunda de Yemen y la puerta de acceso al mar Rojo. (Además: Decenas de muertos dejan bombardeos contra rebeldes en Yemen)” (4).

D.- Y, tras la heroica resistencia del ejército antiimperialista sirio que ha batallado contra más de sesenta ejércitos agresores por cerca de cinco años, es posible anotar su conversión, tras estas agresiones, en uno de los más poderosos de Oriente Medio. Muy bueno el análisis de Robert Fisk.

El apunte:

“Fisk añade que la operación llevada a cabo por Rusia es a largo plazo y constituye el principio de una extensa lucha llevada a cabo por ese país contra el terrorismo en Siria. Él considera que el Ejército sirio preservará su fuerza y saldrá de esta guerra como uno de los más poderosos ejércitos de la región, y esta fortaleza hará fracasar los complots de los países enemigos contra Siria” (5).

2.- La derrota militar estadounidense en Siria:

Ante todo es bueno tomar nota que en la intervención aérea de Rusia sobre Siria que empezó el 30 de septiembre de 2015 las armas utilizadas han sido contundentes, entre ellos podemos citar: primero, los misiles SSN-30A Kalibr de largo alcance (26 misiles lanzados por la Flotilla del mar Caspio rusa el 07 de octubre de 2015 que recorrieron 1.500 kms hasta llegar a su objetivo). En realidad un Kalibr es un sistema lanzador de misiles vertical que permite disparar una amplia gama de proyectiles como el misil supersónico antibuque Onix 3M55, el misil de crucero subsónico antisubmarino 91RT o el de gran alcance 3M54, empleados contra objetivos en tierra. Segundo, los sistemas de interferencia (bloqueo) de radares (desde el inicio de su despliegue militar, Rusia instaló un centro de interferencia en Hmeymim, al norte de Latakia). Tercero, los misiles S-300 (que derriban misiles, aviones de guerra, drones, etc.). Cuarto, los imponentes sistemas electrónicos que ahora le permite oír todas las maquinaciones del sionismo israelí. Rusia, se dice, dispone actualmente de una gran capacidad de interferencia sobre todas las comunicaciones de la OTAN. Quinto, el sistema de posicionamiento y navegación GLONASS (desechando el sistema estadounidense GPS que hasta hace poco era un monopolio completo de este país). Y, sexto, una aviación de lo mejor, entre ellos, los Sukhoi SU-35, superior al F-22 captor estadounidense.

Algunas de sus consecuencias:

A.- De hecho lo anterior ha conducido a una debacle de toda la geoestratégia estadounidense, sobre todo, en Oriente Medio. El ministerio de defensa ruso habla de una reconfiguración del campo de batalla en Siria.

Veamos:

“Los bombardeos rusos reconfiguran el campo de batalla en Siria. ‘La utilización puntual de la aviación rusa de combate en la provincia de Damasco ha traído consigo un cambio fundamental de la situación operativa en esta región’, informó el lunes el representante oficial del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov. De acuerdo con él, los aviones rusos lograron obligar a los combatientes del Estado Islámico (EI) a «abandonar en masa» sus posiciones. En Idlib, un bombardero ruso Su-24 destruyó un puesto de mando de una de las unidades del Frente Al Nusra y dos vehículos equipados con cañones automáticos antiaéreos ZSU-23. También fueron alcanzadas varias fábricas de armas del EI. En Hama un bombardero Su-34 neutralizó un complejo de instalaciones subterráneas del EI que contaba con una amplia red de salidas, y un almacén grande de municiones y armamento” (6).

A esto debemos agregar el siguiente apunte muy importante efectuado por Rusia Today:

“Se está observando una drástica reestructuración de la geopolítica en Oriente Medio, donde EE.UU. y sus aliados están siendo marginados a pesar de haber ‘invertido’ cientos de miles de millones de dólares para lograr sus objetivos en la región, aseguran expertos. Rusia, Irán y China están incursionando en Oriente Medio, y parece que EE.UU. y Europa no tienen ni la capacidad ni la voluntad para hacer algo al respecto” (7).

B.- En los hechos, la fuerza de la ofensiva del ejército sirio al impulso de la intervención aérea de Rusia, se concreta en la fuga masiva del ejército paramilitar (Estado Islámico), sobre todo, de la ciudad Raqqa considerada como su bastión principal, se dice, “capital” del despropósito califato islámico que pretendía instalar Estados Unidos en esta país (Siria). Algunas notas que hemos podido captar de esta situación indican que muchos integrantes de este engranaje del viejo ejército estadounidense y sus familias estaban huyendo en bandada de Tal al Sama y otras partes del norte de Raqqa. Según el periódico Al Akhbar, estos mercenarios, están en un estado de confusión tras la destrucción de sus cuarteles e instalaciones en Raqqa. Los patrullajes en la ciudad prácticamente han desaparecido por temor a los ataques rusos.

C.- Por otra parte se indica que cientos de estos mercenarios miembros del Estado Islámico cruzan cada noche la frontera turca, jordana e iraquí.

El apunte:

«De acuerdo con informes de inteligencia, incluidas interceptaciones de radio, cada noche cruzan la frontera turca a través del paso situado cerca de la ciudad de Reyhanli hasta cien extremistas armados del Frente Al Nusra y a través del paso que está junto al distrito de Yarabulus hacen lo propio los militantes del Estado Islámico«, ha explicado el alto cargo militar en rueda de prensa para los agregados militares y medios extranjeros. Los combatientes cruzan la frontera haciéndose pasar por refugiados, ha añadido Kartapólov. Los ataques aéreos de las fuerzas rusas han dañado la infraestructura del grupo terrorista el Estado Islámico en las provincias sirias de Idlib, Alepo, Homs y el norte de Latakia. Cienos de militantes se retiran de la zona de conflicto y se dirigen hacia Turquía” (8).

II.- INTENSIFICACIÓN DE LA CARRERA ARMAMENTISTA (¡SENCILLAMENTE LA SECUENCIA DE LOS HECHOS ES IMPRESIONANTE!):

1.- La implicancia desde Estados Unidos:

A.- Sin rodeos, el mismo día que Rusia empezaba sus operativos aéreos en siria (30 de septiembre de 2015), Estados Unidos estaba lanzando un misil balístico intercontinental Minuteman 3 equipado con una ojiva de entrenamiento desde la base aérea de Vandenberg, situada en la costa noroeste de Los Ángeles, California que alcanzó a impactar contra su objetivo cerca de las Islas Marshall, en el Océano Pacífico, a una distancia de 6.700 kilómetros del lugar de lanzamiento.

Veamos:

“Los misiles Minuteman 3 han sido durante años el núcleo de las fuerzas nucleares de disuasión estratégica de Estados Unidos. Según el diario ‘The Washington Post’, la Fuerza Aérea de Estados Unidos (que opera todo el arsenal nuclear del país), dispone de cerca de 450 misiles de este tipo en tres bases aéreas situadas en los Estados Dakota del Norte, Wyoming y Montana” (9).

B.- Algunos días después (03 de octubre de 2015) estaba muy preocupado que los aviones de combate rusos aprendieran a detectar las señales de radares de sus furtivos F-22. El 20 de octubre de 2015 el subsecretario general de la OTAN, Alexander Vershbow, citado por el portal EurActiv dijo: «La creciente concentración de las fuerzas en Kaliningrado, el mar Negro y ahora en la parte oriental del mar Mediterráneo crea problemas adicionales” (10). Lo cierto es que, cada vez, es más visible la disminución de su poderío militar respecto a las otras potencias. Esto ha empezado a demostrar aquellos operativos.

Veamos:

“A juicio de un oficial anónimo de la inteligencia de la Fuerza Aérea de EE.UU., los aviones de combate rusos Su-30SM y Su-34 serán capaces de recoger los datos sobre señales de radares de los mejores aviones de combate estadounidenses, los F-22 Raptor, según la revista ‘The National Interest’. El oficial indicó que la operación aérea rusa en Siria por una parte permitiría a la Fuerza Aérea de Rusia adquirir experiencia en condiciones de combate reales y, por otra, recibir datos sobre las características de las señales que emiten los radares de los F-22 (que también operan en esta zona): en otras palabras, datos técnicos que permiten detectar la presencia del F-22 y evitar sus ataques. Estos dispositivos son detectores de emisiones de radiofrecuencia de un sistema de radar, cuyo objetivo principal es emitir una advertencia cuando se detecta una señal de radar que podría suponer una amenaza. «Esto no es exactamente una recopilación de datos de inteligencia tradicional, de por sí es una manera de conocer cómo sus receptores de alerta radar reciben y reflejan la radiación de los radares de los F-22″, explicó” (11).

C.- Ese mismo día, 03 de octubre de 2015 (cumpliendo planes anteriores) la OTAN empezaba los ejercicios más grandes realizados después de finalizada la llamada “Guerra Fría” y denominada “Trident Juncture 2015”, cuya primera fase debía prolongarse hasta el 16 de octubre y la segunda continuar desde el 21 de octubre hasta el 6 de noviembre. Se dice que en esta segunda fase movilizarán más de 36.000 militares de 33 países (28 de la OTAN y cinco aliados), más de 230 unidades militares, 140 aviones y 60 barcos de guerra, que se desplegarán en Italia, Portugal y España. Así que en este momento en que estoy escribiendo esta nota está en plena ejecución este ejercicio naval y que de hecho, tiene un claro objetivo anti-ruso (clara provocación que utiliza a España por el Estrecho de Gibraltar), sobre todo hoy por su implicancia estratégica en el conflicto de Oriente Medio.

