Osvaldo Cardosa Samón | Brasilia, 28 nov (PL) Todos quieren abrazar a la doctora cubana Leidys Ana González Bello, quien hoy reclama a sus pacientes vivir con salud y no descansa en atender en la localidad Santa María Sur, a 35 kilómetros de esta capital.

‘Me gustaría haber seguido el tratamiento de mis pacientes. Realmente siento partir porque se forjaron muchos lazos afectivos y duele no poder continuar con mis consultas’, declara a Prensa Latina la facultativa, oriunda de la centro-oriental provincia de Camagüey en la isla.

Revela que en Brasil cumpliría su tercera misión, pues como integrante de una brigada del contingente internacional Henry Reeve estuvo en Pakistán en el 2005, cuando el terremoto, y luego pasó dos años en Angola (2007-2009).

Explica que fueron tres misiones muy diferentes. ‘Primeramente en cada uno de esos países enfrenté enfermedades, muchas erradicadas en Cuba. Además asimilas otras culturas, tienes una experiencia enriquecedora. Te creces, aprendes mucho y resultó muy importante para mi desarrollo profesional’.

Lamenta interrumpir su labor preventiva en la humilde comunidad, pero no hubo opciones ante cuestionamientos y aseveraciones ofensivas del presidente electo Jair Bolsonaro sobre los profesionales cubanos, que finalmente afectaron el programa Más Médicos de Brasil.

González Bello se siente regocijada porque ‘mis pacientes siempre me estimulan, te bendicen y cuando me conocieron en Santa María Sur uno me dijo: Gracias Dios por darme una doctora cubana’.

Con suspiros y ojos henchidos de lágrimas comenta que ‘eso reconforta, te llena el alma y te dan fuerzas para seguir, a pesar de estar lejos de la familia’.

Reitera: ‘nosotros fuimos formados con otra manera de hacer medicina, con lo humano y lo solidario, con mas acercamiento al paciente. En esta región tuvimos que cambiar hábitos de vida, alimenticios, y todos te agradecen’.

Interrogada sobre cobertura sanitaria, responde que atiende mensualmente ‘entre tres y cuatro mil personas, con muchas enfermedades crónicas por tener edad avanzada. Reviso unos 30 pacientes diarios’.

Tales males habrán de incrementarse en los próximos años por el envejecimiento de la población y los nuevos estilos de vida y trabajo. El resultado será un mayor número de enfermos y una paulatina presión sobre los servicios de salud, casi nulos en zonas apartadas y pobres de Brasil.

Por lo anterior, refiere la doctora, prioricé el trabajo de prevención en enfermedades crónicas, en la atención primaria y en personas descompensadas, sin ningún tipo de tratamiento. No tuve horario.

Sin embargo, puntualiza, pude empezar mis estudios en la Universidad, imparto conferencias y acudo a otras.

Añade que ‘para llegar a Brasil fuimos adiestrados en Cuba por profesores brasileños en idioma y en la universidad virtual vences materias por módulos y después termina como especialista en Medicina de Familia. También participo en cursos de capacitación’, agrega.

Luego de varios abrazos, el estomatólogo brasileño Alipio Carvallo Brito solo atina a decir: ‘con ella hubo una experiencia satisfactoria, muy buen trabajo. Algunos pacientes quedarán sin las prodigiosas manos y el corazón de la doctora Leidys, quien puso todo su amor para atender a Santa María Sur’.

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