EE.UU. inició el traslado de sus tropas a una base militar más alejada de la zona desmilitarizada en Corea del Sur para poder protegerse de una posible guerra.

El 25 de abril, el Octavo Ejército de las Fuerzas Armadas Estadounidenses en Corea del Sur dio comienzo al proceso de reubicación de sus tropas de las ciudades septentrionales de Seúl (la capital), Uijeongbu y Dongducheon, a una base militar más alejada de la frontera compartida con Corea del Norte, conocida como zona desmilitarizada.

Aunque el traslado de las fuerzas norteamericanas —a la instalación Camp Humphreys, ubicada en Pyeongtaek, a 70 kilómetros al sur de Seúl—, había sido planificado desde 2003, el inicio del proceso justo este año es considerado por algunos analistas como un movimiento estratégico.

De acuerdo con los informes, los 35.000 soldados estadounidenses desplegados en el territorio surcoreano actualmente se están congregando en Pyeongtaek. La ciudad también será el centro de operaciones en Corea del Sur, si se produce un conflicto.

Seúl está al alcance de la artillería de largo alcance de Corea del Norte, y estar en el blanco de un supuesto bombardeo repentino, será catastrófico para las tropas estadounidenses. Además, el traslado de las tropas a Pyeongtaek da tiempo a EE.UU. para reagrupar sus fuerzas, en caso de un ataque de las tropas terrestres norcoreanas, según el analista ruso Dmitry Verkhoturov.

“Dos brigadas norteamericanas en el norte de Seúl [en Uijeongbu y Dongducheon] claramente no son suficientes para contener una posible ofensiva de Corea del Norte, y podrían ser fácilmente destruidas por un bombardeo repentino de la artillería de largo alcance (de Corea del Norte)”, dijo el viernes el analista a la agencia rusa Sputnik.

Verkhoturov explicó que con el cierre de la base en Yongsan, ubicada en el distrito de Yongsan, en el norte de Seúl, EE.UU. está reconociendo su incapacidad de defender el norte de la capital surcoreana, de ser atacada.

Todos estos movimientos se producen en medio de la creciente tensión en la península coreana a raíz de la decisión de Washington de enviar el portaaviones nuclear USS Carl Vinson a la zona, así como el despliegue en Corea del Sur del sistema de Defensa Terminal a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés).

Todo ello se ha convertido en un punto de partida para diarias amenazas mutuas a una guerra total y respuestas contundentes al respecto. Corea del Norte ha jurado “llegar hasta el final” en una eventual confrontación con el país norteamericano.

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