Veamos:

“Dado el compromiso de la cumbre de Cardiff de hacer unos ejercicios de “gran visibilidad”, estas maniobras serán las más concurridas desde la guerra fría, 36.000 combatientes, de los que España aporta unos 8.000. Obviamente, es un mensaje dirigido a Rusia, que se complementa con otras acciones, como el preposicionamiento en los países del este de infraestructuras para acoger a esa fuerza, el despliegue allí de artillería o fuerzas blindadas de EEUU y Reino Unido, el triplicar la fuerza aérea destacada en los países bálticos o la incorporación de nuevas armas nucleares tácticas a las bases de EEUU en Europa. Es decir, estas maniobras son una exhibición de músculo, en el terreno más apropiado, dentro de toda una panoplia de medidas agresivas contra Rusia. (12).

D.- Luego el 16 de octubre de 2015 Estados Unidos estaba en una demostración del primer vuelo de prueba de su caza F-16V recientemente modernizado por la compañía estadounidense Lockheed Martin.

Veamos esto:

“El ensayo tuvo lugar el 16 de octubre y ha marcado, según dijo el vicepresidente de la empresa, Rod McLean, un hito histórico en la evolución de la serie de los F-16. Las mejoras del F-16V permiten estar en lo más alto de la seguridad internacional y reforzar las posiciones de los cazas de cuarta generación», remarcó McLean. Además del radar, el avión está dotado de una nueva pantalla de presentación en la cabina del piloto, aviónica, una computadora de misión modernizada y otras tecnologías” (13).

E.- El 20 de octubre de 2015 Estados Unidos probó su sistema de misiles antibalísticos desplegado en el Atlántico. Aquel día se interceptó desde el destructor estadounidense ‘USS Ross’ el misil balístico Terrier Orion que había sido lanzado desde las islas Hébridas (Escocia).

Veamos:

«Se trata del primer lanzamiento de un misil interceptor SM-3 Block IA fuera de los límites de la defensa antimisiles de EEUU y la primera intercepción de un misil balístico en el teatro europeo», dijo la nota. El misil Terrier Orion que fue interceptado había sido lanzado de las islas Hébridas (Escocia). El destructor ‘USS Ross’, de la clase Arleigh Burke de misiles guiados destacados, es una de las contribuciones de Estados Unidos al escudo antimisiles de la OTAN. El ‘USS Ross’, está desplegado en España junto a los otros tres buques: el ‘USS Donald Cook’, el ‘USS Carney’ y el ‘USS Porter’ (14).

2.- La implicancia desde Rusia (desde el 30 de septiembre de 2015 fueron sorprendentes sus misiles de largo alcance y las interferencias electrónicas de las comunicaciones):

A.- Antes debemos anotar que el nuevo posicionamiento geoestratégico sobre Oriente Medio no viene exactamente del 30 de septiembre de 2015, sino, un mes antes, así fue captada por nuestra línea de seguimiento de la situación internacional. Este nuevo posicionamiento es clave en la nueva situación mundial que ha validado la equiparación de fuerzas existente entre las principales potencias imperialistas (China, Estados Unidos y Rusia).

B.- En esto fueron muy importantes los misiles de crucero subsónicos SSN-30A Kalibr (para Estados Unidos los Tomahawk) de largo alcance que conmocionó el mundo cuando fueron disparados desde una Flotilla del Caspio de la Armada rusa basado en Ástrajan (embarcaciones pequeñas) el 07 de octubre de 2015 contra posiciones del ejército paramilitar estadounidense asentado en territorio sirio llamado como “Estado islámico”. Según la prensa especializada esto habría puesto en evidencia (operativo aéreo ruso sobre territorio sirio) en lo desfasado y obsoleto en que habrían terminado los sistemas (escudo) antimisiles estacionados en Europa del Este por Estados Unidos.

Veamos:

«El 7 de octubre de 2015 pasará a la historia como el inicio de una nueva era en la utilización masiva de armas de alta precisión a una distancia de miles de kilómetros», opinó el observador Aleksandr Jrolenko en su artículo para RIA Novosti. Los misiles subsónicos Kalibr vuelan a muy pocos metros sobre nivel del mar para entorpecer su interceptación y alcanzan una velocidad de unos 3 Mach. Guiados por el sistema de navegación vía satélite ruso GLONASS, estos misiles son capaces de realizar ataques de alta precisión” (15).

C.- Por otra parte el operativo aéreo ruso sobre territorio sirio habría mostrado también algunas incapacidades del viejo ejército estadounidense en lo que refiere a la guerra electrónica. Se dice que los complejos de guerra electrónica rusos Krasukha-4 con el que han cubierto el espacio aéreo en Siria han empezado a suprimir los satélites espías y radares terrestres. Los estadounidenses están embobados ante esta situación.

Un apunte:

“Rusia dispone de unidades enteras de combate que se dedican a la guerra electrónica, señaló el jefe de guerra electrónica del Ejército de EE.UU., Jeffrey Church. Según él, estas unidades cuentan con equipamientos especiales, tienen una cadena especial de comandos para la guerra electrónica. En el ejército estadounidense estas tareas normalmente se realizan por dos soldados del batallón que proporcionan el funcionamiento durante 24 horas. El Pentágono está desarrollando varios programas para actualizar y mejorar la integración de la guerra electrónica, pero ninguno de ellos se realizará en un futuro próximo, concluye ‘Foreign Policy’” (16).

D.- de igual modo, se tuvo conocimiento que la empresa de armamentos Kaláshnikov ha empezado a suministrar al ejército ruso los primeros misiles supersónicos Vijr-1 que superan a los análogos de Estados Unidos. El Vijr-1 es un misil guiado que se desplaza a una velocidad supersónica de hasta 610 metros por segundo, muy superior al misil estadounidense FGN-114K Hellfire.

Veamos:

«Hoy en día, la Corporación Kaláshnikov ya ha comenzado a realizar el ensamblaje en serie de los artículos, y el cumplimiento de las obligaciones del contrato estatal para la fabricación y la entrega de los misiles guiados Vijr-1 para las necesidades del Ministerio de Defensa de Rusia no causa ninguna preocupación», ha anunciado el director general de la Corporación, Alexéi Krivoruchko, informa TASS.  «La primera remesa de los misiles ya se ha entregado al cliente estatal», ha añadido Krivoruchko” (17).

E.- El 27 de octubre de 2015, cuando la carrera armamentista era muy intensa, se tuvo noticias que Rusia estaba estudiando la posibilidad de exportar los sistemas de misiles Iskander. Se sabe que el Ejército ruso dispone de las modalidades Iskander-M e Iskander-K.

El apunte:

«Vamos a exportar los Iskander en el futuro», señaló Anatoli Isaikin, director general de la compañía (Rosoboronexport, la mayor exportadora rusa de material bélico,), sin precisar fecha concreta. Los Iskander son los sistemas de misiles más potentes de Rusia, pueden destruir objetivos a una distancia de hasta 500 kilómetros y portar varios tipos de ojivas, incluidas nucleares” (18).

F.- Finalmente, el 27 de octubre de 2015 se habría producido el lanzamiento con éxito de un misil balístico intercontinental RS-24 Yars (el misil alcanzó sus blancos en el polígono de tiro de Kurá, Kamchatka, a unos 6.000 km de distancia) desde el cosmódromo ruso de Plesetsk por las Fuerzas de Misiles Estratégicos y las Fuerzas Aéreas de Rusia, se dice, equipado con una ojiva de reentrada múltiple, según ha informado el Ministerio de Defensa del país.

Veamos:

“El servicio de prensa de las Fuerzas de Misiles Estratégicos ha indicado que la adaptación de este misil balístico intercontinental RS-24 aumenta las capacidades de combate para que su grupo de asalto «pueda evitar los sistemas de defensa antimisiles». El misil fue diseñado en respuesta al sistema de escudo antimisiles que pretende desplegar Estados Unidos en Europa. (19).

3.- La implicancia desde China:

Desde China la carrera armamentista también es muy intensa. Esto nada tiene que ver con su posicionamiento militar defensivo. La carrera armamentista está encendida fuertemente aquí. Para China esto es absolutamente muy importante.

Veamos:

A.- El 22 de septiembre de 2015 se tuvo noticias que había puesto por primera vez en prueba el avión hipersónico que se dice son capaces de superar con éxito los sistemas actuales de defensa antiaérea, además, que supera en velocidad a todos los aviones modernos supersónicos, incluido el Lockheed SR-71 de Estados Unidos.

Un apunte:

«Ha sido el primer vuelo de prueba de un avión con velocidad hipersónica, y se ha realizado con éxito total», ha comunicado un experto militar chino en un programa de televisión de la provincia de Hubei, informa TASS. En EE.UU. llevan ya mucho tiempo desarrollando un avión hipersónico de nueva generación capaz de alcanzar la velocidad de 5M, pero estos planes de los estadounidenses siguen en papel. Esta vez se puede decir que China ha superado todas las expectativas de los observadores», ha expresado el experto” (20).

