Un soldado estadounidense murió el sábado por el estallido de un artefacto explosivo fuera de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Departamento de Defensa de Estados Unidos (Pentágono), el miembro del servicio perdió la vida al sucumbir a las heridas sufridas en una “explosión”. El Pentágono se negó a dar a conocer la identidad del militar norteamericano muerto o los detalles de su muerte.
Se trata del segundo soldado estadounidense que ha muerto en Irak desde el inicio de las masivas operaciones de las Fuerzas Armadas iraquíes para liberar la referida capital de la provincia septentrional de Nínive, que hasta finales del año pasado era el principal feudo y núcleo urbano de EIIL en el país árabe.
En el marco de esta gran operación, las Fuerzas Armadas iraquíes ya liberaron en enero el sector oriental de la ciudad y actualmente concentran sus ofensivas en los últimos reductos que siguen en manos de los terroristas en el oeste y el centro de la urbe. Se estima que los extremistas libren una última y sangrienta batalla en el distrito de la Ciudad Vieja de Mosul, donde siguen atrapados unos 400.000 civiles.
Este domingo, las tropas iraquíes han anunciado la apertura de cuatro nuevos frentes en el oeste de Mosul. Según declaraciones de fuentes del Ejército iraquí al diario árabe Asharq al-Awsat, cada uno de estos frentes está delante de los cuatro últimos barrios en las manos de los terroristas.
Estos nuevos frentes han sido abiertos tras la recuperación del distrito Badush, al noroeste de Mosul, donde los extremistan ya solo controlan los barrios de Harmat, Mesherfa, Hawi al-Kanisa y 17 del julio.
Los generales iraquíes alegan que sus fuerzas ya han arrebatado a Daesh el 90 por ciento del oeste de Mosul. Sin embargo, faltan por liberar importantes posiciones de EIIL, aunque el avance se está ralentizando por las operaciones de evacuación de la población civil.
