El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado que prevé cortar las relaciones económicas y comerciales con el régimen de Israel, y ha instado a los países islámicos a boicotear la compra de productos provenientes de los territorios ocupados palestinos.
“Espero que los países de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) pongan en práctica el bloqueo comercial (contra Israel). Turquía también examinará las relaciones, sobre todo económicas y comerciales, con Israel”, ha indicado Erdogan, citado este martes por el diario turco Hürriyet.
En una cumbre extraordinaria, celebrada el pasado viernes en la ciudad turca de Estambul, en el contexto de la masacre israelí en la Franja de Gaza, los 57 países miembros, de mayoría musulmana, de la OCI exigieron medidas para “prohibir la entrada de productos” israelíes en sus mercados.
Asimismo, resaltaron la necesidad de aplicar “restricciones económicas” contra los países que sigan el camino de Estados Unidos de trasladar sus embajadas a la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén).
Erdogan ha recordado, además, que el citado organismo urgió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a enviar una fuerza de protección internacional para defender a los palestinos e investigar los crímenes cometidos por Israel en la Franja de Gaza.
“Consideramos que se los va a contener y será difícil para Israel abrir fuego contra las fuerzas de la ONU”, ha agregado el jefe de Estado turco, para después señalar que su país emprenderá las restricciones contra Israel tras las próximas elecciones generales turcas del 24 de junio.
En una sangrienta represión realizada los pasados 14 y 15 de mayo, las fuerzas de guerra de Israel abrieron fuego contra los miles de palestinos que se manifestaban en contra del traslado de la embajada de EE.UU. a Al-Quds, una brutal represión que se saldó con más de 60 muertos y cerca de 2900 heridos, entre ellos varios niños.
Las masacres cometidas por el ejército israelí, así como la escandalosa decisión de Washington sobre Al-Quds, han sido condenadas por numerosos países del mundo, incluso por aliados europeos de Israel, que han manifestado su rechazo a la actuación del régimen de Tel Aviv.