B.- Asimismo desde hace algún tiempo se sabe que China desarrolla armas antisatélite orientados a destruir o interferir el funcionamiento de los satélites. Según se dice serian armas de ataque para usarlas en el espacio; entre ellas misiles antisatélite, sistemas orbitales y equipos en tierra para crear interferencias. Un historial a este respecto indica lo siguiente: en enero de 2007 fue lanzado el misil SC-19 contra un satélite meteorológico. En 2010 China anunció la prueba de un proyectil para interceptar misiles balísticos. En mayo de 2013 fue lanzado otro misil desde el centro espacial Xichang. El Pentágono, ante estos hechos, estaba sumamente preocupado.

Veamos:

“Sin embargo, los norteamericanos afirman que en realidad se realizó un ensayo del nuevo misil DN-2 capaz de abatir los satélites espías y del GPS de EEUU. Además China desarrolla satélites dotados de armas láser o un robot que, según los expertos, puede aproximarse a un satélite del enemigo, bloquear sus sistemas con un rayo, destruirlo o capturarlo con ayuda del robot. En 2008 un satélite civil chino se aproximó a la Estación Espacial Internacional, de lo que no se avisó con antelación. EEUU acusó a Pekín de probar su capacidad para realizar un ataque contra los satélites” (21).

NOTAS:

1.- “Obama se niega a aceptar cuerpos de soldados estadounidenses muertos por ataques aéreos rusos en Siria”. Nota publicada el 07 de octubre de 2015, en: Los Pueblos Hablan.

2.- “Comandos del SAS Británico Luchan en Siria contra Al-Assad Camuflados como Takfiríes”. Nota publicada el 20 de octubre de 2015, en: Causa Infinita.

3.- “Una unidad de élite del EI entrenada por EEUU se rinde al Ejército sirio”. Nota publicada el 29 de octubre de 2015, en: Sputnik.

4.- “Militares colombianos a Yemen para hacer la guerra al lado del Estado Islámico y Arabia Saudi”. Nota publicada el 19 de octubre de 2015, en ANNCOL

5.- “Fisk: El Ejército sirio se ha convertido en uno de los más poderosos de OM”. Nota publicada el 22 de octubre de 2015, en: Al Manar.

6.- “Nuevos videos: Los bombardeos rusos reconfiguran el campo de batalla en Siria”. Nota publicada el 19 de octubre de 2015, en: Rusia Today.

7.- “Un nuevo orden mundial surge de Oriente Medio”. Nota publicada el 29 de octubre de 2015, en: Rusia Today.

8.- «Cientos de extremistas del Frente Al Nusra y el ISIS cruzan la frontera turca cada noche». Nota publicada el 16 de octubre de 2015, en: Causa infinita.

9.- “EE.UU. lanza un misil balístico intercontinental desde su base Vandenberg”. Nota publicada el 1 de octubre de 2015, en: Rusia Today.

10.- “La OTAN considera un problema el creciente potencial militar ruso”. Nota publicada el 20 de octubre de 2015, en: Sputnik.

11.- “Estados Unidos teme que Rusia aprenda en Siria a detectar a los furtivos F-22”. Nota publicada el 03 de octubre de 2015, en: Rusia Today.

12.- “Entrevista a Manuel Pardo, Capitán de Navío en la Reserva y miembro del Colectivo Anemoi:»La OTAN no nació por la amenaza de la URSS, sino para impedir los movimientos anticapitalistas”. Nota publicada el 16 de octubre de 2015, en: http://canarias-semanal.org.

13.- “El caza modernizado F-16V de EEUU realiza su primer vuelo”. Nota publicada el 22 de octubre de 2015, en: Sputnik.

14.- “EEUU prueba su escudo antimisiles en Europa”, Nota publicada el 21 de octubre de 2015, en: Sputnik.

15.- “El misil que conmocionó al mundo: Revelan el alcance de los misiles rusos de crucero Kalibr”. Nota publicada el 24 de octubre de 2014, en: Rusia Today.

16.- “’Foreign Policy’: «EE.UU. cede significativamente ante Rusia en términos de la guerra electrónica». Nota publicada el 23 de octubre de 2015, en: Rusia Today.

17.- “Kaláshnikov suministra los primeros misiles supersónicos Vijr-1 que superan a los análogos de EE.UU.”. Nota publicada el 24 de octubre de 2015, en: Rusia Today.

18.- “Rusia estudia exportar los sistemas de misiles Iskander”. Nota publicada el 27 de octubre de 2015, en: Sputnik.

19.- “Rusia lanza con éxito un misil balístico intercontinental RS-24 Yars”. Nota publicada el 28 de octubre de 2015, en: Rusia Today.

20.- «China prueba el avión más rápido del mundo». Nota publicada el 22 de septiembre de 2015 en: Rusia Today.

21.- “Informe de EEUU revela que China desarrolla armas antisatélite”. Nota publicada el 22 de octubre de 2015, en: Sputnik.


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¿Sabías que….

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El Estado y la revolución. La Experiencia de la Comuna de París de 1871. El análisis de Marx; Lenin, 1917

¿En qué consiste el heroísmo de la tentativa de los comuneros?

«Es sabido que algunos meses antes de la Comuna, en el otoño de 1870, Marx previno a los obreros de París; demostrándoles que la tentativa de derribar el gobierno sería un disparate dictado por la desesperación. Pero cuando en marzo de 1871 se impuso a los obreros el combate decisivo y ellos lo aceptaron, cuando la insurrección fue un hecho, Marx saludó la revolución proletaria con el más grande entusiasmo, a pesar de todos los malos augurios. Marx no se aferró a la condena pedantesca de un movimiento «extemporáneo», como el tristemente célebre renegado ruso del marxismo Plejánov, que en noviembre de 1905 había escrito alentando a la lucha a los obreros y campesinos y que después de diciembre de 1905 se puso a gritar como un liberal cualquiera: «¡No se debía haber empuñado las armas!»

Marx, por el contrario, no se contentó con entusiasmarse ante el heroísmo de los comuneros, que, según sus palabras, «tomaban el cielo por asalto». Marx veía en aquel movimiento revolucionario de masas, aunque éste no llegó a alcanzar sus objetivos, una experiencia histórica de grandiosa importancia, un cierto paso hacia adelante de la revolución proletaria mundial, un paso práctico más importante que cientos de programas y de raciocinios. Analizar esta experiencia, sacar de ella las enseñanzas tácticas, revisar a la luz de ella su teoría: he aquí cómo concebía su misión Marx.

La única «corrección» que Marx consideró necesario introducir en el «Manifiesto Comunista» fue hecha por él a base de la experiencia revolucionaria de los comuneros de París.

El último prólogo a la nueva edición alemana del «Manifiesto Comunista», suscrito por sus dos autores, lleva la fecha de 24 de junio de 1872. En este prólogo, los autores, Carlos Marx y Federico Engels, dicen que el programa del «Manifiesto Comunista» está «ahora anticuado en ciertos puntos».

«La Comuna ha demostrado, sobre todo que la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines». (Karl Marx y Friedrich Engels; «Manifiesto comunista», 1848)

Las palabras puestas entre asteriscos, en esta cita, fueron tomadas por sus autores de la obra de Marx «La guerra civil en Francia».

Así, pues, Marx y Engels atribuían una importancia tan gigantesca a esta enseñanza fundamental y principal de la Comuna de Paris, que la introdujeron como corrección esencial en el «Manifiesto Comunista».

Es sobremanera característico que precisamente esta corrección esencial haya sido tergiversada por los oportunistas y que su sentido sea, probablemente, desconocido de las nueve décimas partes, si no del noventa y nueve por ciento de los lectores del «Manifiesto Comunista». De esta tergiversación trataremos en detalle más abajo, en el capítulo consagrado especialmente a las tergiversaciones. Aquí, bastará señalar que la manera corriente, vulgar, de «entender» las notables palabras de Marx citadas por nosotros consiste en suponer que Marx subraya aquí la idea del desarrollo lento, por oposición a la toma del poder por la violencia, y otras cosas por el estilo.

En realidad, es precisamente lo contrario. El pensamiento de Marx consiste en que la clase obrera debe destruir, romper la «máquina estatal existente» y no limitarse simplemente a apoderarse de ella.

El 12 de abril de 1871, es decir, justamente en plena Comuna, Marx escribió a Kugelmann:

«Si te fijas en el último capítulo de mi «18 brumario», verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa, no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como se venía haciendo hasta ahora, sino romperla. y ésta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente. En esto, precisamente, consiste la tentativa de nuestros heroicos camaradas de Paris». (Karl Marx; «Carta a Kugelmann», 1871)

Hay que añadir que las cartas de Marx a Kugelmann han sido publicadas en ruso no menos que en dos ediciones, una de ellas redactada por mí y con un prólogo mío.

Volviendo al tema, en estas palabras: «romper la máquina burocrático-militar del Estado», se encierra, concisamente expresada, la enseñanza fundamental del marxismo en punto a la cuestión de las tareas del proletariado en la revolución respecto al Estado. ¡Y esta enseñanza es precisamente la que no sólo olvida en absoluto, sino que tergiversa directamente la «interpretación» imperante, kautskiana, del marxismo!

