Enseñanzas del 14 de Abril

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¿Qué nos enseña el 14 de abril?

Quizás, para analizar esta importante cuestión, podríamos utilizar la definición que hace Fidel Castro del término REVOLUCIÓN.

Fidel comienza diciendo que REVOLUCIÓN es sentido del momento histórico.

Esa frase comprende un amplio universo político que ha de servir de guía de cualquier acción revolucionaria emancipadora. El 14 de abril de 1931 fue resultado de una cabal comprensión del momento histórico, de cuál era el grado de agotamiento de los mecanismos de legitimación de las clases dominantes, y cuáles eran las aspiraciones de la clase obrera y de los sectores populares. Sobre la base de esta rigurosa comprensión fue posible armar una concreta política de alianzas y un programa político que aunó los esfuerzos de un amplio bloque social y político que desbordó las ya caducas formas del sistema de dominación.

Así se proclamó la II República.

Por esa misma razón, por el sentido del momento histórico, no es posible ignorar las diferentes condiciones del momento presente, y por ello no es posible mantener la reivindicación de la REPÚBLICA como si no hubiera pasado casi un siglo desde entonces, y como si no hubieran cambiado nada las formas de dominación del capitalismo español.

Esas formas de dominación actuales hacen referencia al grado de agotamiento de la formación capitalista española, al grado de experiencia de lucha de la clase obrera y de los sectores populares, así como al grado de desarrollo del imperialismo internacional.

Consecuencia de ese análisis del momento histórico el PCPE formula una propuesta política ajustada al momento presente: La República Socialista de carácter Confederal.

Porque el agotamiento de la formación capitalista española nos enfrenta a un tránsito histórico en el modo de producción, al socialismo; y porque la España cárcel de pueblos tiene que convertirse en la España de la clase obrera sobre la base de la solución, en un nuevo proyecto histórico, al derecho de autodeterminación de pueblos y naciones.

Y sigue diciendo Fidel, que REVOLUCIÓN es cambiar todo lo que debe ser cambiado.

Esta comprensión de todo lo que debe ser cambiado es algo intrínseco a la construcción de la nueva sociedad, donde no debe quedar nada de la vieja sociedad capitalista, de sus miserias y de su coactiva violencia sistémica. La lucha entre lo viejo y lo nuevo es una lucha dura y compleja, donde los temores al cambio generan inseguridad cuando aún no se tiene la capacidad de comprender la importancia de los valores superiores que caracterizan a la nueva sociedad que queremos construir.

REVOLUCIÓN es cambio, y quienes tienen miedo al cambio y se agarran desesperadamente a las anquilosadas certezas de la formación capitalista no consiguen insertarse en la categoría superior de los revolucionarios/as. Decía el Ché Guevara: “Recuerden que el eslabón más alto que puede alcanzar la especie humana es ser revolucionario”.

Ser revolucionario/a es una categoría superior del ser humano.

Por ello Fidel, en su definición de REVOLUCIÓN, también añade: …. Es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y de las ideas.

Toda esa generosa comprensión de la condición del ser revolucionario se condensa en su forma superior organizativa: el Partido Comunista. Que es la organización de vanguardia que está compuesta por hombres y mujeres que han alcanzado ese eslabón superior de la especie humana.

La superior altura ética y moral de quiénes conforman el Partido Comunista le da a esta organización, que es la avanzadilla en el camino hacia la nueva sociedad, una autoridad única sobre toda la sociedad. Esa autoridad única y superior se mantiene legítimamente siempre que no se altere su más alto contenido ético como organización, y que no se altere tampoco el compromiso ético de los miembros que lo componen.

Luchamos en una sociedad podrida, por la misma esencia de los principios insolidarios y violentos sobre los que se asienta. Los revolucionarios/as no pueden participar de la podredumbre de la sociedad contra la que luchan. El destacamento de la vanguardia revolucionaria gana un alto reconocimiento social por el insobornable compromiso ético de quienes lo componen. Sin ese reconocimiento social no se puede ejercer el papel de vanguardia. Los liderazgos se construyen sobre la base del reconocimiento por parte de la gran mayoría social.

Luchamos por la REPÚBLICA nueva que ha de venir, y lo hacemos junto a los miles de mujeres y de hombres que ayer lo dieron todo en un determinado momento histórico, incluso su vida. Ellas y ellos siguen hoy luchando porque no les olvidamos, porque reivindicamos su memoria, y porque son un apoyo para quiénes hoy, con nuestro sentido del momento histórico, proclamamos nuestro compromiso en la lucha contra todas las violencias del capitalismo y por la destrucción del capitalismo.

Y con ese sentido ético superior, terminamos con Fidel diciendo: …. Es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.

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