La Revolución Socialista Soviética, el derecho de autodeterminación de los pueblos y el federalismo, y la propuesta del PCE para España

2010

Miguel Tobares Calas(*).— Se puede imaginar que, a lo largo del artículo se tocarán varios temas y sus relaciones. En una primera instancia, la intención no es escribir un texto de gran calidad teórica. Pero si tiene como objetivo, en alguna forma, demostrar que el derecho de autodeterminación es patrimonio de los y las comunistas y que fuimos pioneros y pioneras en su aplicación. Además, qué mejor a este respecto que recordar, lo que la Revolución Socialista Soviética nos legó como enseñanza en esta materia, y homenajear a este enorme acontecimiento trascendental para la historia del mundo y la humanidad -pues por primera vez en la historia, las clases humildes tomaban el poder y gestionaban un Estado-, y qué mejor momento que en su cien aniversario. Pero a raíz de esto, también contextualizar la propuesta comunista de la cuestión nacional en el escenario español y como la situamos algunas de las organizaciones que la defendemos y hemos bebido de las enseñanzas de la Revolución Socialista Soviética.

El día 15 de julio de 2017, escuchaba a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), en el canal la Sexta (o no sé si decir la secta, porque la verdad es que este canal de TV está controlado por una empresa que es del mafioso Silvio Berlusconi). Pedro Sánchez, hablaba de la propuesta de una España federal en el que se reconozca la identidad de los diferentes pueblos que la habitan y garantice sus derechos sociales. Al decir esto, hacía referencia al “problema” catalán, pues estaba en un acto del Partido Socialista de Cataluña. Qué cínico, que el PSOE hable de federalismo, cuándo defiende a la monarquía, ni piensa cuestionarla – monarquía que no permite decidir sobre nada-, ni la constitución que la sostiene. Es también llamativo, cómo el PSOE, que defiende la casta privilegiada de la realeza española, ahora salta con el federalismo y con una cara amable. Mientras, los medios en manos de la derecha, sacan al PSOE, no hablan ni lo más mínimo de la propuesta de una República Federal por parte de IU (Izquierda Unida), quien lleva tiempo defendiendo este proyecto consecuentemente, incluso con la propuesta de hacer una nueva constitución que dé lugar a una forma de vida diferente y mejor -recordemos que mientras el dueño de la imprenta sea un ricacho que labora para sus más egoístas intereses, no quepa duda de que la prensa es el reflejo de su voluntad-.