En cuanto a la referencia de Marx al «18 brumario», más arriba hemos citado en su integridad el pasaje correspondiente.

Interesa señalar especialmente dos lugares en el mencionado pasaje de Marx. En primer término, Marx limita su conclusión al continente. Esto era lógico en 1871, cuando Inglaterra era todavía un modelo de país netamente capitalista, pero sin militarismo y, en una medida considerable, sin burocracia. Por eso, Marx excluía a Inglaterra, donde la revolución, e incluso una revolución popular, se consideraba y era entonces posible sin la condición previa de destruir «la máquina estatal existente».

Hoy, en 1917, en la época de la primera gran guerra imperialista, esta limitación hecha por Marx no tiene razón de ser. Inglaterra y Norteamérica, los más grandes y los últimos representantes –en el mundo entero– de la «libertad» anglosajona, en el sentido de ausencia de militarismo y de burocratismo, han ido rodando completamente al inmundo y sangriento pantano, común a toda Europa, de las instituciones burocrático-militares, que todo lo someten y lo aplastan. Hoy, también en Inglaterra y en Norteamérica es «condición previa de toda revolución verdaderamente popular» el romper, el destruir la «máquina estatal existente» –y que allí ha alcanzado, en los años de 1914 a 1917, la perfección «europea», la perfección común al imperialismo–.

En segundo lugar, merece especial atención la observación extraordinariamente profunda de Marx de que la destrucción de la máquina burocrático-militar del Estado es «condición previa de toda revolución verdaderamente popular». Este concepto de revolución «popular» parece extraño en boca de Marx, y los plejanovistas y mencheviques rusos, estos secuaces de Struve que quieren hacerse pasar por marxistas, podrían tal vez explicar esta expresión de Marx como un «lapsus». Han reducido el marxismo a una deformación liberal tan mezquina, que, para ellos, no existe más que la antítesis entre revolución burguesa y proletaria, y hasta esta antítesis la comprenden de un modo increíblemente escolástico.

Si tomamos como ejemplos las revoluciones del siglo XX, tendremos que reconocer como burguesas, naturalmente, también las revoluciones portuguesa y turca. Pero ni la una ni la otra son revoluciones «populares», pues ni en la una ni en la otra actúa perceptiblemente, de un modo activo, por propia iniciativa, con sus propias reivindicaciones económicas y políticas, la masa del pueblo, la inmensa mayoría de éste. En cambio, la revolución burguesa rusa de 1905 a 1907, aunque no registrase éxitos tan «brillantes» como los que alcanzaron en ciertos momentos las revoluciones portuguesa y turca, fue, sin duda, una revolución «verdaderamente popular», pues la masa del pueblo, la mayoría de éste, las «más bajas capas» sociales, aplastadas por el yugo y la explotación, se levantaron por propia iniciativa, estamparon en todo el curso de la revolución el sello de sus reivindicaciones, de sus intentos de construir a su modo una nueva sociedad en lugar de la sociedad vieja que era destruida.

En la Europa de 1871, el proletariado no formaba la mayoría ni en un solo país del continente. Una revolución «popular», que arrastrase al movimiento verdaderamente a la mayoría, sólo podía serlo aquella que abarcase tanto al proletariado como a los campesinos. Ambas clases formaban en aquel entonces el «pueblo». Ambas clases están unidas por el hecho de que la «máquina burocrático-militar del Estado» las oprime, las esclaviza, las explota. Destruir, romper esta máquina: tal es el verdadero interés del «pueblo», de su mayoría, de los obreros y de la mayoría de los campesinos, tal es la «condición previa» para una alianza libre de los campesinos pobres con los proletarios, sin cuya alianza la democracia será precaria, y la transformación socialista, imposible.

Hacia esta alianza precisamente se abría camino, como es sabido, la Comuna de París, si bien no alcanzó su objetivo por una serie de causas de carácter interno y externo.

Consiguientemente, al hablar de una «revolución verdaderamente popular», Marx, sin olvidar para nada las características de la pequeña burguesía –de las cuales habló mucho y con frecuencia–, tenía en cuenta con la mayor precisión la correlación efectiva de clases en la mayoría de los Estados continentales de Europa, en 1871. Y, de otra parte, constataba que la «destrucción» de la máquina estatal responde a los intereses de los obreros y campesinos, los une, plantea ante ellos la tarea común de suprimir al «parásito» y sustituirlo por algo nuevo.

¿Pero con qué sustituirlo concretamente?

¿Con qué sustituir la máquina del Estado una vez destruida?

En 1847, en el «Manifiesto Comunista», Marx daba a esta pregunta una respuesta todavía completamente abstracta, o, más exactamente, una respuesta que señalaba las tareas, pero no los medios para resolverlas. Sustituir la máquina del Estado, una vez destruida, por la «organización del proletariado como clase dominante», «por la conquista de la democracia»: tal era la respuesta del «Manifiesto Comunista».

Sin perderse en utopías, Marx esperaba de la experiencia del movimiento de masas la respuesta a la cuestión de qué formas concretas habría de revestir esta organización del proletariado como clase dominante y de qué modo esta organización habría de coordinarse con la «conquista de la democracia» más completa y más consecuente.

En su «Guerra civil en Francia», Marx somete al análisis más atento la experiencia de la Comuna, por breve que esta experiencia haya sido. Citemos los pasajes más importantes de esta obra: En el siglo XIX, se desarrolló, procedente de la Edad Media, «el poder centralizado del Estado, con sus órganos omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la magistratura». Con el desarrollo del antagonismo de clase entre el capital y el trabajo, «el poder del Estado fue adquiriendo cada vez más el carácter de un poder público para la opresión del trabajo, el carácter de una máquina de dominación de clase. Después de cada revolución, que marcaba un paso adelante en la lucha de clases, se acusaba con rasgos cada vez más salientes el carácter puramente opresor del Poder del Estado». Después de la revolución de 1848-1849, el Poder del Estado se convierte en un «arma nacional de guerra del capital contra el trabajo». El Segundo Imperio lo consolida.

«La antítesis directa del Imperio era la Comuna. Era la forma definida» «de aquella república que no había de abolir tan sólo la forma monárquica de la dominación de clase, sino la dominación misma de clase». (Karl Marx; «Guerra civil en Francia», 1871)

¿En qué había consistido, concretamente, esta forma «definida» de la república proletaria, socialista? ¿Cuál era el Estado que había comenzado a crear?

«El primer decreto de la Comuna fue la supresión del ejército permanente para sustituirlo por el pueblo armado». (Karl Marx; «Guerra civil en Francia», 1871)

Esta reivindicación figura hoy en los programas de todos los partidos que deseen llamarse socialistas. ¡Pero lo que valen sus programas nos lo dice mejor que nada la conducta de nuestros socialrevolucionarios y mencheviques, que precisamente después de la revolución del 27 de febrero han renunciado de hecho a poner en práctica esta reivindicación!

«La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de París. Eran responsables y podían ser revocados en todo momento. La mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes reconocidos de la clase obrera. La policía, que hasta entonces había sido instrumento del gobierno central, fue despojada inmediatamente de todos sus atributos políticos y convertida en instrumento de la Comuna, responsable ante ésta y revocable en todo momento. Y lo mismo se hizo con los funcionarios de todas las demás ramas de la administración. Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los que desempeñaban cargos públicos lo hacían por el salario de un obrero. Todos los privilegios y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron junto con éstos. Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía, instrumentos de la fuerza material del antiguo gobierno, la Comuna se apresuró a destruir también la fuerza de opresión espiritual, el poder de los curas. Los funcionarios judiciales perdieron su aparente independencia. En el futuro debían ser elegidos públicamente, ser responsables y revocables». (Karl Marx; «Guerra civil en Francia», 1871)

Por tanto, la Comuna sustituye la máquina estatal destruida, aparentemente «sólo» por una democracia más completa: supresión del ejército permanente y completa elegibilidad y amovilidad de todos los funcionarios. Pero, en realidad, este «sólo» representa un cambio gigantesco de unas instituciones por otras de un tipo distinto por principio. Aquí estamos precisamente ante uno de esos casos de «transformación de la cantidad en calidad»: la democracia, llevada a la práctica del modo más completo y consecuente que puede concebirse, se convierte de democracia burguesa en democracia proletaria, de un Estado –fuerza especial para la represión de una determinada clase– en algo que ya no es un Estado propiamente dicho.

Todavía es necesario reprimir a la burguesía y vencer su resistencia. Esto era especialmente necesario para la Comuna, y una de las causas de su derrota está en no haber hecho esto con suficiente decisión. Pero aquí el órgano represor es ya la mayoría de la población y no una minoría, como había sido siempre, lo mismo bajo la esclavitud y la servidumbre que bajo la esclavitud asalariada. ¡Y, desde el momento en que es la mayoría del pueblo la que reprime por sí misma a sus opresores, no es ya necesaria una «fuerza especial» de represión! En este sentido, el Estado comienza a extinguirse. En vez de instituciones especiales de una minoría privilegiada –la burocracia privilegiada, los jefes del ejército permanente–, puede llevar a efecto esto directamente la mayoría, y cuanto más intervenga todo el pueblo en la ejecución de las funciones propias del poder del Estado tanto menor es la necesidad de dicho poder.

