18 de mayo de 2018 — La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) tuvo que publicar una corrección a la declaración que hiciera su Director General, Ahmet Uzumcu, quien alegó que la cantidad de Novichok utilizada en el ataque en Salisbury fue de 50 a 100 gramos, suficiente como para matar a toda una cuadra en una ciudad.
La declaración de la OPAQ dice: “En respuesta a preguntas de los medios, el vocero de la OPAQ afirma que la OPAQ no podría establecer o determinar la cantidad del gas nervioso que se utilizó en Salisbury el 4 de marzo del 2018. Probablemente se podría caracterizar la cantidad en miligramos. Sin embargo, el análisis de las muestras recogidas por el equipo Visita de Asistencia Técnica de la OPAQ concluyó que la sustancia química encontrada tenía una alta pureza, era persistente y resistente a las condiciones climáticas”.
Uno se preguntaría ¿quién le escribió el guión a Uzumcu? La declaración de la OPAQ niega totalmente los alegatos de Uzumcu, a quien cita el New York Times: “La cantidad, en un rango desde poco menos de un cuarto de taza a media taza del líquido, es significativamente mayor que la cantidad que se podría haber creado en un laboratorio con propósitos de investigación, lo que significa que es casi seguro que se creó para ser utilizada como arma”. De hecho la única conclusión a la que se puede llegar es que Uzumcu mintió.
La afirmación de Uzumcu fue inmediatamente cuestionado por expertos sobre armas químicas, quienes insistieron en que era una mala comunicación. La declaración de la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores Maria Zajárova, por supuesto que fue más allá, y dijo: “Según cálculos expertos, de 50 a 100 gramos de un agente tóxico como el que se ha referido Gran Bretaña, sería suficiente para envenenar no solo a dos personas sino a todo mundo en todo el perímetro a la redonda del vecindario. Sin embargo, las dos personas en cuestión se las arreglaron para sobrevivir y recuperarse, dicen las autoridades británicas”.
La OPAQ debe despedir a Uzumcu por mentiroso o por incompetente; si no lo hace, perderá cualquier credibilidad que todavía pudiera tener.