Por otro lado, mucho se está hablando de la cuestión catalana, pero poco se está recordando a la Gran Revolución Socialista de Octubre en su cien aniversario -ocurrida en 1917-, más conocida como la Revolución Rusa, pionera en la cuestión nacional. La socialdemocracia y los partidos agrupados en la II Internacional -en aquella época, por socialdemócrata se entendía marxista-, poco a poco, fueron abandonando el marxismo hasta caer en el revisionismo y dejar totalmente de lado, o desvirtuar totalmente, dicha teoría revolucionaria, y por eso en 1914, cuando la II Internacional apoya a la burguesía para dar entrada a la Primera Guerra Mundial, los bolcheviques con Lenin a la cabeza, fieles a la teoría de Marx y Engels, rompen con la Internacional -desligándose el marxismo de la socialdemocracia, definitivamente- y lanzan sus consignas contra la guerra imperialista. El apoyo de los partidos socialistas a la guerra, provocó su oprobio y el hundimiento de la II Internacional. Esta acción, entre otras de los marxistas rusos, los colocó a la vanguardia de la lucha revolucionaria de la época y los obreros de otros países de Europa, poco a poco comenzaron a situar sus ojos sobre ellos, especialmente después de la toma del poder. La Rusia Zarista, no era ajena a la aventura bélica, además era un imperio por lo que tenía subyugados a varios pueblos y naciones colindantes, incluso, al interior de sus fronteras. Que la Rusia zarista obligase a luchar a sus soldados mal pertrechados y extenuados en extremo por ello, y dirigidos por oficiales que aplicaban métodos autoritarios, dio lugar a que las consignas de paz y el derecho a separación política de las naciones subyugadas de los marxistas rusos se abrieran paso, siendo factores clave en el éxito de la toma del poder político. Unas instituciones fundamentales, fueron el resurgimiento de los soviets de obreros, soldados y campesinos -la palabra soviet significa consejo, y en efecto, venían a ser consejos populares y representaban al naciente Poder Popular– que surgieron a raíz de la radicalización del pueblo ruso, debido a la salvaje represión del zarismo ocurrida en la manifestación del domingo sangriento (9 de enero de 1905), dirigida por el reaccionario pope Gapón y que dio lugar a la fallida Revolución de 1905. Dicha manifestación, no pedía más que tímidas reformas y mejoras para las clases populares. La economía rusa, aún muy feudal, y arruinada por la guerra, mantenía al pueblo de hambre y pasando toda clase de necesidades, y despedía a miles de obreros de las fábricas. La clase obrera y los soldados principalmente, y algunos sectores proletarios del campesinado, venían solicitando la convocatoria de una Asamblea Constituyente para fundar un país sobre una nueva base. El Gobierno Provisional, fruto de la Revolución de Febrero de 1917, gobierno conciliador con la burguesía, dirigida por los socialistas moderados -léase pequeña burguesía- y la burguesía -a la cual temían menos que al mismo proletariado y soldados en armas- venía retrasando la convocatoria de una Asamblea Constituyente, que diera lugar a la fundación de una nueva República, en la que las propiedades fundamentales fueran del pueblo. Este gobierno se puso, incluso, a perseguir al movimiento revolucionario, lo que dio lugar a que el pueblo, tomase el poder político por las armas. Mas adelante, se dio lugar la citada constituyente, dando origen a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR), en el V Congreso de los Soviet de toda Rusia (10 de julio de 1918). La toma del poder por los bolcheviques, llevó a la declaración de la paz con el resto de pueblos sin condiciones ni anexiones y países pudieron formar sus propios gobiernos sin injerencias, terminando así con la aventura bélica. Además, la nueva república, otorgó derechos a muchas minorías culturales y nacionales. Los elementos reaccionarios del antiguo régimen, no queriendo perder sus privilegios, desde el principio comenzaron atacando la economía, saboteando la distribución de toda clase de insumos, acaparándolos o especulando con ellos, con el fin de paralizar la producción (además, de ya tratar de hacerlo sin usar tales mecanismos) y doblegar por hambre al pueblo. Además, con ayuda de terceros países, trataron generar un bloqueo económico y con una escalada de violencia llevando al país a una guerra civil, y más tarde a una intervención extranjera, cuyos fines no eran otros que ahogar en sangre la revolución triunfante y recuperar sus privilegios. Una vez más, los soldados y campesinos dirigidos por la clase obrera, consiguieron derrotar a la reacción, pero la guerra dejó un país en la total ruina. Sin embargo, en esas adversas circunstancias, se comenzó la reconstrucción del país, para poder seguir proporcionando salud, educación, vivienda, energía y otros servicios gratuitos y algunos de ellos casi gratuitos, además de solucionar el problema del trabajo. Habría que sumar el reparto de la tierra a los campesinos pobres, mientras el Estado, tenía el monopolio de la banca, de los precios y el comercio, y se comenzó la reconstrucción del país, llegando convertirse en país industrializado y en potencia en el año 1936.

