BREVES NOTAS DEL FASCISMO

Sus discípulos hicieron todo en ese sentido. Tofler, Fukuyama, etc. Este último (Fukuyama) incluso se atrevió a sostener el fin de la historia.  Pero, la historia es insustituible en cualquier análisis de la realidad mundial. Y, de acuerdo a esto, necesitamos de la historia para iniciar esta nota.

Antes la orientación estratégica del sistema capitalista en su segunda fase denominada monopolista o imperialista:

Como bien sabemos a finales del siglo XIX el sistema capitalista estaba ingresando a su segunda fase. Esta segunda fase tiene cuatro ciclos económicos largos: dos de expansión o avance y dos de contracción o crisis:

Primero, de 1880 a 1913 de expansión o avance.

Segundo, de 1913 a 1945 de contracción o crisis.

Tercero, de 1945 a 1973 de expansión o avance.

Cuarto, de 1973 hasta la actualidad de contracción o crisis.

Por supuesto en todo este periodo hubo varios ciclos económicos cortos de expansión o avance y de contracción o crisis pero circunscritos al ciclo económico largo en que se desenvolvían..

Además, y esto es aun más importante, hay que observar que en los ciclos económicos largos de contracción o crisis el capitalismo, como es previsible, se ve envuelto en graves apuros, ejemplo, en el primero, es decir, en el que discurre entre 1913 y 1945 hay la gran depresión económica de 1929, las dos guerras mundiales y entre ellas el fascismo alemán e italiano. En el segundo, es decir, en el que discurre entre 1973 hasta la actualidad también hay la gran depresión económica de 2008, grave enfrentamiento ruso-estadounidense y el ascenso del fascismo en Estados Unidos. Pero lo sorprendente es que en ambos ciclos está el fascismo.

Continuemos con el análisis (Aquí solo vamos hablar del primer caso).

Inicio con una breve cronología (para una mayor aproximación desde 1920):

En 1920 se crea la Liga o Sociedad de las Naciones (antecesora de la ONU), previa firma y ratificación del Tratado de Versalles en 1919 después del fin de la Primera Guerra Mundial. Como se recordará Estados Unidos ingresa a esta guerra en 1917 cuando el conflicto había comenzado en 1914. Esta es una nota muy importante.

En 1921 Irlanda se independiza de Inglaterra. El Ejército Republicano Irlandés (IRA) guió la independencia en una lucha de guerra de guerrillas contra el ejército de ocupación británico, además, contra sus subsidiarios denominados como Black and Tans (Negros y Quemados). La independencia se selló con el Tratado Anglo-Irlandés firmado en diciembre de 1921. Y bajo liderazgo de Michael Collins se estableció el Estado libre e Irlanda.

En 1922 se da la marcha de los fascistas italianos sobre Roma. Son los llamados “Camisas Negras”, dirigida y organizadas por el “Partido Nacional Fascista” de Benito Mussoline.

En 1924 muere Lenin. Antes, el 30 de agosto de 1918, había sufrido un atentado contra su vida ejecutada por la anarquista Fanni Yefímovna Kaplán. Ocurre en un momento de dura resistencia y asedio criminal de los países imperialistas contra la gran URSS. Tras esto Stalin continúa, de forma magistral, la dirección comunista.

En 1926 (25 de diciembre) Hirohito se hace emperador en Japón tras la muerte de su padre Yoshihito. Son los tiempos de la trascendencia indiscutible de Japón en la región asiática como potencia imperialista, incluso, por encima de Rusia y China (un aparte: al final de la Gran Guerra, Hirohito fue protegido por los estadounidenses que se negaron a llevar a Hirohito como criminal de guerra al Tribunal de Nuremberg).

En 1929 la población mundial estaba acercándose a los dos mil millones de habitantes (El 1 de enero del año 2014 la población del planeta alcanzó los siete mil doscientos millones de personas, según el informe del Fondo Alemán de la Población de la Tierra).

En este marco ocurre la Gran Depresión de 1929. Se inicia en Estados Unidos (igual que en 2008). Sus momentos cruciales fueron el 24 de octubre llamado como el “Jueves Negro” y el 29 de ese mismo mes (octubre) llamado también el “Martes Negro”. El pánico es tremendo. Wall Street se estremece. Se dice que en pocas horas dieciséis millones y medio de acciones fueron vendidas con el 40-50 % de pérdidas. Todos los indicadores económicos estaban en picado (caída libre). Tres años después (1932) el PBN estadounidense había disminuido un 27 %, la producción industrial un 50 % y el desempleo era del 25 % (algo parecido sucede entre 2008 y 2015). En sí estaba afectada la producción de bienes de consumo, la producción pesada y también la agricultura. Hubo hundimiento del comercio internacional en dos tercios del valor utilizado antes de la gran crisis. Fue una gran crisis económica que demolió de raíz el sistema imperialista de aquellos años.

En 1931 hay debacle de la Libra Esterlina que había sido Moneda de Reserva Internacional, es decir, base de las operaciones financieras en el mundo. En efecto el 21 de septiembre la Libra Esterlina abandonó el Patrón Oro y se devaluó en un  25 % (es similar a 1971 en el caso del dólar estadounidense). Y desde entonces el dólar estadounidense empieza su gran ascensión.

Luego vienen los siguientes hechos:

En 1933, Adolf Hitler toma el control del Estado Alemán junto a su “Partido nacionalsocialista Obrero Alemán” (en alemán: Nationalsozialistische Deutsche Arbeiter Partei, abreviado como NSDAP).

Ese mismo año (1933), en octubre, Alemania abandona la Sociedad de Naciones.

En 1934 la revolución China da un giro muy importante: se inicia la “Gran Marcha”. Pero, en 1937 Japón llega hasta Shanghái y Pekín.

En 1936 triunfa en España el Frente Popular. La respuesta contrarrevolucionaria es inmediata, Francisco Franco, arremete contra la República. Hitler lo apoya incondicionalmente, envía tropas terrestres y aviación que hacen añicos Guernica en abril de 1937. Es el preludio de la gran guerra.

En 1936 (25 de octubre) se firma la alianza Alemania-Italia.

El 25 de noviembre de 1936 también se firma la alianza Alemania-Japón, denominada “Pacto Anti-Comintern”, es decir, la alianza anticomunista contra la URSS.

Y, finalmente, el 27 de septiembre de 1940 se firma el “Pacto Tripartito” entre estos tres países (Alemania, Italia y Japón) dando origen así a la mortífera alianza fascista denominada “Eje”.

…y así fueron los hechos.

Pero, una lectura de lo anterior nos permite visualizar las condiciones en que madura el fascismo alemán:

Primero, agudización de las contradicciones interimperialistas, presionadas por la Gran Depresión Económica de 1929 (algo parecido a lo que ocurre desde 2008 hasta la actualidad).

Segundo, exasperación de las principales burguesías financieras, como consecuencia de lo anterior, los mismos que exigían un nuevo reparto de mercados y zonas de influencia, sobre todo, la alemana que necesitaba expandirse acicateada por el gran desarrollo de sus industrias tras el desmontaje de sus grilletes impuestos por el Tratado de Versalles en 1919 (final de la Primera Guerra Mundial).

Tercero, la existencia de la URSS, al que estas burguesías temían enormemente, la misma que se alzaba como un seguro baluarte de las luchas antiimperialistas en el mundo.

Y, cuarto, agudización de la lucha de clases, entre el proletariado y las burguesías en los distintos países de aquella época. Por supuesto, esto fue gravitante después del triunfo de la revolución bolchevique en 1917.

Esencia del fascismo: lo más pútrido del sistema capitalista.

Si profundizamos nuestra abstracción respecto a la causa y origen del fascismo encontraremos lo siguiente: las relaciones de producción absolutamente injustas, en esta segunda fase son aún peores y trabas muy fuertes para el libre desarrollo de las fuerzas productivas. Este es el basamento natural sobre el cual descansan las agudas confrontaciones sociales que ocurren en todo este periodo. Las relaciones de producción, que en su primera fase (fase pre monopolista) estuvieran asentadas en algo de armonía, en esta segunda fase (monopolista o imperialista) se convierten en relaciones absolutamente discordantes con la misma producción que dan lugar a un proceso de estancamiento y retroceso y, que en última instancia, lo conducen a los periodos de crisis muy violentos. La ideología burguesa que corresponde a ella, consecuentemente, también es aquella que lleva a mayores fricciones con el proletariado. Este es el fascismo. Es la respuesta de la burguesía financiera en este periodo donde su misión más importante es salvaguardar el sistema capitalista.

En concreto la segunda fase del sistema capitalista significó su ascensión a un periodo de duras confrontaciones sociales y en el que el carácter reaccionario de la burguesía financiera empezaba a acentuarse cada vez más. En segundo lugar el arrasamiento y demolición de las instituciones demoliberales. El fascismo es consecuencia de este proceso. Es la concreción de todo lo reaccionario y putrefacto habido hasta esos momentos en el sistema capitalista. Emerge en un momento de grave riesgo de este sistema y viene a ser la última arma que tiene la burguesía financiera para mantener su sistema, rebasada, a partir de esos momentos, por las revoluciones proletarias.

