China considerada como una ‘superpotencia emergente’ ha basado sus estrategias en la expulsión de Estados Unidos de la región asiática, resalta un nuevo informe.
“China quiere ser el líder de Asia, no del mundo. Quiere que EE.UU. conozca su lugar, se vaya a su país y se quede allí, para mantener Europa próspera, para imponer la paz en Oriente Medio y, obviamente, para continuar gastando dinero en China, pero no tan irresponsablemente”, según resalta un artículo publicado el sábado en la revista ‘The National Interest’.
Según este análisis, el gigante asiático, al aplicar varias medidas, está intentando reducir la influencia de EE.UU. en Asia y está tratando de sustituirle como uno de los principales actores en la región.
En concreto, señala el artículo, las autoridades chinas tratan de dominar el continente asiático con el desarrollo de lazos económicos, mientras que el Gobierno de EE.UU. pretende “convertirse en una potencia del Pacífico Occidental mediante una expansión militar” en la región.
Además, ha resaltado el importante papel de China para resolver la tensión en la península coreana, destacando que Corea del Norte, considerada como uno de los clientes de los productos chinos, sigue sus amenazas contra EE.UU. y sus aliados en la región asiática.
“No obstante, esta situación no se puede acabar bien a menos que China lo termine lo antes posibles”, resalta la nota.
En los últimos años, el mar del Sur de China es escenario de un enfrentamiento verbal entre el gigante asiático y Estados Unidos. Mientras Washington ha incrementado su presencia militar en la región, defendiendo su derecho a la libre navegación. China, a su vez, ha acusado a EE.UU. de desestabilizar la zona y buscar dominar las aguas en cuestión.
Sin embargo, la creciente influencia china en el escenario político mundial, especialmente en Asia, ha hecho sonar todas las alarmas entre las autoridades estadounidenses.