Pero volviendo a la cuestión nacional, es significativo señalar la base política de la Revolución Socialista Soviética, y cómo se formó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, es decir: la URSS o, Unión Soviética. La política sobre las nacionalidades de la Revolución de Octubre, se hizo bajo la base fundamental de la amistad entre los pueblos que componían la URSS. Rusia, un ex imperio y un país en cuyo interior albergaba más de 100 nacionalidades, tras la intervención de 14 países extranjeros, tenía que dar salida a los países que eran colonias de Rusia. Se reconoció la nacionalidad de los pueblos, minorías y países hasta entonces bajo dominio zarista, dando igual reconocimiento a sus idiomas y costumbres, otorgando el derecho a desarrollarse en su propia lengua. Además, se alfabetizaron sus idiomas, pudiendo recibir educación en éstos. La creación de la unión de repúblicas, se hizo bajo unos principios de complementariedad, solidaridad, con la perspectiva del beneficio mutuo y las ventajas que podía suponer unirse y compartir recursos, pues Rusia, era y es una nación con un subsuelo rico, abriendo así aun unas mejores perspectivas de desarrollo para todos los países; pero todo esto, por supuesto, y principalmente, bajo la absoluta voluntariedad de las partes, pudiendo separarse totalmente en el momento que quisieran. La formación de la URSS, se hizo usando la federalización, creando así un Estado federal plurinacional, en el que todos debían garantizar y contribuir a garantizar unos mínimos comunes en materia social, teniendo ciertas competencias compartidas y otras totalmente autónomas, pudiendo cada país por supuesto, tener su propia legislación en lo que le concierne a sus propios problemas, y enfocando la federalización, como un principio de unión y centralización pero con gestión compartida para hacer frente a aquellos enemigos que quieren mantenerlo en la miseria para su propio beneficio personal, y al mismo tiempo, siendo un principio autónomo en la cuestión de la toma de decisiones, siendo el perfecto intermedio entre independencia y la imposición de una administración central y centralizadora. La ejecución de tal política fue encomendada a Stalin. Y así fue como se forjó el principio de amistad de los pueblos de la URSS, quienes luego soportarían el 80% de la guerra mundial. Este principio de amistad y solidaridad, demostró su superioridad siendo capaz de derrotar a las hordas nazi fascistas de Hitler.

Como vemos, la Gran Revolución Socialista de Octubre, tuvo un carácter internacional. Ésta trascendió sus fronteras, cambiando la historia para siempre, influyendo en el resto del planeta. Debido a ésta, hubo intentos revolucionarios de toma del poder por todo Europa inspirado en el ejemplo de Lenin y los bolcheviques. Tanta fue su influencia, que la Revolución Socialista Soviética, dio lugar a la creación de la III Internacional o Komintern, es decir, la Internacional Comunista. Al calor de esta revolución, también surgió el primer partido comunista, siendo Lenin el creador de su forma organizativa (léase sobre el partido leninista). También al calor de esta revolución, e inspirados en ella, se dio lugar a la división de los partidos socialistas y la creación de partidos comunistas por todo el mundo, pero no todos se formaban de una escisión de los partidos socialistas.

El Partido Comunista de España, se crea en 1921 y fue el primer partido del país en proclamar y reconocer el derecho de autodeterminación de los pueblos. El PCE recogió y recoge el testigo y las enseñanzas de la Revolución Socialista Soviética. Hay que también recordar, que la II República fue la primera en otorgar el primer estatuto de autonomía a Euskadi, República que defendió el Frente Popular, del que el Partido Comunista formaba parte, la cual defendimos hasta las últimas consecuencias. A día de hoy el Partido Comunista, propone resolver la cuestión nacional, tal y como lo hicieron los bolcheviques, sólo que adaptándola a la realidad plurinacional española. Para ello propone la creación de un Estado federal, dónde todas las nacionalidades o pueblos sean reconocidas/os. Al mismo tiempo se propone el reconocimiento en pie de igualdad de los derechos culturales e idiomáticos de todos los pueblos que habitan este país. Por supuesto, se reconoce el derecho a la separación política de aquellos pueblos que así lo pidan de manera mayoritaria. Pero más allá de eso, el Partido Comunista de España, aboga por la federalización. Esto, al igual que los comunistas soviéticos, implica la centralización y unidad de algunas funciones que se llevarán a cabo de manera colegiada y otras de forma totalmente autónoma, pero será una unión democrática, siempre será con el fin de vencer la resistencia del enemigo de clase. Por supuesto, todo será bajo un principio de voluntariedad, los principios de ventaja que suponen la complementariedad y basada en la solidaridad ante los problemas del otro y los propios. Sin lugar a dudas, el caso español, pasa por la formación de una República, pues es inaceptable que el pleno siglo XXI, no se pueda elegir al cargo de estado. Para llevar esto a cabo, el Partido Comunista, propone, al igual que los comunistas soviéticos, realizar una asamblea constituyente, que dé lugar a un nuevo marco jurídico que nos permita avanzar hacia el socialismo.