El fascismo, por lo tanto, potencia al máximo las contradicciones de clases, particularmente, entre el proletariado y la burguesía. Por ello, la afirmación “el imperialismo es la antesala de las revoluciones proletarias”, no es de ninguna manera una afirmación gratuita, menos una especulación o una suposición, sino, una afirmación científica. Lo demostraron los triunfos de las revoluciones, bolchevique en 1917 y china en 1949.

Esto estaba debidamente sustentada en la magistral tesis de Marx: “Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de las sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abren así una época de revolución social.” (1).

Históricamente la reacción de las clases dominantes por defender sus posiciones en grave riesgo ha sido una constante. Así fue con las clases esclavistas, feudales, también, con la burguesía.

En efecto, en este caso, se trata de las burguesías financieras, alemana, italiana, japonesa, estadounidense, inglesa y francesa que estuvieron aterrorizados cuando sintieron que sus estados entraban en grave peligro por el ascenso de las luchas de masas y la grave crisis económica que los afectaba y enfrentaba muy fuertemente. Y aún mayor cuando vieron los éxitos que iba alcanzando la URSS en el que, por cierto, no hubo crisis económica entre 1929 y 1940.

Por lo tanto, esto explica mejor que cualquier otra, el hecho de que las clases dominantes recrudezcan su carácter reaccionario en las fases de declinación de las sociedades. Por eso para contener el proceso natural de cambios y transformaciones sus políticas se orientaron por el militarismo y la más descarada dictadura que ideológicamente los lleva a sustentarse casi con desesperación, en los vicios, traumas y prejuicios, sobre todo, en el individualismo, el egoísmo y todas las taras y mendicidades ideológicas expectoradas por el ser humano a lo largo de su historia. Esto es, para retroalimentar sus concepciones de ética y moral erosionadas en el fragor de la lucha de clases y, cuya consecuencia inmediata fue, indudablemente, la degeneración y la corrupción del ser humano.

Entonces cuando hablamos del fascismo de los años 30 y 40 del siglo pasado claramente nos estamos refiriendo a los fascismos que se instalaron en Alemania, Italia y España. El caso alemán es muy emblemático. Claro, allí apareció como nazismo, pero, en esencia, en este nazismo alemán se resumía más claramente la característica principal del fascismo: ante todo y sobre todo, como pudrición del sistema imperialista. Una herramienta de poder de las burguesías financieras basadas sobre todo en el anticomunismo e impuestas en una situación de grave crisis del sistema imperialista (Gran Depresión del 29), con una ideología construida sobre la base de la defensa de la propiedad privada y, por supuesto, la denigración de la propiedad colectiva, el anticomunismo más descarado, la supuesta superioridad de una determinada raza (aria) absolutamente anti-científica, en el más rancio racismo, además, de un ultra nacionalismo, la belicosidad militar y la supravaloración del caudillo (fuhrer). En sí, una ideología rampante y vulgar que en los hechos se concretaba en la persecución de gitanos, judíos y homosexuales, es decir, una ideología sin visión histórica ni sentido científico. Todo ello combinado con su anhelo de la búsqueda del espacio vital, que en el fondo no era otra cosa, sino, la búsqueda de la hegemonía mundial. Sus desesperaciones por construir organizaciones reaccionarias y la confrontación armada que perseguía, fueron descarada y abiertamente declaradas e impuestas.

La corporativización vista como la creación de organizaciones verticales en todos los sectores de la población (obreros, estudiantes e intelectuales) y en todas las zonas (fábricas, centros de estudios, barrios, etc.), no fue sino, una muestra real de la implantación del fascismo. Las organizaciones corporativas cedieron a la burguesía, a diario, nuevas fuerzas de choque contra la clase obrera en estas naciones.

El corporativismo visto en profundidad, no es sino, una estructura organizativa, un armazón orgánico tendido por completo a lo largo de estas sociedades  (esto en los años recientes 2010-2015 la encontramos en los movimientos paramilitares desarrollados como engranajes del viejo ejército estadounidense y bajo sustento de las barras bravas, pandillas juveniles y atroces movimientos religiosos que sacuden el planeta desde el Oriente Medio, Asia Central, Europa, África y América).

Por lo tanto el fascismo viene a ser, para la burguesía, la última tabla de salvación del sistema capitalista.

Es este fascismo (hitleriano) que en los años cuarenta del siglo pasado (XX) llevó a la Segunda Guerra Mundial, sobre todo, para descuartizar a la URSS:

Desde mediados de los años 30 ya existían fortísimas maquinaciones contra la URSS del conjunto de los países imperialistas (Estados Unidos y Alemania, Inglaterra e Italia, Francia y Japón, etc.). La belicosidad estaba dirigida contra la URSS. Pero también estaban muy maduras las contradicciones interimperialistas por mercados y zonas de influencia. Alemania y Estados Unidos principalmente coludidos y en pugna querían el control del mundo. Stalin observa esto y para dividirlos y enfrentarlos firma el 23 de agosto de 1939 el tratado de no Agresión con Alemania conocido como Pacto Ribbentrop-Mólotov.

Y, de hecho, entre ambiciones y torpezas el 1 de septiembre de 1939 se inicia la gran guerra con la invasión de Polonia. Las víctimas fueron más de 70 millones de personas. El primer ambicioso y torpe fue el fascismo alemán (como ahora es el fascismo estadounidense).

Pero, en general, como hemos dicho más arriba, la orientación final del fascismo es la contención de la revolución socialista.

Hitler fue claro en esto. El 31 de marzo de 1941 (ya en pleno proceso de Segunda Guerra Mundial y en pleno auge de su macabro objetivo de arrasar a cualquier precio a la URSS), reunido con lo mejor de sus generales, dijo, así: “El comunismo no ha sido ni nunca será para nosotros un camarada. La lucha que va entablarse es una lucha de exterminio”.

Alemania inició sus operaciones militares contra la URSS el 22 de junio de 1941. La guerra Nazi-Soviética (1941-1945) que se dio en el contexto de esta Segunda Guerra Mundial fue el conflicto más cruento de la historia humana. La batalla de Stalingrado (ahora Volgogrodo) es la batalla más sangrienta de esta guerra e, incluso, de la historia humana, con dos millones de muertos y efectuada entre el 23 de agosto de 1942 y febrero de 1943.

El 18 de febrero de 1943, cuando la Gran Guerra (Segunda Guerra Mundial) ya estaba balanceándose a favor de los heroicos bolcheviques, Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del régimen Nazi, pronunció un discurso, se dice, el más importante de su vida y, lo hacía desde el Palacio de los Deportes de Berlín, una instalación deportiva de esta ciudad de aquellos años: La oratoria corría en los términos siguientes: “¿Quieren ustedes la guerra total?” (Clamor: “Si, si, si-aplausos).” Si fuera necesario, ¿quieren ustedes una guerra más total y más radical que lo que hoy no podríamos ni siquiera imaginar?” (Clamor: “Si”. Aplausos). “Yo les pregunto…”. Yo les pregunto ¿Es la confianza de ustedes en el Fuhrer más grande, más fiel e inquebrantable que nunca. Están ustedes completa y absolutamente listos para seguirlo donde quiera que él vaya y hacer todo lo que sea necesario para llevar la guerra a un victorioso final? Yo les pregunto: ¿Están ustedes listos para de ahora en adelante  hacer todo el esfuerzo necesario para proporcionar al Frente de Este todos los hombres y municiones para darle a los bolcheviques el golpe mortal?” (Siguen los gritos: ¡Fuhrer ordena  te seguiremos!)”. Esa fue la consigna contra la URSS en esos años de cruenta guerra y en la que Estados Unidos de Norteamérica en comparsa con las burguesías financieras de Inglaterra e incluso con la de Alemania (se dice que hubo tratos con el mismo Fuhrer) se negaba abrir el nuevo frente previamente acordado con los aliados sólo para ver quebrada a la URSS.

Pero el 10 de abril de 1945 ejército rojo comienza el asalto final de Berlín.

El 24 de abril queda completamente sitiada.

El 28 de abril las fuerzas soviéticas avanzan cerca del  Reichstag y consiguientemente cerca donde estaba escondido Hitler (Bunker de la Cancillería).

Entonces Hitler había entrado en un duro proceso de crisis nervioso.

Y, en la tarde del 30 de abril de 1945, ya los valientes combatientes del Ejército Rojo se abrían paso hacia el edificio Reichstag y en la noche de ese mismo día (30 de abril de 1945) los soldados Abdulchakin Izmailov, Vladimir Dubrosky (nombre del republicano español Francisco Ripoll) y el fotógrafo Yevgeny Jaldei, que inmortalizo la imagen, logran izar sobre el Reichstag la Bandera roja con la Hoz y el Martillo de la gloriosa URSS de Stalin.

