La burguesía hace declaraciones muy pretenciosas con respecto a los derechos humanos. A pesar de estas declaraciones formales, el capitalismo niega en la práctica cualquier derecho individual o colectivo cuando su implantación entra en conflicto con los intereses de clase de la burguesía o la maximización de los beneficios.
En este sentido, los derechos de los trabajadores, incluyendo el derecho a la huelga, no son una excepción. Muchas constituciones burguesas reconocen formalmente el derecho a la huelga, pero en la práctica los gobiernos y los instrumentos represivos aplican medidas para vencer al derecho a la huelga y más en general para frustrar las protestas sociales en muchos países, llegando incluso a derramar la sangre de los trabajadores.
Con la disolución de la Unión Soviética y la consolidación del reformismo dentro de los sindicatos, el capital volvió a lanzar un duro ataque a los derechos de los trabajadores en general y al derecho a la huelga en particular.
Hoy el ataque contra el derecho a huelga y los derechos de los trabajadores en general crece y se agudiza, planificado y coordinado por los órganos de la UE y por los gobiernos burgueses. En muchos países, estados miembro de la UE (Bélgica, Gran Bretaña, Grecia, Italia, etc.), los gobiernos aprueban decretos que restringen el derecho a la huelga, llegando a una prohibición total de huelgas en algunos casos.
Es evidente que esta estrategia de la UE, el capital y los gobiernos de restringir el derecho a la huelga es parte de un ataque más generalizado del capital contra la clase obrera para garantizar a la burguesía el governance total y el control del proceso de reestructuración capitalista, planificado y coordinado a nivel de la Unión Europea con la complicidad activa de los sindicatos oficiales colaboracionistas, la nueva u la vieja socialdemocracias y los oportunistas en el movimiento obrero.
Aquellos que creen que las leyes anti-trabajo eliminarán las luchas obreras y pararán las huelgas y las acciones colectivas se engañan a sí mismos.
Considerando todo lo dicho, los partidos de la Iniciativa Comunista Europea llamamos a la clase obrera y las capas populares a luchar y declaramos:
- Las manos fuera del derecho a la huelga y la actividad sindical.
- Eliminemos toda práctica que frene la huelga, expongamos y aislemos el liderazgo comprometidamente reformista en el movimiento sindical.
- Fortalezcamos la lucha contra la UE, el capital y los gobiernos burgueses por los contratos de trabajo colectivos y los derechos de los trabajadores.
¡Las restricciones legales y la represión no derrotarán a la clase obrera y su resistencia, hasta la victoria final, hasta que la clase obrera sea dueña de la riqueza que produce!