La indignación de los franceses contra la brutalidad policial no se apacigua. Otra marcha en París, la capital gala, se tornó violenta.
París se convirtió de nuevo en un campo de batalla. Una demostración destinada a pedir justicia para el joven afrodescendiente Theo, víctima de la violencia policial, se transformó en disturbios que causaron daños visibles en las calles.
Todo comenzó a principios de febrero cuando arrestaron a Theo durante un control de identidad en la periferia de París. Fue agredido y violado con una porra por agentes de la Policía. Los acusados fueron suspendidos de sus funciones; pero continúan las protestas.
Los manifestantes exigían a la Policía concentrarse en preservar la seguridad del país en lugar de emprender acciones racistas contra los afrodescendientes.
El caso Theo generó una ola de repudio contra la actuación de la Policía en las comunidades de inmigrantes, como las que se asientan en los barrios de la periferia de París.