Hitler ese mismo día, 30 de abril de 1945, se habría suicidado junto a Eva Braun. Así fue suscrito por sus historiadores, sus prensas y sus áulicos. Lo mismo le habría sucedido, según las mismas fuentes, a Joseph Gobbeles y su esposa, el 01 de mayo de 1945.

Y, la parte más infame de la guerra la dio Estados Unidos para chantajear a la gloriosa URSS, al ordenar el bombardeo con armamento nuclear las ciudades civiles de Hiroshima (140,000 personas asesinadas) y Nagazaki (70,000 personas asesinadas) el 6 y 8 de agosto de 1945, respectivamente, cuando la Gran Guerra, prácticamente, estaba concluida.

NOTAS:

1.- Carlos Marx: Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política. En: Obras Escogidas. Tres tomos.  Editorial Progreso. Moscú. 1973. Primer tomo. Pág. 518.

Constitución intocable…

Por no cambiar nos dicen que ni siquiera han quitado aún el nombre del anterior heredero de Franco para proceder a poner el del actual heredero de Franco, pero pensándolo bien ¿qué más da si España es el único país del mundo que tiene dos reyes y dos reinas con sus correspondientes parentelas? Todos a chupar del bote.

Sin embargo hay que ser objetivos, una vez nuestra amiga inmutable e intocable, sí que se inmutó: fue cuando, en menos de 24 horas y sin consultar con nadie, le cambiaron el articulado con el fin de endeudar al pueblo para toda la vida, bueno para toda la vida es lo que el capital pretende. Veremos que nos depara el futuro, un futuro que se vislumbra lleno de incendios, más que los de este verano probablemente vinculados a que el régimen modificó la ley para poder especular a sus anchas con la tierra quemada.

No nos extrañaría que Occidente hiciera de él un héroe

Gu fue declarado culpable de corrupción, malversación de fondos, aceptación de sobornos, abuso de poder y utilización ilícita de fondos del Estado, y sus activos personales fueron confiscados, de acuerdo al acta judicial que cita Xinhua.
También se le privó de su rango de teniente general y se decomisaron todas sus ganancias y bienes ilícitos.
Detenido a comienzos de 2014, Gu pudo recibir coimas por un valor de cerca de 600 millones de yuanes (96 millones de dólares) por participar en una estafa de un total de 30.000 millones de yuanes (4.800 millones de dólares), según publicó el pasado año el semanario Phoenix Weekly, vinculado al Gobierno central chino.
Gu, dijo esta revista, llenaba coches de lujo de lingotes de oro que entregaba a sus «colaboradores», y era especialmente aficionado a las estatuas de oro de Buda.
clarin.com / jmalvarezblog.blogspot.com

El grave error de concepción sobre lo que es un frente y lo que es un partido, y las diferencias y roles de cada uno; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

«Atendiendo y estudiando el proceso de creación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde una óptica certera, en ese momento se produce un mayúsculo error en la organización y conformación, uno que está entre las causas fundamentales de todas las desviaciones que irán apareciendo a lo largo del proceso hasta hoy. Y es que el FSLN no surge por la actividad organizativa de un partido comunista –nos referimos a un verdadero partido de vanguardia guiado por el marxismo-leninismo y no al nombre en concreto– con todas sus consecuencias, como: la falta de comprensión e impregnación de las normas marxista-leninistas de organización como es el caso de la unidad ideológica monolítica, la unidad de acción, y el carácter de clase en la composición social. Es decir, los fundadores del FSLN, pese a considerarse así mismos marxista-leninistas, fundaron una organización político-militar en ausencia de un partido, que además obedecía a la estructura de un frente, y cuyo concepto de frente hacía que dentro de la organización no fuera totalmente relevante el origen de clase, se permitirían varias tendencias ideológicas, y no había unidad de acción. Al tiempo se pretendía que esta estructura claramente socialdemócrata fuera una vanguardia marxista-leninista. Pero ocurrió que por su carácter de frente –como el propio nombre de la organización nos deja ver– se vieron atraídos sujetos y grupos antisomocistas de diferentes orígenes sociales e ideológicos, siendo sus consecuencias imaginables para el lector. Con  el paso de los años muchos de estos elementos se autodenominarían «marxista-leninistas» dentro del FSLN.

Como siempre hemos manifestado en nuestros documentos, actualmente los marxista-leninistas tienen una especial debilidad teórica a la hora de entender que es un frente, y la relación que une a este con el partido comunista y con la lucha que desean desarrollar en cada situación, y los pretendidos marxista-leninistas nicaragüenses no fueron menos. Los frentes existen de distintos tipos según las necesidades del país y el momento:

«Cierto es que tanto para la lucha para la conquista de objetivos menores, como para objetivos máximos, es permisible la idea de un frente de lucha –sea de características antiimperialistas, antifascistas, anticapitalistas, etc.– donde converja el partido comunista con otras organizaciones –teniendo estas una mayoría de elementos de las clases trabajadoras, sean obreros o elementos pequeño burgueses–, pero sólo tiene aplicación bajo determinadas condiciones, y el partido comunista siempre tendrá el deber de ser vanguardia de dicho frente si no quiere que fracasen los objetivos del frente y que esa alianza temporal caiga en manos burguesas para manejarla a su antojo. Generalmente a este tipo de frente se ha llamado frente popular, con el calificativo de popular por el hecho de unir a obreros y el resto de clases trabajadoras para un fin concreto. También han existido históricamente los llamados frente único del proletariado, donde el partido comunista instaba al resto de organizaciones con gran afiliación de obreros, o de obreros sin partido, hacia un objetivo concreto. Este tipo de frente fueron comunes tras la Primera Guerra Mundial, y eran utilizados como métodos para frenar la ofensiva de la burguesía sobre los derechos laborales de los obreros y su nivel de vida, pues era común por entonces, que la burguesía  intentara por ejemplo: pagar las reparaciones de guerra que debía a otros países cargando tal deuda a espaldas de las clases trabajadoras, por lo que muchas veces estos frentes, no eran sólo frente único del proletariado, sino que se extendían con las organizaciones no proletarias de artesanos, campesinos y demás, agraviados por la ofensiva de la burguesía; convirtiéndose en frente popular con diversos calificativos: frente del trabajo, frente de los trabajadores, frente anticapitalista etc., razón por la que en ocasiones estos dos tipos de frente se entrelazan. Los calificativos usados por cada frente no importan, lo importante es comprender en cada experiencia de frente que alianza contraía el proletariado y con qué objetivo». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

Si observamos detalladamente toda esta cuestión pero extrapolada a la experiencia del FSLN, es tal que:

1) El FSLN se convierte en una organización de «frente antisomocista» –por llamarlo de alguna manera– debido a que se constituyó desde el primer momento en una organización de carácter socialdemócrata, con lineamientos muy similares a las de los partidos de la II Internacional; esto significa que no se organizó como partido de nuevo tipo, de tipo leninista. En tanto, en tal acción, quedó negado el supuesto marxismo-leninismo de sus miembros:

«Los bolcheviques lucharon decididamente contra las tentativas mencheviques de disolver al partido en amplias organizaciones sin partido. Es conocido que en 1907, Pável Axelrod y otros mencheviques propusieron convocar el llamado «Congreso obrero», en el cual participarían los socialdemócratas, los socialrevolucionarios y los anarquistas. Este congreso, según los mencheviques, debería crear un amplio partido obrero pequeño burgués «sin partido». Lenin desenmascaró este nocivo intento de liquidar el partido obrero revolucionario y diluir el destacamento avanzado de la clase obrera en la masa pequeño burguesa. A propuesta de Lenin, el partido criticó duramente el plan menchevique de convocatoria del «Congreso obrero». Los bolcheviques han considerado siempre que el partido es la forma superior de organización de clase del proletariado. En el período de la discusión acerca de los sindicatos, a finales de 1920 y comienzos de 1921, la «oposición obrera» quiso reducir a cero el papel del partido; consideraba los sindicatos, y no el partido, la forma superior de organización de la clase obrera. Semejante política de socavamiento del papel dirigente del partido en los soviets y en los sindicatos quiso aplicar el llamado grupo del «centralismo democrático». El partido dio una réplica contundente a todos estos intentos. El Xº Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia condenó la desviación anarco-sindicalista de los representantes de la «oposición obrera» y declaró que las concepciones anarco-sindicalistas eran incompatibles con la permanencia en el partido. La experiencia ha demostrado que apartarse de la doctrina leninista-stalinista del partido conduce inevitablemente a la catástrofe. Es sabido que los actuales dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia han diluido el partido en las organizaciones sin partido, en el frente popular. Los dirigentes del partido yugoslavo minan el partido de la clase obrera como fuerza política independiente, llamada a influenciar en las amplias masas trabajadoras». (Édourd Burdzhalov; La importancia internacional de la experiencia histórica del partido de los bolcheviques, 1948)

Para mayor claridad, veamos una cita de la Kominform al respecto del papel a desempeñar en la revolución y en la sociedad socialista por el partido comunista y por el frente; una lección que en su día iba dirigida a los revisionistas yugoslavos:

