La pequeña burguesía con inquietudes vinculadas únicamente a la cuota de pantalla, odian al obrero, desprecian al campesino, les provocan asco; por tanto nada tiene de extraño que el Gran («Gran»¡qué humildad!) Wyoming (Guayomin para los amigos ¡cómo le gustan los apelativos yanquis!) y sus secuaces «progresistas» traten de mofarse de la dignidad y la lucha de los trabajadores.
Si los obreros o campesinos no hablan tan «bien» como ellos, si no escriben tan bien como ellos, si tienen faltas de ortografía es porque desde muy pequeños la necesidad les obligó a abandonar la escuela para poder comer trabajando allá donde podían.
Mientras eso sucedía estos progresistas de cartón piedra, sobre todo los «Made in Madriz», realizaban estudios gracias a papá o se divertían perdiendo el tiempo participando en grupos musicales de la Movida de las drogas o haciendo papelitos en horripilantes películas del horripilante cine español gestado a partir de la década de los 80 que nunca tuvo cojones de hacer una película objetiva sobre la Guerra Civil española.
Ellos están en un bando y el proletariado en otro. Ellos son nuestros enemigos, es más, son nuestros peores enemigos porque tratan de simular lo contrario; sin embargo allá acuden a compartir con ellos, u otros personajillos más o menos mediáticos, Teresa, Pablo, Errejón y hasta Juan Carlos Monedero. Qué cosas nos quedan por ver…
He aquí el vídeo de la infamia