El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que la campaña militar de Rusia en Siria busca que no se repita la caótica situación que vivió Irak.
“En cuanto a (presidente sirio, Bashar al-) Asad, no lo apoyamos. Pero, tampoco queremos en absoluto que se repita lo que pasó en Irak”, subrayó el jueves el ministro ruso de Asuntos Exteriores, en una alocución en la Fundación Körber en Berlín, la capital alemana, según recogió la agencia oficial rusa TASS.
Al respecto, Lavrov recordó que muchos países occidentales mostraron en su momento un “deseo sanguinario de eliminar al dictador” iraquí, Saddam Hussein. No obstante, al acabar con ese déspota iraquí, «me temo que podrían haber eliminado al país junto con él, porque ahora allí (en Irak) están teniendo lugar procesos muy difíciles”, advirtió el jefe de la Diplomacia rusa, al tiempo que indicó que Libia está viviendo una situación semejante.
Moscú, añadió, sigue comprometido con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (CSNU) y, en caso de Siria, recalca explícitamente que el futuro de ese país y su dirigente “solo puede ser decidido por el pueblo sirio”.
“Todo el mundo apoyó esta iniciativa que fue elaborada en el marco del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (…) y además llegó a ser aprobada en el CSNU”, explicó.
Desde 2011, Siria vive sumida en un conflicto desencadenado por grupos armados y terroristas, alimentados desde el extranjero, que ha dejado más de 465.000 muertos y desaparecidos, según ha calculado el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
A finales de septiembre de 2015, Rusia emprendió una campaña militar en Siria a petición del Gobierno de Damasco que solicitó ayuda en su lucha contra los grupos terroristas de EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra (actualmente se denomina Frente Fath Al-Sham).