
El “imán” dirigía la oración de los viernes en una mezquita de Bengasi, donde utilizaba el nombre supuesto de Abou Hafs, aunque en realidad se trata de Benjamin Efraim y tiene nacionalidad israelí. Es miembro de una sección especial “árabe” del servicio secreto israelí especializada en la infiltración.
Aprovechando su condición de “imán”, el espía había creado una célula independiente del Califato Islámico compuesta por unos 200 miembros armados que trataban de penetrar en Egipto para cometer atentados.
El descubrimiento del espía otorga más verosimilitud a las sospechas sobre el propio dirigente del Califato Islámico, de quien se dice tanto que es un impostor (3), como que es otro agente del Mossad o que ha muerto, incluso varias veces (4).
(2) http://en.farsnews.com/newstext.aspx?nn=13960604301530, http://en.abna24.com/news/africa/mossad-officer-leading-isis-as-mosque-imam-arrested-in-libya_850652.html
(3) https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.es/2016/11/por-que-no-recordamos-de-vez-en-cuando.html
(4) https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.es/2016/03/por-que-los-yihadistas-mueren-varias.html
Todo esto está guionizado. Ya lo dijo en su momento la mano derecha de Bill Clinton, Bill Rubin, uno de los habituales del club Bilderberg: “¿Para qué voy a ver los telediarios si ya sé lo que va a pasar mañana, la semana que viene y de aquí a seis meses?”. Somos peones en su tablero