El presidente boliviano, Evo Morales, ha denunciado el fallo judicial contra el exmandatario brasileño Lula da Silva, tachándolo de una ‘cacería de brujas’.
“Al hermano Lula Da Silva nuestro apoyo en esta cacería de brujas, decirle que con el respaldo de su pueblo saldrá adelante”, ha indicado Morales a través de un mensaje emitido en su cuenta de la red social Twitter.
La reacción de Morales se produce la misma jornada en la que un juez brasileño ha condenado a Lula da Silva a nueve años y medio de prisión por su implicación en supuestos delitos de corrupción y lavado de dinero.
El mandatario boliviano, no obstante, ha resaltado que las autoridades del actual Gobierno de Brasil temen la popularidad de Lula da Silva, quien encabeza actualmente las encuestas para las elecciones presidenciales del próximo año.
“Quieren proscribir al hermano Lula, la oligarquía brasileña tiene miedo de su liderazgo y presencia en la Patria Grande”, ha afirmado Morales en otro mensaje con la mención de #LulaInocente.
Un golpe judicial al hermano Lula, candidato potencial que garantizaba la victoria del pueblo brasileño. Toda nuestra solidaridad. pic.twitter.com/LBpq9Kist9
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) July 12, 2017
Morales también ha destacado que hay “un golpe judicial al hermano Lula, candidato potencial que garantizaba la victoria del pueblo brasileño”, en referencia a la eventual candidatura del líder histórico del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) en las presidenciales.
La condena contra el expresidente brasileño será analizada por un grupo de magistrados y si fuera ratificada en segunda instancia, conforme a la ley brasileña, Lula da Silva no podría postularse como candidato a las presidenciales.
El gobernante boliviano ha criticado en reiteradas ocasiones a la Justicia brasileña por su postura contra Lula da Silva y su sucesora, la destituida Dilma Rousseff, señalando que “hay una cacería de brujas” en Brasil.
Lula da Silva ha afirmado en reiteradas ocasiones ser víctima de una “persecución judicial” que tiene por meta, a su juicio, acabar con su vida política e impedir así que vuelva a postularse para la Presidencia de Brasil en las elecciones previstas para octubre de 2018.