En este sentido, es singularmente notable una de las medidas decretadas por la Comuna, que Marx subraya: la abolición de todos los gastos de representación, de todos los privilegios pecuniarios de los funcionarios, la reducción de los sueldos de todos los funcionarios del Estado al nivel del «salario de un obrero». Aquí es precisamente donde se expresa de un modo más evidente el viraje de la democracia burguesa a la democracia proletaria, de la democracia de la clase opresora a la democracia de las clases oprimidas, del Estado como «fuerza especial» para la represión de una determinada clase a la represión de los opresores por la fuerza conjunta de la mayoría del pueblo, de los obreros y los campesinos. ¡Y es precisamente en este punto tan evidente –tal vez el más importante, en lo que se refiere a la cuestión del Estado– en el que las enseñanzas de Marx han sido más relegadas al olvido! En los comentarios de popularización –cuya cantidad es innumerable– no se habla de esto. «Es uso» guardar silencio acerca de esto, como si se tratase de una «ingenuidad» pasada de moda, algo así como cuando los cristianos, después de convertir el cristianismo en religión del Estado, se «olvidaron» de las «ingenuidades» del cristianismo primitivo y de su espíritu democrático-revolucionario.

La reducción de los sueldos de los altos funcionarios del Estado parece «simplemente» la reivindicación de un democratismo ingenuo, primitivo. Uno de los «fundadores» del oportunismo moderno, el ex-socialdemócrata E. Bernstein, se ha dedicado más de una vez a repetir esas burlas burguesas triviales sobre el democratismo «primitivo». Como todos los oportunistas, como los actuales kautskianos, no comprendía en absoluto, en primer lugar, que el paso del capitalismo al socialismo es imposible sin un cierto «retorno» al democratismo «primitivo» –pues ¿cómo, si no, pasar a la ejecución de las funciones del Estado por la mayoría de la población, por toda la población en bloque?–; y, en segundo lugar, que este «democratismo primitivo», basado en el capitalismo y en la cultura capitalista, no es el democratismo primitivo de los tiempos prehistóricos o de la época precapitalista. La cultura capitalista ha creado la gran producción, fábricas, ferrocarriles, el correo y el teléfono, etc., y sobre esta base, una enorme mayoría de las funciones del antiguo «poder del Estado» se han simplificado tanto y pueden reducirse a operaciones tan sencillísimas de registro, contabilidad y control, que estas funciones son totalmente asequibles a todos los que saben leer y escribir, que pueden ejecutarse en absoluto por el «salario corriente de un obrero», que se las puede –y se las debe– despojar de toda sombra de algo privilegiado y «jerárquico».

La completa elegibilidad y la amovilidad en cualquier momento de todos los funcionarios sin excepción; la reducción de su sueldo a los límites del «salario corriente de un obrero»: estas medidas democráticas, sencillas y «evidentes por sí mismas», al mismo tiempo que unifican en absoluto los intereses de los obreros y de la mayoría de los campesinos, sirven de puente que conduce del capitalismo al socialismo. Estas medidas atañen a la reorganización del Estado, a la reorganización puramente política de la sociedad, pero es evidente que sólo adquieren su pleno sentido e importancia en conexión con la «expropiación de los expropiadores» ya en realización o en preparación, es decir, con la transformación de la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción en propiedad social.

«Al suprimir las dos mayores partidas de gastos, el ejército y la burocracia, la Comuna convirtió en realidad la consigna de todas las revoluciones burguesas: un gobierno barato». (Karl Marx; «Guerra civil en Francia», 1871)

Entre los campesinos, al igual que en las demás capas de la pequeña burguesía, sólo «prospera», sólo «se abre paso» en sentido burgués, es decir, se convierten en gentes acomodadas, en burgueses o en funcionarios con una situación garantizada y privilegiada, una minoría insignificante. La inmensa mayoría de los campesinos de todos los países capitalistas en que existe una masa campesina (y estos países capitalistas forman la mayoría), se halla oprimida por el gobierno y ansía derrocarlo, ansía un gobierno «barato». Esto puede realizarlo sólo el proletariado, y, al realizarlo, da al mismo tiempo un paso hacia la transformación socialista del Estado.

La abolición del parlamentarismo

«La Comuna debía ser, no una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo, legislativa y ejecutiva al mismo tiempo. En vez de decidir una vez cada tres o cada seis años qué miembros de la clase dominante han de representar y aplastar al pueblo en el parlamento, el sufragio universal debía servir al pueblo, organizado en comunas, de igual modo que el sufragio individual sirve a los patronos para encontrar obreros, inspectores y contables con destino a sus empresas». (Karl Marx; «Guerra civil en Francia», 1871)

Esta notable crítica del parlamentarismo, trazada en 1871, figura también hoy, gracias al predominio del socialchovinismo y del oportunismo, entre las «palabras olvidadas» del marxismo. Los ministros y parlamentarios profesionales, los traidores al proletariado y los «mercachifles» socialistas de nuestros días han dejado íntegramente a los anarquistas la crítica del parlamentarismo, y sobre esta base asombrosamente juiciosa han declarado toda crítica del parlamentarismo ¡como «anarquismo»! No tiene nada de extraño que el proletariado de los países parlamentarios «adelantados», asqueado de «socialistas» como los Scheidemann, David, Legien, Sembat, Renaudel, Henderson, Vandervelde, Stauning, Branting, Bissolati y Cía., haya puesto cada vez más sus simpatías en el anarcosindicalismo, a pesar de que éste es hermano carnal del oportunismo.

Pero para Marx la dialéctica revolucionaria no fue nunca esa vacua frase de moda, esa bagatela en que la han convertido Plejánov, Kautsky y otros. Marx sabía romper implacablemente con el anarquismo por su incapacidad para aprovecharse hasta del «establo» del parlamentarismo burgués –sobre todo cuando se sabe que no se está ante situaciones revolucionarias–, pero, al mismo tiempo, sabía también hacer una crítica auténticamente revolucionario proletaria del parlamentarismo.

Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino también en las repúblicas más democráticas.

Pero si planteamos la cuestión del Estado, si enfocamos el parlamentarismo como una de las instituciones del Estado, desde el punto de vista de las tareas del proletariado en este terreno, ¿dónde está entonces la salida del parlamentarismo? ¿Cómo es posible prescindir de él?

Hay que decir, una y otra vez, que las enseñanzas de Marx, basadas en la experiencia de la Comuna, están tan olvidadas, que para el «socialdemócrata» moderno –léase: para los actuales traidores al socialismo– es sencillamente incomprensible otra crítica del parlamentarismo que no sea la anarquista o la reaccionaria.

La salida del parlamentarismo no está, naturalmente, en la abolición de las instituciones representativas y de la elegibilidad, sino en transformar las instituciones representativas de lugares de charlatanería en corporaciones «de trabajo»: «La Comuna debía ser, no una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo, legislativa y ejecutiva al mismo tiempo».

«No una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo»: ¡este tiro va derecho al corazón de los parlamentarios modernos y de los «perrillos falderos» parlamentarios de la socialdemocracia! Fijaos en cualquier país parlamentario, de Norteamérica a Suiza, de Francia a Inglaterra, Noruega, etc.: la verdadera labor «de Estado» se hace entre bastidores y la ejecutan los ministerios, las oficinas, los Estados Mayores. En los parlamentos no se hace más que charlar, con la finalidad especial de embaucar al «vulgo». Y tan cierto es esto, que hasta en la república rusa, república democrático-burguesa, antes de haber conseguido crear un verdadero parlamento, se han puesto de manifiesto en seguida todos estos pecados del parlamentarismo. Héroes del filisteísmo podrido como los Skóbelev y los Tsereteli, los Cerno y los Avkséntiev se las han arreglado para envilecer hasta a los Soviets, según el patrón del más sórdido parlamentarismo burgués, convirtiéndolos en vacuos lugares de charlatanería. En los Soviets, los señores ministros «socialistas» engañan a los ingenuos aldeanos con frases y con resoluciones. En el gobierno, se desarrolla un rigodón permanente, de una parte para «cebar» con puestecitos bien retribuidos y honrosos al mayor número posible de socialrevolucionarios y mencheviques, y, de otra parte, para «distraer la atención» del pueblo. ¡Mientras tanto, en las oficinas y en los Estados Mayores «se desarrolla» la labor «del Estado»!

El «Dielo Naroda», órgano del partido gobernante de los «socialistas revolucionarios», reconocía no hace mucho en un editorial –con esa sinceridad inimitable de las gentes de la «buena sociedad» en la que «todos» ejercen la prostitución política– que hasta en los ministerios regentados por «socialistas» –¡perdonad la expresión!–, que hasta en estos ministerios ¡subsiste sustancialmente todo el viejo aparato burocrático, funcionando a la antigua y saboteando con absoluta «libertad» las iniciativas revolucionarias! Y aunque no tuviésemos esta confesión, ¿acaso la historia real de la participación de los socialrevolucionarios y los mencheviques en el gobierno no demuestra esto? Lo único que hay de característico en esto es que los señores Chernov, Rusánov, Sensínov y demás redactores del «Dielo Naroda», asociados en el ministerio con los kadetes, han perdido el pudor hasta tal punto, que no se avergüenzan de contar públicamente, sin rubor, como si se tratase de una pequeñez, ¡que en «sus» ministerios todo está igual que antes! Para engañar a los campesinos ingenuos, frases revolucionario-democráticas, y para «complacer» a los capitalistas, el laberinto burocrático-oficinesco: he ahí la esencia de la «honorable» coalición.

