¿EEUU o Rusia, China e Irán? Trump obliga a la UE a elegir

Donald Trump ha planteado a sus socios europeos un ultimátum: o presionan juntos a Irán para reformular el pacto nuclear, o EEUU lo abandonará de manera unilateral. Esto pone a Europa ante un difícil dilema: o ceder ante su aliado y no respetar su propia firma del pacto, o seguir fiel a sus obligaciones y alinearse con Rusia y China.

El pasado 12 de enero, el mandatario estadounidense prorrogó el levantamiento de las sanciones contra Irán. No obstante, Trump adelantó que esta sería la última prórroga en virtud del pacto nuclear. En adelante, o se revisa el acuerdo, o EEUU lo abandonará unilateralmente. Para darle mayor peso a sus palabras, el mandatario aprobó la implementación de un nuevo paquete de sanciones contra Teherán.

¿Qué busca Donald Trump?

Las nuevas exigencias del mandatario estadounidense se pueden resumir en tres puntos clave.

En primer lugar, Teherán debe permitir que los inspectores internacionales accedan a toda instalación en cualquier momento y no mediante aviso previo, como se ha hecho hasta ahora. En segundo lugar, Irán debe asumir las restricciones en materia de desarrollo nuclear de forma indefinida. El Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) estipula que las limitaciones estarán vigentes solo por un plazo de entre 10 y 15 años, dependiendo de la actividad nuclear específica. Por último, Trump exige considerar el programa balístico iraní como una parte integral de su labor nuclear.

La clave está en que para hacer cualquier cambio en el PAIC es necesaria la aprobación de todas las partes firmantes, que además de EEUU son Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania y, por supuesto, el propio Irán.

El dilema de Europa

Aparentemente, el presidente estadounidense no espera encontrar apoyo en Moscú, Pekín y Teherán, por lo que ha optado por Europa para promover su iniciativa. El día después del anuncio de Trump, el Ministerio de Exteriores alemán anunciaba que propondrá celebrar consultas con sus socios de la UE para adoptar una postura comunitaria común. En cualquier caso, dice el comunicado, el país germano se ciñe al “total cumplimiento del acuerdo nuclear”.

La variante de que la propuesta de Donald Trump sea aprobada en el marco del PAIC parece bastante improbable. Desde Irán ya se ha acusado al mandatario estadounidense de intentar torpedear el pacto actual. “En vez de atenerse a su retórica obsoleta, EEUU debe cumplir plenamente el acuerdo, tal y como hace Irán”, comunicaba al respecto el ministro de Exteriores del país persa.

Esto pone a las naciones europeas en una posición bastante difícil: o apoyar a su aliado norteamericano y abandonar el pacto, o seguir fieles a sus firmas y, de esa manera, alinearse con la posición de Irán, Rusia y China.

“Este es un intento de destruir el acuerdo nuclear con Irán. (…) Dado que el pacto es multilateral, tal paso sería muy poco entendido por la comunidad mundial y causaría un grave daño a la reputación de Washington, incluso entre sus aliados más cercanos en Europa”, explicó al rotativo Vzgliad el politólogo y profesor de estudios americanos Víctor Olevich.

Según el experto, este es el motivo por el que la Administración Trump intenta no actuar de manera unilateral, sino presionando a sus aliados para que lo apoyen en su iniciativa. EEUU compartiría así ‘la culpa’ con sus socios europeos por la salida del acuerdo.

Sea cual sea la decisión final de los europeos, esta implicará una serie de retos. Por una parte, si se opta por seguir las exigencias estadounidenses, su reputación se verá seriamente dañada. Además, las compañías europeas perderían el mercado iraní, recién abierto para sus actividades económicas. Esto inevitablemente empujaría a Teherán, que hasta ahora ha intentado desarrollar sus lazos con todas las partes de manera uniforme, a fortalecer sus relaciones económicas con Moscú y Pekín.

Pero lo más desagradable para los europeos sería que faltar a sus obligaciones daría a Irán una razón legal para reanudar su programa nuclear.

Por otra parte, si las naciones europeas se niegan a seguir la iniciativa de Trump, esto sería visto como una grieta más en las relaciones transatlánticas y como un factor de acercamiento entre Europa y Rusia. Ya hay ciertos indicios de acercamiento entre Moscú y Bruselas, por ejemplo, después de que Washington aprobara sancionar a las compañías europeas que puedan participar en el proyecto energético ruso-europeo Nord Stream 2.

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