En una entrevista con Sputnik, Horst Kopp describe cómo él mismo contribuyó a la creación de noticias falsas, cómo Estados Unidos inventó propaganda y cómo se tergiversan las noticias sobre Crimea en Occidente.
Quién inventó el lavado de cerebro
Con la creación del llamado Comité de Información Pública, el vigésimo octavo presidente estadounidense Woodrow Wilson creó en 1917 lo que sería la primera máquina de propaganda estatal del mundo, comité que financiaba a cientos de miles de especialistas en los medios, publicistas y funcionarios gubernamentales, utilizando tanto propaganda ‘blanca’ como ‘negra’, explica Kopp a Sputnik.
«A los periódicos extranjeros les proporcionaban información positiva sobre Estados Unidos; las exposiciones y los carteles, así como los libros que se distribuían en el extranjero, debían mostrar a Estados Unidos bajo un prisma positivo». Horst Kopp, exagente de la Stasi.
Cómo reconocer las noticias falsas
Para detectar las noticias falsas es imprescindible conocer a fondo la situación y las causas de lo que está ocurriendo, dijo Kopp. Las noticias falsas siempre aparecen sesgadas y presentan de forma subjetiva los acontecimientos, ‘distorsionados’. En lo que respecta a Rusia, se exagera la presentación de los hechos y las interrelaciones, dijo el exoficial de inteligencia.
Un ejemplo de manipulación
Un ejemplo claro de distorsión de las noticias es lo que hacen en Occidente con las noticias sobre Crimea, afirma Horst. Es un intento de transformar la verdad histórica ante los ojos de la gente para hacer creer que Rusia pretende restringir la dominación mundial de EEUU para lograr la suya propia, señala Hurst.
Por qué el público cree las noticias falsas
Históricamente, en Alemania, la opinión de la gente está muy influenciada por el punto de vista occidental, hacia argumentos subjetivos, explica Kopp.
Kopp criticó la reivindicación de Occidente de tener el monopolio de la verdad y expresó la esperanza de que la gente «prestará atención al hecho de que las exageraciones existen»
«La situación es tal que es necesario difundir la verdad, una y otra vez, con el propósito de evitar este flujo de falsedad». Horst Kopp, exagente de la Stasi.