Estas fuentes señalan quie el liderazgo ruso transmitió a los líderes árabes que visitaron Moscú que todas las partes implicadas en la guerra tenían hasta noviembre para llegar a un acuerdo. Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha señalado que el presidente sirio, Bashar al Assad, está dispuesto a compartir el poder con medios opositores.
Los responsables rusos han confirmado que la condición de partida del presidente sirio, Bashar al Assad, ha quedado ya superada y es cosa del pasado. Rusia señala que Assad es el presidente electo y su legitimidad está fuera de cuestión.
Rusia ha enviado el mensaje que, en caso de intransigencia de los estados árabes que apoyan el terrorismo en Siria, no permanecerá indiferente e incrementará, en tal caso, el nivel de su participación en el conflicto al lado del Ejército sirio porque Moscú considera la guerra contra su aliado sirio como una guerra contra la seguridad nacional rusa y cree que el Ejército sirio no está defendiendo sólo la seguridad nacional siria sino también la de Rusia y muchos otros países.
Si estos países árabes siguen apoyando el terrorismo, entonces «el Ejército y la Fuerza Aérea rusa y todas sus capacidades militares irán a Siria y lanzarán una campaña antiterrorista real muy distinta a la forma teatral que tiene EEUU de luchar contra el EI». El mensaje de Rusia supuso también una reiteración de que todos los intentos de Arabia Saudí y algunas capitales árabes de intentar cambiar la posición de Rusia hacia su aliado sirio han fracasado y que, por el contrario, la determinación rusa de apoyar a su aliado sirio crece cada día.
Al Manar