Querían viajar a España para identificar los cuerpos de sus hijos, ver la playa del Tarajal donde les cuentan que murieron entre pelotas de goma y botes de humo, visitar las tumbas donde dicen que están.
Pero el Gobierno considera que “el objeto de su viaje no ha sido justificado” y ha denegado los visados de las familias de las víctimas de las muertes de Ceuta que, entre otros motivos, pretendían presionar para someterse a las pruebas de ADN necesarias para identificar los cadáveres hallados en aguas españolas que continúan enterrados sin nombre.
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