«La Kominform considera que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia revisa la doctrina marxista-leninista sobre el partido. Según la teoría marxista-leninista, el partido es la fuerza dirigente principal en el país, con programa propio y sin diluirse en la masa de los sin partido. El partido es la forma superior de organización y el arma más importante de la clase obrera. Pero en Yugoslavia es el frente popular y no el partido comunista es el que está considerado como la fuerza principal dirigente en el país. Los yugoslavos rebajan el papel del partido comunista; lo diluyen, en efecto, en el frente popular de los sin partido que comprende elementos muy diferentes desde el punto de vista de clase –obreros, campesinos, trabajadores con una explotación individual, kulaks, comerciantes, pequeños industriales, intelectuales burgueses, etc–. así como grupos políticos de todo tipo, incluso ciertos partidos burgueses. Los dirigentes yugoslavos se empeñan en no reconocer lo erróneo de su orientación, según la cual el Partido Comunista de Yugoslavia no puede ni debe tener su proprio programa particular, sino que debe contentarse con el programa del frente popular. El hecho de que en Yugoslavia solo el frente popular actúa en la arena política, mientras que el partido y sus organizaciones no se presentan abiertamente, en nombre propio, ante el pueblo, no solo rebaja el papel del partido en la vida política del país, sino que socava al partido como fuerza política independiente llamada a conquistar la creciente confianza del pueblo y a atraer bajo su influencia a masas cada vez más amplias de trabajadores mediante una actividad política propagandística abierta de sus puntos de vista y de su programa. Los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia repiten los errores de los mencheviques rusos respecto a la disolución del partido marxista en la organización de las masas de los sin partido. Todo esto demuestra la existencia de tendencias liquidadoras respecto al Partido Comunista en Yugoslavia. La Kominform considera que esa política del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia amenaza la propia existencia del éste como partido comunista y, en fin de cuentas, lleva consigo el peligro de la degeneración de la República Popular de Yugoslavia». (Kominform; Resolución: «Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», 28 de junio de 1948)

En otro orden de cosas, y aunque esta próxima cita corresponde a las relaciones entre partido y frente en la construcción del socialismo, observemos como el marxista-leninista soviético Naum Farberov explicaría el error que supondría para los partidos comunistas esconderse ante el pueblo detrás del frente, o acabar diluyéndose en él para la construcción del socialismo –negando su rol como partido, el rol de la clase obrera en la construcción socialista–, algo que hicieron los «marxista-leninistas» nicaragüenses desde la fundación del FSLN y la previa toma del poder:

«La fuerza dirigente de las democracias populares es el partido comunista –proletariado–. El partido comunista forma parte de los frentes populares, pero lejos de diluirse en ellos, el partido los dirige. Más aún, los partidos comunistas se presentan delante del pueblo abiertamente, con su propio nombre, como una fuerza política independiente que dirige la edificación socialista. Si el partido comunista abandonara su posición dirigente, se negaría a sí mismo como vanguardia de la clase obrera, la única capaz de inspirar y dirigir la emancipación de todas las demás categorías de oprimidos. Este abandono, del que se han hecho culpables los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia, conduce necesariamente al oportunismo político, al abandono de la propia edificación socialista y, finalmente, a aliarse a la reacción. Los frentes populares han jugado un papel magnífico en la lucha contra los invasores fascistas y la reacción interior, y deben continuar siendo en el futuro un arma importante para la consolidación de las fuerzas democráticas. Pero no sustituyen ni pueden sustituir al partido comunista. Dado las clases que los componen, los frentes populares no pueden jugar un papel positivo más que bajo la dirección del partido comunista, vanguardia organizada de la clase obrera y de todos los trabajadores». (Naum Farberov; Las democracias populares en Europa del Este, 1949)

Pero entonces ¿por qué es el error fundamental en Nicaragua?

Sencillamente esta pretendida «vanguardia marxista-leninista nicaragüense» nunca se organizó en un partido político de clase obrera que asumiera la vanguardia del proceso como partido obrero dirigente de la lucha antisomocista y de liberación nacional. Evidentemente que en esta etapa un presunto partido comunista podría haberse apoyado en un frente que reuniera a los partidos y organizaciones como: asociaciones juveniles, de mujeres, sindicatos, y demás organizaciones de carácter antisomocista. El que el partido hubiera liderado el transcurso de esa lucha le hubiese permitido ganar la autoridad moral, la hegemonía ideológica necesaria, ante el pueblo nicaragüense, en tanto podría haber sido el puente mediante el cual se hilara la revolución antisomocista y todas sus tareas antiimperialistas, antifeudales, antifascistas, anticoloniales con la revolución socialista. Así lo explicaron en su día varios marxista-leninistas:

«Para que triunfe la causa de la liberación y la revolución, es preciso que el partido marxista-leninista una bajo su dirección a todas las fuerzas revolucionarias en un amplio frente popular. En la creación de amplios frentes populares, el partido comunista marxista-leninista en modo alguno debe cifrar todas sus esperanzas y concentrar todos sus esfuerzos en las alianzas y la colaboración con los jefes de los partidos y las diversas organizaciones políticas. El partido, sin descuidar este trabajo, tiene la tarea de consagrar toda su atención y todas sus energías a la lucha por crear la unión del pueblo a partir de la base, a través de un gran trabajo de esclarecimiento y persuasión entre las masas, sobre todo organizando acciones concretas, bien preparadas y reflexionadas. (…) En las condiciones de una revolución democrático popular y de la lucha de liberación nacional, cuando existen varios partidos burgueses y pequeño burgueses, el partido comunista puede y debe esforzarse por colaborar con ellos en el marco de un amplio frente democrático popular o de liberación nacional». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Pensar que no es posible el trabajo del partido comunista en estos frentes no solo sería contradecir todas las directrices y experiencia histórica tanto de la Komintern (1919-1943) como de la Kominform (1947-1956), sino que supone desechar toda la actividad práctica de los marxista-leninistas durante el siglo XX. Del mismo modo, negar el empleo de los frentes como reflejo de las alianzas de la clase obrera con otras clases en aras de la revolución, nos llevaría a posiciones que coinciden con las teorizaciones blanquistas, anarquistas, luxemburguistas, trotskistas, en definitiva en desviaciones de carácter «izquierdista» que según en qué ocasiones y según que miembros de estas corrientes han reclamado siempre que: el campesinado es contrarrevolucionaria, que la revolución sólo puede ser a escala mundial y que no es posible el socialismo en un sólo país, que no existen las etapas según las condiciones de cada país, que el proletariado y su partido no pueden contraer ninguna alianza con otras fuerzas, que no existen las condiciones objetivas y subjetivas de la revolución, y un largo etc., estaríamos revisando al marxismo-leninismo en sí:

«La revolución no es obra solamente de la clase obrera, y mucho menos sólo de su partido de vanguardia. Para llevarla a cabo, la clase obrera, según el carácter y las etapas de la revolución, se alía con otras fuerzas sociales, con las cuales comparte intereses fundamentales, crea amplios frentes populares con programas políticos determinados, en los que el partido de la clase obrera no se diluye, sino que mantiene siempre su independencia orgánica y política. Los elementos estrechos: y sectarios le llaman a todo esto tácticas erróneas porque, según dicen, abren las puertas al camino pacífico y reformista. Según ellos, los programas, los frentes, las alianzas no son sino maquinaciones artificiales que tienen como objetivo desviar la atención y obstaculizar la lucha armada. Estos puntos de vista son un eco de las conocidas tesis de los trotskistas que consideran cualquier alianza como reconciliación de clases, niegan las etapas de la revolución y están por la revolución proletaria «pura» y directa. La revolución tiene sus leyes, que son generales y necesarias para cualquier país. La negación de estas leyes conduce al revisionismo». (Enver Hoxha; Informe en el VIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1971)

Pero en tal periodo en que el partido comunista colabora en un frente y se relaciona en la lucha con otras organizaciones y otras clases sociales para lograr objetivos comunes, no puede sacrificar independencia organizativa e ideológica, ni puede perder la vista de sus objetivos finales como clase, es decir la construcción del socialismo y finalmente el comunismo:

«En las condiciones actuales del desarrollo del movimiento revolucionario y de liberación, en tanto que un proceso complejo y con una base social amplia, en el cual participan muchas fuerzas de clase y políticas, el partido revolucionario del proletariado se enfrenta a menudo al problema de la colaboración y de los frentes comunes con otros partidos y organizaciones políticas en esta o aquella fase de la revolución, para estos o aquellos asuntos, de interés común. En relación con este problema, la justa posición de principios y al mismo tiempo ágil, lejos de todo oportunismo y sectarismo, es de trascendental importancia para ganar, preparar y movilizar a las masas en la revolución y en la lucha de liberación. El partido marxista-leninista no es ni puede ser en principio adversario de la colaboración o de los frentes comunes con otros partidos y fuerzas políticas, cuando lo exigen los intereses de la causa de la revolución y lo imponen las situaciones. Pero jamás ve esto como una coalición de cabecillas y como un fin en sí, sino como un medio para unir a las masas y lanzarlas a la lucha. Es importante que en tales frentes comunes el partido proletario no pierda de vista en ningún momento los intereses de clase del proletariado, la meta final de su lucha, que no se diluya en el frente, sino que conserve en él su individualidad ideológica y su independencia política, organizativa y militar, y luche para asegurar en el frente su papel dirigente y aplicar en él una política revolucionaria». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

Ni su prioridad deben de ser los acuerdos con los dirigentes de estas organizaciones, sino con su base, con su base de militantes de origen de clase trabajador:

«Para que el frente sea verdaderamente una amplia organización política, combativa y revolucionaria, debe ser ante todo una unión de las amplias masas populares, realizada en la lucha y por medio de la lucha, y no una simple unión de partidos, y mucho menos de sus cabecillas, fundada en diversas combinaciones políticas». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

En las circunstancias en que apareció el FSLN, y al no partir como vimos de una organización de vanguardia proletaria, el momento histórico condicionaría inevitablemente que la actividad de esos revolucionarios, como pretendida vanguardia proletaria, fuera paulatinamente sustituida por la idea del frente político-militar determinado por la condicionalidad histórica inmediata encarnada en la unidad antisomocista. Es preciso aclarar que no todo el que se identificó con el antisomocismo del FSLN era marxista-leninista, peor aún, no todos eran siquiera antiimperialista, algo lógico si miramos el desdén por la composición social del FSLN y por su unidad ideológica.

