ANTIGUA, Guatemala, noviembre 17.— Serán «dolorosas» las implicaciones que tendrá para millones de familias brasileñas de bajos ingresos la pérdida del programa Mais Médicos. Así catalogó el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, las consecuencias de la decisión del presidente electo de la nación sudamericana, Jair Bolsonaro, de dinamitar la colaboración en salud de la Mayor de las Antillas.
En declaraciones a Prensa Latina y Telesur, el Ministro de Relaciones Exteriores, quien encabezó la delegación de la Isla a la 26ta. Cumbre Iberoamericana, consideró inaceptable la manipulación política de programas humanitarios y de causas sagradas como el derecho a la salud.
Rodríguez Parrilla reiteró que toda la responsabilidad del fin de Mais Médicos recae en la actitud denigrante hacia nuestros galenos por parte de Bolsonaro.
Es indignante e inaceptable referirse con el calificativo de esclavos a nuestro personal médico, todos especialistas de reconocido prestigio, competencia, probidad moral y compromiso social y humanitario, denunció.
«Insulta y sorprende que haya llamado a las médicas cubanas —que son hasta el 60 por ciento del personal—, mujeres vestidas de blanco, cuyo calificativo se desconoce, además de la imposición de condiciones totalmente inaceptables que violentan los acuerdos firmados entre la Organización Panamericana de la Salud, Brasil y Cuba», afirmó.
Los practicantes cubanos, precisó, «están en 2 885 municipios, que no son las ciudades populosas, las playas de Río de Janeiro o las zonas residenciales de Sao Paulo o Brasilia, sino en el norte semiárido, en los municipios rurales, en particular en los distritos indígenas, donde garantizan la atención a más del 90 por ciento de esa población».
La idea de que 1 575 municipios solo poseen médicos cubanos ejemplifica el significado de nuestra colaboración, apuntó, al tiempo que expresó solidaridad con aquellos brasileños que ven partir a sus doctores.
Puntualizó que con Mais Médicos se garantizó por primera vez en la historia de Brasil personal de la salud en 700 municipios y en cerca de 1 100 de ellos se aseguró el ciento por ciento de cobertura. Aún en las circunstancias más difíciles, Cuba mantuvo su participación, consciente de que aportaba servicios a las familias que más lo necesitan, expresó.
Al referirse a la actitud de los profesionales de la salud ante la decisión del Ministerio de Salud Pública de no continuar participando del programa, Rodríguez Parrilla manifestó que «por un lado sienten dolor, pensando en los pacientes que se quedarán sin sus servicios y con quienes establecieron lazos entrañables de cariño, pero al mismo tiempo asumen con todo carácter la decisión que se ha tomado».
«Ya ha regresado el primer grupo en las últimas horas —agregó—; saben que sus servicios son extraordinariamente apreciados y reconocidos en el mundo entero, tanto por el pueblo brasileño como por el nuestro, porque son sumamente necesarios en Cuba y en otros países».
El Canciller argumentó que el próximo Gobierno de Brasil no tiene la menor autoridad moral para cuestionar a Cuba en ningún ámbito, ni en el de la cooperación médica internacional ni en el de los derechos humanos.
«Es apologista de la dictadura militar brasileña, supremacista, unilateralista, caracterizado por un programa racista y xenófobo, y algunos de sus integrantes más destacados han usado frases terribles como la de blanquear la raza, la cual es inaceptable para los pueblos de nuestra América», advirtió.