La Comuna sustituye el parlamentarismo venal y podrido de la sociedad burguesa por instituciones en las que la libertad de crítica y de examen no degenera en engaño, pues aquí los parlamentarios tienen que trabajar ellos mismos, tienen que ejecutar ellos mismos sus leyes, tienen que comprobar ellos mismos los resultados, tienen que responder directamente ante sus electores. Las instituciones representativas continúan, pero desaparece el parlamentarismo como sistema especial, como división del trabajo legislativo y ejecutivo, como situación privilegiada para los diputados. Sin instituciones representativas no puede concebirse la democracia, ni aun la democracia proletaria; sin parlamentarismo, sí puede y debe concebirse, si la crítica de la sociedad burguesa no es para nosotros una frase vacua, si la aspiración de derrocar la dominación de la burguesía es en nosotros una aspiración seria y sincera y no una frase «electoral» para cazar los votos de los obreros, como es en los labios de los mencheviques y los socialrevolucionarios, como es en los labios de los Scheidemann y Legien, los Sembat y Vandervelde.

Es sobremanera instructivo que, al hablar de las funciones de aquella burocracia que necesita también la Comuna y la democracia proletaria, Marx tome como punto de comparación a los empleados de «cualquier otro patrono», es decir, una empresa capitalista corriente, con «obreros, inspectores y contables».

En Marx no hay ni rastro de utopismo, en el sentido de que invente y fantasee sobre la «nueva» sociedad. No, Marx estudia como un proceso histórico-natural cómo nace la nueva sociedad de la antigua, estudia las formas de transición de la antigua a la nueva sociedad. Toma la experiencia real del movimiento proletario de masas y se esfuerza en sacar las enseñanzas prácticas de ella. «Aprende» de la Comuna, como todos los grandes pensadores revolucionarios no temieron aprender de la experiencia de los grandes movimientos de la clase oprimida, no dirigiéndoles nunca «sermones» pedantescos –por el estilo del «no se debía haber empuñado las armas», de Plejánov, o de la frase de Tsereteli: «una clase debe saber moderarse–.

No cabe hablar de la abolición repentina de la burocracia, en todas partes y hasta sus últimas raíces. Esto es una utopía. Pero el destruir de golpe la antigua máquina burocrática y comenzar a construir inmediatamente otra nueva, que permita ir reduciendo gradualmente a la nada toda burocracia, no es una utopía; es la experiencia de la Comuna, es la tarea directa, inmediata, del proletariado revolucionario.

El capitalismo simplifica las funciones de la administración del «Estado», permite desterrar la «administración burocrática» y reducirlo todo a una organización de los proletarios –como clase dominante– que toma a su servicio, en nombre de toda la sociedad, a «obreros, inspectores y contables».

Nosotros no somos utopistas. No «soñamos» en cómo podrá prescindirse de golpe de todo gobierno, de toda subordinación, estos sueños anarquistas, basados en la incomprensión de las tareas de la dictadura del proletariado, son fundamentalmente ajenos al marxismo y, de hecho, sólo sirven para aplazar la revolución socialista hasta el momento en que los hombres sean distintos. No, nosotros queremos la revolución socialista con hombres como los de hoy, con hombres que no puedan arreglárselas sin subordinación, sin control, sin «inspectores y contables».

Pero a quien hay que someterse es a la vanguardia armada de todos los explotados y trabajadores: al proletariado. La «administración burocrática» específica de los funcionarios del Estado, puede y debe comenzar a sustituirse inmediatamente, de la noche a la mañana, por las simples funciones de «inspectores y contables», funciones que ya hoy son plenamente accesibles al nivel de desarrollo de los habitantes de las ciudades y que pueden ser perfectamente desempeñadas por el «salario de un obrero».

Organizaremos la gran producción nosotros mismos, los obreros, partiendo de lo que ha sido creado ya por el capitalismo, basándonos en nuestra propia experiencia obrera, estableciendo una disciplina rigurosísima, férrea, mantenida por el poder estatal de los obreros armados; reduciremos a los funcionarios del Estado a ser simples ejecutores de nuestras directivas, «inspectores y contables» responsables, amovibles y modestamente retribuidos –en unión, naturalmente, de técnicos de todas clases, de todos los tipos y grados–: he ahí nuestra tarea proletaria, he ahí por dónde se puede y se debe empezar al llevar a cabo la revolución proletaria. Este comienzo, sobre la base de la gran producción, conduce por sí mismo a la «extinción» gradual de toda burocracia, a la creación gradual de un orden –orden sin comillas, orden que no se parecerá en nada a la esclavitud asalariada–, de un orden en que las funciones de inspección y de contabilidad, cada vez más simplificadas, se ejecutarán por todos siguiendo un turno, acabarán por convertirse en costumbre, y, por fin, desaparecerán como funciones especiales de una capa especial de la sociedad.

Un ingenioso socialdemócrata alemán de la década del 70 del siglo pasado, dijo que el correo era un modelo de economía socialista. Esto es muy exacto. Hoy, el correo es una empresa organizada según el patrón de un monopolio capitalista de Estado. El imperialismo va convirtiendo poco a poco todos los trusts en organizaciones de este tipo. En ellos vemos esa misma burocracia burguesa, entronizada sobre los «simples» trabajadores, agobiados de trabajo y hambrientos. Pero el mecanismo de la gestión social está ya preparado en estas organizaciones. No hay más que derrocar a los capitalistas, destruir, por la mano férrea de los obreros armados, la resistencia de estos explotadores, romper la máquina burocrática del Estado moderno, y tendremos ante nosotros un mecanismo de alta perfección técnica, libre del «parásito» y perfectamente susceptible de ser puesto en marcha por los mismos obreros unidos, dando ocupación a técnicos, inspectores y contables y retribuyendo el trabajo de todos éstos, como el de todos los funcionarios del «Estado» en general, con el salario de un obrero. He aquí una tarea concreta, una tarea práctica que es ya inmediatamente realizable con respecto a todos los trusts, que libera a los trabajadores de la explotación y que tiene en cuenta la experiencia ya iniciada prácticamente –sobre todo en el terreno de la organización del Estado– por la Comuna.

Organizar toda la economía nacional como lo está el correo para que los técnicos, los inspectores, los contables y todos los funcionarios en general perciban sueldos que no sean superiores al «salario de un obrero», bajo el control y la dirección del proletariado armado: he ahí nuestro objetivo inmediato. He ahí el Estado que nosotros necesitamos y la base económica sobre la que este Estado tiene que descansar. He ahí lo que darán la abolición del parlamentarismo y la conservación de las instituciones representativas, he ahí lo que librará a las clases trabajadoras de la prostitución de estas instituciones por la burguesía.

Organización de la unidad de la nación

«En el breve esbozo de organización nacional que la Comuna no tuvo tiempo de desarrollar, se dice claramente que la Comuna debía ser la forma política hasta de la aldea más pequeña del país. Las comunas elegirían la «delegación nacional» de París. (…) Las pocas, pero importantes funciones que aun quedarían entonces al gobierno central no se suprimirían, como falseando conscientemente la verdad se ha dicho, sino que serían desempeñadas por funcionarios comunales, es decir, rigurosamente responsables. (…) No se trataba de destruir la unidad de la nación, sino por el contrario, de organizarla mediante un régimen comunal. La unidad de la nación debía convertirse en una realidad mediante la destrucción de aquel poder del Estado que pretendía ser la encarnación de esta unidad, pero quería ser independiente de la nación y estar situado por encima de ella. De hecho, este poder del Estado no era más que una excrecencia parasitaria en el cuerpo de la nación. (…) La tarea consistía en amputar los órganos puramente represivos del viejo poder estatal y arrancar sus legítimas funciones de manos de una autoridad que pretende colocarse sobre la sociedad, para restituirlas a los servidores responsables de ésta». (Karl Marx; «Guerra civil en Francia», 1871)

Hasta qué punto los oportunistas de la socialdemocracia actual no han comprendido –tal vez fuera más exacto decir que no han querido comprender–estos razonamientos de Marx, lo revela mejor que nada el libro herostráticamente célebre del renegado Bernstein:

«Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia». Refiriéndose precisamente a las citadas palabras de Marx, Bernstein escribía que en ellas se desarrolla un programa «que, por su contenido político, presenta, en todos sus rasgos esenciales, la mayor semejanza con el federalismo de Proudhon. Pese a todas las demás diferencias que separan a Marx y al «pequeñoburgués» Proudhon –Bernstein pone esta palabra entre comillas, queriendo darle una intención irónica–, en estos puntos el curso de las ideas es el más afín que cabe en ambos». Naturalmente, prosigue Bernstein, que la importancia de las municipalidades va en aumento, pero «a mí me parece dudo so que esta abolición –Auflösung – literalmente: disolución– de los Estados modernos y la transformación completa –Umwandlung: cambio radical– de su organización, tal como Marx y Proudhon la describen –formación de la Asamblea Nacional con delegados de las asambleas provinciales o regionales, integradas a su vez por delegados de las comunas–, tendría que ser la obra inicial de la democracia, desapareciendo, por tanto, todas las formas anteriores de las representaciones nacionales». (Eduard Bernstein; «Las premisas del socialismo», 1899)

Esto es sencillamente monstruoso: ¡Confundir las concepciones de Marx sobre la «destrucción del poder estatal, del parásito», con el federalismo de Proudhon. Pero esto no es casual, pues al oportunista no se le pasa siquiera por las mientes pensar que aquí Marx no habla en manera alguna del federalismo por oposición al centralismo, sino de la destrucción de la antigua máquina burguesa del Estado, existente en todos los países burgueses.