2) Si en la teoría no se exigía unidad monolítica de pensamiento bajo el marxismo-leninismo, en la práctica, al posponer la lucha ideológica y de clase se crearon las condiciones para que aparecieran múltiples discursos, múltiples líneas ideológicas y facciones en el interior del FSLN que justificaron su acción antisomocista y antiimperialista desde elementos teórico-prácticos provenientes del idealismo filosófico: especialmente desde el cristianismo a través de la «teología de la liberación», desdibujando por defecto la línea ideológica del FSLN como ya se ha mencionado. Lenin nos lega:

«Sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario. Nunca se insistirá lo bastante sobre esta idea en un tiempo en que a la prédica en boga del oportunismo va unido un apasionamiento por las formas más estrechas de la actividad práctica. (…) Sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; ¿Qué hacer?, 1902)

Y en aras de la unidad –como Carlos Fonseca defendía– se decía que había que acabar con la polémica dentro del FSLN, y se permitieron las manifestaciones de renuncia y traición a la revolución socialista que se evidenciarían más abiertamente tras el triunfo de 1979.

Vale expresar que el partido comunista, incluso cuando afronta la revolución de tipo antifeudal, antifascista, anticolonial, en alianza con otras organizaciones de otras capas y clases de la población, este no puede diluirse dentro del frente perdiendo su identidad como ya hemos expresado, pero tampoco puede parar la lucha ideológica contra estas fuerzas con las que tácticamente se ha aliado momentáneamente como podrían ser los partidos socialistas, socialdemócratas, agrarios, etc., que temporalmente luchan al lado del partido comunista en esta etapa:

«Las acciones conjuntas con los partidos y las organizaciones socialdemócratas no sólo no excluyen, sino que, por el contrario, hacen aún más necesaria la crítica seria y razonada del reformismo, del socialdemocratismo, como ideología y como práctica de la colaboración de clase, con la burguesía y la explicación paciente a los obreros socialdemócratas acerca de los principios del programa del comunismo». (Komintern; Resolución final emitida por el VIIº Congreso de la Komintern respecto al informe de Georgi Dimitrov, 20 de agosto de agosto de 1935)

En cuanto a las tácticas de frente –del tipo que sea– debemos seguir las enseñanzas de la Komintern: el desenmascarar la línea, los discursos y las acciones de los cabecillas de los partidos burgueses y pequeño burgueses que obstaculizaban el frente, pero mientras hacía tal cosa no dudaba en tender siempre una mano a la militancia de base que quisiera coordinar acciones conjuntas contra el capital, el fascismo, contra los derechos de los trabajadores, contra las guerras imperialistas a diferencia de sus cabecillas. En estos militantes de base de los partidos se encontraban personas que dudaban de la política de sus líderes, que estaban decepcionados y plenamente convencidos de lo traicionero de la política de sus jefes y pensaban abandonar en breve la organización, o eran personas que realmente simpatizaban con el verdadero partido marxismo-leninista y su política revolucionaria y querían saber más de la organización para saber de primera mano lo que les diferenciaba de los partidos pseudorevolucionarios. En estos casos se procedía a la persuasión teórica de su militancia con gran paciencia, mientras se disponía a organizar acciones conjuntas en temas comunes para que dicha persuasión fuera en la práctica comprobada por estos militantes. Pero incluso los acuerdos temporales con estos elementos que se estaban revolucionarizando para tales acciones puntuales que les iba curtiendo y persuadiendo, no debía ser nunca a costa de renunciar a los principios marxista-leninistas, por lo que no se limitaba bajo ningún concepto la crítica a la línea reformista, revisionista o anarquista de sus organizaciones:

«Actualmente, en la arena política mundial además de los partidos burgueses y socialdemócratas, ya desacreditados, actúan también los partidos revisionistas que han traicionado los intereses de la clase obrera y su causa revolucionaria. Las fuerzas y los partidos marxista-leninistas deben llevar a cabo una lucha inexorable contra estos partidos para desenmascarar su traición y sus objetivos contrarrevolucionarios, para destruirlos en tanto que partidos políticos ganándose a su base y sin establecer con ellos ningún compromiso a costa de los principios». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Sino pensáramos bajo este axioma marxista-leninista de las tácticas de frente, estaríamos haciendo un flaco favor a las clases trabajadoras y a la revolución, y en cambio el favor se lo estaríamos haciendo a los dirigentes de las clases explotadoras y sus organizaciones que obstaculizan a la revolución en la etapa que sea y en el tipo de frente que sea y con las organizaciones que sean para esa lucha específica:

«Sería ingenuo pensar que la realización de la unidad de acción del proletariado se puede conseguir tratando de ganar a los líderes reaccionarios por el camino de la persuasión, las exhortaciones o los exorcismos. La unidad del proletariado internacional no se puede lograr sin una lucha tenaz de todos sus partidarios contra los enemigos declarados o encubiertos de dicha unidad. A veces se escuchan en las filas de los socialdemócratas voces según las cuales los comunistas, con su crítica abierta y franca respecto de la conducta de los dirigentes de la II Internacional y de la Internacional de Ámsterdam, dificultan la creación de un frente único. ¿Pero acaso puede lograr la creación de un frente único si no se critica de la manera más decidida a quienes no escatiman sus esfuerzos por obstaculizarlo? ¿Qué clase de dirigentes del movimiento obrero seríamos, si no dijésemos abiertamente toda la verdad sobre una cuestión tan importante para toda la clase obrera? Quién pasa por alto u oculta los actos nocivos de los dirigentes reaccionarios en las filas del movimiento obrero, no ayudan a la causa de la unidad de la clase obrera. Quién renuncia –so pretexto de que ello redundaría en favor del frente único proletaria– a la lucha contra sus enemigos y a la crítica contra el reformismo que subordina el movimiento obrero a los intereses de la burguesía, presta un mal servicio a la clase obrera». (Georgi Dimitrov; La unidad del proletariado internacional, imperativo supremo del momento actual, 1 de mayo de 1937)

¿Por qué decimos todo esto? Históricamente ha sido muy frecuente ver como los partidos y organizaciones que se alejaban de estas exigencias ideológicas al conformar un frente, acabaron zozobrando en el oportunismo y finalmente acaban exponiendo la misma ideología que el resto de partidos inscritos en el frente, observándose que su estrategia y táctica viraba en la misma dirección que esos partidos no comunistas, no cumpliendo por tanto luego los propósito fijados por la clase obrera y su partido:

«Tampoco es raro ver las experiencias de la incorrecta puesta en práctica de un frente único proletariado –se presupone que con partidos con alta afiliación de obreros–, donde en vez de persuadir a la base socialdemócrata de lo erróneo de su dirigencia y la política de colaboración de clases con la burguesía, se finaliza en que el propio partido comunista postula pensamientos y acciones típicas del socialdemocratismo, incluyendo el colaboracionismo de clase con la burguesía. Es común observar estos mismos fallos en la distorsión de la práctica del frente –tanto a la hora de lidiar con las masas y organizaciones no obreras como con las masas y organizaciones obreras del frente único del proletariado–». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

Al coexistir un verdadero partido comunista en un frente con otras organizaciones y por tanto también con capas sociales, es normal que existan roces y que existan intentos o acciones de vacilación, traición aventurismo y que se refleje en la línea teórica y de actuación de sus organizaciones; precisamente el deber del partido comunista es señalar ante las masas los errores de estos partidos con los que converge en el frente los cuales no están en capacidad de llevar hasta el fin la tarea asignada del momento, así como corregir y encauzar en la medida de lo posible a estos partidos para que puedan cumplir los objetivos fijados por el frente. De igual modo deben denunciar los intentos de algunos de sus miembros de quebrar el frente tenga este el carácter que sea:

«Siguiendo la línea de la unidad con todos los que pueden ser unidos en un frente, los partidos marxistas-leninistas, en oposición a los puntos de vista de los revisionistas modernos, deben no sólo salvaguardar su independencia y su función dirigente, sino al mismo tiempo combatir las vacilaciones de sus distintos aliados, sus tendencias reaccionarias y sus tentativas de dividir los frentes y de dedicarse a chalaneos con las fuerzas de la reacción. La línea de la unidad y de la lucha contribuye al fortalecimiento de los frentes, a su depuración de los elementos reaccionarios y contrarrevolucionarios, a la consolidación de la cohesión y del espíritu revolucionario, a la obtención de una unidad más elevada y asentada sobre una base más sólida. Aplicar únicamente la línea de la unidad y renunciar a la lucha conduce a una unidad falsa formal y permite a los elementos y fuerzas reaccionarias socavarla y liquidarla fácilmente, asestando así un rudo golpe a la propia causa de la revolución». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

En el caso particular de Nicaragua se dio el hecho de que estas contradicciones se agudizarían al no existir un partido comunista. La clase obrera y el resto de masas trabajadoras revolucionarias no tenían herramienta ideológica con la que influir en las masas en general, tampoco una organización política y militar con que confrontar las aspiraciones de la burguesía y pequeña burguesía –que a su manera tenían sus diferentes grupos representados en el FSLN– de hegemonizar el proceso sobre todo tras el triunfo. Por tanto no podían poner freno a sus vacilaciones, y a las vacilaciones de la burguesía que se harían constantes en la política oficial del FSLN y el resto de organizaciones antisomocistas tras el triunfo de 1979:

«La cuestión es que cuando los partidos burgueses y los denominados socialistas vean que los intereses de las clases que representan resultan dañados o amenazados, recurrirán a diversas maniobras políticas, organizativas y militares para debilitar la lucha de liberación, la revolución, para romper las alianzas, destruir el frente común y, de manera particular, para acabar con el papel dirigente del partido comunista en este frente. Esto se debe a la naturaleza la posición y las tendencias de clase de la burguesía. Por eso, el partido comunista, sin dejar de seguir la línea de colaborar con las diferentes capas de la burguesía o con sus partidos, debe al mismo tiempo aplicar la línea de luchar contra sus vacilaciones y maniobras contra sus compromisos con las fuerzas invasoras y reaccionarias. Seguir únicamente la línea de la unidad y desatender la línea de combatir las acciones escisioncitas y reaccionarias en el seno del frente, significa adoptar una actitud oportunista, cuyas consecuencias pueden ser muy peligrosas para la lucha de liberación, para la revolución». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Lo expresado a este momento no significa que en la práctica no funcionara del todo esa pretendida vanguardia marxista-leninista dirigente –al menos en las etapas iniciales– del FSLN, pero su trabajo no podía ser efectivo en la forma de comandar en que se organizaron –bajo una organización político-militar con estructura de frente y no un partido que dirigiera al frente–, y además con el devenir de los acontecimientos ocurrió algo similar a lo sufrido por el Partido Comunista de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial que es el punto que marca el inicio del ascenso de figuras anticomunistas solapadas como Nikita Jruschov: la dirigencia marxista-leninista del FSLN fue cayendo en el fragor de la lucha y al mismo tiempo fue reemplazada paulatinamente por elementos de extracción e ideología burguesa y pequeño burguesa, o bien con un origen trabajador pero de una preparación ideológica defectuosa. Es decir, a las deficiencias de los marxista-leninistas, que en su gran mayoría acabarían falleciendo en combate o marchándose del FSLN, se le sumaba el hecho de que elementos oportunistas anidaban de forma realmente fácil en el partido, precisamente debido a la forma en que fue configurado el FSLN. Este hecho nos indica que resulta cuestionable considerar a estos honestos revolucionarios como auténtico marxista-leninistas.

Incluso, podemos afirmar que en el FSLN no había cuadros marxistas-leninistas preparados ideológicamente y políticamente que asumieran la responsabilidad histórica de la conducción del FSLN, o que pudieran presentar alguna resistencia a las desviaciones que se sucedieron poco después de su fundación y que se agravaron por la condicionalidad histórica, mucho menos tras el triunfo de 1979.

Todas estas desviaciones del punto uno y dos las hemos denunciado siempre, y desde luego deben ser desechadas de una vez por todas:

«Sobra comentar que tan inútil es el frente en el que el partido comunista no gane influencia y lo comande, como la teoría de construir un frente sin la existencia de un partido comunista. También es obvio que la crítica al reformismo, al anarquismo, y otras tendencias no puede cesar durante la estancia de los comunistas en estos frentes». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

3) La composición social de un partido comunista debe ser tratada de la siguiente forma:

«El partido tiene que ser, ante todo, el destacamento de vanguardia de la clase obrera. El partido tiene que incorporar a sus filas a todos los mejores elementos de la clase obrera». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Fundamentos del leninismo, 1924)

Esto no significa que no existan problemas con el partido y la admisión de los propios obreros:

«Algunos comités y organizaciones del partido no abordan con la seriedad requerida el problema de la preparación de los miembros de la clase obrera para su admisión en el partido, sino que, por el contrario, muchas veces ceden a las presiones de los oficinistas y se dejan engañar por las apariencias y por su facilidad para las frases hechas en cuya rápida y correcta formulación son verdaderos profesionales. Las organizaciones del partido deben comprender bien que ha llegado el momento de aumentar de manera más notable el porcentaje de obreros en los efectivos del partido y preocuparse más de prepararles para una actividad concreta. Ciertamente esto no significa que no debamos abrir sin ningún requisito las puertas del partido a todos los obreros que deseen ingresar en él. Las admisiones en el partido se realizan siempre de manera individual y después de un cuidadoso análisis de la capacidad de cada persona. (…) Para ingresar en el partido, deben ser seleccionados fundamentalmente aquellos elementos de la clase obrera que con continuos esfuerzos y a través de un período de trabajo más o menos amplio en la industria, en la minería, unido esto a una labor educativa organizada, hayan tomado firme conciencia de ser la clase de vanguardia». (Enver Hoxha; Informe presentado ante el IIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1956)

Aunque sea elemental que el partido tenga un núcleo obrero, ¿significa eso excluir al resto de clases trabajadoras? No, sería un gravísimo error que crearía la sensación, sobre todo entre el campesinado, de que no se le toma en cuenta en la nueva sociedad, y quebraría la alianza obrero-campesina, tan necesaria en países con poca clase obrera como Nicaragua:

«No cabe la menor duda de que, al exigir que se atienda principalmente al problema de la admisión de obreros, el partido no debe echar al olvido el ingreso de los trabajadores de las restantes capas, particularmente de los miembros de las cooperativas agrícolas y de los procedentes de las capas pobres, aquellos que sean elementos resueltos y probados, con un pasado limpio y dispuestos a combatir abnegadamente por la causa del partido. Pero es necesario tener en cuenta que la inmensa mayoría de ingresos en el partido, la deben constituir los obreros y, con el fin de cortar el camino a la penetración de burócratas, las organizaciones del partido deben aumentar aún más las exigencias en relación a los empleados, los campesinos medios y demás que desean ser admitidos al partido». (Enver Hoxha; Informe presentado ante el IIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1956)

En el caso del carácter del frente popular y las tareas que afrontaba Nicaragua en los 60 y 70, es decir de tipo: antifeudal, antiimperialista, antifascista, y antineocolonialista, no significaba que fuera menos importante mantener entre los miembros del partido comunista, y el resto de organizaciones del frente, una composición social sana que garantizara su unidad y su esencia de clase revolucionaria, que garantizara sobre todo el rol de la clase obrera en alianza con el campesinado para así garantizar el triunfo de su propósito:

«La experiencia ha demostrado que el núcleo del frente unido, la base de las bases, es la alianza de la clase obrera con el campesinado trabajador. Sin esta alianza no puede haber frente popular, ni frente de liberación nacional. Estas son las dos principales fuerzas motrices de toda verdadera revolución en nuestro tiempo, ambas constituyen la abrumadora mayoría de la población en cada país. Así pues, para que el frente sea verdaderamente una amplia organización política, combativa y revolucionaria, debe ser ante todo una unión de las amplias masas populares, realizada en la lucha y por medio de la lucha, y no una simple unión de partidos, y mucho menos de sus cabecillas, fundada en diversas combinaciones políticas». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Dicho esto, y basándonos en los hechos históricos, el FSLN nunca ha sido una vanguardia proletaria, siempre se ha comportado como una vanguardia pequeño burguesa que ha favorecido a la burguesía nacional, salvo unos pocos años tras su fundación. Una vanguardia –desde el punto de vista del marxismo-leninismo– tiene un indisoluble y consustancial carácter de clase, la falta de una teoría guiadora marxista-leninista determinaría que no solo se negara la dirigencia proletaria del proceso en la práctica, sino que el frente convertido en partido político se transformaría en una fuerza socialdemócrata al uso de la democracia burguesa, en un «partido burgués de clase obrera» como decía Lenin; y este era el único desenlace posible ya que como vimos la forma de organizarse del FSLN recordaba a la de cualquier otro partido reformista o revisionista, por no hablar ya de la poca preocupación de sus dirigentes por la composición social del mismo, donde todo lo que se considerara bajo la etiqueta de sandinista, antisomocista o de marxista, era aceptado sin mayor objeción:

«Cuando en un proceso que se pretende al socialismo el «proletariado» es desplazado de la vanguardia y sustituido por otro grupo social como la «intelectualidad», o con mayor frecuencia por el «campesinado» [en el caso del FSLN la dirigencia fue ocupada por elementos burgueses y pequeño burgueses – Anotaciones de Bitácora (M-L)], sencillamente se estará negando el carácter de clase del socialismo y de hecho cayendo en el campo de la contrarrevolución que ha llevado a todos los revisionismo a teorizar sobre la «unidad» entre las clases sociales. Esto resulta en una negación absoluta de las leyes generales de la construcción del socialismo». (Nikolái Bolchevk; El Campesinado y la Revolución Socialista, 2013) (Equipo de Bitácora (M-L)¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

Inmensa labor la de Podemos en Euskal Herria

El secretario general de Podemos Euskadi, Roberto Uriarte, ha reconocido que Sortu es el «escollo fundamental» para que haya un mayor entendimiento entre su formación y EH Bildu y ha considerado que la izquierda abertzale tiene que ser «más audaz, más valiente y arriesgar más».

BILBAO. En declaraciones a Radio Euskadi, recogidas por Europa Press, Uriarte ha incidido asimismo en que tanto Sortu como el PP deben hacer un «esfuerzo especial» de entendimiento, cuestión que ha reconocido es difícil por estar ambos en «posturas alejadas».

Tras reconocer que para que haya un mayor entendimiento con Podemos, el escollo fundamental dentro de EH Bildu es Sortu, Uriarte ha remarcado que dentro de la izquierda abertzale aún deben darse «pasos».

«En el homenaje a Joxe Mari Korta hubiera sido un gran favor que EH Bildu hubiera suscrito el comunicado y se acercara a la familia. Hay acciones en las que hay que ser más audaz, más valiente y arriesgar más»

En el homenaje a Joxe Mari Korta hubiera sido un gran favor que EH Bildu hubiera suscrito el comunicado y se acercara a la familia. Hay acciones en las que hay que ser más audaz, más valiente y arriesgar más», ha defendido.

Asimismo, ha lamentado que se den «rutinas» en zonas de Gipuzkoa donde la izquierda abertzale ha gobernado muchos años que se traduzcan en «comportamientos despectivos con personas que no se identifican ideológicamente con su opción», algo que debe cambiar.

«Se debe tender puentes con otras opciones políticas. Van por buen camino, pero muy despacio, tienen que avanzar más. Más que Bildu, Sortu tiene que quitarse algunos fantasmas, miedos y complejos y dar pasos más audaces en el camino de superar las grandes divisiones dadas en esta sociedad», ha finalizado.

deia.com

¿Quiénes diríamos que son los «buenos» y quiénes los «malos»?

Como ven ni siquiera cita la palabra terrorista para nombrar al EI, mientras que califica a la democracia de Damasco de «el régimen». Además miente sobre el número de bajas sirias y ni siquiera cita las del EI como si los terroristas hubieran hecho una especie de excursión campestre con bocadillos y té.

Y ahora vamos con la otra versión

Las fuerzas del Ejército sirio han frustrado los avances de los terroristas en dirección a la base aérea de Kowaires, en la provincia noroccidental de Alepo, y han eliminado a 60 de ellos.

En la jornada del domingo, miembros del EI atacaron las posiciones de los soldados sirios en las regiones cercanas a la base aérea de Kowaires, y se enfrentaron con su resistencia y el aumento inmediato de las fuerzas en la región.

Ante estos avances, las bajas en sus filas y la pérdida de equipamiento, los terroristas se vieron obligados a retirarse de las zonas aledañas a la base.

Durante esos enfrentamientos, también, tres soldados sirios han perdido la vida y otros han resultado heridos.

El PSOE dice (otra vez y van…) que apuesta por lo público

Luego, con Zapatero, repitieron la historia para que después Rajoy consumara el saqueo. Ahora, mirando a las elecciones, el PSOE dice «apostar» de nuevo por lo público. Ten memoria y además mira esto: Zapatero matricula a sus hijas en la Universidad privada más cara de Madrid: 60.000 euros al año.

Doce mil euros año; 60.000 la carrera. Eso es lo que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, pagarán para que su hija pequeña, Alba, estudie un doble grado de Comunicación Audiovisual y Artes Escénicas en una de las universidades más elitistas del país: la Europea.

Atrás quedan los colegios públicos por los que, tanto ella como su hermana mayor, Laura, pasaron cuando su padre era el jefe del Gobierno. Ahora ya no hay que dar ejemplo al populacho.

Y es que, según publica Vanitatis, a los 60.000 de Alba hay que sumar los 14.400 que el matrimonio gastó en el grado medio de Imagen y Sonido que cursó tras su sonado periplo de fracasos académicos. Desde la Universidad privada, y recomendada, empezó a trabajar en la televisión oficial del Real Madrid. Bendita igualdad de oportunidades socialista.

mediterraneodigital.com

PSOE y PP la misma mierda es

JM Álvarez

Hacia la utopía

El relato oficial dice que entre la muerte de Franco en 1975 y el fallido golpe de Estado de Tejero (23 de febrero de 1981), España sería una Arcadia idílica (de apellido Transición), en la que los líderes de la oposición al régimen de Franco y los reformistas del interior pactaron una agenda para preparar al Estado español para su anhelada entrada en Europa así como garantizar la democracia y el progreso generalizado, todo ello bajo la supervisión del rey Juan Carlos I como valedor de la balbuciente democracia. Sin embargo, al cabo de 4 décadas,la crisis económica, la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica y el creciente descrédito de la institución Monárquica han hecho revisar tales esquemas, incluida la tesis de la supuesta reconciliación nacional propagada por la “mass media” de la época de la Transición , todavía pendiente de su finiquito legal.

La distopía del Estado español

El término distopía fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill en contraposición al término eutopía o utopía de Thomas More y sería “una utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal”. Las distopías se ubican en ambientes cerrados o claustrofóbicos enmarcados en sistemas seudo-democráticos donde la élite gobernante (establishment) se cree investida del derecho a invadir todos los ámbitos de la realidad en sus planos físico y virtual , no dudando en restringir los derechos básicos de la ciudadanía y estigmatizar a todos los sectores refractarios a la doctrina oficial del establishment con un anatema recurrente.

En el plano político, asistimos en España a un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los líderes políticos confinados en el Congreso fueron “invitados” a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico y la unidad indisoluble de España al tiempo que estaríamos asistiendo a la progresiva implementación en el Estado español del Tardofranquismo, (anacronismo político que beberá de las fuentes del centralismo jacobino francés y del paternalismo de las dictaduras blandas), que vendrá refrendado por iniciativas como la aprobación de la nueva Ley de Educación (Lomce);el rechazo del Grupo Popular a la proposición no de ley de IU para “sancionar penalmente los actos de apología de la dictadura franquista así como la actividad delictiva de los grupos de ultraderecha”, la implementación de la censura en Internet tras el cierre decretado por la AN de la web “Ateak Ireki” y la modificación del Código Penal para constriñir hasta su nimiedad los derechos de huelga, reunión y manifestación (Ley Mordaza).

Además, no sería descartable en un futuro mediato a la próxima modificación de la actual Ley de Huelga a petición de la CEOE con el objetivo inequívoco de hacer realidad la frase de Fraga en su etapa de Ministro de la Gobernación del régimen franquista (“La calle es mía”), aunado con la adopción en las ciudades gobernadas por el PP como Madrid, de medidas anticívicas calcadas de la Ley franquista de Buen Gobierno (1948) y la posterior implantación en todo el Estado español de un clon de la Ley de Vagos y Maleantes (ley nacida en la II República y adoptada por aclamación por el régimen franquista).

Posteriormente, se procederá a la implementación de la “Doctrina Aznar” que tendría como ejes principales la culminación de la «derrota institucional de ETA para impedir que el terrorismo encuentre en sus socios políticos el oxígeno que le permita sobrevivir a su derrota operativa» y el mantenimiento de la «unidad indisoluble de España «, lo que se traducirá en el finiquito de la representación institucional lograda por EH Bildu en base al apoyo popular mediante la ilegalización del partido abertzale Sortu tras la remisión por Dignidad y Justicia a la Fiscalía del TSJPV de una denuncia penal contra el presidente de Sortu, Hasier Arraiz por unas declaraciones en las que emplazó a “dar jaque mate a la Guardia Civil” y la aplicación del Código Penal a los responsables de la declaración unilateral de independencia de Cataluña , medidas que conllevarán el final de la más larga experiencia seudodemocrática de la historia del Estado española (35 años).

