No existen los milagros ni estado de bienestar que valga, que no estén basados, fundamentalmente en la explotación del Tercer Mundo. Fidel decía que para que unos luzcan lujosos automóviles los niños del mundo pobre tienen que ir descalzos. Ese perrito de Amancio Ortega vive,o vivió, infinitamente mejor que millones de personas.