Al oportunista sólo se le viene a las mientes lo que ve en torno suyo, en medio del filisteísmo mezquino y del estancamiento «reformista», a saber: ¡sólo las «municipalidades»! El oportunista ha perdido la costumbre del pensar siquiera en la revolución del proletariado.

Esto es ridículo. Pero lo curioso es que nadie haya contendido con Bernstein acerca de este punto. Bernstein fue refutado por muchos, especialmente por Plejánov en la literatura rusa y por Kautsky en la europea, pero ni uno ni otro han hablado de esta tergiversación de Marx por Bernstein.

El oportunista se ha desacostumbrado hasta tal punto de pensar en revolucionario y de reflexionar acerca de la revolución, que atribuye a Marx el «federalismo», confundiéndole con el fundador del anarquismo, Proudhon. Y Kautsky y Plejánov, que quieren pasar por marxistas ortodoxos y defender la doctrina del marxismo revolucionario, ¡guardan silencio acerca de esto! Nos encontramos aquí con una de las raíces de ese extraordinario bastardeamiento de las ideas acerca de la diferencia entre marxismo y anarquismo, que es característico tanto de los kautskianos como de los oportunistas y del que habremos de hablar todavía más.

En los citados pasajes de Marx sobre la experiencia de la Comuna, no hay ni rastro de federalismo. Marx coincide con Proudhon precisamente en algo que no ve el oportunista Bernstein. Marx discrepa de Proudhon precisamente en aquello en que Bernstein ve una afinidad.

Marx coincide con Proudhon en que ambos abogan por la «destrucción» de la máquina moderna del Estado. Esta coincidencia del marxismo con el anarquismo –tanto con el de Proudhon como con el de Bakunin– no quieren verla ni los oportunistas ni los kautskianos, pues ambos han desertado del marxismo en este punto.

Marx discrepa de Proudhon y de Bakunin precisamente en la cuestión del federalismo –para no hablar siquiera de la dictadura del proletariado–. El federalismo es una derivación de principio de las concepciones pequeñoburguesas del anarquismo. Marx es centralista. En los pasajes suyos citados más arriba, no se contiene la menor desviación del centralismo. ¡Sólo quienes se hallen poseídos de la «fe supersticiosa» del filisteo en el Estado pueden confundir la destrucción de la máquina del Estado burgués con la destrucción del centralismo!

Y bien, si el proletariado y los campesinos pobres toman en sus manos el poder del Estado, se organizan de un modo absolutamente libre en comunas y unifican la acción de todas las comunas para dirigir los golpes contra el capital, para aplastar la resistencia de los capitalistas, para entregar a toda la nación, a toda la sociedad, la propiedad privada sobre los ferrocarriles, las fábricas, la tierra, etc., ¿acaso esto no será el centralismo? ¿Acaso esto no será el más consecuente centralismo democrático, y además un centralismo proletario?

A Bernstein no le cabe, sencillamente, en la cabeza que sea posible un centralismo voluntario, una unión voluntaria de las comunas en la nación, una fusión voluntaria de las comunas proletarias para aplastar la dominación burguesa y la máquina burguesa del Estado. Para Bernstein, como para todo filisteo, el centralismo es algo que sólo puede venir de arriba, que sólo puede ser impuesto y mantenido por la burocracia y el militarismo.

Marx subraya intencionadamente, como previendo la posibilidad de que sus ideas fuesen tergiversadas, que el acusar a la Comuna de querer destruir la unidad de la nación, de querer suprimir el poder central, es una falsedad consciente. Marx usa intencionadamente la expresión «organizar la unidad de la nación», para contraponer el centralismo consciente, democrático, proletario, al centralismo burgués, militar, burocrático.

Pero… no hay peor sordo que el que no quiere oír. Y los oportunistas de la socialdemocracia actual no quieren, en efecto, oír hablar de la destrucción del poder del Estado, de la eliminación del parásito.

La destrucción del Estado-parásito

Hemos citado ya, y vamos a completarlas aquí, las palabras de Marx relativas a este punto.

«Generalmente, las nuevas creaciones históricas están destinadas a que se las tome por una reproducción de las formas viejas, y aun ya caducas, de vida social con las cuales las nuevas instituciones presentan cierta semejanza. Así, también esta nueva Comuna, que viene a destruir el poder estatal moderno, ha sido considerada como una resurrección de las Comunas medievales, como una federación de pequeños Estados, con arreglo al sueño de Montesquieu y los girondinos, como una forma exagerada de la vieja lucha contra el excesivo centralismo. (…) Por el contrario, el régimen comunal habría devuelto al organismo social todas las fuerzas que hasta entonces venía devorando el Estado, parásito que se nutre a expensas de la sociedad y entorpece su libre movimiento. Con este solo hecho habría iniciado la regeneración de Francia. (…) El régimen comunal habría colocado a los productores rurales bajo la dirección ideológica de las capitales de sus provincias y les habría ofrecido aquí, en los obreros de la ciudad, los representantes naturales de sus intereses. La sola existencia de la Comuna implicaba, como algo evidente, un régimen de autonomía local, pero no ya como contrapeso a un poder del Estado que ahora sería superfluo». (Karl Marx; «La guerra civil en Francia», 1871)

«Destrucción del poder estatal», que era una «excrecencia parasitaria», su «amputación», su «aplastamiento», el «poder del Estado que ahora sería superfluo»: he aquí cómo se expresa Marx al hablar del Estado, valorando y analizando la experiencia de la Comuna.

Todo esto fue escrito hace poco menos de medio siglo, pero hoy hay que proceder a verdaderas excavaciones para llevar a la conciencia de las grandes masas un marxismo no falseado. Las conclusiones deducidas de la observación de la última gran revolución vivida por Marx fueron dadas al olvido precisamente al llegar el momento de las siguientes grandes revoluciones del proletariado.

«La variedad de interpretaciones a que ha sido sometida la Comuna y la variedad de intereses que han encontrado su expresión en ella demuestran que era una forma política perfectamente flexible, a diferencia de las formas anteriores de gobierno, que habían sido todas esencialmente represivas. He aquí su verdadero secreto: la Comuna era en esencia el gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política, descubierta, al fin, bajo la cual podía llevarse a cabo la emancipación económica del trabajo. (…) Sin esta última condición el régimen comunal habría sido una imposibilidad y una impostura». (Karl Marx; «La guerra civil en Francia», 1871)

Los utopistas se habían dedicado a «descubrir» las formas políticas bajo las cuales debía producirse la transformación socialista de la sociedad. Los anarquistas se desentendían del problema de las formas políticas en general. Los oportunistas de la socialdemocracia actual tomaron las formas políticas burguesas del Estado democrático parlamentario como el límite del que no podía pasarse y se rompieron la frente de tanto prosternarse ante este «modelo», considerando como anarquismo toda aspiración a romper estas formas.

Marx dedujo de toda la historia del socialismo y de las luchas políticas que el Estado deberá desaparecer y que la forma transitoria para su desaparición –la forma de transición del Estado al no Estado– será «el proletariado organizado como clase dominante». Pero Marx no se proponía descubrir las formas políticas de este futuro. Se limitó a la investigación precisa de la historia francesa, a su análisis y a la conclusión a que llevó el año 1851: se avecina la destrucción de la máquina del Estado burgués.

Y cuando estalló el movimiento revolucionario de masas del proletariado, Marx, a pesar del revés sufrido por este movimiento, a pesar de su fugacidad y de su patente debilidad, se puso a estudiar qué formas había revelado.

La Comuna es la forma, «descubierta, al fin», por la revolución proletaria, bajo la cual puede lograrse la emancipación económica del trabajo.

La Comuna es el primer intento de la revolución proletaria de destruir la máquina del Estado burgués, y la forma política, «descubierta, al fin», que puede y debe sustituir a lo destruido.

Más adelante, en el curso de nuestra exposición, veremos que las revoluciones rusas de 1905 y 1917 prosiguen, en otras circunstancias, bajo condiciones diferentes, la obra de la Comuna, y confirman el genial análisis histórico de Marx». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; El Estado y la Revolución, 1917)

Estado de «derecho»

Anarquistas en Barcelona, independentistas en Galiza… El Ministerio del Interior no descansa y para eso utiliza la famosa teoría del “entorno”. Pero el “entorno” ¿de quién? Ayer la Guardia Civil hizo otra redada, esta vez contra “el entorno” de Resistencia Galega.