Hacia la Utopía perdida

Hermann Hesse en su libro “El lobo estepario” (Der Steppenwolf,1.927), plasma el sentimiento de angustia, desesperanza y desconcierto que se apoderó de la sociedad europea en el período inter-guerras y es un lúcido análisis sobre la locura de una época en la que agoniza lo viejo sin que haya nacido lo nuevo. En dicha obra critica mordazmente la sociedad burguesa ( “la decadencia de la civilización”), dictadura invisible que anula los ideales del individuo primigenio y le transforma en un ser acrítico, miedoso y conformista que sedado por el consumismo compulsivo de bienes materiales pasa a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable. Dichas reflexiones siguen vigentes casi un siglo más tarde, pues la entrada en recesión de las economías europeas ha implementado el estigma de la incertidumbre y la incredulidad en una sociedad inmersa en la cultura del Estado de Bienestar del mundo occidental, derivando posteriormente en un shock traumático al constatarse el vertiginoso tránsito desde niveles de bienestar hasta la cruda realidad de la pérdida del trabajo y posterior desahucio, inmersión en umbrales de pobreza y dependencia en exclusiva de los subsidios sociales, por lo que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva.

El término Metanoia (del griego μετανοῖεν, metanoien), sería “un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada y corregirla para enfocarla de la manera adecuada a un nuevo contexto “,lo que traducido a la actual coyuntura socio-económica, se traduciría como “transformar la mente para adoptar una nueva forma de pensar, con ideas nuevas, nuevos conocimientos y una actitud enteramente nueva ante la irrupción del nuevo escenario socio-económico ”, lo que implicaría la doble connotación de movimiento físico (desandar el camino andado) y psicológico (cambio de mentalidad tras desechar los viejos estereotipos económicos vigentes en la última década) y que tendrá como efectos benéficos la liberación de la parte indómita del individuo primigenio (el lobo estepario) que ha permanecido agazapado en un recodo del corazón, sedado y oprimido por la tiranía de la manipulación consumista de la actual sociedad burguesa occidental.

Sin embargo, la crisis económica, la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica y el creciente descrédito de la institución Monárquica han hecho revisar los esquemas idílicos de la Transición y la vigencia de la Constitución del 78 en la que se sustenta el actual status quo , por lo que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva que tendrá como efectos benéficos la liberación de la parte indómita del individuo primigenio ( el lobo estepario) que ha permanecido agazapado en un recodo del corazón, sedado y oprimido por la tiranía del actual sistema dominante, neoliberal y constrictor de las libertades democráticas. Así, tras un un parto agónico en el que agonizará lo viejo sin que amanezca lo nuevo, asistiremos al nacimiento del “Individuo Multidimensional” como generador de un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores e instaurador del caos constructivo que terminará por diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica (consumismo compulsivo) , finiquitar las estructuras del obsoleto Régimen del 78 y proceder a la instauración de la III República en el horizonte del 2020, tras la estela de la utopía perdida. El término eutopía o utopía (lo que no está en ningún lugar) fue empleado por Thomas More en el siglo XVI y sería “la búsqueda incansable de la Humanidad desde el comienzo de los tiempos de un lugar o sociedad ideal” y a pesar de su carácter no real, permite reconocer los ideales de una sociedad o comunidad en un momento concreto de su singladura histórica así como los obstáculos que impiden cristalizar su sueño idílico, con lo que la utopía así concebida, sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (en el camino está la meta), siendo preciso transitar por la senda marcada por el pragmatismo político: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ- Analista

Lágrimas de San Lorenzo

Era el 9 de agosto de 1936, víspera de la fiesta de San Lorenzo, cuando los voladores se mezclan con el estallido remoto de las perseidas alumbrando el cielo nocturno, la gente desde mediodía salía caminando por el “Camino viejo” hacia el pueblo maldito, donde hasta hacía pocos meses había un gobierno municipal con mayoría absoluta del Frente Popular.

Su alcalde comunista, Juan Santana Vega, de tan solo 24 años, estaba huido junto a sus camaradas, escondidos en los montes de la isla de Gran Canaria, sobreviviendo en cuevas y grietas volcánicas, refugiados por paisanos solidarios, por gente humilde con las manos encallecidas, en alpendres junto a los animales y artilugios de labranza.

Quedaban pocos días para su detención, en menos de nueves meses iban a ser fusilados en el campo de tiro de La Isleta, pero esa noche era especial, la lagrimas del santo inundarían las escasas nubes de un verano terrible, donde muchos de sus vecinos y vecinas sufrían las torturas de los fascistas, registros interminables en las humildes casas de los perseguidos, los golpes, las violaciones de mujeres y menores por falangistas, guardias civiles, militares y miembros de la corrupta y criminal oligarquía canaria.

El viejo municipio estaba ya pagando ese agosto sangriento por tener tanta dignidad, el precio de haber votado masivamente a la izquierda en las elecciones locales, a los hombres y mujeres que defendían los derechos sociales y civiles, que se enfrentaban a los palos y pingas de buey de los temibles encargados de las haciendas, que obedeciendo órdenes de esas familias de la corrupta nobleza, se dedicaban a reprimir junto a la Guardia de Asalto cualquier asamblea, cualquier movilización que exigiera mejoras en las condiciones de vida de un pueblo semi esclavo.

Desde las cuevas del Acebuchal en La Milagrosa, parte de los evadidos escucharían esa noche los fuegos artificiales, no se atreverían a salir, ni siquiera a encender un cigarro por si alguien desde la distancia los distinguía, acurrucados unos contra otros como animales heridos esperarían el amanecer, la esperanza de que el golpe de estado no triunfara en el resto de España, que los esbirros del yugo y las flechas no los encontraran, que la noche fuera leve, como las noches de amor con un cuerpo perfumado de sudor y magnolias abrazado, como esa oscuridad callada donde solo los besos y las caricias remueven la nebulosa de los sueños.

Nada bueno iba a suceder, los hombres y mujeres lo sabían, el cielo aquella noche no traía nada bueno, un sortilegio de dolor, el aullido de los perros barruntando muerte, un intenso olor a sangre, a matanzas, a celebraciones en las casas de los señores que triunfantes abrazaban el nuevo régimen que se imponía en las islas, que tras una guerra acabaría masacrando a más de medio millón de personas en todo el territorio nacional, la piel suave de la esperanza se deslizaba hacia el abismo.

Las cuevas en barrancos y montes refugio de hombres, de alguna mujer rebelde, estremecedoras heroínas del pueblo, sin armas, sin posibilidad de combate en las mismas condiciones, mientras algunos maldecían la vergonzosa decisión del Gobernador que se negó meses antes del golpe a repartir armamentos entre la clase trabajadora isleña, la nula resistencia, solo un par de pistolas en la Casa Consistorial de Tamaraceite, la dinamita del Ayuntamiento escondida por el chiquillo Valencia en el barranco de la piconera de Casa Ayala, la nada, la tristeza, el dolor, el sabor de las eternas batallas perdidas.

Luego tras la noche de San Lorenzo vinieron los chantajes, las detenciones de familiares de los evadidos, los mensajes de que si no se entregaban asesinarían a los seres queridos, las capturas masivas en barrancos inundados de tricornios y ropajes azules, hombres rodeados que se entregaban, que eran golpeados salvajemente antes de llegar al cuartelillo del pueblo, mujeres republicanas violadas en remotos caminos de tierra, la imagen imborrable de aquellos héroes encadenados, caminando escoltados por fascistas armados hasta los dientes, golpeándolos, heridos, con las caras desfiguradas, mujeres rapadas, las dos maestras del pueblo, casi desnudas, avanzando sin rumbo con las manos atadas hacia la improvisada comisaría, al centro de tortura junto a la iglesia.

El nueve de agosto la gente todavía sigue yendo a San Lorenzo masivamente, al masacrado municipio donde un día brilló la esperanza y las ansias de emancipación. Casi nadie sabe lo que sucedió a partir del 36 en ese rincón de la antigua Tamarán. Los gobernantes herederos de los asesinos han tenido cuarenta años para tapar todo.

En 2015 las niñas bisnietas de Juan Ernesto Gopar Ramírez, esperan en la azotea por los fuegos, las tracas, las violentas explosiones, los colores en el cielo, sus familiares hacen un asaderito con papas arrugadas en la casita de El Román. El viejo comunista murió el año pasado después de doce años de Alzheimer, está enterrado en el cementerio junto a la cantera, una pequeña foto de una bandera republicana y una estrella roja fue colocada por un ser anónimo en el nicho. Evita y Lucía miran al infinito, son casi las doce, hace un poco de frío, extrañamente es una noche de lluvia en el apogeo del verano.

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Alerta, obrero: Alierta es tu enemigo

Cuatro duros para ellos ¿y quién se lleva la ganancia? ¡Pero no una ganancia cualquiera!. Alerta, obrero: Alierta es tu enemigo de clase y su «democracia» también porque nada se puede hacer dentro de ella cuando no se tienen fuerzas suficientes, solo darle una legitimidad a la que no tiene derecho.

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