Inocencio Arias fue embajador de España en la ONU durante 7 años. En sus intervenciones en el Consejo de Seguridad apoyó la guerra ilegal contra Iraq del año 2003 que le costó a ese país cerca de 1 millón de muertos. En su conciencia los llevará hasta que le llegue su San Martín.
Este hombre, de baja estatura y menor catadura moral, argumenta que “Corea del Norte debe tener armas esparcidas (qué inteligente…) por todo su territorio”, en consecuencia el país tiene que ser planchado por un aluvión de bombas para acabar con la “amenaza del gordito”. Los seres humanos no cuentan, incluidos los millones que, según él, quieren huir del norte al sur.
Le recordamos a este gánster que Corea ya fue planchada, literalmente, en la década de los 50 del siglo pasado por los bombardeos de EE.UU. hasta el punto de que sus habitantes, además de pagar un alto precio en millones de víctimas, se vieron obligados a vivir como topos bajo de tierra. Es precisamente por esa razón histórica por la que los coreanos se han preparado para que aquello no pueda repetirse.
Pero aún hay más. No satisfecho con su berrido homicida, nuestro hombrecillo se ha sacado de la manga que los coreanos del norte miden 6 centímetros menos que los del sur ¿Habrá ido a medir personalmente uno por uno a los más de 25 millones de coreanos que viven en el norte de la península que tiene la zona sur ocupada militarmente por Washington? Vaya imagen que está dando del nivel de preparación de la diplomacia española.
Chenchito se licenció en Derecho por la Universidad de Murcia y accedió a la carrera diplomática en 1967. Para ejercer como diplomático es necesario aprobar unas oposiciones, además de “el dedo” (proceso selectivo, ya me entienden) y la titulación de abogado.
Ignoramos si estudió mucho o poco. No importa. El aprobado lo tenía asegurado sí o sí. Siempre fue fascista y se graduó como diplomático en plena dictadura del criminal Francisco Franco, su héroe.