Como se puede observar, no es la socialdemocracia, tal y como la entendemos ahora, quien venga a decir a nadie, cómo han de hacerse las cosas en cuestión nacional, pues es ella quienes desde la I GM -y algunos incluso antes- no se convirtieron más que en otros Sarkozy (aun cuando éste entonces ni existía): reformadores del capitalismo, sistema culpable del reparto de miseria para la gran mayoría del planeta y riquezas para unos pocos. Todo esto, es omitido por Pedro Sánchez y su partido, el Partido Socialista, pero también hay quienes con o sin malas intenciones, omiten la propuesta del Partido Comunista, que también es defendida por Izquierda Unida. Si aplicamos esto a la realidad catalana, o cualquier realidad que se le parezca dentro del estado español, ambas formaciones siempre defenderemos una República Federal solidaria entre las diversas nacionalidades que la componen, frente a la confrontación existente entre el polo español-nacionalista y el polo nacionalista-independentista. Ante la situación generada en Cataluña, nuestra postura es respetar y defender el derecho de todo tipo autodeterminación (territorial y económica) y defender y permitir consultas democráticas ejercidas por las personas que viven en Cataluña para defender el derecho de autodeterminación. Tanto el PCE como IU, decimos, que eso no es un referéndum (porque no es más que una consulta y de carácter no vinculante) ni derecho de autodeterminación, porque creemos que la mejor forma de luchar es bajo la Unidad Popular contra el enemigo de clase (sea del territorio que sea) y abogamos por la independencia de clase, pues la derecha regional, no tiene ningún reparo en unirse cuando de capital se trata (recordemos que Ciu proponía endurecer aún más la reforma laboral y la apoyó, o ver los casos de corrupción surgidos tanto Cataluña o lugares como el País Vasco). Además, en estos instantes, es la derecha catalana quien encabeza el proceso de “independencia”, pero bajo este manto, se ocultan los más mezquinos intereses de lucha por el reparto de capitales, pues las consignas por la liberación nacional en abstracto no son más que otra forma de embaucar a la clase trabajadora. Por otro lado, no entendemos la postura de las organizaciones independentistas aun no estando la correlación de fuerzas a su favor, llaman a apoyar estos procesos en un escenario de confrontación de la derecha. Igualmente, opinamos que es mejor practicar la unidad de clase con el resto de nacionalidades que componen España y no dejarlas abandonadas a su suerte, tratando así de arrastrarlas a la lucha. Además, habría que mencionar si realmente el capital catalán está dispuesto a lo que supone una independencia territorial, cuando hace jugosos negocios con los capitalistas españoles. También, cabe decir, que no se puede hablar de independencia con el capital siendo el principal protagonista de tales hechos, pues será la independencia de su capital por encima de la dignidad del pueblo trabajador. Y habría que preguntarse, si independencia significa sólo separación política y administrativa, o también decidir sobre el modelo económico y de Estado con el que vamos a gestionarnos.

Como se puede ver, en IU, y en el PCE aún más, lo tenemos claro: la unidad popular y de clase, respetando la identidad de cada cual y garantizando los derechos sociales sin dejar de lado los culturales, pues frente a los enemigos internos y externos, es la mejor defensa para las clases populares de cualquier país, y el internacionalismo más consecuente. Y a este respecto, no tenemos no sólo nada que ocultar, sino mucha historia (como la de la Revolución Soviética o la misma del PCE) y mucho para explicar sobre la propuesta que tenemos para los pueblos que componen España -pues nuestro pensamiento al respecto es silenciado (acordémonos del tratamiento informativo o histórico)-, frente aquellos que pretenden suplantarnos (recordemos al PSOE), o quienes pretenden reducir el debate a la independencia territorial o una imposición nacional centralista ocultando la propuesta del PCE e IU, pues la independencia no solo ha de ser territorial, sino ha de ser una independencia económica y política de clase, del pueblo trabajador sobre el capital, pues la independencia territorial por si sola no constituye un acto de liberación, y sería un error y un flaco favor al carácter internacionalista y solidario de los revolucionarios y revolucionarias no luchar por la libertad y la abolición de la explotación de todos los pueblos y gentes que habitan España o cualquier otro lugar. Fieles a los expuesto por Marx, Engels y Lenin, y con plena convicción de la fuerza de nuestra propuesta y de las ideas revolucionarias del socialismo y comunismo, y convencidos que la peor lacra de todos los trabajadores y trabajadoras del mundo es el capitalismo explotador, no nos queda más que decir que, ¡Proletarios de todos los países, uníos!

(*)Miguel Tobares Calas.— Militante de PCE-EPK, seccion de Euskadi y Navarra.

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