El ministro alemán de Finanzas ha reconocido que su país ha obtenido 1.340 millones de euros beneficios prestando dinero a Grecia, según el diario alemán Süddeutsche Zeitung. La mayor parte de ellos proceden de préstamos del Banco Central Europeo.
Alemania y la Unión Europea no han “salvado” a Grecia, sino al revés. Un auténtico saqueo institucional que sólo ha sido posible gracias a Tsipras y su infumable Syriza, auténticos vendidos al capital financiero europeo que no han vacilado en sacrificar a los trabajadores, pensionistas y a los sectores más humildes de la sociedad.
La parte de león de los beneficios alemanes procede del Banco Central Europeo que entre 2010 y 2012 puso en marcha el programa SMP (Securities Market Program) para comprar préstamos públicos en la zona euro y, especialmente, de Grecia.
Dice el Süddeutsche Zeitung que después de 2015 el Bundesbank, el banco central alemán, ha obtenido unos beneficios de casi 1.000 millones de euros procedentes del programa SMP.
Entre 2013 y 2015 se aprobó que los beneficios obtenidos por el Banco Central Europeo por el dinero prestado a Grecia se debía devolver a los Estados miembros de la zona euro a fin de que fueran transferidos a Grecia para aliviar el peso de las deudas.
No obstante, el acuerdo se paralizó en 2015 por las tensiones entre los acreedores, que estaban en crisis, y el gobierno griego, sobre todo en la etapa en la que Varufakis estuvo al frente de de la economía griega, ya que éste pretendía renegociar completamente los acuerdos con las instituciones de Bruselas.
Tras la cumbre del eurogrupo del mes pasado, en el comunicado final se ha vuelto a mencionar el transvase de los beneficios de los bancos centrales. Si Grecia pone en funcionamiento del programa de ajuste de aquí a 2018, se podrán restituir los beneficios obtenidos este año por el Banco Central Europeo, aunque no los realizados en 2015 y 2016, indica dicho comunicado.
En 2015 el montante de deuda griega en poder del Banco Central Europeo que seguía generando intereses se elevaba a 27.000 millones de euros. Varufakis quiso declarar el impago de esta suma, el llamado Plan X, para forzar a las instituciones financieras europeas a revisar las condiciones de pago.
Le obligaron a dimitir porque quien manda en el gobierno de Tsipras no es Tsipras sino el capital financiero europeo.