La operación represiva, denominada Jaro, se desarrolló a primera hora de la mañana en varias localidades gallegas y llevó a los calabozos a nueve independentistas, entre ellos Antom Arias Curto, que fue uno de los dirigentes del desaparecido Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive.

Además de Arias Curto, en la operación fueron detenidos Joam Peres, Borja Mejuto, Joam Fernandes (Cake), José Antom Gonzales Maceiras (Muros), los hermanos Óscar y Salvador Gomes, Enrique T.F. y Sabela I.G. Excepto Salvador Gomes, que quedó libre debido a sus problemas de salud, el resto de los detenidos fueron trasladados a Madrid.

La Guardia Civil se desplazó desde Madrid para realizar las detenciones y los registros en los domicilios de los detenidos y en locales en Santiago, Boiro, Muros, Ourense, Pontevedra, Vigo y Lugo. No aparecieron armas, ni explosivos, ni nada de nada.

Sin embargo, para justificar las detenciones el Ministerio del Interior se ha sacado de la manga que Arias Curto es uno de los principales dinamizadores del “entramado de apoyo al terrorismo”.

Pero más allá de las notas oficiales para consumo de la prensa, no hay de “terrorismo”, ni tampoco hay ningún “entramado”. Los han detenido por ejercer su libertad de expresión y se justifican con la patente de corso del famoso “enaltecimiento del terrorismo”.

Según reconoce la propia Guardia Civil los detenidos realizaban actos a favor de presos políticos. El pasado 11 de octubre conmemoraron el Día da Galiza combatente en Vigo. Un crimen terrible.

En la terminología característica de la Guardia Civil, los detenidos son “el núcleo duro” de Causa Galiza, un movimiento político. Como esto suena demasiado inofensivo le añaden unas gotas de picante: a su vez Causa Galiza es el “brazo político” de Resistencia Galega.

¿Cuál es el crimen que han cometido los detenidos? Los nueve detenidos, dice la nota oficial, participaron en el acto de 11 de octubre y en otros de apoyo a los presos condenados como miembros de Resistencia Galega.

La intervención de la Guardia Civil levantó un enorme clamor ya que para intimidar, a pesar de que los detenidos no tenían armas, iban fuertemente armados.

Para el Ministerio del Interior esta operación supone un “duro golpe”, aunque no dicen contra quién. También amenaza con eso de que “no se descartan nuevas detenciones”.

Bajo este Estado nadie puede descartar nunca “nuevas detenciones” que son en realidad muy viejas, las de siempre.

movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.es

Nota: Ocultamos siempre los rostros policiales. A ello nos obliga la dictadura española.

Y si por un casual desapareciera la policía, ahí estarán estos

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La destrucción de la poesía

El narco de poca monta recogió un gran fleje de billetes de 1.000 pesetas, entregados en mano por el guardia civil. No habían pasado cinco años de la muerte de Franco, la pseudomemocracia española daba sus primeros pasos, la consigna del nuevo régimen era clara: Enganchar a la droga a millones de jóvenes en Euskadi, Catalunya, Madrid, Galicia, Valencia, Andalucía, Asturias y las islas, anular su capacidad de lucha, cualquier iniciativa revolucionaria.

El narcotraficante comenzó disciplinadamente el reparto entre sus vendedores habituales de Tamaraceite, La Isleta, El Risco de San Nicolás, San José…, se vendía muy barata, en muchos casos se regalaba a muchachos que apenas superaban los 15 años, de repente la dama blanca inundó los barrios de las islas, cada pueblo del archipiélago sintió los estragos de este derivado del opio, para en pocos meses, apenas medio año, comenzar a verse heroinómanos como zombis por las calles, gente muy flaca, robando radio casetes de los coches, forzando comercios, pegando tirones para conseguir dinero para la dosis diaria.

Nada que ver con los efectos de la coca, el hachís, la mariguana, las anfetaminas que se conseguían con receta en farmacias. Aquello era distinto, destruía familias, los afectados, chicos y chicas, les robaban a sus propias familias para drogarse cada día.

Una verdadera plaga de papelinas y alucinaciones colectivas convirtió las islas en un verdadero territorio comanche: atracos, muertes con la jeringuilla en el brazo en cualquier portal, en los parques de la ciudad de Las Palmas, en barrios como Schamann, Escaleritas, El Batán, Pedro Hidalgo, Guanarteme, no había un lugar donde no se vieran las víctimas de la premeditada estrategia del estado, siguiendo instrucciones de los cerebros de los servicios secretos norteamericanos, tal como ya venían haciendo en otros países, sobre todo de Latinoamérica, que prepararon a conciencia con la dictadura fascista el necesario recambio de régimen, la conversión de un sistema totalitario en un montaje monárquico con los mismos franquistas cambiados de chaqueta, con parte de una izquierda PSOE-PCE cómplice directa de este escarnio a la memoria, a la dignidad de quienes pagaron con su vida o la cárcel su lucha por la democracia, argumentando que era para evitar que los sectores más involucionistas dieran un nuevo golpe de estado, que la “reconciliación” de las dos Españas era necesaria, abonando el terreno para solo una de sus Españas, la del saqueo, la corrupción y el terrorismo de estado.

Firmaron los “Pactos de la Moncloa”, elaboraron una Constitución a la medida del poder financiero, de la banca, una Carta Magna de la que no se ha cumplido casi nada, impusieron un nuevo formato de dictadura, con los mismos ladrones y criminales en el poder, construyendo un nuevo país sobre los huesos de las fosas comunes y cunetas de más de medio millón de demócratas y antifascistas asesinados, masacrados en 40 años de terror, torturas y crímenes de lesa humanidad.

“El Chinchilla” se hizo millonario en pocos años como otros de su misma calaña, algunos se reciclaron en constructores, otros hicieron sus pinitos en política como concejales o consejeros de los Ayuntamientos y Cabildos, destruyeron las vidas de cientos de miles de familias canarias, vascas, catalanas, valencianas…, la muerte inundó los barrios humildes, arrasó por la pacífica vida de millones personas honradas, de jóvenes que habían corrido muchas veces delante de los grises, que tenían la esperanza de una sociedad mejor, más justa, democrática, participativa, donde los valores de la República se recuperaran para un pueblo con inmensas ansias de libertad, pero todo fue una mentira, muchos acabaron sus días inyectándose la última dosis en cualquier basurero, viendo lo borroso del mundo, una especie de sueño, de pesadilla irreal antes de cerrar los ojos para siempre.

http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/

Imagen: Un joven sin sentido en Bellvitge con la jeringuilla colgando del brazo y al fondo el rostro deshecho de su madre.


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En Austria hablan de paz y en Siria despliegan tropas

Los criminales contumaces no pueden hablar de paz como lo hizo ayer Kerry en la capital austríaca. Rusia advierte a EE.UU. contra una operación terrestre en Siria ¿Para qué sirve entonces Viena? Pese a la buena voluntad rusa de resolver los conflictos vía negociación, no servirá para nada. Como los acuerdos de Minks sobre Ucrania. No es nada nuevo. Revisen la historia.

Rusia advirtió hoy a Estados Unidos contra una operación terrestre en Siria después de que el Pentágono adelantara ayer la posibilidad de «acciones directas sobre el terreno» contra el Estado Islámico (EI).

«EE. UU. ya viola burdamente el derecho internacional al organizar de manera ilegal una operación aérea en territorio de Siria, ya que no tiene ni el beneplácito del Conejo de Seguridad de la ONU ni la petición de las autoridades» sirias, afirmó la presidenta del Senado ruso, Valentina Matviyenko, a medios locales.

Matviyenko agregó que «si incluso se trata de alguna clase de operación terrestre, entonces esto será pisotear de nuevo y de manera grosera el derecho internacional».

Subrayó que Rusia se toma muy en serio las declaraciones hechas por el jefe del Pentágono estadounidense, Ashton Carter, ante el Comité de Servicios Armados del Senado.

«Esto ya es inadmisible. Esto es demasiado», dijo.

La presidenta de la cámara alta del Parlamento ruso insistió en que Rusia «sigue interesada en que EE. UU. se sume a nuestra operación en Siria para combatir juntos al EI».

«Esperamos que este llamamiento sea escuchado», agregó.

Carter anunció ayer un reforzamiento de la campaña militar estadounidense contra los yihadistas en Irak y Siria, que se traducirá en más ataques aéreos y «acciones directas sobre el terreno» en la provincia siria de Raqa.

«No vamos a contenernos a la hora de apoyar» operaciones contra el EI o de «realizar esas misiones directamente, ya sea con ataques desde el aire o acciones directas sobre el terreno», dijo Carter.

Durante la audiencia, el jefe del Pentágono reiteró las críticas contra la campaña militar del Kremlin en Siria y denunció que las fuerzas rusas «están atacando principalmente a la oposición siria», lo que contribuye a «alimentar» la «trágica guerra civil» en ese país.

El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó la pasada semana a Estados Unidos de practicar un «doble juego» al declarar la guerra al terrorismo y utilizar a los yihadistas como «ariete» para derrocar al régimen de Bachar al Asad.

es.rbth.com

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