Miles de personas han arropado en Barcelona a los más de 700 alcaldes investigados por el Estado por apoyar el referéndum.
La escalada de tensión en el conflicto Cataluña-España es notable. Grito unánime, Votaremos. Así ha reaccionado la mayor parte del municipalismo y miles de personas a su lado, a las advertencias del Estado de detener a más de 700 alcaldes si no acuden al juzgado para explicar su colaboración con el referéndum.
Los cargos electos, apoyados por el presidente catalán, Carles Puigdemont y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han denunciado una estrategia represiva del Estado.
Los representantes políticos, junto a miles de ciudadanos, se han manifestado en la plaza Sant Jaume de Barcelona, símbolo del poder político catalán, para demostrar que no tienen miedo a las represalias del Estado. Los primeros en ser citados en el juzgado serán los alcaldes que también son diputados en el Parlamento. Los ediles de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), por su parte, ya ha anunciado que no acudirán.
A pesar de las insinuaciones del presidente de España, Mariano Rajoy, de suspender la autonomía catalana si se prosigue con el referéndum, la Generalitat mantiene el dispositivo de la consulta. El consejero de asuntos exteriores, Raül Romeva, ha recibido varias misiones internacionales de observación electoral y ha destacado, además, las críticas de diputados daneses a las acciones represivas de Rajoy.
Asimismo, los independentistas han valorado las declaraciones ambiguas de la Unión Europea (UE) sobre un posible reconocimiento de una Cataluña independiente tras el referéndum.
Oriol Puig, Barcelona.